tag:blogger.com,1999:blog-34843869567099870282024-02-20T17:31:26.351-05:00Cultura B un blog de Juan Fernando Andrade Elcomercio.comhttp://www.blogger.com/profile/13640415255517795668noreply@blogger.comBlogger651125tag:blogger.com,1999:blog-3484386956709987028.post-46427254187622901252022-05-17T21:49:00.000-05:002022-05-17T21:49:31.347-05:00Papaya de Celaya (en 8 bocados) <p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgT85neYvmSmOnaYczSUYiZTV9q40w5fGAGEaU8gyi7REhmRDObuwQpVoz-j6BcNi3jMDB6W5hlNyVVPeoetEWaelFI7ezFN90IPTL1_u3UMGH8XQBVZJy8uYPfD4crH90OCpSK1G39Yrqx2lPlwSAAARIHMHclgIP91Bwn_FnqKzI3UmYI4g-xrG2m/s1200/NEL.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="675" data-original-width="1200" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgT85neYvmSmOnaYczSUYiZTV9q40w5fGAGEaU8gyi7REhmRDObuwQpVoz-j6BcNi3jMDB6W5hlNyVVPeoetEWaelFI7ezFN90IPTL1_u3UMGH8XQBVZJy8uYPfD4crH90OCpSK1G39Yrqx2lPlwSAAARIHMHclgIP91Bwn_FnqKzI3UmYI4g-xrG2m/w640-h360/NEL.jpeg" width="640" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><p></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Se nota que has cometido errores.</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- Edson Prieto - </span></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b>1.</b> Uno ve, en las noticias, que la policía logró decomisar decenas o cientos de kilos de drogas. Por lo general se refieren a marihuana y cocaína (todavía no se meten con las drogas de diseñador, aun relacionadas a gente educada en reuniones privadas) Uno ve esto y piensa: cuánta grifa, cuánto perico, ¿qué harán con todo eso? Uno se pregunta: si esa es la cantidad que cayó presa, ¿cuál es la cantidad que sigue libre?, ¿de a cuánto nos toca? Uno se pregunta y se responde: ¿qué haría yo con todo eso?, la hierba para colgar al legislativo y los pases del niño para estimular al ejecutivo. Uno ve, también en las noticias pero con mucha menos frecuencia, que la policía incinera las sustancias en hogueras que no llegan a ser infames pues se quedan en fogatas de picnic. Y uno se pregunta, ¿qué hicieron con el resto? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b>2.</b> El sketch más visto del programa Backdoor, parte del repertorio latino de Comedy Central, se encuentra en YouTube como Teniente Harina. Fue liberado en agosto del 2019 y alcanzó en cuestión de meses los nada despreciables 56 millones de views (esto, por decir algo, supera al tercio de los habitantes de México, el país con la mayor población de hispanohablantes en el mundo). De esos millones de personas, miles se pronunciaron a favor de una serie basada en el personaje principal del sketch, Edson Prieto, un policía adicto a todo y potencialmente adictivo para todos. Casi tres años después, la segunda semana de marzo del 2022, se estrenó en Amazon Prime (entera) y en Comedy Central (capítulos semanales) la serie Harina, que le da cuerpo y pulso y largo aliento a la historia del teniente Prieto. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b>3.</b> La trama del sketch original es fácil de suponer. Un teniente de la policía mexicana llega a una especie de bodega donde sus compañeros han hallado varios kilos de cocaína, luego, contradiciendo las recomendaciones de su compañera, que sugiere enviar una muestra a los laboratorios, el teniente prueba directamente la coca y reacciona con la emoción profunda, sincera y desatada con la que reaccionaría una persona que consume coca: se prenden las luces led del cerebro, las dudas salen corriendo como ratas, llegan mil ideas al mismo tiempo y lo realmente grave y peligroso es que todas parecen ser buenas ideas. La reacción del teniente Prieto, interpretado por Guillermo Villegas, viene de la tradición de Cantinflas y Groucho Marx: se sueltan los gestos del rostro y se cuestionan los alcances del cuerpo, pero, sobre todo, se empuja un monólogo que conduce a la claridad por la vía del delirio. En otras palabras: es <i>muy</i> chistoso. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b>4.</b> Backdoor, de donde se extrajo al Teniente Harina, es la versión mexicana de Porta Dos Fundos, un canal de YouTube creado por cineastas brasileños que no encontraron, en la televisión de su país (ojo con esto, hablamos del tan sexy y tan cristiano Brasil), espacio para sus “poco empáticos” segmentos de humor. Porta Dos Fundos, al aire desde el 2013, fue comprado por la multinacional Viacom, ahora simplificada en el sello Paramount, y se extendió al español o mejor dicho al mexicano, que viene a ser la lengua madrastra de la televisión en Latinoamérica (la siguen el español argentino y desde los 90s el español colombiano). Así las cosas, el Teniente Harina viene del vocablo portugués Teniente Farinha, pero hay entre ellos 50 millones de views de diferencia. La escandalosa cifra indica que buscamos nuestro molde en Buenos Aires y Río Janeiro pero lo encontramos en Tenochtitlan. Se ha dicho: lo Cortés no quita lo Cuathemoc. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b>5.</b> Harina, la serie, da muestras de una televisión civilizada y al día. La primera decisión acertada es tratar a Edson Prieto como lo que es: un fenómeno viral y no un héroe de acción. Lo encontramos sobrexpuesto al límite y cargando la cruz de su pesada fama: su permanencia en la policía chilanga corre peligro, su exesposa preferiría que mi teniente no vuelva a ver a la hija de ambos (se refiere a él como “el hombre que me embarazó de ti”). Todo esto, claro, mientras en la calle lo reconocen y le piden selfies y olvidan las recomendaciones de los propios mexicanos: si tienes problemas, no acudas a la policía. El segundo acierto es aprovechar la súbita popularidad del personaje para desarrollar la trama. Desde el primero de los ocho capítulos, se establece como antagonista a un asesino serial bautizado como “El Cancelador”, un psicópata de nuestro tiempo que caza influencers y cuya firma sobre las víctimas resulta precisa y contemporánea, les abre la garganta de un tajo horizontal y les corta los pulgares (atrofiados de tanto postear). </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b>6. </b>¿Sería viable una serie en la que un asesino serial acecha a los asambleístas? Capaz sí. El malito, como les dicen los niños a los villanos de las películas, podría llamarse “El Contribuyente” y perseguir a quienes han concedido amnistías y habeas corpus a delincuentes convictos y confesos. En otra época podría haberse llamado “El Hombre del Maletín” y su método habría sido resuelto desde su nombre: descuartiza a los asambleístas y deja sus trozos en maletines que aparecen misteriosamente en el curul de la próxima víctima (como es natural, el asesino empezaría por quienes sellan los pactos que conceden, imperdonablemente, mil perdones). En los tiempos que corren habría que darle al “Contribuyente” cualidades propias del mundo digital. Por ejemplo: secuestra las cuentas bancarias de los asambleístas (dentro y fuera de la geografía nacional), las vacía y luego les manda por WhatsApp una captura de pantalla que confirma su nuevo balance: 0. El mensaje podría decir, “Trabaja y no envidies. Tampoco robes, bb”. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b>7.</b> El Teniente Harina es un héroe por sí mismo y por quienes lo rodean. Quiero decir que ninguno de los varios personajes que lo acompañan puede soslayarse. Ramírez, su compañera de patrulla, está a la altura de la mejor Sandra Bullock en comedias policiales como Miss Simpatía o Armadas y peligrosas (aplausos y laureles para la actriz Verónica Bravo). Jorge “George” Bermúdez, un escritor al que Prieto conoce en una reunión de narcóticos anónimos, representa con honradez a las amistades que no convienen pero ayudan y hasta salvan. Mención muy especial al experimentado Gerardo Taracena (uno de los malitos en Apocalypto, de Mel Gibson) en el papel de Ramos, mentor de Edson Prieto y policía corrupto donde los haya. Y medalla a la excelencia por la labor cumplida a los nueve guionistas que figuran en los créditos: se sacaron de encima la cruz del éxito viral, la destrozaron con argumentos y siguieron adelante con lo que consideraron valioso. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b>8.</b> El pasado viernes 25 de marzo, los noticieros incluyeron entre sus temas principales la gran acogida que tuvo este año el llamado de las Fuerzas Armadas al acuartelamiento. Jóvenes ecuatorianos, menores de edad en su mayoría, disputan una plaza en el ejército para sobrellevar la actualidad. Uno dijo, “Lo hago para ayudar a mi mamá y a mi abuelita” Otro dijo, “Lo hago para salir de mi barrio”. Sin fuentes de trabajo a la vista y sin tiempo ni cabeza para estudiar, optan por una carrera militar que al menos y aunque sea por poco tiempo los provea de refugio y alimento. ¿Cuántos de ellos terminarán en la policía?, ¿cuántos de ellos aceptarán nuestros sobornos en carreteras y en cárceles?, ¿cuántos de ellos serán alejados de sus funciones por atreverse a respetar la ley?, ¿cuántos de ellos enfrentarán a los manifestantes? Hay que preguntarse cuál será su suerte y cuál será su serie.
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">@pescadoandrade | @mundodiners </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">(<a href="https://revistamundodiners.com/" target="_blank">Mundo Diners</a>) </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/aIjPhI5LDCU" title="YouTube video player" width="500"></iframe><div class="blogger-post-footer"><a href="http://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-count="none" data-via="lospescadosrock" data-related="www.culturab.blogspot.com:Blog de Juan Fernando Andrade" data-lang="es">Tweet</a><script type="text/javascript" src="http://platform.twitter.com/widgets.js"></script></div>Juan Fernando Andradehttp://www.blogger.com/profile/15385743473288181379noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3484386956709987028.post-1223149937562565552022-02-23T13:38:00.000-05:002022-02-23T13:38:13.855-05:00Fue/Es la mano de Dios<div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiMUAea_aYjpwUvNfKePQzhgHhqvUznVhfjPqBU3lTjDiPHc9nRKISfVmPIi3fA5nOwQyKG3ZwRqKVzh1RxFAFmDDTVKQ-ddtfl2OnOwuHhxDhJi34idtRt9AfCcYdtMn40N-tS0S3qTn6n05mHTxp6DSl_o7n6Ws-9NlckwJmRbxUYq5yEQIbt7s8L=s1366" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="921" data-original-width="1366" height="432" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiMUAea_aYjpwUvNfKePQzhgHhqvUznVhfjPqBU3lTjDiPHc9nRKISfVmPIi3fA5nOwQyKG3ZwRqKVzh1RxFAFmDDTVKQ-ddtfl2OnOwuHhxDhJi34idtRt9AfCcYdtMn40N-tS0S3qTn6n05mHTxp6DSl_o7n6Ws-9NlckwJmRbxUYq5yEQIbt7s8L=w640-h432" width="640" /></a></div><br /><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>La mano de Dios</i> es tan buena que da miedo volver a verla. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">¿Cuántas cosas serían hoy tanto, pero tanto mejor de habernos pasado una sola vez? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">“Solamente una vez / amé en la vida”, cantan todavía los tríos en las casas de las abuelas. Tríos de hombres enternados, armados con guitarras y requintos y voces sepia. La abuela viuda suspira por su marido muerto hace veintiséis años, ya mismo llora. La abuela solterona canta, nadie sabe muy bien por qué, o por quién, quizás canta por y para nadie. En la habitación hay tres mujeres más, la menor tiene 29 años y la mayor 67. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">No hay hombres, sólo mujeres. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Se acompañan. Muchas veces se ríen. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Esto para decir que la cinta de Paolo Sorrentino, conquista una ilusión primera del arte: habla con verdad. Me consta. No hay que vivir en Italia ni ver <i>todo</i> Fellini para aceptar como real, y cierto, lo que un director cuenta con estricto rigor sentimental, editando su memoria para estar en paz con ella o capaz sólo para poder sostenerle la mirada después del largo silencio que, lo sabemos, corresponde a cada larga conversación. (Uno vuelve a pensar que la única manera de aceptar el pasado es adaptándolo desde el presente). Sorrentino, apegado a su época y a su cuerpo, contradice la tendencia de “dejar ir”, más bien escoge con qué quedarse y dónde ponerlo para que se vea desde todas partes. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Lo que conté arriba, lo de las abuelas, también me consta. Quisiera que Sorrentino lo filme. Quisiera, digamos, encargarle ese recuerdo, porque en <i>La mano de Dios</i> un director que nació maduro corona el oficio de la manera más sabia: la estética como esclava y vehículo del sentimiento. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y sí, <i>muy</i> tangencialmente, esta es una Maradona Story (¿cuántas se podrían hacer?, ¿quién más se apunta?), pero renunciar a ella por lo que sugiere su título, como han hecho varios, sería cobarde: el miedo se alimenta de miedo y se engorda con miedo y crece para ser y seguir siendo miedo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">El título es en sí mismo un salto de fe y entiende claramente sus responsabilidades: contiene a la película toda y se sostiene, más o menos fijo, hasta el final. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">“A Maradona sólo se lo puede entender desde lo divino”, dice el director en un corto documental adjunto. Lo dice mientras sostiene la figura de un santo entre sus manos: Diego con la camiseta del Nápoles. Ese gesto, tan cosmopolita y provinciano, da cuenta de otra verdad, el arte sirve más para mostrarse que para esconderse y no es obligación llevarle la contraria. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Queda dicho: uno puede contar su verdad desde lo divino y puede filmarla y proyectarla como si no hubiera nadie más en la sala. Se vale hacerlo en honor a esas películas que nos salvaron. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Por eso quiero que lo de las abuelas lo filme Sorrentino, para verlo como es: divino. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Qué miedo ver <i>La mano de Dios</i> otra vez y que no sea tan buena. También, unas ganas irracionales de no verla nunca más porque prefiero recordarla. Que la vean los demás. Que la vea todo el mundo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Algo más, el final, casi: si todas las familias son felices, cómo será el resto. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y el final-final: La abuela viuda no dice “Así es la vida”. Ella editó la frase, capaz la adaptó. “Es la vida”, dice ella, sin compararla con nada.
</span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">@pescadoandrade </span></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;"><br /></div>
<iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/cAL6S-bhc1s" title="YouTube video player" width="500"></iframe><div class="blogger-post-footer"><a href="http://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-count="none" data-via="lospescadosrock" data-related="www.culturab.blogspot.com:Blog de Juan Fernando Andrade" data-lang="es">Tweet</a><script type="text/javascript" src="http://platform.twitter.com/widgets.js"></script></div>Juan Fernando Andradehttp://www.blogger.com/profile/15385743473288181379noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3484386956709987028.post-33759049151054016712022-01-20T22:35:00.000-05:002022-01-20T22:35:48.361-05:00Modo avión <div style="text-align: right;"><span style="font-size: large;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjfm9K2b2K1iqkyLwGtiB_GGH4naRJ_WsWbe7NnuOjELo-EnBx3OCTgQrZn1pZrRsbJpMbupJmdb6NZ9dO8OTrIbz6BXncNRo04RUzLjMTv6gv9DxPjnGJBfSbgD0KqNnHhZJhuyIphrhv4OTDX4rzyZFQwD0qOHeMLeqArHVWGBM32ntJTtIPNU3U3=s800" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="800" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjfm9K2b2K1iqkyLwGtiB_GGH4naRJ_WsWbe7NnuOjELo-EnBx3OCTgQrZn1pZrRsbJpMbupJmdb6NZ9dO8OTrIbz6BXncNRo04RUzLjMTv6gv9DxPjnGJBfSbgD0KqNnHhZJhuyIphrhv4OTDX4rzyZFQwD0qOHeMLeqArHVWGBM32ntJTtIPNU3U3=w640-h640" width="640" /></a></div><br /><i><br /></i></span></div><div style="text-align: right;"><i style="font-size: x-large;"><br /></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Todas las canciones que he compuesto </span></i></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i> se han escrito bajo la influencia de una cosa u otra.</i> </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- Noel Gallagher - </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Qué linda noche para fumarse un porrito. </i></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- Andrés Calamaro -</span><span style="font-family: times; font-size: large;"> </span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Fumón era una mala palabra y se usaba para el mal, para hacerle y desearle el mal a otras personas.
Fumón quería decir drogadicto, pero no significaba enfermo o dependiente o distinto sino delincuente. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Un fumón era un vago, un desempleado, un irresponsable. Un fumón no se preocupaba ni por su familia ni por sus amigos ni por su pareja. Un fumón faltaba a clases, se escapaba de las fiestas de cumpleaños y decía que iba a la discoteca con su chica pero usaba el dinero de la entrada para comprar drogas y dedicarse a fumar toda la noche. ¿Quién podría culparlo? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">“No te juntes con él, es un fumón”, decían. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">“En ese barrio hay puro fumón”, decían. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">“Cuidado te me haces fumón”, decían. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Curioso. Nuestros padres no hablaban de una droga en particular. Hablaban de “la droga”. Así, en plural. Como si la marihuana y la heroína fueran lo mismo y como si un pipazo cerca de la punta de la nariz, que te quema la punta de la nariz, tuviera el mismo efecto que un pinchazo en el brazo.
Muchos años después, sentado a una mesa donde se come, se bebe, se descogolla y se prende, el padre de un adolescente le dedica unas palabras frente a nosotros, sus amigos, los grandes a los que el muchacho trata de “Tío” o simplemente “Loco”. Dice el padre, “Escúchame bien, el primer chafo te lo pegas conmigo, ¿entendido?” Y nos reímos y la iniciativa nos parece bacán y hasta genuinamente progre y ojalá mi viejo hubiera sido así. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Luego habla alguien que, de hecho, fumó marihuana por primera vez en compañía de su padre. Está traumada, dice cosas como “Yo quería un padre, no un pana, ¡yo ya tenía panas!” y “Mi papá era muy amigo de mis amigos, dizque para cuidarme, para saber con quién andaba, para que entre nosotros no hayan secretos. ¿Sabes qué?, los secretos son necesarios. Uno necesita secretos, cosas que no se puedan compartir, es lo justo.” Le pregunto si, como los superhéroes, necesitamos una identidad secreta. “No, ya no. O sea, crecimos. Si me dices que el humo te molesta o te hace daño, todo bien, fumo al lado de la ventana. Pero si me dices que la marihuana hace daño capaz y me voy de tu casa.” Nos reímos, prendemos, fumamos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">A mí me decían que los fumones se volvían locos, que vivían en su propio mundo, que andaban volados. Y yo pensaba: quiero, quiero, quiero. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">* </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Yo despreciaba a los marihuaneros, pero aquello no tenía que ver con la marihuana. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">La droga y el consumidor son dos criaturas distintas y la una no debe pagar por los pecados ni las imprudencias de los otros. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Sería como culpar a una mujer por su belleza. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Sería como echarle la culpa al amor. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Sería una idiotez. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Si alguien te dice que no puedes quejarte del narcotráfico ni preocuparte por la violencia que genera mientras seas un consumidor, el problema no son las sustancias ni las formas que nos damos para conseguirlas (se puede ir a la farmacia y ya), el problema es el punto de vista o lo cortos de vista y de corazón que podemos llegar a ser cuando no se trata de nuestra forma de vida. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">El mundo de los tuertos, se entiende, es más complejo que el mundo de los ciegos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">¿Querías abrir los ojos? Pues bien, ahora tienes que mirar. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Si te metiste a soldado tienes que aprender a marchar, como dicen. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Ahora bien, los que hablan con sus plantas tampoco están del todo cuerdos. Si alguien te regala marihuana y te dice que es tan buena porque él, su propietario, le dice “buenos días” y “buenas noches” y de vez en cuando se desahoga vaciando jarras de agua y sentimientos sobre las macetas, lo que corresponde es asentir con la cabeza, escucharlo con educación, con respeto, agradecer la generosidad y quizás en otro momento decirle con toda firmeza, con la seriedad de una broma limpia: no hablo con gente que habla con plantas. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Suena entonces, mientras seguimos en la mesa, un disco. De todas las cosas buenas que le pueden suceder a un marihuanero, que son muchas, escuchar música es una de las mejores. Uno se queja del silencio de Dios hasta que escucha música. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">La música, con o sin hierba, está casi a la altura del sexo. Es más, ¿por qué perder el tiempo haciendo cualquier otra cosa cuando podríamos estar escuchando música y tirando? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y, otra pregunta de rigor: si vamos a hacer todo lo que vamos a hacer, ¿por qué no fumamos antes? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y algo que al parecer no queda del todo claro entre los usuarios: si fumas, estás bajo la influencia, así de simple. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">* </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Decía que yo despreciaba a los marihuaneros. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Pero ya no. Ahora capto que despreciaba a los que se colgaban, a los que dejaban de hablar, a los que, como nuestros padres, reaccionaban a la marihuana como si se tratase de heroína. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Pienso en la gente que, por navidad, me mandó luz. Me convendría más, en todo caso, que pagaran la cuenta del servicio eléctrico, que es otra cosa y no tiene que ver con lo espiritual sino con lo terrenal, con lo que puede y debe resolverse inmediatamente. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">He visto a las mentes más brillantes de mi generación arruinadas por una pose y luego decir gracias por tanto. Qué pereza. Igual les deseo lo mejor. Pero, ¡chau! </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Hoy por hoy le propongo la marihuana a todo el mundo al menos que prefiera abstenerse. Hablando claro se gana más que hablando mucho. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Yo mismo me considero un novelero, pero no me quejo ni me va tan mal. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Ciertos personas cuyas opiniones me interesan fuman un poco y se callan, se guardan. Espero de todo corazón que la estén pasando bomba estén donde estén y que algún día me inviten hasta para ver cómo es eso por allá, en qué piensan cuando carburan y liberan sus ideas. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Otros amigos, que pasaron por aquí mucho antes que yo, me dicen que la marihuana es una etapa, que está bien, pero pasa. Yo pienso en otras etapas: García Márquez y Bob Marley, por ejemplo.
(No escucho a Bob Marley a menos que esté sonando en una cevichería, pero leo
<i>El amor en los tiempos del cólera</i> una vez al año y ahora, mientras comienzo la <i>Historia de un deicidio</i>, de Vargas Llosa, pienso leer otra vez <i>Cien años de soledad</i>). </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">¿Por qué despreciaba entonces yo a los marihuaneros? Por la misma razón por la que un periodista desprecia una fuente: no compartían su conocimiento. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">El egoísmo, está comprobado, corresponde a la cocaína, a las grandes aspiraciones. No le pases la funda a todo el mundo, eso es aquí nomás, pila y mosca. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Un artista de casi cincuenta años, joven aún, me dice que está probando cómo es el mundo sin marihuana después de toda una vida fumando, después de haber fumado prácticamente todos los días y a todas las horas y en todas las circunstancias posibles desde que cumplió dieciséis.
Le deseo suerte y lo acolito porque él no se calla, porque me cuenta cómo es eso por lo que está pasando, porque realmente quiere saber un par de cosas para luego tomar alguna decisión. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Yo quiero estar high on life, intoxicado de vida.
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">@pescadoandrade | @mundodiners </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">(<a href="https://revistamundodiners.com/" target="_blank">Mundo Diners</a>) </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div>
<iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/YBqQO_IhCLc" title="YouTube video player" width="500"></iframe><div class="blogger-post-footer"><a href="http://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-count="none" data-via="lospescadosrock" data-related="www.culturab.blogspot.com:Blog de Juan Fernando Andrade" data-lang="es">Tweet</a><script type="text/javascript" src="http://platform.twitter.com/widgets.js"></script></div>Juan Fernando Andradehttp://www.blogger.com/profile/15385743473288181379noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3484386956709987028.post-36368133416148566732021-12-31T14:57:00.002-05:002021-12-31T15:04:18.058-05:00El corto<div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiWQkJjPFR3ilW-su7NXblqGndzWlJb_ito6iEcMasJ5DUe3ufNR_7HmnlVbUqJfHVAxJmw_SuDrZ5xgH06tQcP9tVPCrzwTxUd5nXFzyiV1UHr-Omyw6yzv7uIywlw2yOV9EIPzN1TOqteTvNwUU8RRudqL1QLAD-BWN1CCVOOqIh1iZm3-JgXGFsf=s1440" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="657" data-original-width="1440" height="292" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiWQkJjPFR3ilW-su7NXblqGndzWlJb_ito6iEcMasJ5DUe3ufNR_7HmnlVbUqJfHVAxJmw_SuDrZ5xgH06tQcP9tVPCrzwTxUd5nXFzyiV1UHr-Omyw6yzv7uIywlw2yOV9EIPzN1TOqteTvNwUU8RRudqL1QLAD-BWN1CCVOOqIh1iZm3-JgXGFsf=w640-h292" width="640" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div></div><span style="font-family: courier; font-size: large;">Título: <b>El Prólogo </b></span><div style="text-align: left;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: courier;">Género: </span><b style="font-family: courier;">Ficciones </b></span></div><div><div style="text-align: left;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: courier;">País: </span><b style="font-family: courier;">Ecuador </b></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: courier; font-size: large;">Duración: <b>16 min 46 seg </b></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: courier; font-size: large;">Sinopsis: <b>Boris y Sofía estaban juntos cuando comenzó la pandemia, ¿estarán juntos después? </b></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: courier; font-size: large;">Elenco: <b>Lorena Robalino, Matías Belmar, Jorge Fegan </b></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: courier; font-size: large;">Una producción de:<b> Divino Tesoro </b></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: courier; font-size: large;">Escrito y dirigido por su seguro servidor. </span></div></div><div><span style="font-family: courier; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: courier; font-size: large;">---</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: courier; font-size: large;">----</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: courier; font-size: large;">-----</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: courier; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: courier; font-size: large;">para verlo haz clik </span><span style="font-family: courier; font-size: x-large;"><a href="https://www.youtube.com/watch?v=-fNQDb30OJY&t=2s">AQUÍ</a></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: courier; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: courier; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="blogger-post-footer"><a href="http://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-count="none" data-via="lospescadosrock" data-related="www.culturab.blogspot.com:Blog de Juan Fernando Andrade" data-lang="es">Tweet</a><script type="text/javascript" src="http://platform.twitter.com/widgets.js"></script></div>Juan Fernando Andradehttp://www.blogger.com/profile/15385743473288181379noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3484386956709987028.post-20450018416499097722021-12-28T21:23:00.000-05:002021-12-28T21:23:08.379-05:00El teaser<span style="font-family: times; font-size: large;">Este chisme es bueno y se contará entero, enterito, antes de que acabe el año. </span><div><span style="font-family: times; font-size: large;">Por lo pronto, va el teaser. </span></div><div><br /></div><div><br /></div><div>
<iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/q8q3PDyYMD0" title="YouTube video player" width="500"></iframe></div><div class="blogger-post-footer"><a href="http://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-count="none" data-via="lospescadosrock" data-related="www.culturab.blogspot.com:Blog de Juan Fernando Andrade" data-lang="es">Tweet</a><script type="text/javascript" src="http://platform.twitter.com/widgets.js"></script></div>Juan Fernando Andradehttp://www.blogger.com/profile/15385743473288181379noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3484386956709987028.post-39729073920043642032021-12-02T18:16:00.001-05:002021-12-03T07:03:15.411-05:00Hablando como argentinos (otra vez) <div style="text-align: right;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgEc59W4t9NnfZEMhExr-lRm9McZbW1uREBiYcGAzxGOiP9KjvBgj9VZRhhxjLYfpws34S24bBdBdLWbvW5Ock7T4llwTynb37JIQYNkHsfQ0O_iUSqIRdLl2ej1A-JnKKKDxBOz_cqdn-ba3A_L77TAEJNfVsLFbRnF-m_6Aj8KxQck0AnYX49vVwi=s1200" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="675" data-original-width="1200" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgEc59W4t9NnfZEMhExr-lRm9McZbW1uREBiYcGAzxGOiP9KjvBgj9VZRhhxjLYfpws34S24bBdBdLWbvW5Ock7T4llwTynb37JIQYNkHsfQ0O_iUSqIRdLl2ej1A-JnKKKDxBOz_cqdn-ba3A_L77TAEJNfVsLFbRnF-m_6Aj8KxQck0AnYX49vVwi=w640-h360" width="640" /></a></div><br /><i><br /></i></div><div style="text-align: right;"><i><br /></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Cuando todo era </span></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;"> nada era </span></i></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>nada el principio</i> </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> - Vox Dei - </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> </span></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">¿Qué hacés, Chiqui? </span></i></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i> ¿Qué haces, Richie?</i> </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> - Un pana y yo - </span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Quizás ustedes también lo hayan notado porque esto viene pasando desde hace ya muchos años, desde comienzos de siglo. Argentina, el país más europeo de Latinoamérica, la sucursal del primer y viejo mundo, ya no queda tan lejos o, mejor dicho, ya no nos parece tan cara ni tan exclusiva. Al contrario, el peso argentino se desplomó y el país soñado tuvo que volverse inclusivo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">A partir del año 2000 Buenos Aires, Argentina, se convirtió en un destino casi local y doméstico para una generación de ecuatorianos, me parece, de clase media-alta en su mayoría. Ya en mi generación, me refiero a los que nacimos alrededor de 1980, hubo no varios sino muchísimos estudiantes que, ante el dolarizado costo de las universidades ecuatorianas, optaron por mudarse a Buenos Aires, Argentina, donde resultaba más barato estudiar y vivir y además se podían usar palabras que antes nos estaban prohibidas o eran vistas y escuchadas como ridiculeces. Palabras como “Mina” o “Minita” para mencionar a ciertas mujeres, no a todas; dicho sea de paso, los ecuatorianos casados con argentinas que conozco están hoy por hoy divorciados. Palabras como “asado”, por ejemplo. Ya nadie te invita a una parrillada, la gente dice “ven a mi casa este sábado y hacemos un asado”. Y yo pregunto, “¿qué vamos a escuchar, Sumo o Los Redonditos?” </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Andá a cagar, ché. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Aquí, algo sobre los parásitos. Los parásitos son el motor de la economía. Mucha gente se esfuerza en producir más o mucho más de lo que debería porque está llena de parásitos. Ahora bien, los parásitos suelen llevar vidas desordenadas y esto es una fuente caudalosa de preocupaciones para quienes los mantienen. Los parásitos, entonces, son también el motor de la existencia. Por eso los parásitos deben estar bien atendidos; cuando menos, atendidos de la mejor forma posible. De otro modo, podrían causar un problema. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Ya graduado de la universidad y trabajando en un bar de la Mariscal (no pagaba ni renta ni comida a menos que comiera fuera de casa) podía ahorrar lo suficiente para permitirme tres o cuatro meses al año en Capital Federal más o menos dedicado a leer, escribir, ir al cine, a conciertos, a museos, a tomar Quilmes de litro y a comer carne y vísceras. Me acuerdo de cambiar dólares por pesos argentinos: uno se sentía, más que poderoso, seguro. Pero todo hay que decirlo y por esos días un argentino promedio sacaba comida de los basureros con las manos y en los hoteles de lujo se ofrecían “tours de la miseria”, es decir, recorridos guiados por las villas en las que crecieron D10S y tantos otros mesías. (Algo similar, aunque mejor organizado, pasa ahora con las favelas de Río de Janeiro, por mencionar una referencia). </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Era una especie de fiebre y yo también la tuve, también me contagié. Estaban los que hablaban de ir a Miami como de ir a la playa y, capaz un poco más alternativos o más noveleros, los que hablaban de Buenos Aires, de estar allá y sobre todo de “vernos allá”, como si se tratase de un club cuya membresía se conseguía con dólares y no con legado, como herencia. Yo, aunque más o menos enamorado de una ecuatoriana, escogí no ver a mis paisanos y traté de aventurarme con los argentinos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Hice amigos, sobre todo en conciertos de Charly García, y una vez los escuché hablar de “Méndez” porque, me explicaron, la sola idea de pronunciar el apellido “Menem” les daba asco, era de mal agüero y les traía los peores recuerdos: padres desempleados, empresas locales cerradas, gente sacando comida de los basureros con las manos. Eran todos veinteañeros, algunos incluso menores de edad, y hablaban de “Méndez” queriendo decir Menem y queriendo decir también el fin de una época o simplemente el fin. “Nos dimos cuenta de que no éramos primer mundo, ¿viste?” </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Para ubicarnos, todo esto debe haber pasado cerca del concierto de los Rolling Stones del 2006 en el estadio de River, y ya que estamos aprovecho la ocasión para celebrar que Charlie Watts es parte de la religión. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Recuerdo sentirme sobrepasado e intimidado por la oferta cultural y rockera de Buenos Aires, pero también recuerdo que la gente me decía, “Y, no es nada, antes veías a los Rolling el viernes y, qué se yo, a James Brown el sábado”, y que esos conciertos también eran parte de la década ganada por el peronista-neo-liberal Menem, de cuyo apellido nadie quería acordarse. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">No recuerdo, o he olvidado, que alguien me hablara de Okupas con el fanatismo y la pasión con la que yo trato de impulsarla hoy por hoy entre mis seres queridos. Quizás porque es una mini-serie o una “serie limitada”, como se llama en nuestro presente a las cosas que nacieron con conciencia de su propio fin: parece haber sido concebida como una película larga o una novela rápida. Fueron once capítulos transmitidos entre octubre y diciembre del año 2000 y esto habla bien de los argentinos porque, como gente de mundo, fueron los primeros en mirar hacia adentro y filmar lo que estaba pasando. Vale verse el ombligo, sobre todo cuando está sucio, sobre todo cuando apesta. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Con Okupas, se dice, se acabó la televisión grabada en sets, bien iluminada y optimista. Esto no es cierto, esa televisión sigue y seguirá existiendo mientras la sigamos viendo: los que dicen “no veo televisión nacional” tampoco ayudan mucho. Pero Okupas, producida por Marcelo Tinelli para saldar una deuda personal con un canal del Estado, se para sobre los hombros de sus contemporáneos y destaca y brilla y tiembla como una cámara, precisamente, sobre los hombros y al lado de la cabeza. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">La serie parte con Ricardo, un tipo de clase media (esto es clase media argentina, prohibido olvidar) que pasó de la adolescencia a la primera adultez con “Méndez”, entre 1989 y 1999. Ricky estudiaba, pero ya no; quería trabajar, pero ya no; tenía una banda, pero ya no; tenía futuro o sentía ansias por el futuro, ya no. Ricky es un parásito, uno de los mejores. Lo encontramos viviendo donde su abuela, durmiendo en calzoncillos y hasta el medio día, y ya en el primer capítulo lo vemos mudarse a una casa “abandonada” en un barrio donde aquello de la propiedad privada es más bien subjetivo, donde el más loco le gana al más fuerte. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Ricky, suelto en el recién inaugurado siglo XXI, debe responder con acciones y decisiones un tema del que suele ocuparse la filosofía: ¿Cómo ser bueno en un mundo malo? Y, claro, debe responder también su variante: ¿Cómo ser malo en un mundo perverso? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">(Maradona, por ejemplo, metió la mano)</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Las circunstancias no dan para pensarlo demasiado: él ya no puede ser bueno. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">O eso cree. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y le convendría, la verdad. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b>PD</b>: Okupas, vendida como una serie pura, cruda y dura, no se encarga sólo de la calle, habla también y con verdad sobre los códigos, sobre lo que puede hacerse y lo que no, sobre lo que es cariño y lo que es traición, y diferencia la confianza del abuso. Así, con la misma clara y grosera sencillez, habla sobre la amistad entre hombres, que es la amistad entre niños, con sentido del humor y sentido del horror, con responsabilidad y conocimiento de causa. Los personajes, entrañables todos, dan la idea de un mundo entero y autónomo. Y sí, hay un favorito, siempre lo hay. Le dicen “Chiqui” y es la bondad en persona y tiene un corazón que no le entra en su cuerpo agigantado de grandote. Un personaje como “Chiqui” es muy difícil de escribir y casi imposible de filmar, pero los argentinos lo lograron, otra vez. Hoy se me hace necesaria una pregunta antes de cada encrucijada, “¿Qué haría Chiqui?”
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">@pescadoandrade / @mundodiners </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">(<a href="https://revistamundodiners.com/" target="_blank">Mundo Diners</a>) </span></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;"><br /></div>
<iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/KDizNjsqyuM" title="YouTube video player" width="500"></iframe><div>
<iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/uHOR21i16j4" title="YouTube video player" width="500"></iframe>
</div><div class="blogger-post-footer"><a href="http://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-count="none" data-via="lospescadosrock" data-related="www.culturab.blogspot.com:Blog de Juan Fernando Andrade" data-lang="es">Tweet</a><script type="text/javascript" src="http://platform.twitter.com/widgets.js"></script></div>Juan Fernando Andradehttp://www.blogger.com/profile/15385743473288181379noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3484386956709987028.post-22530247259017601862021-11-23T19:45:00.000-05:002021-11-23T19:45:11.218-05:00La película del año <div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgK-x0O0KTjoiFCzpfHTbdbkypx7-jULXnwodxTpRxWO13IKtHXGWqcdVwZdNqFzjCCwrFEQNNqcg3IP7cLMwOm-a-A_zi8qFX8fmZ-NfDI1053xwcDd2MqN30KUPDG37fCKZlm7YangJ4/s2000/Chappelle.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1333" data-original-width="2000" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgK-x0O0KTjoiFCzpfHTbdbkypx7-jULXnwodxTpRxWO13IKtHXGWqcdVwZdNqFzjCCwrFEQNNqcg3IP7cLMwOm-a-A_zi8qFX8fmZ-NfDI1053xwcDd2MqN30KUPDG37fCKZlm7YangJ4/w640-h426/Chappelle.jpeg" width="640" /></a></div><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">La película del año se llama <i>The Closer</i>. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">La que más afecta, la que más pelea, la que más claro habla. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">También la más atacada o una de las más atacadas y, por ende, la que mejor se defiende. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">No la atacaron por fracasar en la taquilla o por decepcionar a los fans. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Le dieron porque triunfa, porque sobresale, porque se distingue entre las demás mientras los tiempos mandan lo contrario, que te camufles en la manada, que firmes no con una <b>X </b>pero sí con un <b>#</b>, que estemos <i>todos</i> de acuerdo en <i>todo</i>, aunque sea obligados. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Quizás sea también la película que más importa, esa que tienes que ver para ser parte de la conversación. Porque sí, obvio, hace rato: hay que tener esta conversación. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Hay que hablar, el resto es fanatismo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">El problema del fanatismo es que elimina el cuestionamiento. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">El problema de los extremos es que sólo pueden ser defendidos por fanáticos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">(Por algo les dicen izquierda y derecha, “dime por quién votaste y te diré quién eres”, esa onda). </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">La película del año va un poco de eso: de extremos, de fanatismo, de lo que llamamos “mi gente”. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y debería entrar en rotación ya, en 3, 2, 1… </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Verla desde ahora aunque ya estés tarde. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">No importa, la película perdona. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Verla una vez y luego otra, así, dos veces seguidas. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Como cuando escuchas el disco nuevo de una banda que ya te mostró todo lo que tenía y ahora te muestra esto, ¡esto! </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">No puede haber nada mejor que escuchar esas palabras otra vez. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Nada de lo que pueda pasar fuera de la pantalla será tan bueno como lo que está pasando adentro. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Ya no las hacen así y ojalá hicieran más de éstas. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">O puede ser que la película se limite a traer refuerzos, a llenarte de valor, a seguir empujando y a seguir esquivando golpes precisamente poniendo el pecho, la cara, el hígado. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y sí, como el protagonista, tratar de llegar al final de esa escultura que es el milagro de una sola buena idea; esculpir esa idea, escribir esa idea, filmar esa idea y luego decirla de forma tan clara y simple que no haya forma de mal interpretarla. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">La idea es ésta: hablemos de cómo nos va tratando de ser personas, seres humanos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">No es fácil. Nada Fácil. ¿Quién diría? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">La idea es ésta: tú y yo, que somos tan distintos, deberíamos empezar por reconocernos como iguales o al menos semejantes. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">La idea es ésta: nosotros, que nos queríamos tanto, deberíamos entender claramente que somos miles de millones de seres humanos pasando por una experiencia de vida, que estamos juntos en esto aunque cada cual ande por su lado, que lo que te pasa a ti también me pasa a mí y le pasa al resto. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Que no somos especiales pero sí somos únicos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">¿Se entiende? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">¿No? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Pues bien, la idea es ésta: buscar y encontrar y ver <i>The Closer</i> a toda costa. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Se trata, básicamente, del último (por nuevo y último) especial/monólogo de Dave Chapelle, el comediante que muchos consideran El Mejor de Todos los Tiempos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">O The GOAT, por sus siglas en inglés.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Ser audiencia, estar de este lado y no allá arriba, es tan importante como ser protagonista.
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">@pescadoandrade / @mundodiners </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">(<a href="https://revistamundodiners.com/" target="_blank">Mundo Diners</a>)</span></div><div style="text-align: center;"><br /></div>
<iframe width="500" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/i1UEj_6T1RE" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen></iframe>
<iframe width="500" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/nLK16VFEMaM" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen></iframe><div class="blogger-post-footer"><a href="http://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-count="none" data-via="lospescadosrock" data-related="www.culturab.blogspot.com:Blog de Juan Fernando Andrade" data-lang="es">Tweet</a><script type="text/javascript" src="http://platform.twitter.com/widgets.js"></script></div>Juan Fernando Andradehttp://www.blogger.com/profile/15385743473288181379noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3484386956709987028.post-36122803543274678522021-11-15T19:43:00.003-05:002021-11-15T19:43:54.886-05:00La fiebre del oro<div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2kP4bVMgWCBWXMSeDn4R0B9M0DBvqS0omMeE7h5ay2VYkAQumN-YLdJGYo5DeTMRJX6yKdTYZg4-V_yEct8UjC2xQiBfX1s7J5kAMm4RbWxqYdmTw9G5r8HyS3O9txXhx_IMghuiE9Ec/s910/pesas.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="512" data-original-width="910" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2kP4bVMgWCBWXMSeDn4R0B9M0DBvqS0omMeE7h5ay2VYkAQumN-YLdJGYo5DeTMRJX6yKdTYZg4-V_yEct8UjC2xQiBfX1s7J5kAMm4RbWxqYdmTw9G5r8HyS3O9txXhx_IMghuiE9Ec/w640-h360/pesas.jpeg" width="640" /></a></div><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Hace poco más de un mes ningún ecuatoriano conocía el significado de la palabra halterofilia. Supongo que quienes la enseñan, la practican y la califican saben de lo que hablan, pero se trata de una minoría sin voz ni voto. Hasta que llegó la fiebre del oro. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Hace poco más de un mes las redes sociales se llenaron con la misma broma repetida mil veces: “No se hagan, ustedes también creían que halterofilia era una perversión sexual”. Y la verdad es que sí, a eso suena, a la prima de la “harpaxofilia” (deseo de ser asaltado con violencia) o incluso de la pedofilia.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Halterofilia, para que lo sepan, es como se llama formalmente al “levantamiento de pesas” competitivo. Y en las pasadas Olimpiadas de Tokyo una atleta ecuatoriana consiguió por primera vez una medalla de oro en esta disciplina. Pero además de ser mujer, lo que ya es trendsetter, se trata de una mujer negra: si quieren ser políticamente correctos, pueden decir “afro-ecuatoriana” o “afro-descendiente.” </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">La pesista llegó a Quito en un vuelo de KLM y, mientras el avión rodaba por la pista, salió por una de las ventanas de la cabina con nuestra bandera en las manos. El país entero se volvió loco, se emocionó, se excitó. Fuimos uno, dicen, pero yo no siento el triunfo como propio. Yo no competí, ni siquiera vi la competencia, no hice barra ni antes ni después del triunfo, y jamás he militado para que mejoren las condiciones en las que entrenan nuestros deportistas. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">La pesista, aunque ya no sea tendencia, sí que figuró, y con razón. Le dieron una vivienda “digna” para ella y su familia; le regalaron un auto del año; recibió una beca completa de la universidad privada más prestigiosa del país; y el mismo presidente de la República le entregó un cheque por cien mil dólares. Su vida cambió, y sólo tuvo que ser la mejor del mundo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">El oro, sólido y redondo y brillante, la separó del ecuatoriano promedio, que vive con cinco dólares diarios o menos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Ahora, la pesista es el molde del patriota, del que lucha, del que se sacrifica, del que puede vencer toda adversidad. Ese parece ser el mensaje: si eres mujer y vienes de una minoría racial, históricamente excluida, y pretendes lujos propios de la aristocracia como la educación, una vivienda “digna”, un auto propio o algo de dinero en el banco, tienes que ser la mejor. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">No la mejor de tu barrio ni la mejor de tu país sino la mejor del mundo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Si no regresas con el oro entre las manos, o entre los dientes, mejor no regreses.
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">@pescadoandrade</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">(<a href="https://www.ecos-online.de/" target="_blank">ECOS</a>)</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div>
<iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/OwJNQnjHn80" title="YouTube video player" width="500"></iframe><div class="blogger-post-footer"><a href="http://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-count="none" data-via="lospescadosrock" data-related="www.culturab.blogspot.com:Blog de Juan Fernando Andrade" data-lang="es">Tweet</a><script type="text/javascript" src="http://platform.twitter.com/widgets.js"></script></div>Juan Fernando Andradehttp://www.blogger.com/profile/15385743473288181379noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3484386956709987028.post-57527373718928422472021-10-20T19:52:00.002-05:002021-10-21T11:26:09.636-05:00Roseando <div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQVSvQcss0TmGbdjXxE0u2jVL1r8x0WPPNsPqUQHmmOma1SHulqeJPYJ80cR1aARhPBgJEZ_CVHWR-XKlRH_L0a9fxOcwLf0I3st11-bTpL5pqcqMYQeCfagJ5e8QpqwZOdfOXB8aXOH0/s640/Rossellini.webp" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="640" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQVSvQcss0TmGbdjXxE0u2jVL1r8x0WPPNsPqUQHmmOma1SHulqeJPYJ80cR1aARhPBgJEZ_CVHWR-XKlRH_L0a9fxOcwLf0I3st11-bTpL5pqcqMYQeCfagJ5e8QpqwZOdfOXB8aXOH0/w640-h640/Rossellini.webp" width="640" /></a></div><br /><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Lo que realmente le interesaba a Rossellini, lo que él pretendía -con esfuerzo y sacrificio- extraer de esto que llamamos experiencia de vida, era la capacidad de entender. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Así: ser capaz de entender. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Poder</i> entender, para ser más claros. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Tener </i>el poder, para ser más precisos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Esto lo dijo poco antes de cumplir los 71 años, misma edad a la que murió; y se lo dijo, claro, al YouTuber más cool de la época (asumo que harto conocido por quienes coinciden en este festival), el español Joaquín Soler Serrano, en el ya escrito en piedra programa de entrevistas <i><a href="https://www.youtube.com/watch?v=lDjlWPmcTeo&t=693s" target="_blank">A fondo</a></i>. “La mía era una preocupación de orden moral. Entender las cosas, esa era mi preocupación. La posición de un hombre debe ser de juicio. Y, sobre todo, un gran esfuerzo por entender. Ese es el gran esfuerzo. En cambio, normalmente, se hace de todo por no entender. Porque resulta mucho más fácil manipular a los hombres con las emociones en vez de con la razón. Eso es algo que pude constatar en mi vida. Y es algo que es atávico y proviene de la historia. Es casi ancestral. Y creo que hay que liberarse de eso”. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Otra cosa que dijo esa noche, en lo que ahora vendría a ser “poco antes de morir”, entre cigarrillos y con absoluta seriedad, fue que lo único de lo que le hubiese gustado asegurarse es de haber sido una persona útil. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Pausa. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Hagamos los números o, mejor, contemos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">1 = Entender. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">2 = Ser útil. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Si, como se dice con sospechosa certeza, 1 más 2 son 3, yo no dudaría en seguir la lógica propuesta por esta ecuación. Es decir: </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><b><span style="font-family: times; font-size: x-large;">1(Entender) + 2 (Ser útil) = 3 (Hacer cine) </span></b></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Lo más emocionante de una retrospectiva o una muestra, como prefieran, es el ambiente que genera: el de la ciudad tomada por un artista, por un cineasta, por un tipo que se ponía terno para salir de su casa y hacer películas. Un autor que también tuvo que filmar para comer (“películas alimentarias”, les decía), y filmó como mejor pudo entender la historia de varias ciudades tomadas; ciudades tomadas por la guerra, tomadas por el amor, tomadas por los personajes y las líneas y los encuadres de Rossellini, como Quito debería sentirse hoy. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Es verdad que la muestra (o retrospectiva) debería ser más larga, que uno debería tener más películas de Rossellini al alcance del bolsillo para pasar más tiempo dentro de ellas y, obvio, más tiempo con él. Y deberíamos tener, también, algo más de morbo: mal que mal, hablamos de un cineasta italiano, no es gente que se guarde muchas cosas. Por ejemplo: un documental muy gráfico de los años que pasó casado con Ingrid Bergman, la mamá de Isabella Rossellini. Con gente así de interesante y así de bella involucrada en este asunto, ¿por qué no incluir un documental (medio-cine/arte-medio-farándula-nacional) que no sea una película <i>del</i> director sino <i>sobre</i> el director? Nada como un buen chisme sobre un neorrealista italiano, dijo nadie nunca. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Así las cosas, recibimos tres películas que de todas las maneras son suficientes para poner a prueba el teorema de Rossellini. ¿Entendió algo? ¿Sirvió para algo? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Venimos de una época dura, estamos aún entre el shock y el trauma y lo que sea que venga después. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Muchos dicen que la pandemia fue el equivalente a la Segunda Guerra Mundial para quienes no la vivimos, el evento bisagra, el verdadero quiebre del siglo; y algo sabe Rossellini sobre la guerra y planes que se derrumban y seguir viviendo cuando pensábamos que ya no habría más vida para vivir. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y las preguntas son las mismas: ¿Lo entendió? ¿Fue útil? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y ambas preguntas se responden de la misma forma: el cine. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Imagínense estas tres películas sobre la mesa, las latas cayendo de la mesa al piso y sonando (porque puedo) como los Stone Roses en <i><a href="https://www.youtube.com/watch?v=57ajn-NXtdc" target="_blank">I Am the Resurrection</a></i>, los rollos desenrollándose de sí mismos pero enrollándose entre ellos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Pues bien, hay que agarrar estas películas y medirlas con la vida, poner una cosa al lado de las otras o capaz espalda con espalda; tomar medidas, hacer cálculos, y decidir si en lo que filmó Rossellini hay o no hay verdad. Porque si la hay, si al final o al medio o al principio de su carrera hay verdad, si este hombre pudo entender algo y luego contarlo de tal forma que nosotros lo entendamos también, para buscarlo o evitarlo, da lo mismo, y lo hizo con películas, creando donde antes no había nada o donde hubo algo que ya nadie recuerda, no cabe la menor duda de que estamos hablando de una persona que fue, sobre todas las cosas, útil a la humanidad. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Pienso ahora en un amigo que tiene mi edad y una hija de seis años. Algo que me ha dicho varias veces es esto: mi hija tiene que saber leer y tiene que saber nadar. Aquí hay verdad. Por si no la habían visto o no la conocían, así es y así se ve la verdad: leer y nadar. Rossellini me ha hecho pensar en esto.
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">@pescadoandrade </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">(<a href="https://eurocineecuador.com/pelicula-categoria/roberto-rossellini/" target="_blank">Eurocine 2021</a>) </span></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;"><br /></div>
<iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/NFEt_EqqUqA" title="YouTube video player" width="500"></iframe><div class="blogger-post-footer"><a href="http://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-count="none" data-via="lospescadosrock" data-related="www.culturab.blogspot.com:Blog de Juan Fernando Andrade" data-lang="es">Tweet</a><script type="text/javascript" src="http://platform.twitter.com/widgets.js"></script></div>Juan Fernando Andradehttp://www.blogger.com/profile/15385743473288181379noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3484386956709987028.post-62855587552020863082021-10-07T15:25:00.002-05:002021-10-08T09:56:50.874-05:00Hablar demasiado, callar demasiado <div style="text-align: center;"><b><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSTW_OT6XHTBcpbHHOjdUYBO0ZwJXTtxvsXC3sTpAU0hag4G8k6rVtTsdJxLLRnZZ2Ffne_mp6H7JRb2am9RjTuEFU3fmeBeQ3UWmGeu2bnb-UFPJMc3PQCpRC8jAVGzMHR1sQf8jM1Bg/s1500/Hablas_Demasiado_COVER_2021_FINAL_DIGIwebsml.png" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1500" data-original-width="1036" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSTW_OT6XHTBcpbHHOjdUYBO0ZwJXTtxvsXC3sTpAU0hag4G8k6rVtTsdJxLLRnZZ2Ffne_mp6H7JRb2am9RjTuEFU3fmeBeQ3UWmGeu2bnb-UFPJMc3PQCpRC8jAVGzMHR1sQf8jM1Bg/w442-h640/Hablas_Demasiado_COVER_2021_FINAL_DIGIwebsml.png" width="442" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La portada es de Juan Miguel Marín</td></tr></tbody></table><br /></b></div><div style="text-align: center;"><b><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></b></div><div style="text-align: center;"><b><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></b></div><div style="text-align: center;"><b><span style="font-family: times; font-size: large;">HD: Behind the Book </span></b></div><div><div style="text-align: center;"><b><span style="font-family: times; font-size: large;">(prólogo a la nueva edición) </span></b></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>I’ll try </i></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i> but you see </i></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i> it’s hard to explain</i> </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- The Strokes - </span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">La primera edición de <i>Hablas Demasiado</i> se publicó en noviembre del 2009 y se presentó en la Feria Internacional del Libro de Quito, en el Centro de Convenciones Eugenio Espejo. Recuerdo los días previos pero no mucho de la noche en cuestión. Nunca he celebrado tanto algo en mi vida como la aparición de mi primera novela: fueron jornadas enteras de non-stop drinking con varios amigos o con quien estuviera dispuesto o con quien se encontrara presente. El escritor chileno Alberto Fuguet, que de alguna manera apadrinó el libro, me escribió por mail, “No tomes tanto, para que te acuerdes”; el día de la presentación, Francisco “El Pájaro” Febres Cordero, que ahora aparece en mis textos y en mi vida como El Patrón o como Obi-Wan, me dijo “No tomes tanto, o no vas a llegar a la presentación”. Fueron dos buenos consejos que, como tantos pero tantos otros, ignoré. El cineasta Sebastián Cordero, que presentó el libro frente a un auditorio totalmente lleno de gente y escritores (no es lo mismo) nacionales e internacionales, tuvo que soportar mi borrachera exhibicionista, el peso del ridículo, y sacó adelante la noche con mucho esfuerzo y no poca vergüenza: a veces, medio en broma pero no tanto, me pregunta, “¿Te acuerdas de lo que pasó en el lanzamiento de tu libro?” Pensando en esto, me siento como los padres de familia que no recuerdan el nacimiento de sus hijos porque empezaron a festejar muy temprano, capaz antes de la concepción, y llegaron al alumbramiento borrachos. Pero no me arrepiento de nada.
</span></div></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">¿Arrepentirme? </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">¿Para qué? </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">¿Cambiaría eso las cosas? </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">¿Cambiaría yo? </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">No creo.
</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><span style="font-family: times; font-size: large;"><span><div style="text-align: justify;">Dos o tres días después, Hernán Altamirano, gerente de Dinediciones (la empresa que publica la revista <i>Mundo Diners</i>, para la que aún trabajo) y Fernando Revilla, por ese entonces gerente del grupo editorial Santillana en Ecuador, me invitaron un ceviche con cervezas en el Zavalita de Quito, muy cerca de la iglesia de Nuestra Señora de Fátima. Sabía de lo que querían hablar, el elefante rosado en la habitación era imposible de camuflar, seguía mareado, y aunque el almuerzo tuvo algo de intervención mandaron la buena onda y la complicidad. Lo hicieron por mi bien, digamos, aunque yo escuché todo con los brazos cruzados sobre el pecho, como un rockero al que el resto de la banda le dice algo tipo, “Cagaste un show importante porque estabas borracho”. Pero ni tanto. Lo que Hernán me dijo, por ejemplo, fue esto: “Ese no eres tú” (y no lo era, terminaría siendo bastante peor, aunque ya no en público). De haber conocido a Don Draper como lo conozco ahora (somos íntimos), habría recordado una de sus tantas frases para el bronce: “Cuando te dicen que deberías tomar menos, ya tienes un problema con el trago”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="text-align: left;">En todo caso hay algo que he aprendido con los años, de tumbo en tumbo, como dicen, y que me parece real: cuando uno se daña no sufre tanto por sí mismo sino por los que sufren por culpa suya, es decir, mía. O nuestra. Quisiéramos andar por la vida sin hacer sufrir a nadie, pero no siempre es posible ni depende sólo de nosotros.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="text-align: left;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="text-align: left;"><b>*</b></span></div><div style="text-align: center;"><span style="text-align: left;"><b><br /></b></span></div><div style="text-align: justify;">Ahora que lo pienso, estaba feliz pero también algo o capaz muy nervioso. Había expectativa, creo. Llevaba par años publicando crónicas mensualmente en las revistas <i>SoHo</i> y <i>Mundo Diners</i>, y no me iba mal. Me leían, me mandaban de viaje por todo el país y a veces también fuera del continente; ganaba premios y conocía a los grandes cronistas latinos de la época (una época en la que nadie quería ser <i>periodista </i>sino <i>cronista</i>; en serio, estaba muy de moda). Una de mis crónicas, de hecho, terminó convertida en la película <i>Pescador</i>, dirigida por Cordero y con el actor guayaquileño Andrés Crespo en su primer papel protagónico. La película ya cumplió diez años, pasó el tiempo y seguimos siendo amigos y capto que lo mejor no es trabajar juntos sino pasar tiempo juntos, conversar, tomar algo, chismear, nerdear, hacernos reír, decir cosas como "Sería una gran peli". No se puede pedir mucho más que eso.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span>A veces me reconocían en la calle y me pedían autógrafos (aún no existían las selfies, así de viejo soy); periodistas más jóvenes que yo o estudiantes de periodismo me buscaban para entrevistarme y conocerme; periodistas mayores que yo me invitaban a cenar y me trataban como a una quinceañera debutante que se presentaba en sociedad; diarios y revistas y páginas web me invitaban a colaborar con ellos y me pagaban lo mejor que podían. Diario El Comercio me ofreció abrir un blog que aún conservo activo y que ellos financiaron por un par de años.</span></div><div style="text-align: justify;"><span><br /></span></div></span><span><div style="text-align: justify;">Desde que tenía quince o dieciséis años y empecé a escribir cuentos (fantásticos, horribles, tipo Universidad Católica), mis amigos y mi propia familia me decían que jamás podría ganarme la vida escribiendo porque nadie se ganaba la vida escribiendo, pero yo sólo he tenido dos trabajos: fui de todo en un bar, desde mesero hasta administrador pasando por mi puesto favorito, Barman/DJ (te robas tragos de la barra, bebes con los clientes, pones música), y renuncié cuando me propusieron ser reportero de planta en las revistas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><span><div style="text-align: justify;">Tengo amigos que me dicen “eras famoso”, pero nunca tanto, además, en este país la palabra <i>famoso</i> se ha convertido en un insulto que señala la profundidad del vacío. Más bien creo que estaba hablando, hablando demasiado, más de la cuenta, y algunos estaban escuchando y hasta prestando atención.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: center;"><b>*</b></div><div style="text-align: justify;"><span style="text-align: left;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="text-align: left;">Recuerden que era el 2009, las librerías independientes de Quito aún no cobraban el protagonismo que tienen ahora, nadie vendía libros en redes sociales, yo era todavía veinteañero pero no tenía ninguna red social, y había que abrirse espacio entre Libri Mundi, Mr. Books y la Librería Española para más o menos existir o constar en la nómina. Ahí estaban mis libros y se vendían y las críticas, en su mayoría, eran buenas o muy buenas, tanto las de los lectores como las de los periodistas.</span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><span><div style="text-align: justify;">Hubo una crítica, todo hay que decirlo, que destrozó la novela sin piedad. La escribió Daniela Alcívar Bellolio, una autora de tomo y lomo a la que no sólo admiro sino que también aprecio. Me llegó un día entre los comentarios del blog: aquí donde me ven, tengo o tenía trolls que vivían pendientes de mí, gente de bien. La crítica de Daniela es genial por donde se la vea, bien redactada, bien argumentada, sólida, punzante, divertida. Ahora que volví a leerla (se llama <i>Hablas demasiado, no dices nada</i> y se encuentra en el blog que mantuvo Daniela algún tiempo, <i>El Desprecio</i>) me encuentro con perlas como esta, “Andrade y algunos de sus colegas de generación estarán, quizás, encantados con ser identificados como autores-mercaderes, ya que escriben con los ojos puestos en el afuera más burdo: el del posible público lector, y eso les enorgullece. No se trata aquí, por supuesto, de despreciar a nadie: ni a los lectores (yo soy una) ni a las estadísticas de las editoriales; se trata de poner de manifiesto una cierta tendencia, un movimiento de la nueva generación de narradores ecuatorianos que entran con paso firme en editoriales, en revistas, en antologías y que, creo, deben su existencia a una realidad continental que, aunque toca a la literatura, no tiene nada de literaria.” O esta, “Pocas veces me he encontrado frente a un libro tan apegado a las leyes del mercado, tan vaciado de toda forma literaria, tan ajeno a cualquier reflexión. La historia es la de un joven que se considera a sí mismo un perdedor nato, un pobre niño rico que vive en la calle República del Salvador y que mira, entre borracho y melancólico, cómo su vida es un auténtico infierno: está por graduarse de finanzas en la Universidad San Francisco, vive solo en un departamento (con ascensor propio, por cierto) en una zona cara de Quito, tiene un carro y dinero suficiente para comprar todo el alcohol que necesite para soportar tan horrenda existencia. Digamos que es un tipo que de verdad sufre: toda la novela está construida a través de las quejas del narrador que se quiere construir a sí mismo como un ser amargado y misántropo pero que no es más que eso, un pobre niño rico.”</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><span><div style="text-align: justify;">Daniela dio justo en el clavo: pobre niño rico. De eso se trataba el libro, esa fue la idea, darle una historia y una voz a un personaje que por su naturaleza no debería tener mayores inconvenientes en la vida. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><span><div style="text-align: justify;">Hubo un tiempo, más o menos memorable, en el que los festivales de cine se peleaban las películas de “niños ricos de países pobres”, y supongo que <i>HD</i> pudo haber estado en uno de ellos y capaz hasta ganaba un premio: algo como “mejor guión adaptado” me hubiese alegrado, pero no pasó. Varias personas me ofrecieron llevarla al cine, llegué a leer un par de guiones, tuve reuniones, hablé de dinero y de ventas de derechos, pero nadie me convenció y, para los que todavía me preguntan si algún día la filmaré yo, pues no, no lo haré. The End.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><span><div style="text-align: justify;">Mientras todo esto pasaba, el rock and roll pero también las críticas, las denuncias por aniñado y superficial y agringado, <i>you know?</i>, el libro se seguía vendiendo y cada tanto pasaba por las oficinas de Santillana (Eloy Alfaro y 6 de Diciembre, me acuerdo) y retiraba cheques que nunca me permitieron renunciar a mi trabajo para dedicarme exclusivamente a la literatura, pero ayudaron mucho en el momento preciso.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><span><div style="text-align: justify;">Cuando terminé la novela, en agosto del 2009, había pasado un año (no libre de frustraciones y ataques de pánico) trabajando con la consigna de no aburrir a nadie. Mal que mal, estudié cine y escribía ficción pero venía y vengo del periodismo, donde, como en una buena joda, toda línea cuenta. Ahora bien, cuando digo que no quería aburrir a nadie me refiero esencialmente a mí. Como lector, más que como escritor, quería/necesitaba una novela donde hablaran mi idioma, una novela en la que pudieran estar mis amigos y sus ideas, una novela en la que sonaran los discos que escuchábamos juntos, una novela que fuera capaz de atrapar a los que no leen. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Y lo logré.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: center;"><b>*</b></div><div style="text-align: center;"><b><br /></b></div></span><span><div style="text-align: justify;">En una movida editorial y comercial que agradezco hasta el día de hoy, la gente de Santillana/Alfaguara (gracias Verónica Mosquera, gracias Annamari de Piérola y, sobre todo, gracias María Fernanda Heredia, que fue quien me invitó formalmente a escribir una novela para el sello) logró infiltrar <i>HD</i> en colegios de todo el país y fue ahí cuando empezó lo bueno. Para esto, sacaron una edición de bolsillo que costaba la mitad, venía con Bonus Tracks y portada nueva. Yo diría que en ese momento la novela cobró realmente vida y alcance. Aunque se trataba de un libro “problemático” por la cantidad de groserías y malas palabras y bla-blá que decían el narrador y sus amigos, le habló directamente a una generación de nativos digitales que ya veían al papel como algo medio vintage.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><span><div style="text-align: justify;">Y esa fue mi gente. </div><div style="text-align: justify;">La pipol, que le llaman. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Empecé a recibir invitaciones de colegios en los que, me dijeron, los alumnos habían mostrado interés en conocerme: colegios de Guayaquil, Cuenca, Quito, Loja, El Coca, colegios privados y públicos; es más, en los colegios públicos encontré más apoyo que en cualquier otra plataforma. Y fue increíble. Los chicos eran fans, se sabían los nombres de los personajes, se identificaban con ellos, repetían los diálogos de memoria, me preguntaban si esto o aquello era verdad y dónde podían conseguir esto y aquello porque querían probarlo y saber cómo era. Y también me reclamaban porque no todos sentían que el final había sido justo con Juliana, un personaje que yo creía secundario pero que resultó ser el más cercano para muchos o más bien para muchas adolescentes de principios de siglo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><span><div style="text-align: justify;">Quisiera mencionar a varios colegios y a varios alumnos y a varios profesores que, como dicen en Argentina, me hicieron <i>El Aguante</i>, pero hay un recuerdo que lo atomiza y explica todo con nitidez, en alta definición y 4K. </div></span></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Me invitaron al Colegio Militar Abdón Calderón (COMIL 10), en Chilibulo, al sur de Quito, una zona que Miguel Morales, el pobre-niño-rico narrador de la novela, capaz no conoce hasta ahora; o quién sabe, hace mucho que no lo veo, de pronto se casó con una metalera del deep south y ahora tienen un bar juntos y escuchan Slayer los martes por la tarde, ¿por qué no? El caso es que llegué al colegio esperando más o menos lo que ya me había pasado en otros colegios: un salón de clases, varios alumnos en mi esquina, un profesor que podría o no estar “de acuerdo” con el libro (en Loja, una profesora me preguntó, muy seria, si lo que yo hacía era sub-literatura), alguien que dijera que sus padres le habían prohibido leer mi novela, alguien que la había leído a escondidas de sus padres (en el recreo, en el bus, mientras se suponía que debía estar haciendo deberes o cuidando a sus hermanos menores) ese era, digamos, el estándar; pero esta vez la magnitud del evento sobredimensionó lo que pudo haber sido una visita médica de rutina.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><span style="font-size: large;"><span style="font-family: times;"><div style="text-align: justify;">Después de recibirme, me llevaron no a un salón de clases sino al aula magna del colegio, donde entraban todos los alumnos/cadetes que habían leído <i>HD</i>: eran tres cursos, así que hablamos al menos de entre 300 y 600 alumnos más sus profesores, las uniformadas autoridades del plantel y, sentados en primera fila, furiosos, trompudos, también sus padres. Había en un extremo una especie de escenario y sobre éste una mesa larga y solitaria como la de Bruno Díaz en su mansión. Pensé que al menos un profesor se sentaría a mi lado, pero no, éramos mi libro y yo contra el mundo y por toda compañía tenía una bandera del Ecuador a mis espaldas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><span style="font-family: times;"><div style="text-align: justify;">Me presenté, agradecí la invitación y más que nada agradecí el tiempo que le habían dedicado tanto estudiantes como profesores a mi novela pop y superficial y nada literaria. Luego, cuando esperaba preguntas o algo por el estilo, un padre de familia que ahora podría ser abuelo se levantó de su asiento y dio un discurso que me pareció ensayado y del que recuerdo dos cosas puntuales. 1) Cuando yo era estudiante, dijo, nos mandaban a leer <i>Los tres mosqueteros</i> de Alejandro Dumas, no esta basura. 2) Yo mando a mi hijo a este colegio para que lo eduquen, no para que lo deseduquen (usó esa palabra: deseduquen). El ataque era justo, se trataba de un padre preocupado por el contenido que estaba recibiendo su hijo en un colegio militar, nada más, pero sus argumentos eran ciertamente cavernarios. Me tocó responderle y dije lo que sigo diciendo hasta ahora: si su hijo leyó el libro fue por algo, porque conectó con algo, porque sintió algo que no había sentido con los libros que usualmente lee, y si le gustó éste de pronto se forma en él el hábito de la lectura y llega por decisión propia no sólo a Dumas, también a Dickens y a Dostoyevski, lo importante es que leyó un libro y no sintió que perdió el tiempo. Dicho esto, empezaron otros rugidos de padres de familia que, confundidos entre sí, distorsionados, sólo pude entender como insultos inentendibles pero gruesos. Un profesor, capaz el inspector o algo por el estilo, hizo un llamado a la calma y pidió a las personas que deseaban hablar que por favor levantaran la mano. La primera en hacerlo fue una chica que estaba sentada junto a su madre (la señora no se levantó), y dijo “Gracias a este libro pude hablar con mi mamá sobre sexo”; otro chico dijo “Las malas palabras no existen” y otro dijo, gritó, “Los rebeldes son los que cambian el mundo” y a ese grito de independencia y victoria le siguió una avalancha de aplausos, no para mí sino para él, yo mismo me puse de pie para aplaudirlo y los chiflidos de los hijos mantuvieron quietos y sentados a los padres y, me di cuenta, los profesores también se pusieron de mi lado. Ganamos, pensé. Y al final el rector, que seguramente era un coronel o en todo caso poseía un rango militar y un sombrero militar, me regaló una estatuilla de Abdón Calderón: de pie y muy firme, antes de ser mutilado al mejor estilo de la ciencia ficción, con su uniforme de batalla, los brazos pegados al cuerpo y la mirada puesta en el corto horizonte que lo esperaba. No suelo guardar nada relacionado a mi trabajo, ni copias de mis libros ni afiches de producciones con las que haya colaborado o siquiera promocionales de los conciertos que di con mi banda, pero guardo esa estatuilla y cada vez que alguien viene a visitarme espero que me pregunte, sin saber en qué se mete, "¿Qué es eso?"</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: center;"><b>*</b></div><div style="text-align: center;"><b><br /></b></div><div style="text-align: justify;"><b><br /></b></div></span><span style="font-family: times;"><div style="text-align: justify;">De la edición de bolsillo se hicieron entre cuatro y seis “reimpresiones”, como se dice ahora. Luego la novela salió del catálogo de Santillana y desapareció. Desde entonces, cada tanto, me escribe alguien para preguntarme cómo puede conseguirla e incluso para ofrecerme dinero en caso de que pueda venderle una de las copias que creen que conservo: al parecer, el libro ha sido muy robado o muy regalado a novias que nunca lo devolvieron. Pero, ya se dijo, no conservo nada, así que he pirateado mi propia novela enviando el PDF a distintas partes del país y del mundo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Durante un tiempo, ya muy pasado el 2009 y también muy pasado yo, me pareció correcto que <i>HD</i> se desvaneciera del todo, como su autor, y hasta dejé de ir a lanzamientos de libros o a cualquier tipo de evento cultural porque la preguntita esa de “¿Para cuándo la segunda novela?” francamente me cabrea. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Han pasado ya doce años (¡doce!) desde la publicación del libro dizque rockero y grunge que se transformó en una especie de, “Señora, ¿sabe usted dónde está su hijo?, ¿sabe qué está haciendo?, ¿quién?, ¿lo conoce?”. Y vaya que ha pasado agua bajo el puente y sobre el puente, una cantidad de inundaciones a las que sobreviví no sé cómo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Una vez le escuché decir al autor colombiano Santiago Gamboa que para ser escritor hay que hacer dos cosas, leer muchos libros e irse de la casa. Yo nunca me fui. Sigo aquí, en Quito, Ecuador, en el barrio de Miguel que es ahora más mío que nunca. Pero, en honor a la verdad, puedo decir que me fui de este mundo y que ese viaje me hizo el escritor que necesitaba ser para publicar otra novela. Los que saben más o menos de qué va me dicen que <i>HD</i> es la precuela de lo que se viene, no creo, pero sin duda es un antecedente. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Por cierto, ya tenemos título (de disco doble):</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b>ADICTO </b></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><span><b>//<i>/</i></b></span><b> </b></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b>COMEDIA ROMÁNTICA </b></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b><br /></b></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b><br /></b></span></div><span style="font-family: times;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Lo último que quiero decir sobre <i>HD</i> es que una vez salí con una mujer que me sigue pareciendo preciosa y que cuando venía a mi apartamento le decía al guardia del edificio que se llamaba Clara, como el aniñado objeto del deseo en la novela. Hace unos días, robándome palabras de Pedro Lemebel, le mandé un recado: <i>Yo te voy a amar como un perro, y tú sólo tienes que dejarte querer</i>. Eso te puede pasar si te haces escritor. Para todo lo demás existe Diners.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: large;">@pescadoandrade</span></div><div style="font-size: x-large; text-align: center;"><br /></div><div style="font-size: x-large; text-align: justify;"><br /></div></span>
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<iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/I3NKxV0RU4A" title="YouTube video player" width="500"></iframe>
</div><div class="blogger-post-footer"><a href="http://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-count="none" data-via="lospescadosrock" data-related="www.culturab.blogspot.com:Blog de Juan Fernando Andrade" data-lang="es">Tweet</a><script type="text/javascript" src="http://platform.twitter.com/widgets.js"></script></div>Juan Fernando Andradehttp://www.blogger.com/profile/15385743473288181379noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3484386956709987028.post-9049909442447742022021-09-03T11:36:00.001-05:002021-09-04T00:43:16.509-05:00¿Qué tan bueno puede ser un abogado? (un tema de género) <div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><span style="caret-color: rgb(0, 0, 0); text-align: start; text-size-adjust: auto;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3YEdYhEVnTrVof9VXhIUXnyk8nfNOesGNQ2iwW05AF8UtssMKSKWSjnvP9a90pwm2gzt6GfZsc853RaAJuCt_bSVULK4S8iW0PVLS0mQd6CUxIiQdQH4d04FtjTAi1yMNmm3XYFMMQvI/s533/G1.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="533" data-original-width="400" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3YEdYhEVnTrVof9VXhIUXnyk8nfNOesGNQ2iwW05AF8UtssMKSKWSjnvP9a90pwm2gzt6GfZsc853RaAJuCt_bSVULK4S8iW0PVLS0mQd6CUxIiQdQH4d04FtjTAi1yMNmm3XYFMMQvI/w480-h640/G1.jpeg" width="480" /></a></div><br /><i><br /></i></span></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><span style="caret-color: rgb(0, 0, 0); text-align: start; text-size-adjust: auto;"><i><br /></i></span></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><span style="caret-color: rgb(0, 0, 0); text-align: start; text-size-adjust: auto;"><i>You may be a fucking tough guy, but I’m a crazy guy. </i></span></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><span style="caret-color: rgb(0, 0, 0); text-align: start; text-size-adjust: auto;"><i>The difference is crazy guys don’t give up. </i></span></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><span><span style="caret-color: rgb(0, 0, 0); text-align: start; text-size-adjust: auto;">- </span></span>Billy McBride - </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">El escritor uruguayo Mario Levrero, cuya fanaticada creció exponencialmente a partir de su muerte en 2004 (cosa rara en la literatura), llenó su último año de vida escribiendo <i>La novela luminosa</i>, auspiciada por una beca de la fundación Guggenheim. No era sólo un libro, era <i>El</i> libro, <i>La</i> novela, y Luminosa, además. La intención del autor era reconstruir en formato ficción ciertas experiencias ocurridas a lo largo de su vida, experiencias luminosas, es decir, que lo habían iluminado de alguna manera, ayudándolo a entender la vida o mejor dicho a sobrellevarla con menor dificultad, concentrándose en atravesarla y no en comprenderla. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Ya con el asunto económico resuelto, y después de comprar un par de muebles que él consideraba esenciales para su trabajo y para que en su apartamento hubiese muebles, Levrero quiso ponerse en forma escribiendo algo que llamó <i>El diario de la beca</i>, en el que registró todo tipo de eventos. En él describe, por ejemplo, la disposición que ha resuelto para sus muebles nuevos; los pájaros que aparecen en su ventana o en el techo del vecino y a veces aparecen muertos sin que medie explicación alguna; su progreso en el juego que tiene instalado en la misma computadora que debería usar para escribir; las visitas de las amigas que cada tanto se aseguran de que siga con vida y lo acompañan a caminar un rato para que haga ejercicio sin querer. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Lo anota todo y escribe mucho sobre escribir muy poco. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>El diario de la beca</i> alcanza las 450 páginas, a éstas le siguen poco más de 100 páginas de novela propiamente dicha y luego 7 páginas finales, <i>El epílogo del diario</i>, en las que Levrero se fija en los huesos de una paloma y se pregunta dónde estará la calavera. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Mario Levrero murió a finales de agosto del 2004, a los 64 años, y ojalá haya alcanzado a gastar todo el dinero de la beca. <i>La novela luminosa</i> se publicó al año siguiente y fue mejor recibida (o más escandalosamente recibida) que todos sus trabajos anteriores: más de veinte libros entre novelas, volúmenes de cuentos, cómics y hasta un <i>Manual de parapsicología</i> editado en 1978. Era un autor prolífico y en esto se parece mucho a los autores de las novelas negras que consume, una tras otra (hasta tres por día), mientras debería estar escribiendo su próxima y gran y consagratoria novela. Levrero lee historias policiales que compra en su librería de confianza, pero sobre todo que consigue, muy usadas y muy baratas y casi regaladas si les falta la portada, en un kiosko de su barrio. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">En <i>El diario de la beca</i> hace unas cortas y no tan cortas reseñas de estas novelas negras, a ratos con entusiasmo pero también y con cierta frecuencia citando algo de culpa: podía haber estado escribiendo su propia novela, adivinó el final desde la primera página o se dio cuenta, a la mitad, de que ya la había leído. Dicho esto, no puede contenerse, no puede parar, y sigue comprando y leyendo novelas que ya no circulan pero lo ayudan a pasar el día -otro día- sin escribir. Lo maravilloso, lo verdaderamente luminoso, es que cuando escribe en su diario cosas como ésta (que ha malgastado otra jornada resolviendo misterios que no son suyos) uno capta que Levrero puede contar la vida con la claridad de un autor mayor, que tiene los súper poderes para transformar en literatura cualquier cosa que mira, toca, piensa o recuerda. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Las novelas negras pueden hacer lo mismo: necesitan un narrador entrañable; personajes secundarios que, al mismo tiempo, aligeren y compliquen la trama; diálogos que reflejen algo de inteligencia o algo de sabiduría o algo de información; mujeres hermosas, fatales, y hombres ingenuos que acabarán muertos; descansos para el humor también negro; giros (in)esperados que desvíen el camino natural de la historia y despierten en nosotros la célebre pregunta: <i>¿Y ahora? </i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Una novela negra debe cumplir con las demandas del género a las que está acostumbrado el gran público. Por eso, por querer caerle bien a todos, las hay tantas y tan malas. Y por eso, porque algunas logran satisfacer lo mismo al asesino que a la víctima, siguen y seguirán existiendo en la lista de los más vendidos o en las tiendas de aeropuertos, da lo mismo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: x-large;"><b>* </b></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Esto del género es más importante de lo que parece. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Agatha Christie, que algo sabía de género y sociedad y margen de ganancia, ha vendido más de dos mil millones de copias de sus libros de misterio, cifra solamente superada por William Shakespeare y los varios autores de esa antología llamada Biblia. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">El género es clave. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Cuando uno trata de vender un guión para televisión o cine, lo primero que preguntan no es <i>¿De qué se trata? </i>sino <i>¿Qué es?</i> Y la respuesta que buscan es un género: comedia, terror, misterio, drama. Si una película (o un libro, o un disco) encaja dentro de un género es, en teoría, más fácil de marketear, promocionar y vender. Mal que mal, el inconsciente colectivo tiene una idea de lo que significan las palabras <i>drama</i> o <i>terror</i>, las conoce, cree entenderlas a cabalidad, y puede hacerse una idea más o menos clara de lo que está a punto de meterse en la cabeza. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">La mayoría de la gente, creo, escoge la película que quiere ver segundos antes de comprar su entrada en el cine, y lo hace aplicando la teoría del género.
O al menos así era en la vieja normalidad. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Uno, que había pasado varios minutos o varios meses decidiendo qué cinta ver, dónde, a qué hora, en qué silla y con quien; que se había dado el trabajo de armar lo que se dice un plan, se encontraba de pronto haciendo fila a las espaldas de una pareja insoportablemente indecisa (él usualmente de terno, onda after office; ella acaso sobre-producida) que gastaba media hora en la taquilla preguntando este tipo de cosas: <i>¿De qué se trata Pesadilla en el infierno IV?</i> O sea, ¿de qué se va a tratar?, dudo que sea un documental sobre Nelson Mandela (aunque con ese título quién sabe). Y ella pregunta, <i>¿Da mucho miedo?</i> Y él, recio varón, comenta, <i>Es una película, vida, no seas tontita</i>. Y el pobre empleado del cine dice algo tan científico como esto: <i>No da taaanto miedo, si le gustan las de terror, le va a gustar</i>. Y así diez o quince o veinte minutos más hasta que compran dos entradas para <i>Nunca te olvidé</i> no sin antes preguntar, <i>Pero no voy a llorar, ¿verdad?, júreme</i>. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">El género es una especie de garantía. Si te gusta el terror, y te asustas, no pedirás tu dinero de vuelta; si te gusta el romance, y te conmueves, no pedirás tu dinero de vuelta; si te gusta la comedia, y te ríes un par de veces, no pedirás tu dinero de vuelta; si te gustan las mujeres y ves a un par de chicas jóvenes en una playa nudista y, ya que estamos, una escena de sexo entre ellas, no pedirás tu dinero de vuelta. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">A mí me basta con una chica linda que tenga sentido del humor, que escuche buena música, que sepa quién es Murakami o quiera saberlo, y que sea pretendida por un tipo (esto es importante) no-tan-guapo, ojalá rockero, más autista que cool, y que al final se quede con la chica o esté mejor sin ella. Si el cine me garantiza eso, una comedia romántica, no pediré mi dinero de vuelta. El dinero tiene que quedarse en el cine para poder hacer más cine o distribuir más cine y ganar más dinero; para eso hay que ver películas y la forma más sencilla de elegir en qué vas a gastar tu dinero esta noche no es preguntar <i>¿De qué se trata?</i> sino <i>¿Qué es? </i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Hay, también, otro género, el del reparto, <i>¿Con quién es?, ¿Quién sale? </i>Por algo en ciertos afiches el nombre de los actores (o del director, en caso de que valga como garantía) ocupa más espacio que el título de la película. Pero ese es un tema interminable y me dicen que escribir largo pasó de moda, así que vamos al grano. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Yo veo, digamos, casi cualquier cosa en la que se encuentre involucrado Billy Bob Thornton: a veces se compromete con proyectos que están por debajo de su categoría, pero él siempre está bien, él siempre llena la pantalla siendo un saco de huesos y tatuajes, él siempre se echa el equipo al hombro y terminamos ganando todos. Billy Bob es una gran persona y mirando para atrás resulta simplemente correcto que haya sido él, y no otro, quien se casó con Angelina Jolie cuando la actriz y ahora embajadora de la ONU (su especialidad son los refugiados) era la mujer más deseada del planeta. Ella solía lamerle las mejillas, me acuerdo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">La semana pasada vi las hasta ahora tres temporadas de <i>Goliath</i>, la serie de Billy Bob Thornton en Amazon. Fue una maratón que duró 4 días y 24 capítulos (de una hora cada uno, en promedio). Primero me maldije con piedad (igual veo harto, capaz demasiado) por no haberla visto antes, por dudar de mi instinto; segundo pasé del asombro a la felicidad y de la felicidad a la euforia y de la euforia a ser capaz de prostituirme por otro capítulo (escucho ofertas, dicho sea de paso). Y me acordé de Mario Levrero y su adicción a las novelas negras. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Billy McBride (Billy Bob Thornton) no es un detective, es un abogado, pero tiene todo lo que se le puede pedir a un detective de los 40 y en blanco y negro. Pienso en Philip Marlowe, que habitó la piel de Humphrey Bogart, del gran Elliott Gould y de Robert Mitchum entre varios otros; el personaje creado por Raymond Chandler trabajó en todos lados, en Hollywood, en la radio, en la televisión y hasta en una obra de teatro, montada en Londres, en la que el mismo Chandler le encarga a Marlowe la misión de recuperar un manuscrito que ha desaparecido misteriosamente.
Pienso en Marlowe porque McBride pertenece a un tiempo que no es este. Pasa de los sesenta años y bebe más de lo necesario, incluso para los altísimos estándares de la novela negra; está emocionalmente discapacitado, sentimentalmente lisiado, no puede relacionarse ni conectar con nadie de forma orgánica, todos sus lazos afectivos se distorsionan y liberan la personalidad de un hombre que sabe que lo mejor, por el bien de todos, es estar o seguir estando solo. McBride es ese tipo de persona a la que el mundo debe adaptarse, no al revés. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Goliath </i>cumple con todos los requisitos del género policial, los potencia y los vincula con la función judicial mostrando la naturaleza salvaje de ambos. Está el malo-malísimo, un abogado que escucha ópera y está desfigurado, a lo James Bond. Está la colega, más encantadora que guapa, más irónica que cariñosa, más mamá que hermana, más trabajadora que nadie. Están los enemigos, que pueden ser lo mismo abogados de una transnacional que sicarios de un cartel mexicano o ricachones rurales que seguro votaron por Trump y buscan la verdad en el peyote. Está la exesposa, que siente por él un cariño bipolar y violento. Está la hija, que ya no es una niña y se preocupa por su padre, porque su padre ingiera proteínas al menos una vez al día, y se preocupa también porque está empezando a parecerse demasiado a él. Están las secuencias de diálogos memorables en la corte, frente a un juez, frente a un jurado, a la velocidad del WhatsApp pero mejor redactados y sin la opción de dejar a la gente en visto: juraste decir la verdad, ¿lo recuerdas? Están los clientes, los que sufren, los que dudan, los que nunca abandonan la esperanza, esos a los que nos referimos como la gente. Está la gente sentada a la barra de un bar, bebiendo en la oscuridad de un interior a medio día, escuchando música country y hablando como si los estuvieran entrevistando para un documental de HBO. Están, como en las mejores novelas negras, todos los personajes secundarios que brillan intensamente y luego se apagan para siempre. Están los muertos. Están las mujeres con las que Billy McBride no debería meterse pero claro, ya es muy tarde para eso: en una escena están tomando un trago y en la siguiente ella comienza a vestirse y pregunta si en esta casa hay café. Están los informantes y los traidores, están los que prefieren hacer justicia con sus propias manos y están las mansiones de California pero también está el mar de California. Está la amiga joven y prostituta que quiere estudiar derecho, que no siempre toma las decisiones correctas pero es leal y tiene una nariz inolvidable. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Goliath</i> usa las mismas técnicas de seducción que la novela negra, revuelve las mismas sábanas, pero resuelve los casos en posiciones nunca vistas. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Resolver, como dicen en Cuba. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Billy McBride quizás no pueda resolver su propia vida, quizás no pueda hacer por sí mismo lo que hace por los demás, pero, francamente, ¿quién puede? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y ese es el gran misterio. ¿Podrá? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Sólo hay una forma de saberlo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- ¿Qué es? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- Una novela negra. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- Un, ¿cómo se dice?... ¿thriller? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- Digamos que sí, pero con Billy Bob Thornton, eso lo cambia todo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- No lo conozco, dijo, hizo una pausa, ¿debería? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- Más te conviene, dijo el otro, y prefirió no mirarlo de vuelta.
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">@pescadoandrade / @mundodiners </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">(<a href="https://www.revistamundodiners.com/">Mundo Diners</a>) </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div>
<iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/uOPnIrjrDiE" title="YouTube video player" width="500"></iframe><div class="blogger-post-footer"><a href="http://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-count="none" data-via="lospescadosrock" data-related="www.culturab.blogspot.com:Blog de Juan Fernando Andrade" data-lang="es">Tweet</a><script type="text/javascript" src="http://platform.twitter.com/widgets.js"></script></div>Juan Fernando Andradehttp://www.blogger.com/profile/15385743473288181379noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3484386956709987028.post-86873282729339913892021-07-06T20:44:00.002-05:002021-07-06T20:44:43.161-05:0010 Tako Rolls (la pulpa y el ñoño) <div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDw7qygowAiPMO-GjhdGPdTe_eGK47xtVVWzdpr8275_XOkdMn2Qx20Z3gRoQRjMfuiLkixJgdr8r35dakzWwF4DWzp5vO0Bnql1W-w4_Y0hOx8qV4AcAOJ5ZDrkLzmrkU0ObutfCBQmA/s1024/Teacher+.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="695" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDw7qygowAiPMO-GjhdGPdTe_eGK47xtVVWzdpr8275_XOkdMn2Qx20Z3gRoQRjMfuiLkixJgdr8r35dakzWwF4DWzp5vO0Bnql1W-w4_Y0hOx8qV4AcAOJ5ZDrkLzmrkU0ObutfCBQmA/w434-h640/Teacher+.jpeg" width="434" /></a></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><br /><div style="text-align: right;"> <i>Those who can't do, teach, </i></div></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>and those who can't teach, teach gym. </i></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>... of course, those who couldn't do anything, </i></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>were assigned to our school.</i></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- Alvy Singer - </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-size: large;"><span style="font-family: times;">Por favor, lloren. </span><span style="font-family: times;">¡</span><span style="font-family: times;">Ja! </span></span></i></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times;"><span style="font-size: large;">- Charly García - </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b><br /></b></span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b>1.</b> En la octava temporada de <i>Seinfeld</i>, ahora de vuelta en la televisión gracias al canal Warner, hay un episodio llamado <i>El paciente inglés</i>. Como <i>Seinfeld</i> tiene tanto de Chéjov como de Kafka, el episodio en cuestión incluye una especie de pesadilla cómica que persigue y tortura a uno de los personajes. Elaine Benes, que se burla constantemente de sus amigos por machistas y homofóbicos (el feminismo no nació ayer, la homosexualidad tampoco), por cursis y superficiales siendo ella misma la reina de lo vacuo, va al cine a ver la ya mencionada película: y la odia. Esto trae consecuencias: su novio la deja por insensible, su jefe la obliga a verla de nuevo. Ya en la sala, Elaine pierde el control, le ruega a su jefe que se marchen, ambos discuten y cuando la gente les pide que guarden silencio ella comienza a gritar, <i>¡Esta película apesta!</i> Yo sí te creo, hermana.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b>2.</b> Ya decía yo, la película del pulpo le gusta demasiado al mundillo. Y lo decía porque con el paso de los años uno aprende a sospechar de lo que conquista a las masas intelectuales y sensibles; masas que, por otro lado, se creen élites y se victimizan por incomprendidas. Cuando uno es joven y tonto, persigue películas que ganan premios en festivales europeos o asiáticos, películas latinoamericanas financiadas por la <i>intelligentsia </i>del primer mundo, carteles sobrepoblados de laureles, y también películas bendecidas por la Academia. Por suerte, el tiempo pasa y uno se vuelve viejo y sigue tonto pero al menos es capaz de identificar lo que le gusta y lo que no le gusta, aquello que lo alimenta y aquello que lo desnutre. Y después de <i>My Octopus Teacher</i> lo que corresponde es recuperar la energía perdida con proteínas animales, ojalá a la parrilla.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b>3.</b> Un detalle antes de entrar en materia. En 1969, mientras navegaba el Mediterráneo en el yate de Peter Sellers, Ringo Starr encontró un momento para charlar con el capitán de la embarcación (o quizás fue al revés, no lo sé, en esa ocasión no pude acompañarlos). El profesional del timón le habló entonces al rey de los tambores sobre la maravillosa y sorprendente vida que llevan los pulpos en las profundidades. De vuelta en tierra firme, Ringo compuso una pieza capitular: <i>Octopus’s Garden</i> (Jardín de pulpos, digamos), incluida en el álbum <i>Abbey Road</i> y sin duda uno de los trabajos mejor logrados no sólo de Ringo sino y sobre todo de George Harrison, que se apersonó de la canción y la decoró con arreglos de guitarra que se sostienen hasta hoy. El tema dura menos de tres minutos y me parece mucho más conmovedor y hasta más animal-lover (¿o será animal-print?) que el documental del que hablaremos a continuación.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b>4.</b> A comienzos de año visité a una amiga cuyo hijo ha decidido, como yo en algún momento, estudiar cine. Verlo me llenó de ternura: flaco como un palo, el pelo largo cubriéndole parte del rostro, la ropa alternativa pero <i>tan </i>cool, las opiniones arrogantes propias de su edad y de su momento, una belleza. Esa tarde el chico estaba haciendo una tarea para su primer curso de fotografía, capturar escenas de la cotidianeidad, y en algún momento dispuso varios elementos sobre la mesa de la terraza con gloriosa vista a los valles: un plato, una taza con café, un vaso medio lleno de Güitig, una cucharita plateada y brillante. Quería, si mal no recuerdo, que la luz se filtrara por el agua mineral y se reflejara en la superficie del café, algo así. Cero cotidianeidad o cotidianeidad <i>my ass</i>, puras patrañas, pero para eso está joven y para eso está en la universidad. Los que parece que nunca estudiaron o aprendieron a capturar la cotidianeidad son los directores de <i>My Octopus Teacher,</i> la estética de la cinta es tan estancada como prístina, y uno no sabe si está viendo el comercial de un exclusivo resort que promete turismo de aventuras, o el comercial de una tarjeta de crédito que sugiere invertir plata y persona en el turismo de aventuras y se ha montado con tomas hechas por drones. Es como la versión ecológica de la aparatosa e inútil <i>Avatar</i> de James Cameron, o como la versión animada de una cuenta de Instagram. Empezamos mal, me dije, y no me equivoqué.</span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b>5.</b> Los directores del documental, un hombre y una mujer como para que nadie se queje, gastaron una década (desde el 2010) persiguiendo esta quimera que ahora suma a su cartel el dibujito dorado de la estatuilla del Óscar; espero, al menos, que de aquí en adelante sepan aprovechar el prestigio y hagan algo de dinero y capaz una película que se llame <i>En busca del tiempo perdido debajo del mar</i>. La historia, porque eso dicen, “es que esta película tiene historia” (¿nunca habían visto una?), versa sobre otro cineasta, un sudafricano con complejo de Jacques Cousteau pero de nombre más bien tejano, Craig Foster, que en plena crisis de la mediana edad, deprimido y exhausto, sin saber qué rumbo tomar o qué hacer con su familia, evade la realidad metiéndose al mar y buscando a Nemo pero encontrando a una señora pulpa. Este Craig Foster parece el alemán que se casó con esa compañera del colegio con la que pensaste que nadie nunca se iba a casar, el que no bebe o tiene mala borrachera, el que reniega de verdaderos logros de la humanidad como el agua caliente o la Whopper de Burger King, el que anda diciendo que la Pilsener es mejor que la Heineken y que Dios se aparece no cuando suena Bach sino cuando ponen <i>Sopa de caracol</i>, en fin, una persona horrible. Pero íbamos a hablar de la historia: un plagio de <i>ET</i> o de la también ochentera e injustamente olvidada <i>Enemigo mío</i>, que tenía la garra del cine B que tanto le falta a estos ñoños y tenía también un <i>alien</i> que parecía molusco.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b>6. </b>La cultura de la cancelación nos hace miedosos y estúpidos; miedosos porque de pronto importa más el qué dirán y el <i>quién</i> lo dirá que el <b>qué pienso</b> o <b>quién soy</b>; estúpidos porque perdemos el tiempo aclarando que nuestras opiniones son eso, opiniones, y que podemos estar de acuerdo en no estar de acuerdo. Pero yo también he cancelado. Cancelé a Bill Cosby, a quien alguna vez le creí más que a mi propio padre y ahora he optado por no ver o no volver a ver. Dicho esto, y separando al hombre de la obra, como un adulto (O), recuerdo una de las mejores bromas que he escuchado sobre la cocaína, obra del abstemio pero <i>intoxicante</i> Cosby: <i>Un amigo me dijo, “tomo cocaína porque potencia mi personalidad”, yo le dije, “¿y qué pasa si eres un asno?”</i> Eso mismo le diría yo a los que decidieron filmar el calvario submarino de Craig Foster: se trata de un sujeto al que más vale dejar quieto porque nos puede hacer quedar mal a todos. Foster ignora cosas básicas de la misma naturaleza a la que dice amar con toda su alma, como el hecho de que a las lagartijas también les vuelve a crecer la cola; así como ignora que en el documental, como en la ficción, se vale consultar a profesionales, que no se ve nada inteligente ni atrevido googleando como un niño en vez de entrevistar a un biólogo marino que lo saque de las aburridas dudas que mantiene durante hora y media de película (y no se sabe cuántas de vida). Este Foster, además, es de una candidez pálido-rojiza y sospechosa; tiene más de cincuenta años, lo que quiere decir que cuando empezó el proyecto pasaba de los cuarenta, pero recién ahora y gracias a la señora pulpa piensa en su propia mortalidad. Nunca leyó a Thomas Mann o a Camus, no conoce la <i>Confesión</i> de Tolstói ni las conversaciones que mantenían Sófocles y compañía; nunca fue al velorio de un familiar o del hijo de un amigo y llegó a la conclusión de que, como canta Héctor Lavoe, todo tiene su final y nada dura para siempre. Es más, hay un filósofo sudafricano, David Benatar, paisano suyo, que en 2006 publicó un libro llamado <i>Mejor sería nunca haber nacido</i>, pero a este Foster le da pereza googlear esas cosas, está muy ocupado encendiendo su cámara en vez de ocuparse en encender o cambiar los focos de las luces en su cabeza. ¡Ah!, esto es buenísimo: Foster es llorón y de hecho llora frente a la cámara y lejos de conmover o emocionar lo que logra es causar vergüenza ajena. Ahí estaba yo, cual quiteña que estudió en Buenos Aires cuando se devaluó el peso y nosotros nos dolarizamos, preguntándole a la pantalla con mi falsetto argentino, <i>¿Me estás jodiendo?</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><span style="font-family: times; font-size: large;"><b>
7. </b>Un amigo me dice: esa película sólo te da culpa. Yo le digo: a mí me dio hambre. Pienso ahora mismo en el Mizutako: 150 gramos de pulpo, macerado en especias y a la parrilla. Perdón, tengo que hacer una llamada, ya vuelvo. </span><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b>8.</b> Ok, sigamos. ¿Se puede decir algo bueno de <i>My Octopus Teacher</i>? Parecería que no, pero sí. Yo diría dos cosas buenas. A) Dato Wiki: Este Foster fundó, en 2012, el <i><a href="https://seachangeproject.com/" target="_blank">Sea Change Project</a></i>, una organización sin fines de lucro con dos metas específicas: proteger la vida marina y crear conciencia sobre la conservación del bosque de quelpos en Sudáfrica, donde se registró el documental. ¿Cuántos pueden decir <i>Mi película está ayudando al mar</i>? B) Cuando uno está triste, realmente triste, así como cuando se recorre cualquier emoción con intensidad, se verá reflejado en todas las cosas, en todas las historias, pues todas serán la suya, la única. Pero esto no quiere decir que uno escoja siempre la mejor historia para contar y contarse.</span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b>9.</b> Me dicen que, por otro lado, la ahora conocida como “La que debió ganar”, <i>Collective</i>, vale muchísimo la pena y que el tiempo sabrá recocerla con su justo lugar en la Historia. La trama es suficiente para un poema demoledor. En Rumanía, en una disco de metalcore de Bucarest / hubo en el 2015 un incendio / acabó con la vida de 64 personas e hirió a otras 146 / varias de estas personas murieron de maneras no esclarecidas / semanas después de abandonar los hospitales en los que fueron atendidas / El caso fue cubierto por un diario / deportivo / y le siguió el rastro a una crisis sanitaria que llevó ciudadanos a las calles / y derrocó un gobierno.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b>10. </b>Un amigo en cuyo criterio confío me habló muy bien de <i>My Octopus Teacher</i> hace ya varias semanas, hoy le contesté esto: <i>Anoche vi la película del pulpo en Netflix, espero, de todo corazón, y por el bien de las generaciones venideras, que no se te ocurra volver a pisar un aula en calidad de profesor.</i> Me canceló. ¿Cómo se llama la película? Hay que tener la piel ancha.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">@pescadoandrade / @mundodiners </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">(<a href="https://revistamundodiners.com/" target="_blank">Mundo Diners</a>)</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div>
<iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/De1LCQvbqV4" title="YouTube video player" width="500"></iframe><div><br /><div>
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</div></div><div class="blogger-post-footer"><a href="http://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-count="none" data-via="lospescadosrock" data-related="www.culturab.blogspot.com:Blog de Juan Fernando Andrade" data-lang="es">Tweet</a><script type="text/javascript" src="http://platform.twitter.com/widgets.js"></script></div>Juan Fernando Andradehttp://www.blogger.com/profile/15385743473288181379noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3484386956709987028.post-85907489856604948112021-06-07T16:26:00.001-05:002021-06-07T16:26:47.752-05:00Rocky XLV <div style="text-align: right;"><i><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXtJ9QK-Wp0nsP8zYinxFbkmDPUJs79ubV-bCmHdx-UIJotYzbvrnB_LUmDILKmS_TgjXVELmIp7lMadPTuGyQ4AuHGxSY8bbnfWJNkRUIZKAHdgIFaTtQ93JfKkhqStJ5wN5M9i0qGiQ/s643/Rocky.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="643" data-original-width="512" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXtJ9QK-Wp0nsP8zYinxFbkmDPUJs79ubV-bCmHdx-UIJotYzbvrnB_LUmDILKmS_TgjXVELmIp7lMadPTuGyQ4AuHGxSY8bbnfWJNkRUIZKAHdgIFaTtQ93JfKkhqStJ5wN5M9i0qGiQ/w510-h640/Rocky.jpeg" width="510" /></a></div><br /><span style="font-size: large;"><br /></span></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-size: large;"><br /></span></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">¿Qué de lo que tenemos no puede reemplazarse? </span></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;"> Tenemos una casa, tenemos un carro, ¡tenemos dinero! </span></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Tenemos todo menos la verdad. </span></i></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- Adrian - </span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><u><b><span style="font-family: times; font-size: large;">EL ANTECEDENTE</span></b></u></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">No recuerdo mucho más que esto: me llamaron de Ecuavisa para que escriba preguntas (cuestionarios, me dijeron) para el programa <i>¿Quién quiere ser millonario?</i>, transmitido los domingos por la noche en horario estelar y conducido por Alfonso Espinosa de los Monteros. Mi primera pregunta fue cuánto pagan, y la cantidad que mencionaron me pareció injusta, sobre todo para un programa que pretendía volver millonaria a la gente. Igual acepté. Si uno se dedica a esto sabe que toda gota moja. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Me lo tomé como un cachuelo, una chaucha, un chivo, y la pasé bien. No sé cuántas preguntas llegué a despachar o cuántas de esas preguntas llegaron a escucharse en el aire, pero recuerdo claramente cuál fue, siempre, mi pregunta favorita, mi verdadero cameo en el programa, la que de alguna forma coronó y decapitó mi cortísima carrera en televisión. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">¿Cuál de estos actores ha sido nominado a un premio Óscar? </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">A) Arnold Schawarzenegger </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">B) Jean-Claude Van Damme </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">C) Sylvester Stallone </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">D) Steven Seagal </span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">La respuesta correcta es <b>C </b>(la tercera es la vencida, dicen). Sylvester Stallone fue nominado no a uno sino a dos premios de la Academia en 1977: mejor actor en un papel principal y mejor guión escrito directamente para la pantalla, en ambas categorías por su primer papel protagónico y su ópera prima: <i>Rocky</i>. Dicho sea de paso, Stallone pasó a ser el tercer hombre en la historia del cine en ser nominado a mejor actor y a mejor guionista durante la misma ceremonia, siguiendo los pasos de Orson Welles y Charles Chaplin. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">No seguía el programa, lo veía cuando se me cruzaba por si aparecía una de mis preguntas, pero me agotaba enseguida y nunca supe si alguien respondió correctamente o si fue ésta la pregunta que lo separó de la contienda. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Para esa persona, y para todos los que respondieron en sus casas, bien o mal, van dedicadas las siguientes palabras. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b>LA PREVIA</b></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Deberíamos empezar hablando de Paddy Chayefsky, ganador del Óscar a mejor guión escrito directamente para la pantalla en 1977, el año de <i>Rocky</i>. Chayefsky, de ascendencia ruso-judía, sirvió al ejército de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial y, durante una misión en la ciudad de Aquisgrán, en Alemania, pisó una mina de tierra que lo desplazó a un hospital británico en la ciudad de Cirencester, 80 millas al oeste de Londres. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">La herida le valió un Corazón Púrpura (medalla otorgada a los heridos o caídos en batalla) y una serie de cicatrices que, se dice, acentuaron su timidez, sobre todo frente a las mujeres. En el hospital, sin mucho más que hacer, el soldado raso Paddy Chayefsky escribió un musical sobre la vida en la milicia que se montó por primera vez en 1945, fue representado por la Unidad de Servicios Especiales, dedicada al entretenimiento de las tropas, y viajó por bases militares europeas a lo largo y ancho y profundo de dos años. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Para finales de los 40’s, Chayefsky había ido y venido de Hollywood, donde le pareció que maltrataban a los escritores obligándolos a modificar guiones en contra de su voluntad y para desgracia de las películas, y se encontraba en Nueva York escribiendo obras de teatro, cintas para televisión, novelas. En 1956 ganó un Óscar por el guión de la película <i>Marty</i>; en 1972 ganó un Óscar por el guión de la película <i>El Hospital</i>; y en 1977, compitiendo contra gente de la talla de Sylvester “Sly” Stallone, ganó su tercer Óscar por el guión de la película <i><a href="https://www.youtube.com/watch?v=1cSGvqQHpjs" target="_blank">Network</a></i>, nada menos que una catedral moderna. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">(Dicho sea de paso, Paddy Chayefsky es el único guionista en haber ganado tres premios de la Academia por su cuenta, sin colaborar con otro escritor. Por poner un ejemplo, Francis Ford Coppola compartió el mismo galardón con Mario Puzo, autor de <i>El Padrino</i> y coguionista de la adaptación.) </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Como si hubiese escrito una profecía y no la historia de un amor que se consuma no en la cama sino en el ring, Stallone perdió como pierde Rocky, es decir, perdió ganando. Perdió, por puntos, frente a un veterano de guerra, un guionista que llevaba más de veinte años escribiendo películas, que se había revelado abiertamente contra la industria y aún así recogía esa noche su tercera estatuilla. Sly perdió contra el mejor. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Caben las palabras dichas por Rocky a su entonces prometida, Adrian, la noche del 30 de diciembre de 1975, horas antes de su primera pelea con Apollo Creed: <i>No importa si gano o pierdo la pelea, lo que quiero es llegar hasta el final, nadie ha llegado hasta el final con Creed. Si sigo parado cuando suene la campana voy a saber por primera vez en mi vida que no soy otro vago de este barrio.</i> </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Network</i> es material de cátedra, de muestras de cine arte, de retrospectivas, y qué bueno que así sea porque esa película merece ser vista, procesada y comentada de aquí a la eternidad si es que seguimos empeñados en la civilización de los pueblos. Pero <i>Rocky</i> es familia. Conozco a varias personas que tienen el afiche de la película en su sala o en su cuarto o en su estudio. Yo tengo un imán en mi refrigerador y lo miro mientras se calienta el agua para el té, mientras pienso que debo seguir escribiendo aunque no sepa qué ni mucho menos para qué; lo miro mientras abro otra botella y desde la sala, por encima de la música, una voz que empieza a extrañarme me grita, <i>¿Por qué te demoras tanto?, ¡Ya ven! </i>Veo a Rocky y le pido la bendición: sólo quiero estar de pie cuando suene la campana. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b><u>EL MITO</u></b></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">El cuarto en el que vive es tan pequeño que puede cerrar la puerta y abrir la ventana sin levantarse de la cama. Es un actor, pero nada le sale y ha hecho porno por dinero. Es un escritor, dice que su cuarto es tan pequeño que no hay espacio para las distracciones y que eso resulta conveniente. Escribe historias que le parecen “triviales” pero que tienen un denominador común: los sueños frustrados, las oportunidades perdidas, la tentación del fracaso. Ese es el tema, su tema, lo que por esos días lo obsesiona: pasar por su propia vida como un extra, al fondo, confundido con la escenografía, desenfocado, sin voz ni voto ni rostro. Tenía un amigo, su mejor amigo, Butkus, un <i>bull mastiff</i> de color café, pero tuvo que venderlo para asegurarse de que al menos uno de los dos estuviese bien alimentado. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Lo siguiente en ocurrir es lo que siempre ocurre, una/otra audición en la que lo rechazan. También escribo, dice. <i>Vuelve cuando tengas algo que puedas mostrar</i>, le dicen. El 24 de marzo de 1975, en un coliseo del condado Summit, en Ohio, Muhammad Ali pelea contra el blanco y más o menos relevante Chuck Wepner, un tipo de pelo rubio que se está quedando calvo. Es la primera pelea de Ali desde que noqueó a George Foreman en Kinshasa, Zaire (ahora República Democrática del Congo), en el octavo asalto y frente a 60.000 personas y un billón de televidentes. Muhammad Ali es, de nuevo, el campeón mundial de los pesos pesados y el evento en Ohio se llama <i>Give the White Guy a Break (Denle una oportunidad al hombre blanco)</i>. Ve esa pelea por televisión, no tiene dinero para viajar hasta Ohio o hasta ningún otro lado, le quedan poco más de cien dólares en el banco. El evento, concebido como un acto de exhibición y misericordia, es ahora retransmitido por cadenas como ESPN en calidad de clásico: es uno de los cuatro combates en la carrera de Ali en los que se lo vio tumbado sobre la lona; y podrán decir lo que quieran sobre Wepner pero, en una campaña que tuvo más de actividad paranormal que de competencia deportiva, soportó quince asaltos con el campeón antes de caer. <i>Qué hijueputa</i>, dice, <i>gracias a este momento, a este solo momento, la vida de este man tiene sentido, ya nadie puede decir que vale verga.</i> Esa noche vuelve a su cuarto y escribe noventa páginas en setenta y dos horas (de estas, según sus propias palabras, quedaron diez; no es poco). </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">El protagonista se llama Rocky en honor a Rocky Marciano, vive en Filadelfia, se gana la vida cobrando deudas, rompiendo piernas, y redondea la semana con los cuarenta dólares que le pagan cuando gana una pelea de box clandestinas. <i>Hola</i>, dice, con esa sonrisa chueca, <i>tengo algo que mostrarles</i>. Semanas más tarde, un estudio le ofrece comprar el guión de Rocky, y en la negociación se mencionan nombres como Burt Reynolds y Robert Redford para el papel principal. Le ofrecen 25.000 dólares, le ofrecen 100.000 dólares, le ofrecen 150.000 dólares, le ofrecen 175.000 dólares, le ofrecen 250.000 dólares, le ofrecen 330.000 dólares, le dicen que podrían llegar a ofrecerle hasta 360.000 dólares, y él duda, todavía no conoce el dinero, pero esto no es negociable. <i>Si vendo el guión, </i>piensa<i>, y a la película le va muy bien y yo no estoy en ella </i>(pausa para efecto)<i>, voy a saltar por la ventana o a pararme frente a un tren</i>. Al final, la United Artist aceptó que protagonizara la película y él aceptó 35.000 dólares por el guión. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Rocky</i> se estrenó en 1976 y en 1977, entre otros, ganó el Óscar a mejor película del año. El actor y guionista, que perdió en las categorías en las que estaba nominado por sí solo, se levantó de su silla para aplaudir a los productores y ellos lo arrastraron al escenario para que recibieran juntos el último premio de la noche, presentado por Jack Nicholson y su mirada horizontal y decididamente marihuanera. Y sonó esa canción que ya nunca más ha dejado de sonar y todos aplaudieron y los productores levantaron los brazos del nuevo campeón del mundo. Llevaba un traje negro, chaleco, y una camisa morada, de solapas disco, que dejaba ver una cadena dorada y el comienzo de la BBD o, como se dice en mi pueblo, la camisetilla. Mucho antes de eso, pero después de haber recibido el cheque por su primer guión de largometraje, usó casi la mitad del dinero para recuperar a Butkus: 15.000 dólares por un amigo que, dice, vendió en 50. Pero la noche de la premiación, cuando pudo decir algo, dijo esto: <i>A todos los Rockys del mundo: los amo</i>. Él, que era Rocky, sabía que eran muchos los Rockys. Tú, yo, él, ella, nosotros, ellas, ellos. Todos con el sueño público de ser Rocky y el anhelo íntimo de saber pelear como Stallone. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><b><u><span style="font-family: times; font-size: large;">ROUND I</span></u></b></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Me entero de que <i>Rocky</i> ha vuelto al cuadrilátero cuando, en casa de un amigo, mientras sus hijas juegan a ser TikTokeras (son aún muy pequeñas para manejar armas de verdad), él y yo decidimos ver las dos peleas de <i>Rocky IV</i> antes de salir a buscar la merienda: las niñas y su seguro servidor pedimos pizza, ganamos democráticamente. Ivan Drago derrumba, y de qué manera, al inolvidable Apollo Creed; luego, mediante una secuencia de entrenamiento en la nieve soviética que nació en la posteridad, Rocky domestica a Ivan Drago haciendo lo que siempre hace, eso por lo que al final de cuentas vinimos a verlo: aguanta, aguanta, aguanta, y cuando es el otro el que ya no aguanta Rocky Balboa o como también le dicen <i>El Semental Italiano</i> procede a cerrarlo a puñetes. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Ahora bien, Rocky IV se sabe película de Guerra Fría y en las gradas está Gorbachev y Rocky pide el micrófono un momento. Dice, entre frases de menor peso, esto: <i>Acaban de ver a dos hombres matándose el uno al otro, pero supongo que es mejor que sean dos hombres y no veinte millones</i>. Muchos escritores mueren persiguiendo frases como esa. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Vamos a buscar la pizza y en el camino me dice que se las ha visto todas, completas, desde <i>Rocky</i> hasta <i>Rocky Balboa</i>, en dos o tres días. <i>Y eso trabajando, con esposa, con dos niñas en la casa</i>, dice. Y, pregunto<i>, ¿cómo han envejecido? Compa, mañana mismo comienzo a trotar</i>, me dice. Y se ríe. Y nos reímos. Y recogemos dos pizzas familiares con pepperoni y algo que promete ser salchicha pero parece mortadela en cubos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Me dice que ni sus hijas ni su esposa conectaron con la franquicia Rocky, que no se emocionaron, que las vio casi que por su cuenta. Yo recuerdo que la vi en el cine, estoy seguro de haber visto al menos <i>Rocky IV</i> en el cine (qué bien parada sigue Brigitte Nielsen), seguramente doblada, y que ese cine es hoy la cantina 6 de Diciembre: buen lugar para beber, un sitio con carácter y sin baño. Él recuerda que la vio en televisión, capaz en el <i>Festival de los hombres duros</i> de Ecuavisa (segunda mención, ¿debería cobrar?), como muchos la volvimos a ver. Luego vinieron los VHS y Rocky vivió en nuestras casas en forma de cinta y en forma de disco y ahora vive hasta en teléfonos y tiene la forma de la nada. Se trata de una de esas sagas que ha superado todos los cambios de formato, de soporte, de plataforma, incluso de inventario; una película que sobrevivió no sólo a su propio tiempo sino también al tiempo de los demás. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- <i>¿Cuál es la suya, Compa?</i>, me pregunta. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- <i>La uno. De ley. En gajo… La uno. De cabeza. </i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b><u>ROUND II</u></b> </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Rocky</i> no tiene miedo de amar ni siente vergüenza de ser amada. Él creció con un padre que le dijo, varias veces: <i>No tienes mucho cerebro, deberías hacer algo con tu cuerpo</i>. Ella creció con una madre que le dijo, varias veces: <i>No tienes mucho cuerpo, deberías hacer algo con tu cerebro.</i> Esas dos personas tienen que estar juntas porque, de muchas maneras, viven en el mismo mundo y uno no siempre se encuentra con su misma especie y menos en el mismo planeta. El romance de Adrian y Rocky, que tiene algo de Rohmer y antecede orgulloso la obra de independentistas tipo Jarmusch, escapa no del género pero sí de los que hacen quedar mal al género, huye de la mentira y construye una especie de cápsula en la que caben los dos abrazados. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Por ella son los combates y de ella es la victoria. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">El resto no es difícil de entender. <i>Rocky</i> tuvo suerte, y mucha, de haberse filmado cuando se filmó y con el apretado presupuesto con el que se filmó. Aún en las pantallas enloquecidas por el realismo que tenemos hoy se nota la piel granulada de una película humilde, insegura, con más corazón que cerebro, pero llena de emociones verdaderas. Los 70’s, la tierra de Scorsese, De Palma y Spielberg, era una década concentrada en captar no la realidad pero sí lo verdadero, lo que se respiraba en un país en el que el poder de las flores había fracasado tanto como la lucha contra el comunismo (para más señas, ver <i>Rambo</i>, la uno) Si la hubiesen hecho los jóvenes delincuentes de la misma década, no sé, tendría más filo y capaz hasta mejor música, pero hubiese naufragado en las profundidades de la estética y carecería de su aliento a pueblo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y, claro, esto: de lo único que te puedes arrepentir es de aquello que nunca hiciste. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">¿Lo harás hoy? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><b><u><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></u></b></div><div style="text-align: justify;"><b><u><span style="font-family: times; font-size: large;">ROUND III</span></u></b></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Ya sabemos por quién doblan las campanas. <i>Rocky</i> sigue de pie y es una de las pocas cintas de la franquicia de <i>Hombres Duros con Sentimientos</i> (<i>Duro de matar</i>, la uno, es otra) que ha logrado superar las limitaciones de su propia genética. Esto último es más importante de lo que parece: hay películas no aptas para todo público pero sí necesarias para todos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><b><u>Primeras declaraciones después de haber visto, de nuevo, otra vez, <i>Rocky</i>.</u></b> </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">No creo en eso de que se escribe mejor con el estómago vacío. Al contrario, se escribe mejor cuando no hay más preocupación que escribir. Creo, sí, en el hambre que la vida nos tiene y en el hambre que nosotros le tenemos a ella, en las ganas de comernos. Y cuando un escritor tiene hambre, se nota.
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: x-large;"> 👊</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">@pescadoandrade / @mundodiners </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">(<a href="https://revistamundodiners.com/" target="_blank">Mundo Diners</a>) </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div><br /></div>
<iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/mn26NOoV_lQ" title="YouTube video player" width="500"></iframe>
<iframe width="500" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/B_9FyTiq3SA" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen></iframe><div class="blogger-post-footer"><a href="http://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-count="none" data-via="lospescadosrock" data-related="www.culturab.blogspot.com:Blog de Juan Fernando Andrade" data-lang="es">Tweet</a><script type="text/javascript" src="http://platform.twitter.com/widgets.js"></script></div>Juan Fernando Andradehttp://www.blogger.com/profile/15385743473288181379noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3484386956709987028.post-62824062509557769602021-05-24T21:34:00.002-05:002021-05-25T17:42:10.443-05:00Bob on the Tracks <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgi7xGqn1Uma390AwQ0WbXbj5w31rfdWxcVDLtPEKEO6NcZdokS3QkdN2i_8LRWPuDvy-R2wCZ4VHz8Nex2QgCSQqc4H8v81N2vM0McLvWm4x8240jsrcAQccCPdkvyxHk1JFoI8tUSbSc/s1284/Redes.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="962" data-original-width="1284" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgi7xGqn1Uma390AwQ0WbXbj5w31rfdWxcVDLtPEKEO6NcZdokS3QkdN2i_8LRWPuDvy-R2wCZ4VHz8Nex2QgCSQqc4H8v81N2vM0McLvWm4x8240jsrcAQccCPdkvyxHk1JFoI8tUSbSc/w640-h480/Redes.jpeg" width="640" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: right;"><br /></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">You never know how the past will turn out. </span></i></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> - Jude Quinn - </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Audacia salvaje sin esperanza. </span></i></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- Hōmei Iwano - </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Así como no es obligación hacer casi nada en esta vida, no es obligación tampoco escuchar a Bob Dylan: la única obligación es intentarlo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">* </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Según el horóscopo chino estamos en el año del buey de oro, un animal arriero y trabajador que representa el regreso de la prosperidad a cambio del esfuerzo y supongo que también de la necedad. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Según La Junta del Condado de St. Louis, en Minnesota, hoy comienza <i>El año de Dylan</i>, un animal de mil cabezas y mil patas y mil lenguas al que se asocia con la esperanza, igualmente necia, de la creación. La creación, se entiende, de cosas que no existen. Canciones que no existen todavía y gente que no existe todavía: gente como uno. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Dylan nació en Duluth, una ciudad que hoy por hoy no llega a los cien mil habitantes, sobre la costa norte del lago más grande de Norteamérica. (Este lago, que podría llamarse, no sé, Hércules o Sansón o María o Juana, se llama El lago superior). La casa en la que creció, ninguna cosa del otro mundo, es un destino de turismo religioso, místico, y para ubicarla no hace falta más que buscar un letrero que dice Bob Dylan Drive. Dicen en mi tierra: no hay pierde. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">* </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Nunca he estado en Duluth, pero sí en Minnesota.
Conozco Rochester, 400 kilómetros al sur de Duluth si se pasa por Minneapolis. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Como uno de esos pueblos gringos cuya existencia gira en torno a las actividades de alguna universidad (pienso en la Universidad de Niágara, por ejemplo, en las casas de metal que rodean el campus), en Rochester todo gravita alrededor de la Clínica Mayo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Hay hoteles con piscina temperada en el techo y gimnasio en la planta baja. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Hay moteles en los que puedes dormir pagando seis o siete dólares por noche; o negociar tarifas semanales y mensuales: todo depende de cuánto te pienses quedar en esa ciudad o en este mundo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Hay un restaurante holandés en el que chicas robustas y rubias venden Pannekoeken y gritan <i>¡Pannekoeken! </i>cada vez que salen de la cocina y me da miedo adivinar cuántas de ellas terminarán volviéndose locas. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Hay un sitio elegante, el Lord Essex Steakhouse, en la planta baja del hotel Kahler; la botella de Dom Pérignon cuesta 250 dólares y ningún corte de carne está por debajo de los 40 dólares y lo que recomiendo especialmente son los espárragos <i>jumbo</i>. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Hay un sitio llamado Old Country: <i>all you can eat</i> por diez dólares. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y, claro, hay un mall, el Apache Mall, donde te encuentras con la misma gente que ves en la clínica y en los restaurantes y hasta en la piscina del hotel. Mucho del personal administrativo de la Mayo trabaja por la tarde-noche en el mall, así que de pronto estás en una tienda, cualquier tienda, y vas a pagar y terminas saludando a la misma persona que te agendó una cita médica horas antes. <i>Hola, ¿cómo le fue?, oh, la doctora Bhargavi es la mejor, ¿no le pareció simplemente encantadora?</i> No es nada grande ni presumido. Un mall de pueblo, digamos (no hay mall que por bien no venga, dicen), pero hay una Barnes & Noble donde se puede quemar tiempo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">En Rochester se quema mucho el tiempo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Hasta cuando nos estamos quedando sin tiempo hay tiempo que sobra. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">La última vez que estuve ahí un médico internista me preguntó por mis abuelos. Le conté que habían muerto. <i>¿Los dos?</i> Primero ella y tres meses después él. Me dijo que lo sentía mucho, le dije que gracias.
Suficiente para sentirse dentro de una canción de Dylan. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Suficiente para sentirse un invento de Dylan. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Un día al que llamamos noche, me acuerdo, decidí no salir del hotel más que para acudir a las citas o conseguir alimentos. El resto del tiempo lo quemé viendo <i><a href="https://www.youtube.com/watch?v=od7uLDAuBvE" target="_blank">Runnin’ Down a Dream</a></i>, un documental de Peter Bogdanovich que repasa la obra completa de Tom Petty y dura más de cuatro horas. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Tom Petty, Dios lo tenga en su gloria, cuenta detalles de la gira que compartió con Dylan en 1986. No servía de nada ensayar con él, dice, porque cada noche cambiaba el tono y el ritmo de las canciones minutos antes de empezar el show o ya en el escenario y con la guitarra puesta. Dylan empezaba a tocar y nadie sabía lo que estaba haciendo y todos lo seguían tratando de ver para dónde iban sus dedos y por qué iban hacia allá. Podía pasar un minuto entero hasta que la banda se diera cuenta de lo que estaba tocando y podían pasar años enteros hasta que el público reconociera las canciones. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Él mismo lo recuerda en <i>Crónicas</i>, sus nunca sabremos cuán verdaderas memorias: </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Estaba de tour con Tom Petty y me sentía perdido. No podía conectar con mis canciones, no podía encontrar mi voz. Cuando esto termine me voy a retirar, pensé. […] había llegado el punto en el que abría la boca y no salía nada. El terror era sobrecogedor, pero entonces, de la nada, emergió un sonido. No era un sonido muy lindo, pero pude reconocerlo. Mis canciones habían regresado. […] La música folk era un paraíso y, como Adán, tuve que marcharme. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Tres años después, en1989, Dylan lanzó <i>Oh Mercy</i>, el álbum que en mi opinión lo liberó de su ya envejecida juventud y anunció lo que vendría: el sonido de las mil cabezas y las mil patas y las mil lenguas avanzando hacia la entera comprensión de su naturaleza. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">* </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">A mediados de 1974, mucho antes de todo lo que he contado hasta ahora, Dylan se dedicó a estudiar durante ocho semanas en el estudio de Norman Raeben, el pintor de origen ruso. “No te enseñaba a dibujar, te enseñaba a poner tu mente, tu cabeza y tu mirada en el mismo lugar”, dijo. Luego, en septiembre, empezaron las grabaciones de <i>Blood on the Tracks</i>, su glorioso disco sobre gente que alguna vez se amó. El álbum se lanzó en enero de 1975, fue recibido como una verdad absoluta y Dylan dijo, “No sé cómo les puede gustar algo tan doloroso.” Dos años después se separó de su primera esposa, Sara, y así se cumplió la profecía que él mismo había anunciado con rabia y resignación, como si aún habiendo presenciado la agonía o precisamente por eso esperase otro final: menos sangre en los rieles del tiempo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">En el presente, si es que existe tal cosa como el presente, Bob Dylan, si es que existe tal cosa como Bob Dylan, habla con frialdad e indiferencia sobre <i>Blood on the Tracks</i>. “La gente piensa que es un disco autobiográfico, pero las canciones están basadas en cuentos de Chéjov”, dice, y quién soy yo para negarlo. Si algo puedo asegurar, porque lo he escuchado de su boca, es que Dylan supo que había estado viviendo en una prisión la noche en la que fue a ver un concierto de rock y Elvis Presley abrió la puerta de la celda y lo invitó a salir. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y algo más, lo último. Antes de sentarme a escribir esto busqué en YouTube un tutorial y aprendí los acordes de <i>Tangled up in Blue</i>, la primera canción de <i>Blood on the Tracks</i>. Tocarla, al menos en guitarra, es bastante menos complicado de lo que pensé, pero cantarla es imposible: en manos de Dylan, entre los dientes de Dylan, arrastradas por esa voz que no conoce otra forma de ser, las palabras que he escuchado desde hace más de veinte años me desconocen. Tengo que encontrar mi propia voz y mi propia manera de cantarla. Tengo que ser yo, quienquiera que sea.
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">@pescadoandrade / @mundodiners </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">(<a href="https://revistamundodiners.com/saber-que-vendras/?fbclid=IwAR3eisg_-AVM6pIpYG47sXcvwRugPfBJ12bGyGFmJ0OfsroKcom8s0ifRok" target="_blank">Mundo Diners</a>) </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div>
<iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/YwSZvHqf9qM" title="YouTube video player" width="500"></iframe><div class="blogger-post-footer"><a href="http://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-count="none" data-via="lospescadosrock" data-related="www.culturab.blogspot.com:Blog de Juan Fernando Andrade" data-lang="es">Tweet</a><script type="text/javascript" src="http://platform.twitter.com/widgets.js"></script></div>Juan Fernando Andradehttp://www.blogger.com/profile/15385743473288181379noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3484386956709987028.post-5922380053080472342021-05-14T13:05:00.002-05:002021-05-16T03:56:48.953-05:00Mi poder sobre la constitución <div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0gjV7EbzaZDiGLxhMUTuuF022bncPBZJnDWvdhDcnCaPraBC7U-qGa7qKanfHa4t_652j6jdYEiaSelLLzFBKlWBT1iC17S9hiD9Q3HTokPwdLtbKq7EWRL5BoUr03-Qb9tHe7wJJ-_g/s960/The+Boys.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="700" data-original-width="960" height="466" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0gjV7EbzaZDiGLxhMUTuuF022bncPBZJnDWvdhDcnCaPraBC7U-qGa7qKanfHa4t_652j6jdYEiaSelLLzFBKlWBT1iC17S9hiD9Q3HTokPwdLtbKq7EWRL5BoUr03-Qb9tHe7wJJ-_g/w640-h466/The+Boys.jpeg" width="640" /></a></div><br /><i><br /></i></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>In a closed society where everybody's guilty,</i></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>the only crime is getting caught. </i></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>In a world of thieves, the only final sin is stupidity.</i></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> - Hunter S. Thompson - </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Se puede escribir en caliente, en vivo, pasando de una pantalla a otra sin detenerse en el qué dirán o en el qué diré. Es arriesgado, pero tumba puertas. Activa ciertas ideas y ciertas imágenes y ciertas emociones que, de otra manera, serían secuestradas por el buen juicio. La urgencia, la necesidad, la militancia, la alegría, las ganas de decirle a alguien o decirle a todo el mundo <i>The Boys</i> es mi <i>Game Of Thrones</i>. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Me imagino a un niño de, no sé, diez o doce años, esperando que sus padres vuelvan a inclinar la cabeza hacia el teletrabajo o se duerman, ya hartos de estar hartos, para conectarse y ver esta serie y poder hablar con sus amigos online y ser parte de una conversación que <i>hay</i> que tener. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Digamos que alguien le contó que es como DC pero con sangre, y mucha, mucha más que en una película de zombis, brazos y piernas que se arrancan (se ven los huesos, los tendones) y cabezas que explotan como fuentes y una filosofía gore cuyo arresto radica justamente en el exceso ¿Cuánta sangre puedes ver antes de perder el deseo? Somos vampiros y este es un buffet abierto las 24 horas con cadáveres frescos y no tan frescos cayendo uno sobre otro, amontonándose en las bandejas plateadas y calientes. O capaz le dijeron que es como Marvel pero con malas palabras, las palabras que usarían Iron Man y Thor en un baño de hombres jalando un pase, palabras que él usará de aquí en adelante con total autoridad y conocimiento de causa, queriendo decir lo que dice, como las usan sus padres cuando se cae el internet. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y, loco, aguanta, no sabes: peladas, peladas en bolas, peladas ricas. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Mientras todo esto sigue pasando, contando ya más de un año <i>yendo de la cama al living</i>, ver <i>The Boys</i> puede ser como debutar en un chongo: la puerta hacia ese lugar que te llena de miedo, que te paraliza, ese lugar al que siempre habías querido ir pero que igual te asusta porque, no lo olvides, eres un niño: pero no es eso lo que quieres ser. Y sí, obvio, en <i>The Boys</i> también mandan las mujeres y son al final la razón y la consecuencia. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Lo siguiente es producto de mi propia ignorancia, lo reconozco, pero vale decirlo. Había, hasta ahora, un régimen bipartidista dominado por estas multinacionales. DC tocó el cielo con su versión de Batman en <i>The Dark Knight</i> y desde entonces esperamos que se supere a sí misma, cosa que, seamos sinceros, no ha pasado. Marvel, en cambio, logró imponerse como un universo emocionante, aparatoso, divertido y dramático a la vez, una dimensión que se extendió como una novela decimonónica con invaluables lecciones de vida; y sirvió para formalizar vínculos entre padres e hijos que crecieron juntos mientras veían esas películas: varios amigos me dijeron, súper en serio, <i>No puedo verla sin mi hijo, no puedo traicionarlo, es algo que debemos hacer juntos. </i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Pero un padre no debería ver <i>The Boys</i> con su hijo y, más importante aún, un hijo no debería ver <i>The Boys</i> con su padre. La vida te da oportunidades para soltar las primeras manos que apretaste cuando llegaste a este mundo, y hay que aprovecharlas. Soltar esas manos y salir corriendo o salir volando. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">¿Hablamos de escapar? No necesariamente. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Más bien de salir a buscarse y ten cuidado con lo que buscas porque podrías encontrarlo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">En <i>The Boys</i>, y esto es sine qua non en el género, los superhéroes existen y como todos nosotros tienen una doble vida. No me refiero a una identidad secreta sino a una doble vida: la pública (redes sociales incluidas) y la privada (frustración y cuestionamientos incluidos). Son, por así decirlo, superhéroes profesionales, empleados de una corporación, figuras públicas que combaten el crimen pero también promocionan bebidas energizantes, parques temáticos, cosméticos para desinflar esas odiosas bolsas debajo de los ojos y esos rollitos indeseables, querida amiga. Son el símbolo de todo lo que está bien en este mundo. Eso que tú también podrías ser si te levantaras un poco más temprano, si hicieras ejercicio, si creyeras en ti mismo y hablaras con la chica que te gusta; si apostaras por tus sueños y no trabajaras en los sueños de los demás, si tomaras las riendas de tu propia vida: siempre y cuando esas riendas sean las que esta gente te dice que tomes, y que no sueltes nunca más. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Dicen que lo realmente difícil no es escribir sino escribir todos los días. Lo mismo pienso yo del amor: amar todos los días es una cosa muy brava, muy brava y muy feliz. Ahora bien, ¿quién puede ser bueno y honrado y ejemplar siempre? Nadie, ni siquiera un superhéroe, aunque tenga que parecerlo. Recuerdo esa frase legendaria que repetían las abuelas con aliento a Cartier: No sólo hay que serlo, sino parecerlo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Un niño puede entrar a la adolescencia viendo <i>The Boys</i> y sentirse emocionado por lo que vendrá, por eso que aún no conoce pero que lo ha estado esperando desde que nació, sabiendo, de antemano, que no será nada fácil, que habrá que irse en contra del orden establecido y que los buenos, los que salen en televisión diciendo que nos protegerán de todo mal, necesitan del mal (así: <i>el mal</i>) para que nosotros los necesitemos a ellos y compremos sus juguetes y veamos sus películas y nos vistamos como ellos en fiestas de disfraces. Y que repetirán esta frase hasta el cansancio: los verdaderos héroes son ustedes. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Un adulto que vio de <i>The Boys</i> en el momento adecuado habrá crecido también con principios musicales sacados de su banda sonora, que no está nada mal para esa época en la que se adolece: desde Iggy Pop hasta las Spice Girls pasando por mucho Billy Joel y coronando con Los Rolling Stones. Déjenme decirlo: si un ser humano descubre y luego explora la obra de Los Stones gracias a <i>The Boys</i> no puede quejarse de la televisión que lo crio. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Ese mismo adulto volverá a verla, estoy seguro (no con su hijo, espero), o al menos tropezará con un capítulo y se enganchará enseguida porque estará viendo otra historia, algo para los grandes que discuten lo que ven en las noticias todas las noches. El conflicto central en la serie es el siguiente: los superhéroes corporativos mantienen una maquiavélica campaña por formar parte del ejército americano para, entonces sí, tener el poder absoluto y poder ajusticiar a quien sea y como sea y donde sea. Todo en nuestro nombre.
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">@pescadoandrae / @mundodiners </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">(<a href="https://revistamundodiners.com/" target="_blank">Mundo Diners</a>)</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div>
<iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/eshJeoaDmtY" title="YouTube video player" width="500"></iframe><div class="blogger-post-footer"><a href="http://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-count="none" data-via="lospescadosrock" data-related="www.culturab.blogspot.com:Blog de Juan Fernando Andrade" data-lang="es">Tweet</a><script type="text/javascript" src="http://platform.twitter.com/widgets.js"></script></div>Juan Fernando Andradehttp://www.blogger.com/profile/15385743473288181379noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3484386956709987028.post-82959895982156339062021-04-20T22:56:00.000-05:002021-04-20T22:56:25.568-05:00Gente decente <p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-hMSWVrrBtLzcLDc1p3VZ1yAjmY7EIbZ-pJON62Kwsb5USX9WYCLQwC7AihwbjuvnF1ve3AZ5Vr0uGigN6HKMzPfpFoVHMOsOxF8Z4FF4ku-wyhlhqAEOHHRH-yYNyEZTYwjsmsq8UFo/s576/80s.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="336" data-original-width="576" height="374" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-hMSWVrrBtLzcLDc1p3VZ1yAjmY7EIbZ-pJON62Kwsb5USX9WYCLQwC7AihwbjuvnF1ve3AZ5Vr0uGigN6HKMzPfpFoVHMOsOxF8Z4FF4ku-wyhlhqAEOHHRH-yYNyEZTYwjsmsq8UFo/w640-h374/80s.jpeg" width="640" /></a></div><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Las cosas te parecían más o menos así: </span></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;"> a lo largo de tu vida has trabajado duramente, </span></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;"> sacrificándolo todo por tus hijos
y sobre todo por mí. </span></i></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- Franz Kafka en Carta al padre -
</span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><span style="font-family: times; font-size: large;">
Se dice: es tan bueno que no parece hecho aquí. </span><div><span style="font-family: times; font-size: large;">También se dice: esa serie es tan buena que parece cine. </span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;">¿La buena televisión parece cine? Sí. </span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;">¿Se puede hacer buena televisión sin que parezca cine? Obvio que sí. </span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">La televisión sacrifica estética y argumento y dignidad para llegar a la mayor cantidad de gente posible porque, si no triunfa, fracasa: los programas se cancelan y, por otro lado, los modelos exitosos se reproducen irresponsablemente y llegan a desvirtuar los esfuerzos más creativos y arriesgados. </span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">¿Es lógico? Sí. </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">¿Es justo? Ni tanto. </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">¿Hay que ceder? </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Retroceder nunca, rendirse jamás.
</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><span style="font-family: times; font-size: large;"><div style="text-align: justify;"><i style="font-style: italic;">Los 80</i> es buena televisión. Partió como la versión chilena de <i style="font-style: italic;">Cuéntame cómo pasó</i><i style="font-style: italic;">, </i>la serie más longeva en la historia de la televisión española (21 temporadas y contando), concentrada en una familia de clase media desde el crepúsculo del franquismo hasta nuestros días. Así que sí, esta también es una fórmula, una franquicia, pero no el tipo de sucursal que llena sus perchas con los productos de la matriz y contrata agentes de ventas; muy al contrario, <i>Los 80</i> se apropia del concepto y lo reclama para su territorio. </div><div style="font-style: italic; text-align: justify;"><br /></div></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Se emitió durante siete años, entre el 2008 y el 2014, y cuando aún estaba al aire los programas de radio y televisión en Chile invitaban a los actores para que rindan cuentas por sus personajes; era tal el nivel de identificación que, en busca de una representación aún más cercana, la sociedad se creía con el derecho y la obligación de cuestionar a los personajes. Esto no es tan raro, cuando uno se siente parte de una historia espera que sus héroes y villanos se comporten a su imagen y semejanza: lo demás es traición. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">A los actores chilenos les preguntaban, por ejemplo, <i>¿se vienen </i>Los 90<i>?</i>, y ellos decían no, la serie se llama <i>Los 80</i>, y vaya que sobraba materia prima.</span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: center;"> 📺</span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">La familia ochentera, los Herrera López, atraviesa una década límite en Chile: el quiebre económico del ’82, el terremoto del ’85, el mundial del ’86, el pinochetismo instalado como sistema operativo, el Frente Patriótico, los vivos y los muertos y los que no aparecen por ningún lado. Un país dividido pero no por eso derrotado, una familia en la que los hijos crecen y empiezan a tomar sus propias decisiones y también a sufrir las consecuencias. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Más o menos así: la mamá dice <i>No te subas a ese árbol</i>, uno pregunta <i>¿Por qué?</i>, la mamá dice <i>Porque te vas a caer</i>, y uno se sube y se cae y lo golpean primero el suelo y segundo la mamá. </span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">El primer actor en sumarse al elenco fue Daniel Muñoz, que terminó haciendo las veces de Salvador Allende en una película del alguna vez clandestino Miguel Littín. Muñoz sorprende por lo amplio de su rango, llega a ser ese padre de familia que está tan perdido como los hijos justamente porque no sabe cómo protegerlos. Su contraparte, la que lo estimula y lo eleva y muchas veces lo supera, es la actriz Tamara Acosta, porque madre sólo hay una y ella sabe ser la única, la que te hace la herida por haberte subido al árbol pero también te cura y, más importante, te sana. El hogar que encabezan se las arregla para ocupar un rol estelar en una década sobregirada: la hija que estudia medicina y se enamora de la revolución, el hijo que sueña con ser piloto y al que acusan de milico, el pequeño que pregunta si es malo ser de oposición mucho antes de dar su primer beso o fumar su primer cigarrillo, la bebé para la que Pinochet será ese pasado que no conviene olvidar y se construye en coro. Eso, lo coral, también merece reconocimiento. En Los 80 cuentan los principales tanto como cuentan los vecinos, los jefes, los compañeros de colegio y los compañeros militantes, los de la tienda, los militares y los curas: digamos que a uno le queda claro que no está sólo en este mundo.
</span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">📺</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Dicen que las familias son el motor de la economía y el progreso. Te casas, piensas por dos; te reproduces, piensas por tres o por cuatro o por cinco o por seis; multiplicas tus ingresos, tus egresos, y un día despiertas al frente de una tribu que tú mismo fundaste cuando eras todavía un <i>cabro chico</i>; de pronto ya no eres el centro de tu vida, desapareces, y todo es para ellos y aquello te tranquiliza porque independientemente de lo que quieras hacer hay cosas que tienes que hacer, punto, y la responsabilidad calma tus desvaríos de autonomía. Pero la familia, también, es una oportunidad de ver la vida en movimiento. Te reproduces, la pequeña empieza a hacer muecas, ruidos, gestos, a inventar palabras, un pasito después del otro, y te das cuenta de que la lógica no es enemiga de la cotidianidad y de que es por eso que, cuando miramos atrás, todo parece haber ocurrido más o menos en orden.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">A la familia Herrera López se la puede acusar de un par de cosas, quererse más allá del bien y el mal, fraccionarse en momentos clave, abusar de la confianza en el fuero interno, desear lo mejor el uno para el otro, en fin, preferir ser familia que ser personas ¿Es eso un pecado? No cuando los gestos de afecto son auténticos, pero sí cuando ese afecto es el mensaje que preferimos transmitir y no un testimonio de nuestra intimidad (como dicen, <i>¿se separaron?, ¿en serio?, ¡pero en Instagram se los ve felices!</i>). Se sabe: lo cursi no es lo romántico ni lo dulce ni lo sensible, es lo que no se puede creer. Y <i>Los 80</i> no está libre de escenas difíciles de creer y justificadas por La fuerza del cariño, pero eso responde a su carácter bien intencionado. ¿Se perdona?, quizás no, pero al final sin duda se agradece.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Hay algo en lo popular, en lo <i>pop</i>, que no tiene que ver necesariamente con la popularidad. Hay series que encantan y agrandan la vida, así como las que embaucan y quitan tiempo, estas últimas muy populares y consentidas por el horario estelar. La diferencia es fácil de identificar. La televisión que distrae hace precisamente eso, distraer, mirar para otro lado o mejor dicho no mirar hacia ninguna otra parte; la televisión que cuestiona, e interpela, busca mostrar no el reloj sino las placas y los ejes y los piñones que le permiten avanzar y medir el tiempo. <i>Los 80</i> es, a ratos, un mecanismo descubierto en el que se muestra sin vergüenza ni pudor el espacio entre un segundo y otro. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Hay una escena, memorable, en la que el padre toca una puerta detrás de la cual está su hija, atada a una silla y con una mordaza en la boca, una de muchas en las que La fuerza del cariño no puede interrumpir el destino, y es eso lo que nos permite reconocernos: queremos a nuestra familia, los amamos, pero no podemos restringirlos de su propio papel protagónico y capaz lo mejor es enseñarle a cada cual cómo arreglárselas solo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Dicho esto, <i>Los 80</i> se cubre las espaldas con el humor, la forma más linda de la inteligencia; con secuencias de un adolescente viendo el rostro de su primer deseo meciéndose sobre un columpio en cámara lenta, con los ojos del corazón, esa mirada que aún no alcanza para creer lo que se está viendo y amando desde ya o que se amaba desde antes. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Hay en la serie una especie de promesa que siempre se cumple: puedes volver a tu familia cuando quieras, no a la misma casa, no al mismo cuarto, no a la misma familia, pero puedes volver cuando quieras.
</span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: center;"> 📺</span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: center;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">@pescadoandrade / @mundodiners </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">(<a href="https://revistamundodiners.com/" target="_blank">Mundo Diners</a>)</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"> </div><div style="text-align: center;"><iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/L45ULoKB1Yg" title="YouTube video player" width="500"></iframe>
</div><div class="blogger-post-footer"><a href="http://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-count="none" data-via="lospescadosrock" data-related="www.culturab.blogspot.com:Blog de Juan Fernando Andrade" data-lang="es">Tweet</a><script type="text/javascript" src="http://platform.twitter.com/widgets.js"></script></div>Juan Fernando Andradehttp://www.blogger.com/profile/15385743473288181379noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3484386956709987028.post-34015472005501057802021-03-25T22:05:00.001-05:002021-03-25T22:05:51.227-05:00TVyNovelas <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOLpRzdFOMR0eseOfk-KK9uozSEuh9Jsof-VMcW4alqp4rbZHYwAijnVBcNrS9KoMScqzlO1UKIa6JII_mubRFW2AVqBlFUrb1rpmfBHLnskVDKyZ30Exo11MoTmmKIdq8vjnDllFKfWA/s650/TV.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="650" data-original-width="500" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOLpRzdFOMR0eseOfk-KK9uozSEuh9Jsof-VMcW4alqp4rbZHYwAijnVBcNrS9KoMScqzlO1UKIa6JII_mubRFW2AVqBlFUrb1rpmfBHLnskVDKyZ30Exo11MoTmmKIdq8vjnDllFKfWA/w493-h640/TV.jpeg" width="493" /></a></div><br /><p style="text-align: right;"><br /></p><p style="text-align: right;"><br /></p><p style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Necesito al mundo/ Para darme vuelta </span></p><p style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Más consigues / Más querrás </span></p><p style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Tiempo al tiempo de volver </span></p><p style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">A celebrar / Sin culpas </span></p><p style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- Soda Stereo - </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Estás acostado, leyendo, escuchando música clásica y preguntándote dónde está tu retentiva porque no puedes recordar más de Beethoven que lo que aprendiste en <i>La naranja mecánica</i> ni más de Mozart que lo que recuerdas por <i>Amadeus</i> ni mucho más de Rachmaninoff que lo que te enseñó el gran Geoffrey Rush en <i>Shine</i> y puedes tararear ciertas cosas de Chopin o Tchaikovsky pero sólo si ya están sonando y cada noche, antes de abrir el libro de turno, tienes que buscar en Google algo así como <i>Los mejores compositores rusos de música clásica</i> y volver a prometer solemnemente recordar apellidos como Mussorgsky, Prokofiev o Borodin. Entonces te llega un mensaje (de texto) al celular y es de tu hermana y dice que por tu culpa su marido está <i>perdido</i> en <i>Cobra Kai</i> y que Johnny Lawrence es como <i>Marimar </i>o peor, y aunque no la has visto en mucho tiempo la imagen de Thalía se materializa sin problemas y piensas que sí, que <i>Cobra Kai</i> es una telenovela y que sí, también, Johnny Lawrence es como Thalía en <i>Marimar</i>, pero más bacán o simplemente bacán porque Marimar no era bacán. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Estás en un evento cultural, distanciamiento social mediante, hablando de algo que escribiste el año pasado sobre <i>Star Wars</i>, repitiendo eso de <i>si no soy un delincuente común o un delincuente de cuello blanco o un delincuente con mascarillas y guantes y bolsas para cadáveres en una avioneta que se cayó, acaso, porque no la piloteaban ni Luke ni Han Solo y porque su misión no era noble ni mucho menos rebelde, es por dos razones fundamentales: 1) Nunca me han faltado ni un plato de comida ni un libro. 2) Una vez vi una película que articuló mi engranaje moral.</i> Y alguien te pregunta qué piensas de <i>The Mandalorian </i>y por qué, o cómo, en tu opinión, fue que el creador y guionista Jon Favreau logró rescatar ese feeling que compartimos los verdaderos fanáticos de la saga. Y dices que llamarnos a nosotros mismos <i>verdaderos fanáticos</i> es dejar a un montón de gente afuera de la galaxia, marginada, y que no puedes responder porque no has visto <i>The Mandalorian</i> porque no tienes Disney Plus y de paso comentas con la audiencia cuál es el futuro que nos espera ¿Tendremos que contratar Netflix y Hulu y Disney Plus y HBO GO y Amazon Prime y Apple TV y YouTube Premium para no perdernos de nada cuando no hay vida que alcance para verlo todo? </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Estás en un chat de Facebook (sigues siendo el troglodita que no usa WhatsApp) defendiendo a la gloriosa <i>Cobra Kai</i> mientras tus amigos dicen, o repiten, que es una telenovela y que es un poco ridículo ver a esos viejos (que están más flacos y mejor peinados y vestidos que nosotros pero, obvio, se pintan el pelo y tienen patas de gallo) peleando karate cuando recuerdas que los padres de uno de esos amigos, hace más de treinta años, le organizaron una fiesta de cumpleaños en la que todos nos vestimos de karatekas porque amábamos no el karate sino <i>Karate Kid</i> y pensábamos que la vida era así o debía ser así u ojalá fuera así la vida real. <i>¿La viste o no la viste?</i>, preguntas. <i>Me vi la tercera temporada en un fin de semana</i>, te responden. Y dices <i>a los hechos me remito</i> y pasas a discutir, más bien, una cuestión de fondo. Cuando <i>Cobra Kai</i> era una producción original de YouTube, creada por tres fanáticos que consideran a Karate Kid tan canónica y fundacional y capitular como <i>Star Wars</i>, tenía un espíritu indie-pop y algo de cine-B o televisión diurna que resultaba inapelable y al mismo tiempo demostraba que se puede escribir una historia llena de fibra y humor y acción y romance y un par de consejos prácticos para la adultez sabiendo de antemano que madurar es sólo una opción; pero ahora, que es <i>A Sony Pictures Television Studios Production</i> y está en Netflix, tienes una sensación parecida a esta: tu banda favorita firma con un sello multinacional y su nuevo disco no es malo pero tampoco es <i>tan</i> bueno como los anteriores y es evidente que buscan una audiencia más amplia y que nunca serán los nuevos Beatles o Bob Dylan porque un artista tiene que sorprenderse a sí mismo y no impresionar a los demás. Pero, hey, si todo el mundo fuera Los Beatles o Dylan ambas criaturas serían indistinguibles del resto de la naturaleza. Mi punto es: no hay por qué pedirle a <i>Cobra Kai</i> que sea <i>The Wire</i> o <i>Mad Men</i>, hay que pedirle que sea la mejor <i>Cobra Kai</i> que pueda ser y te consta que viste la tercera temporada básicamente de una sentada y gracias Dios por Elisabeth Shue. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Estás en una casa donde todos han visto las dos temporadas de <i>The Mandalorian</i> pero están dispuestos a mostrarte por lo menos los primeros tres o cuatro capítulos porque tienes que verla y a los niños les encanta y este es un hogar decente donde tienen Disney Plus. Y desde el minuto uno puedes responder la pregunta que no respondiste en el evento cultural. Jon Favreau, Dios lo cuide y proteja, apostó por la estética de cine-B que cautivó a quienes vimos la trilogía original en los 80s (nos enamoró lo que parecía mentira, no lo que parecía verdad) y por la moral AAA que nos terminó de criar o al menos señaló por primera vez a esas personas que ahora somos. Las criaturas de la galaxia parecen juguetes baratos, las naves espaciales tienen esa onda de chatarra-cool que tanto se agradece y envidia, los uniformes imperiales son retro: todo tal cual lo dejó George Lucas en 1983 sólo para darnos a partir de 1999 una nueva trilogía compuesta por precuelas que se veían y se sentían como juegos de video: dicho esto, vi el <i>Episodio I</i> siete veces y en el cine y después de <i>El Imperio contraataca</i> es donde más claramente se exhiben las virtudes de un sable láser. El mismo Lucas, que tras volver a la franquicia con más cuestionamientos que aciertos decidió retirarse del cine porque igual <i>a nadie le gusta lo que hago</i>, fue víctima de una especie de afectiva y respetuosa cancelación. Es decir, nadie lo odia, pero todos preferiríamos que se mantenga lo más lejos posible de su propia creación porque, claro, ya no es de él sino nuestra y esto me hace pensar en la cantidad de artistas que se volvieron esclavos de su propia obra o de su propio éxito; artistas, como Lucas, que engrandecieron el mundo y mejoraron nuestra experiencia de vida pero a los que no les permitimos experimentar ni crecer y ya que estamos en estas cuán poco hubiesen carburado Andy Warhol o su ahijado Jean-Michel Basquiat de haber tenido tras ellos y sobre ellos y frente a ellos fanáticos como los que parió George Lucas masturbándose. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Estás sentado a una mesa, comiendo y bebiendo bajo el aliento fresco del aire acondicionado porque los mosquitos, afuera, nos tragan, y dos amigas están de acuerdo en esto: Johnny Lawrence es más atractivo que el bueno y sensible y trabajador Daniel LaRusso. Más rico, digamos, y no hablamos de dinero. ¿Vas al motel con Johnny pero te casas con Daniel? Una dice de ley y la otra dice (golpes en la mesa mediante) <i>no, yo al otro lo arreglo, lo enderezo, lo baño, lo visto, lo peino</i>; y preguntas ¿por qué quieres estar con alguien a quien tienes que cambiar?, ¿no dejaría de gustarte cuando lo cambies por lo que quieres que sea? Y te dan una explicación científica que puedes resumir más o menos así: Johnny Lawrence tiene una especie de atractivo animal y cavernícola y desatendido que tu amiga traduce como una posibilidad de sexo puro y sobre todo duro pero emocionante, violencia erótica, esa onda; además, parece capaz de cambiar una llanta en plena cordillera (en curva, cuesta arriba, con niebla); además, parece capaz de protegerte; además, es rubio y tiene ojos azules: ya es un puto en la cama, digamos, lo que hace falta es que sea un caballero en la mesa y le caiga bien a tu mamá. Tu otra amiga, en cambio, dice que LaRusso tiene todo en su lugar y no se refiere a su estómago o a sus nalgas sino a su vida: tiene una vida emocional estructurada, un negocio estable y en franco crecimiento, una envidiable confianza en sí mismo y aunque en 1984, cuando lo conocimos, pretendía ser un tipo duro de Nueva Jersey pues los años lo han convertido en un perfecto caballero californiano. Y piensas que tu hermana se ha casado con un Johnny en vías de ser un LaRusso y que tú podrías ser amigo de cualquiera de los dos pero definitivamente Johnny, aunque estancado en los 80s, escucha mejor música y gracias <i>Cobra Kai</i> por poner en rotación los hits de Mötley Crüe, Poison, Whitesnake, Journey, Scorpions y abrir en la Historia un espacio para Twisted Sister y establecerlos como héroes de la clase trabajadora. Concluyendo: Johnny quizás sea un mejor amante, un mejor palo, pero LaRusso estará ahí al día siguiente y no te sorprendas si te lleva el desayuno a la cama y dicho esto que cada quien se mate por su propia mano o por su propia boca; tú te quedas con Elisabeth Shue que podría lo mismo tomar cerveza en una vereda que probar la silla erótica en un motel o acompañarte al matrimonio de un amigo (segundas nupcias, obvio) o peinar a tu sobrina para la presentación de ballet que tiene este sábado por Zoom o, simple y llanamente, mantenerte. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Estás viendo el primer capítulo de la segunda temporada de <i>The Mandalorian</i> en tu computadora y en Pelisplus porque aún te niegas a tener tarjeta de crédito y sin tarjeta de crédito no puedes acceder al mes gratis de Disney Plus (y no, no te regalan una tarjeta de crédito por trabajar en una revista que se llama como una tarjeta de crédito). Ya le dijiste a tus amigos que si <i>Cobra Kai</i> es <i>Quinceañera</i> entonces <i>The Mandalorian</i> es <i>Carrusel</i>, que <i>The Mandalorian</i> es MUY Disney hasta para Disney (pasó lo mismo con <i>Solo</i>), pero, repito, estás en el primer capítulo de la segunda temporada y ya sabes que la verás hasta el final incluso cuando te toque atravesar ciertos episodios en español y que al final estarás de acuerdo con eso que tanto y tantos te habían dicho: ese final, wow, habíamos esperado décadas enteras por ese preciso momento, por esa secuencia, por esa sensación, por esa plegaria atendida, y, como dicen, las cosas buenas le llegan a la gente que espera y como canta/llora el ya infumable Thom Yorke (Radiohead es lo que escuchan en público quienes escuchan Coldplay en privado, ¿no?) el amor verdadero sabe esperar o <i>true love waits</i>. Y qué gran Mandalorian habría sido Clint Eastwood y seguro, siendo el recio varón que es, habría hablado menos, lo que conservaría algo del misterio que se perdió cuando descubrimos que los caza recompensas intergalácticos hablan hasta por los codos y que es eso lo que los divorcia del mito que alguna vez representaron. <i>The Mandalorian</i>, que pudo bien haber sido un spaghetti western tipo Sergio Leone, termina funcionando como <i>Súper Comando</i> o <i>Hulk </i>(versión Bill Bixby & Lou Ferrigno), es decir como una serie en la que cada episodio depende de una nueva aventura, de un nuevo misterio que resolver, de un nuevo villano del cual escapar o al que vencer, y no de un argumento sostenido en el arco dramático. Pero tu sobrina, la menor, te pregunta qué es esa cosa tan linda y adorable y como verde y tú le dices Baby Yoda y ella te pregunta si esa cosa tan linda y adorable y como verde existe y tú le dices que sí y ella dice <i>Yo quiero uno, pero cuando sea grande</i>. Y quiere decir que quiere un Baby Yoda como mi hermana la quería a ella y ahora andas pensando cuánto costará un muñeco de esos porque los ejecutivos de Disney pagaron 4.050 millones de dólares por la franquicia <i>Star Wars</i> y lo lógico es que quieran recuperar su inversión y generar además un margen de ganancia para su empresa, el verdadero Imperio. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Estás buscando, de nuevo, otra vez, música clásica rusa porque recuerdas los hits de Mötley Crüe y de Poison pero no los de Mussorgsky, Prokofiev o Borodin. Tienes un libro de Chéjov esperándote y te preguntas qué pasó en la Unión Soviética a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, cómo fue ese país capaz de producir tanta belleza para luego ser gobernado primero por Lenin y luego por Stalin. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></p><p><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">I have spoken. </span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Fear does not exist in this dojo. </span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">This is the way.</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times;"><br /></span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: x-large;">@pescadoandrade</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: x-large;"><br /></span></p>
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<div class="blogger-post-footer"><a href="http://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-count="none" data-via="lospescadosrock" data-related="www.culturab.blogspot.com:Blog de Juan Fernando Andrade" data-lang="es">Tweet</a><script type="text/javascript" src="http://platform.twitter.com/widgets.js"></script></div>Juan Fernando Andradehttp://www.blogger.com/profile/15385743473288181379noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3484386956709987028.post-91691725539466452242021-03-10T19:06:00.006-05:002021-03-11T21:50:29.726-05:00M1 <div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK3CmC459KYnqqepg8ZV2b2BC7Hpw40qTvMJAOQ7kTrOttc1EgPJxLHjqd9T91g6HNswC6r27QY5FcgbE_EbLo6VygHXqGAxkcS0iLoDFfIKe9k7tVe6O4hQNDJxyO0wNYavHad0HOx7s/s600/BJ.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="371" data-original-width="600" height="397" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK3CmC459KYnqqepg8ZV2b2BC7Hpw40qTvMJAOQ7kTrOttc1EgPJxLHjqd9T91g6HNswC6r27QY5FcgbE_EbLo6VygHXqGAxkcS0iLoDFfIKe9k7tVe6O4hQNDJxyO0wNYavHad0HOx7s/w640-h397/BJ.jpg" width="640" /></a></div><br /><span style="font-size: large;"><br /></span></span></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">May the good Lord shine a light on you </span></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Make every song your favorite tune </span></i></div><div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">-Jagger Richards-</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Anoche, en YouTube, vi un programa de farándula de la televisión española. Antes estaba leyendo un reportaje de la BBC sobre la entrevista que le hizo Oprah a los jóvenes expatriados de Sussex. Las posibilidades dramáticas de un chisme, tanto como su esperanza de vida, recae de manera desproporcionada sobre quien lo cuenta, comenta y discute. Por eso pensé que un talk-show de señoras españolas tendría una apreciación responsable del asunto. Eso, y el anhelo de trascender.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">No fue así. Siento que me informé pero no que me entretuve; es decir que me habría dado lo mismo leer un par de tuits. Reconozco, eso sí, con humildad y gratitud, que aquello que hoy causa congoja en Buckingham no me es extraño. Luego busqué algo que, como se dice, tenía visto: <i>The Rolling Stones, Rock Royalty</i>. Se me hace que eso de <i>Rock Royalty</i> es una franquicia, una marca registrada; un sello de calidad y eficacia tipo E! True Hollywood Story o VH1: Behind the music, siendo este último mi engreído. Diría Calamaro: si es rápido y es gratis, entonces, why not? Y lo digo también yo porque estaba esperando o llamando al sueño y sabía que en caso de cerrar los ojos no me perdería de gran cosa. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>The Rolling Stones, Rock Royalty</i> está bastante bien para un neófito, incluso para el que se los está empezando a tomar en serio: no cuenta realmente nada nuevo, pero se detiene en los puntos de inflexión y eso demuestra oficio y olfato. A saber: el nacimiento de Jagger Richards en una estación de trenes; Brian Jones y Charlie Watts tocando en la misma banda; el genio hasta entonces abandonado de Bill Wyman; querer tocar sólo blues pero <i>tener</i> que tocar también números pop y ok, toquemos lo que quieran pero como queramos; la psicodelia patentada de Brian Jones como matriz; la muerte de Brian Jones, injusta como todas las muertes; la segunda venida de Los Stones. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y dos discos clave. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><span>1) El no tan fracasado como se piensa <i>Their Satanic Majesties Request</i>. Digan lo que quieran, pero sin ese disco Los Stones no se hubieran exorcizado nunca de Los Beatles ni existiría <i>She’s A Rainbow</i>. El mismo título lo dice: el antojo de su majestad satánica. </span><span>¿Se referían a Los Beatles? Quizás vendieron su alma al diablo para ser Los Stones y no los Beatles o el diablo les concedió el deseo de ser Los Stones con la condición de que nunca serían Los Beatles. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">2) <i>Exile on Main St.</i>, el álbum (doble, vale recordarlo) en el que Los Stones descubrieron el camino que los alejaría para siempre de Los Beatles y para esto no hizo falta más que la fe del caminante. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Cuando terminó el documental dije: mañana escucho a los muchachos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Hoy salí a pedalear antes de las once de la mañana y antes de avanzar en loop por La Carolina puse el <i>Rolled Gold Plus</i>, que me parece no sólo una sinopsis clara sino también una antología entretenida. Escuché casi todo el disco uno, hasta <i>Out Of Time</i>, creo, y me quedé picado, picadísimo. Llegué a casa y pensé seguir escuchando el disco pero me llamó L y me dijo que ya era hora de hacer eso que teníamos que hacer. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Hay gente que dice <i>ya no tengo ranuras</i>. Yo digo <i>tengo ranuras, sí, obvio que tengo ranuras, sólo que no me sirven para todo</i>. Hoy me pasó: quería seguir escuchando a Los Stones, quería que L escuche a Los Stones, quería contarle la historia que me volvieron a contar anoche porque sé que es una buena historia; pero ya no tengo discos de Los Stones, los amo y los acostumbro pero la última vez que pagué por música de Los Stones fue cuando los vi en vivo, hace rato, así que la ranura de la radio del carro no servía para escuchar eso que yo necesitaba. Bajé entonces con las llaves del carro y con mi iPod y con un parlante (Bose, azul como el de todo el mundo, al parecer) para ponerlo justo frente al freno de mano. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Un gesto poético si se quiere. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Fui a ver a L, hicimos lo que había que hacer, fumamos un poco o fumamos lo suficiente o no más de eso, en todo caso. Hablamos mucho porque siempre tenemos tema y siempre o casi siempre que nos vemos fumamos un poco o un poco más. Esperamos un rato sentados en el auto y yo empecé a hablar de Los Stones y mientras hablaba de Los Stones pensé que nada sería mejor que terminar este monólogo escuchando a Los Stones salvo hacer que L escuche <i>Exile on Main St.</i> por primera vez y en este preciso momento. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times;"><span style="font-size: large;">Cuando me pidió que deje de hablar y ponga el puto disco, nos dimos cuenta de que estábamos junto a una UPC. (Pausa para efecto) Qué lindo fue decirle esto a alguien que nunca antes lo había escuchado: </span></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times;"><span style="font-size: large;"><i><br /></i></span></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times;"><span style="font-size: large;"><i>Como dijo Keith Richards: </i></span></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times;"><span style="font-size: large;"><i><span style="background-color: white; text-align: left;">Siendo claros, yo nunca he tenido </span><span style="background-color: white; text-align: left;">problemas con las drogas</span><span style="background-color: white; text-align: left;">; solamente con los policías.</span></i></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">L cree que cualquier persona que quiera hacer música debe estudiar música. Yo creo que cualquiera puede jugar con un instrumento y dedicarle su vida al inmenso esfuerzo de no aburrirse nunca. Ahora bien, ambos estamos de acuerdo en esto: las escuelas (de rock), los conservatorios y las facultades de música deben existir porque pueden inspirar a mucha gente. También creo, yo, que la música se parece más a una ciencia exacta que a un arte: hay variables y ecuaciones y resultados absolutos, positivos y negativos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Pero empezamos a escuchara <i>ese</i> disco y después de haberle dicho a L que lo que tienen Los Stones es swing y que <i>Rip This Joint</i> es algo que deberías aprender del rock no como forma de interpretar la música sino como forma de interpretar la vida, más o menos a la altura de <i>Sweet Black Angel</i>, le dije eso de que la música es una ciencia pero cuando escucho a Los Stones es como, no sé, como ver un árbol, ¿me entiendes? Los Stones son como un árbol. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">L volvió a su casa a teletrabajar y yo a la mía y en el garaje, mientras parqueaba, pensaba que de pronto no estaría mal trabajar un poco y también pensé, sin signos de interrogación, por qué no escribo esto. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">No quería interrumpir <i>Exile</i> por ningún motivo, así que salí del auto y caminé al ascensor y llegué al apartamento con el iPod prendido y el parlante sonando. Sonó <i>Shine A Light. </i>Sigue siendo buena, nunca ha dejado de serlo. Buena. Mortal. Una justa despedida y declaración de amor por sobre todas las cosas y por sobre toda la música del señor Jagger Richards al señor Brian Jones, que no lo acompañará más. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">@pescadoandrade</span></div><div><p><span style="font-family: times;"> </span></p></div>
<span style="font-family: times;"><iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/N46DHEtWEm4" width="500"></iframe>
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<div class="blogger-post-footer"><a href="http://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-count="none" data-via="lospescadosrock" data-related="www.culturab.blogspot.com:Blog de Juan Fernando Andrade" data-lang="es">Tweet</a><script type="text/javascript" src="http://platform.twitter.com/widgets.js"></script></div>Juan Fernando Andradehttp://www.blogger.com/profile/15385743473288181379noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3484386956709987028.post-37515271099399538522021-02-25T19:45:00.001-05:002021-02-25T19:45:28.858-05:00 A la salud de Gary Oldman <div style="text-align: right;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmSzyn3HC5A7l7g8aocwJQ3PuKJ_-b41wylZtMDp6-E3pgr0B5XVShJ32dHKBuwLvi4MKb66RY2qV6xUidEJg6WoKMOl_CXiegCV07ErI0NhHgt7q3Hr2YketWboBs5TLG7jwz2Ck9Wt0/s798/Mank.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="420" data-original-width="798" height="336" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmSzyn3HC5A7l7g8aocwJQ3PuKJ_-b41wylZtMDp6-E3pgr0B5XVShJ32dHKBuwLvi4MKb66RY2qV6xUidEJg6WoKMOl_CXiegCV07ErI0NhHgt7q3Hr2YketWboBs5TLG7jwz2Ck9Wt0/w640-h336/Mank.jpg" width="640" /></a></div><br /><i><br /></i></div><div style="text-align: right;"><i><br /></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Parece que me he convertido, </span></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">más y más, </span></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">en una rata atrapada en una trampa que yo mismo construí, </span></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">una trampa que reparo cada vez que existe el peligro de que me pueda escapar. </span></i></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- Herman Mankiewicz - </span></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">La única esperanza es el próximo trago. </span></i></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- Malcolm Lowry - </span></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">El borracho es sagrado. </span></i></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- Carlos Julio Arosemena Monroy - </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">¿Sorprendió a alguien que a principios del 2020 Joaquin Phoenix ganara el Óscar a mejor actor por Joker? No, para nada. Si me apuran, el premio estaba anunciado y entregado y la ceremonia fue una mera formalidad. Una vez más, la Academia no decepcionó en su costumbre de no sorprender. A Phoenix ya le habían dado, además y entre varios otros de menor calibre, el Bafta y el Globo de Oro por el mismo papel, así que más que una premiación lo que pasó aquella noche en Los Ángeles, California, fue una confirmación de la tendencia. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Joker engañó a muchos. Con ese cuento de que Phoenix estaría literalmente al frente y de que este legendario y asesino y psicópata y sádico y amoral personaje de cómics sería tratado como un personaje del Scorsese setentero (hay que ver The King of Comedy), logró venderse como una cinta de cine arte que, casi por casualidad y sin intención, tenía al centro del relato un cartucho de dinamita más bien relacionado con las franquicias de superhéroes, esas películas que el mismo Scorsese se niega a reconocer como cine y a las que compara con parques de diversiones temáticos onda Disney o Universal Studios. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y no, Joker no es cine arte disfrazado de película de superhéroes sino justamente lo contrario y le hubiese ido bastante mejor, creo, si nos mostraba directamente el gato y no la liebre. Pero algo es cierto: supo medir la temperatura social, enfocar eso que flotaba en el ambiente pero no se veía y capturar la magnitud de un momento antes de que sucediera: el caos estaba por venir y la película lo anunció. Se estrenó en 2019 y por lo menos en Latinoamérica sirvió de prólogo (y, quién sabe, capaz también de inspiración para más de uno) de las violentas manifestaciones que enfrentaron a los ciudadanos y al poder del Estado en varias de nuestras capitales: Santiago, Bogotá, Quito. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Muchos estuvieron de acuerdo, habían sido maltratados y pisoteados y presionados y bulleados por demasiado tiempo y por gente que estaba muy pero muy arriba, así que, como en Joker, salieron a quemarlo todo buscando no se sabe si justicia o venganza o simplemente ser vistos y escuchados aunque terminaran sin ojos o sin pulso. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Ahora bien, dicho esto, ¿hacía falta que el esqueleto de Joaquin Phoenix se contorsionara como la boa amaestrada que sale de la canasta hasta cuando nadie está tocando la flauta?; ¿hacía falta que se compadeciera tanto de sí mismo y terminara causando aversión, aburrimiento y no empatía?; ¿hacía falta, y esto es clave, que Phoenix dejara de ser el gran actor que es para convertirse en un exhibicionista y mercader de muecas? No. Hubiese sido mejor que actúe. Es decir, hubiese sido tanto mejor que no nos diésemos cuenta de que estaba actuando. Como hacen los profesionales apasionados por el oficio y no por el reconocimiento. Como Gary Oldman en Mank, por ejemplo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">De lo que pude ver en 2019, que no fue poco, quien realmente me deslumbró fue Matthew McConaughey en la épica e inolvidable The Beach Bum, escrita y dirigida por esa especie de genio que es y sigue siendo el casi-cincuentón-pero-siempre-joven Harmony Korine. McConaughey hizo el papel principal, le dio carne al poeta Moondog, que anda por los Cabos de la Florida con un grifo en una mano y una lata de cerveza en la otra recitando su poema más recordado, su gran éxito, su clásico, el que las multitudes no han logrado olvidar quizás porque él, al comienzo de la cinta, lleva varios años sin escribir nada nuevo:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><i><b><span style="font-family: times; font-size: large;">Dormí en una cama en La Habana </span></b></i></div><div style="text-align: center;"><i><b><span style="font-family: times; font-size: large;">Pensando en ti </span></b></i></div><div style="text-align: center;"><i><b><span style="font-family: times; font-size: large;">Hace un momento, orinando </span></b></i></div><div style="text-align: center;"><i><b><span style="font-family: times; font-size: large;">Bajé la mirada y miré mi pene con cariño </span></b></i></div><div style="text-align: center;"><i><b><span style="font-family: times; font-size: large;">Saber que ha estado dentro de ti </span></b></i></div><div style="text-align: center;"><i><b><span style="font-family: times; font-size: large;">Dos veces hoy </span></b></i></div><div style="text-align: center;"><i><b><span style="font-family: times; font-size: large;">Me hace sentir un hombre hermoso </span></b></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">En The Beach Bum uno no sabe dónde acaba McConaughey y dónde empieza Moondog y a ratos parecería que no se trata de una ficción desquiciada sino de un documental que se desquicia. En The Beach Bum dan ganas de fumarse más de un grifo y tomarse más de una cerveza con el poeta porque todo se siente genuino, verdadero (incluso y sobre todo lo absurdo); y lo verdadero conecta y perdura. En The Beach Bum Matthew McConaughey entra al salón de la fama de los grandes borrachos de Hollywood, compartiendo barra y hielos y tarima con gente tan querida como Don Birnam (Ray Milland en The Lost Weekend, 1945), Kristen Arnesen Clay (Lee Remick en Days of Wine and Roses, 1962), Geoffrey Firmin (Albert Finney en Under the Volcano, 1984), Henry (Mickey Rourke en Barfly, 1987), Ben Sanderson (Nicolas Cage en Leaving Las Vegas, 1995) y Hank Chinaski (Matt Dillon en Factotum, 2005). El mismo salón de la fama al que entró, sin que hiciera falta comprar votos porque el fenómeno era tan innegable como irreversible, Gary Oldman a finales del 2020, cuando se encargó del rol principal en Mank. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">De ahora en adelante y hasta siempre brindaremos también por y con Herman Mankiewicz, el guionista nacido en la ciudad de Nueva York, hijo de inmigrantes judíos llegados de Alemania, que en 1941, cuando tenía 44 intoxicados años, escribió el guión de la que es para muchos y hasta el día de hoy la mejor película jamás filmada: Citizen Kane. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Leí en un artículo de Página 12 que lo todo cerebral de Mank hace extrañar lo todo corazón de Ed Wood, la cinta que le dedicó Tim Burton al “peor director de la historia” en 1994 (y en la que, dicho sea de paso, también aparece como personaje Orson Welles). Discrepo. Gary Oldman es todo corazón y todo barriga y todo whisky y martinis y todo elocuencia sentimental e ideológica justo antes de vomitar por haber bebido, otra vez, uno o veinte tragos de más. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Habría que pensar, entonces, qué hace de un borracho un gran borracho. Qué lo hace entrañable, categórico, capitular, capaz de llenar la pantalla y conmover o hacer reír o hacer llorar simplemente empinando el codo, llevándose el vaso a la boca, mirando con esos ojos cristalinos su reflejo en un espejo o en un río, durmiéndose en un sitio y despertando en otro luego de haber levantado en el aire uno de esos monólogos que en Mank sobran y son, suelen ser, la razón por la que las mejores películas sobre alcohólicos, las más emocionantes por quijotescas y libres de toda culpa (los personajes principales no se dan golpes de pecho buscando perdón y redención sino un billete para comprar otra botella), no alejan a nadie de las bebidas espirituosas sino que se encargan de abrir las venas, las gargantas, los corazones, liberar los sentimientos y así hasta que alguien pregunta, ¿Quieres un trago?, y otro alguien que ha estado esperando esa pregunta con la misma reserva de esperanza que tienen las mujeres de los marineros que no volverán responde, aliviado, ilusionado, seguro de que los dioses han escuchado sus plegarias y están a disposición de sus caprichos: Claro, si no es mucha molestia. O responde: ¿Por qué no? O responde: Sólo si me acompañas. O, como le dijo Charly García a Palito Ortega cuando éste último logró que sacaran al primero de una clínica de rehabilitación y lo dejaran llevar un tratamiento ambulatorio en su hacienda: Dame un whisky. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Sigamos. Dicen que sólo hay dos cosas que pueden arruinar la vida de un hombre: no conseguir lo que quiere, y conseguir lo que quiere. A Herman “Mank” Mankiewicz le sucedieron ambas. Fue guionista de planta en la Paramount Pictures y llegó a ser el jefe del departamento de escritores cuando apenas pasaba de los treinta años, haciéndose espacio entre los trabajadores mejor pagados de la industria en su época de oro; ganó un Óscar por Citizen Kane y fue nominado a otro por The Pride of the Yankees, la historia del beisbolista Lou Gehrig, protagonizada por Gary Cooper; pero su carrera llegó hasta ahí, los siguientes once años de su vida los dedicó a terminar de beber lo que ya venía bebiendo desde hace un buen rato, y quién podría culparlo. Murió a los cincuenta y cinco años de envenenamiento urémico o, como se dice en el mundo de la farándula, complicaciones derivadas de su alcoholismo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Me despidieron cuando había conseguido el balance perfecto: yo no quería trabajar con la mitad de los productores del estudio y la otra mitad no quería trabajar conmigo</i>, dice el Mank con cara y cuerpo de Gary Oldman. El guión, escrito por Jack Fincher, padre del director, David Fincher, está a la altura de esos otros guiones sobre esos otros escritores borrachos que se llenan la boca con licor pero también con discursos tan memorables como inoportunos e incómodos, dejando caer entre uno y otro alguna frase para el bronce. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">El balance, hay que decirlo, es un tema importantísimo; tanto en el cine como en las borracheras. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Habiendo trabajado en más borracheras que películas, puedo decir con toda tranquilidad que Mank es uno de los nuestros, el tipo de bebedor que consigue la dosis justa para pararse en la cima del mundo, para montarlo, para domarlo, para hacerlo cambiar de rumbo; y no contento con eso y siempre coherente consigo mismo y constante en la ley universal que dicta que nada es demasiado y todo es muy poco, luego toma ese trago de más y cae desde lo más alto sólo para tener tiempo de disfrutar el vuelo y contemplar su propia caída. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Todo esto gracias a Gary Oldman, que se llevó un Óscar en 2018 por su versión de Winston Churchill, otro caballero de buen beber, que no trata de parecer Mank sino que consigue ser Mank, y que ahora se para frente a la cámara, tambaleando como todos los gigantes, y nos deja saber que Mank tiene que beber porque de otra forma los pensamientos que se persiguen unos a otros dentro de su cabeza no podrían sentarse y conversar, que tiene que beber porque sólo así se pueden encontrar la poesía y la lucidez en algo que casi puede llamarse armonía, y que tiene que beber para poder parar un rato, mirar el mundo, y contarnos cómo es.
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">@pescadoandrade / @mundodiners </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">(<a href="https://revistamundodiners.com/" target="_blank">Mundo Diners</a>) </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div>
<iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/aSfX-nrg-lI" width="500"></iframe>
<iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/sefZbwgTVMs" width="500"></iframe><div class="blogger-post-footer"><a href="http://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-count="none" data-via="lospescadosrock" data-related="www.culturab.blogspot.com:Blog de Juan Fernando Andrade" data-lang="es">Tweet</a><script type="text/javascript" src="http://platform.twitter.com/widgets.js"></script></div>Juan Fernando Andradehttp://www.blogger.com/profile/15385743473288181379noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3484386956709987028.post-84884171753204230712021-02-18T21:11:00.004-05:002021-02-18T21:53:42.957-05:00El poder de la gente <div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsBeE7vceNZpoycNRWL_8IyTDE-jbeGTjcW8Na_e6UM0S9mr4q4t4xqFuZr0baseBTNDRDwB0V3HPFUQZS19lPaQwM53BpRJ-G_2GOEiG4367G7s3UqyYx635o8l8j2SIUKTpbrW5KBGo/s1024/Lennon+2+.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="1024" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsBeE7vceNZpoycNRWL_8IyTDE-jbeGTjcW8Na_e6UM0S9mr4q4t4xqFuZr0baseBTNDRDwB0V3HPFUQZS19lPaQwM53BpRJ-G_2GOEiG4367G7s3UqyYx635o8l8j2SIUKTpbrW5KBGo/w400-h400/Lennon+2+.jpg" width="400" /></a></div><br /><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">El domingo 7 de febrero, al comienzo de la noche, hubo una sensación de alegría que me pareció más que justificada, y eso que yo voté por Lasso. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Hoy, desde temprano en la mañana, hubo una sensación de tristeza que me pareció -también- más que justificada, y eso que yo volveré a votar por Lasso.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">He pasado todo el día pensando en las palabras con las que nos hemos llenado la boca últimamente, sólo para descubrir que son eso: palabras. Es más, dos de ellas, lazo y correa, son incluso parecidas, quizás hasta sean parientes, sabiendo todos que es más fácil librarse de un lazo en la cabeza que de una correa en el estómago, y que el lazo no sirve como arma mientras recordamos las heridas que nos hicieron con una correa. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Luego he pensado que el problema o la solución no pueden estar en dos personas siendo nosotros muchísimos más, y que en un país como el nuestro, que no cree en las autoridades ni en las “dignidades” desde hace tanto pero tanto tiempo, vale seguir repitiendo las palabras de Winston Churchill: La democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre, con excepción de todos los demás. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Así que sí, es verdad, la democracia sólo sirve para elegir el mal menor o, en nuestro caso, elegir a un enemigo menos infame que otro. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">He notado que varias personas han compartido un video en el que un prófugo de la justicia, que se irrita cuando lo acusan de manipular al electorado, baila y apunta con un control remoto hacia los porcentajes alcanzados por Pérez y Lasso, porque habrá segunda vuelta a pesar de todas las amenazas de “arrasar en primera”. Y lo comparten con esta leyenda: todo bajo control. Mientras el Ecuador vive una de sus crisis más tristes y dolorosas, mientras nos seguimos matando entre nosotros, a un sujeto que podría estar en la cárcel le parece que todo está “bajo control”. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Nunca he pensado que votar por Arauz sea siquiera una posibilidad, y no por él, todos sabemos que al momento Arauz es una X en esta ecuación, sino porque aquello que defiende y representa y llama en varias entrevistas “un referente para el mundo entero”, es para mí un atentado contra la libertad. Las revoluciones tumban al poder para convertirse en el poder, nada más. Lo que corresponde es ser rebelde, no revolucionario. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><span>A mí me enseñaron a valorar la libertad y a pelear por ella. </span><span>Me lo enseñaron mis padres, me lo enseñaron mis tíos, me lo enseñaron mi hermana y mi hermano; me lo enseñaron mis amigos y mis amigas y también me lo enseñaron sus padres; me lo enseñaron mis novias, me lo enseñaron mis profesores, me lo enseñaron mis jefes y mis colegas y todas las personas cuyas historias conté como periodista; me lo enseñaron mis primos y mis sobrinas y mi sobrino y los hijos de mis amigos y hasta mis ahijados; me lo enseñaron quienes caminan por la calle y quienes piden dinero en las calles; me lo enseñaron quienes critico y quienes me critican. Y me lo enseñaron todas las canciones que he escuchado, las películas que he visto y los libros que he leído. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Les permito que estén tranquila y justificadamente tristes hoy, pero no mañana. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: large;">@pescadoandrade </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/LPbvAhL6qo4" width="500"></iframe><div class="blogger-post-footer"><a href="http://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-count="none" data-via="lospescadosrock" data-related="www.culturab.blogspot.com:Blog de Juan Fernando Andrade" data-lang="es">Tweet</a><script type="text/javascript" src="http://platform.twitter.com/widgets.js"></script></div>Juan Fernando Andradehttp://www.blogger.com/profile/15385743473288181379noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3484386956709987028.post-24638084190872974212021-02-04T22:30:00.006-05:002021-02-07T18:19:31.584-05:00Humanidades (experiencia preelectoral en dos actos) <div><b><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgozrqfQNIZ_lgAMHRs5O6gdtx9aJrCFotLWgW9gzL_BOi_yDHXcgx4jRnpxefUJDdSMTNCrv6bUFSmEd7ROBvu5UIsDMrP0Cv6Fa-CFu9xq0d871zIvhAE_vzXnrsQbrCkLrA1M3-EYAE/s1200/Las+Males+Las+Vegas+.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="801" data-original-width="1200" height="268" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgozrqfQNIZ_lgAMHRs5O6gdtx9aJrCFotLWgW9gzL_BOi_yDHXcgx4jRnpxefUJDdSMTNCrv6bUFSmEd7ROBvu5UIsDMrP0Cv6Fa-CFu9xq0d871zIvhAE_vzXnrsQbrCkLrA1M3-EYAE/w400-h268/Las+Males+Las+Vegas+.jpg" width="400" /></a></div><br /><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></b></div><b><span style="font-family: times; font-size: large;">Acto primero: La Familia </span></b><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Amor, amor </span></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Que te pintas de cualquier color </span></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Tan profundo como el viento </span></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Tan lejano como el tiempo </span></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Y tan cierto como el sol </span></i></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- José José - </span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Si no hubiera pasado nada de lo que pasó después, ese igual habría sido un buen domingo, un GRAN domingo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">La Doctora, mi mamá, recibió vía WhatsApp un mensaje del Crab’s House, que no es un restaurante aniñado de Plaza Lagos en Samborondón sino una cangrejería en la ciudadela Primero de Mayo, cerca de la avenida Reales Tamarindos, el trozo de Portoviejo al que migraron varios de los negocios que perdieron sus locales en el terremoto del 2016 y en el que, como ocurre en toda migración, han nacido otros negocios. El mensaje era muy claro: <i>Estimada. Mañana empieza la veda. Aproveche. Le podemos enviar el menú. </i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Llevo casi dos meses en Manabí y regresaré a Quito, donde vivo desde hace más de veinte años, el próximo lunes, justo después de la primera vuelta electoral. Desde que me instalé en mi casa de mis papás, cada vez que La Doctora me dice baja a desayunar o baja a almorzar que ya llegó tu papá o vamos a comprar algo de comer para llevar donde la abuela, yo pregunto, ¿Cangrejo? Y ella, de quien heredé la vena cangrejera, se burla de mí y me dice lo habrá cuando tú lo compres. Ese domingo me dijo algo más directo: <i>ahora o nunca, muchacho. </i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Pedimos tres platos fuertes y una entrada, todo para llevar, y gasté exactamente 36 dólares americanos. <i>Portoviejo se ha vuelto caro</i>, dijo La Doctora; <i>El Ecuador se ha vuelto caro</i>, dije yo. Luego fuimos a una tienda/frutería, atendida por serranos, en la misma Reales Tamarindos, pero ya cerca de la Avenida América. En esa zona hay tres o cuatro lugares similares, todos atendidos por serranos, es decir, migrantes a los que no les da pereza trabajar un domingo por la tarde o están en la necesidad de trabajar un domingo por la tarde (no es lo mismo). Compré un litro de Inca Kola, un litro de Coca-Cola (original, con azúcar, tapa roja; esa que La Doctora tiene que esconder de mi papá diabético) y tres litros de Güitig porque la Güitig nunca sobra ni debería faltar. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Mientras volvíamos al Crab’s House para retirar el pedido, La Doctora me hizo escuchar un audio en el que un tipo contaba, palabras-más-palabras-menos, esto: Fui a una gasolinera a llenar el tanque de mi Mercedes y un mendigo me preguntó, <i>¿Sabes cuánta gente podría comer con lo que tú gastaste en un carro?</i> Yo le respondí, sí, la gente que diseñó y fabricó el carro, la gente que lo importó, quienes trabajan en los barcos donde viajan los autos importados, quienes venden el combustible a esos barcos, quienes hacen mantenimiento a esos barcos, los empleados de la concesionaria, los mecánicos de la concesionaria, la gente que confecciona y vende los uniformes que usan los empleados de la concesionaria, la gente que desarrolló la tecnología que vuelve a este carro más seguro, los profesores de las universidades donde enseñan esa tecnología, la gente que fabricó las llantas y fundió el metal para los aros de esas llantas y hasta los que ensamblaron los parlantes y los que vendieron el cuero para los asientos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Creo que luego de esto no hace falta aclarar cuál es la cosmovisión sociopolítica de los culpables de mis días, que vienen de un sector que ahora parece minoritario: los que piensan que la única forma de progresar es trabajando. Dicho esto, también piensan que La familia peluche es realmente divertida y luego de años luchando contra la naturaleza han asumido por fin su edad con un gesto categórico: ahora ven a La Doctora Polo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Almorzamos en el comedor, cosa que no pasa todos los días porque solemos hacerlo sentados a la mesa de la cocina y viendo noticias ventilador mediante. Si me preguntan, el comedor es más agradable. Es pequeño, así que se enfría rápido cuando uno enciende el aire acondicionado, hay un ventanal que da a la piscina y, quizás este sea el verdadero lujo, no hay televisor. Hablamos, claro, de política, y mi papá dijo <i>hay que darle el voto al candidato manabita</i> y mi mamá dijo <i>yo se lo quiero dar pero tengo miedo de que el otro gane en primera vuelta</i> y mi papá dijo <i>no va a ganar en primera</i> y yo dije <i>claro que puede ganar en primera vuelta</i>. Pero lo importante es que hablamos, conversamos, disfrutamos uno de los otros sabiendo que hubo varios o demasiados momentos donde comunicarnos no era posible porque ellos creían (no sin razón) que mi estilo de vida acabaría con mi vida más temprano que tarde y yo defiendo mi estilo de vida. Y pensé, si muero aquí y ahora, la vida no me debe nada, lo último que hice fue almorzar cangrejo con mis viejos, en nuestra casa y en paz porque hemos aprendido a convivir (respetar al otro, básicamente; aceptar que no podemos imponer nuestras ideas a la fuerza; permitir que el otro tome sus propias decisiones y cometa sus propios errores y asuma las consecuencias de sus actos y sufra haciéndonos sufrir a todos) a las malas, pero lo hemos aprendido. Y como si eso no fuera suficiente, a mis viejos no les gusta la Inca Kola así que me tomé un litro de Inca Kola yo solo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> </span></div><div style="text-align: center;"><b><span style="font-family: times; font-size: large;">*</span></b></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Cuando empezó el confinamiento, hace casi ya un año, La Doctora me dijo vente antes de que cierren los aeropuertos y las carreteras. Le dije que no. Vives solo, tomas pastillas, bebes alcohol, te puedes morir, ¿entiendes? Sólo hay una forma de saberlo, le dije. Y no, no me morí. Al contrario, como ya se ha dicho, el encierro me obligó a vivir conmigo mismo y, quién diría, no sólo me banco, me aguanto, me soporto, sino que a veces hasta me caigo bien. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Para esto no hay recetas mágicas pero sí circunstancias que no podemos esquivar aunque suenen MUY a libro de autoayuda (todos los libros/discos/películas que nos gustan terminan siendo de autoayuda, ¿no?; ¿o será de desahogo?). Cada vez que hagas algo, piensa que quizás ese algo sea lo último que harás en tu vida: dar un paseo en bicicleta; diseñar un plan de agua potable y alcantarillado para una población que desconoce ambas cosas; cantar y tocar una canción que escribiste ya no sabes para quién; meterte dos rayas de coca trepando con la nariz un culo perfecto; hornear un pastel con tus hijos; trabajar un par de horas extra en un lugar que odias pero que paga la escuela de tus hijos, la salud de tus hijos, capaz y hasta te alcanza para que si no hay otro remedio y alguien deba quedarse en casa con tus hijos sea tu esposa porque la amas y sabes que es la mejor persona que haya pisado jamás este planeta y si hay alguien a quien deban parecerte tus hijos mejor que se parezcan a ella; madrugar y hacer yoga antes de que salga el sol porque luego hay que trabajar y nunca has creído en eso de que la mujer tenga que quedarse en casa ni, seamos sinceros, se puede vivir con un solo ingreso, y sabes que prefieres redactar informes que cambiar pañales o fingir que te interesa jugar a la casita, y ese trabajo permite que tu esposo o novio o tinieblo se quede en casa con los chicos porque, seamos sinceros, él les tiene la paciencia que tú no les tienes; seguir en la cama o en la hamaca o en el sofá, viendo el techo, sólo porque sí, porque te da la puta gana; escribir. Sea lo que sea, es probable que ese algo que estás haciendo ahora mismo sea lo último que hagas, así que si no es exactamente lo que quisieras estar haciendo trata con todas tus fuerzas de hacer otra cosa, y rápido. La muerte no espera, somos nosotros los que esperamos que nunca llegue. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><b><span style="font-family: times; font-size: large;">* </span></b></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Estaba empezando a leer por primera vez <i>El huerto de los cerezos</i>, de Chéjov, convencido de que si en ese momento venía otro terremoto y se me caía el techo encima y la muerte me encontraba leyendo una obra de teatro de Chéjov pues francamente sería como la verga morirme pero aún así la vida no me debería nada. Pero no logré pasar de las veinte páginas porque sonó mi teléfono y era mi hermana y me dijo <i>estamos abajo</i>, lo que realmente quiere decir esto: vamos a la piscina con las niñas porque si te hiciste el bacán y les compraste pistolas de agua y globos y espuma de carnaval ahora hazte cargo, sé un bacán de verdad y juega con ellas. Y como no hacía desde hace no sé cuánto tiempo, llené uno por uno los globos con agua (qué, oh sorpresa, no son tan divertidos si estás dentro de una piscina) y me dejé mojar y me dejé pintar de blanco con espuma y cuando empezó la guerra de pistolas de agua resistí estoicamente el ataque de una familia de cuatro que se unió en mi contra y en mi intento por sobrevivir disparé agua a quemarropa y después de un buen rato, de una verdadera cruzada, la una niña estaba llorando porque su tío, que es un <i>tonto</i>, le había disparado agua en el ojo y la otra estaba gritando porque su tío, que además de <i>tonto</i> es <i>feo</i>, le había disparado agua en el ojo a su hermana y ambas niñas le estaban pidiendo a gritos a su padre que golpeara a su tío primero por <i>tonto</i> y luego por <i>feo</i>. Y así terminó la guerra, con sobrevivientes pero sin ganadores: ellas se sentían un poco tristes y furiosas y frustradas por no haber podido acabar conmigo y yo un poco culpable y tonto y adolescente por no haber permitido que acabaran conmigo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Las niñas salieron del agua primero que yo y verlas en sus toallas, que son una especie de ponchos con capucha, es un espectáculo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Antes de subir a mi cuarto, me quedé en la cocina un rato, reseteando, fue una buena y larga pelea la que dieron esas niñas. Cuando subí las escaleras me di cuenta de que mi sobrina, la mayor, estaba parada y con los brazos cruzados mirándome desde arriba, perfectamente bañada y peinada y vestida y preciosa con su lazo al costado derecho de la frente, y se me ocurrió agarrarme de ambos lados del pasamanos, rebotar entre ambos lados del pasamanos, escalar como un soldado que vuelve a casa dando tumbos, magullado, guiado por su intuición y su terquedad y no por el GPS de su teléfono. Mi sobrina, que me miraba seria y distante y soberbia, se demoró en preguntar <i>¿Por qué caminas así?, ¿Qué te pasa?</i> Y le dije, con una voz mal herida y el rostro desencajado, <i>Me peleé con cuatro</i> (pausa para efecto) <i>y me sacaron el aire</i>. <i>Ah</i>, dijo ella, y no sonrió ni me ayudó a subir pero luego se dio la vuelta y volvió al cuarto en el que creció su madre dando saltos de conejo. Con eso el asunto quedó zanjado. Guerra y Paz. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Al comienzo de la noche mi cuñado compró panes de almidón, tortillas de maíz (queso y chicharrón), tortillas de yuca (queso y chicharrón) y bolones de verde (queso y chicharrón). Hay un lugar, más bien una vitrina sobre una vereda, en la Cinco de Junio, llegando a Los Bosques, cerca de la Cooperativa 29 de Octubre, donde las tortillas cuestan 25 centavos y los bolones dólar-cincuenta y con diez latas puedes alimentar a una tribu sin problemas: los chicos que despachan son venezolanos, de pronto se confunden con los números (un dólar equivale hoy por hoy a más de un millón de bolívares), pero nunca te estafan. Luego fuimos donde mi abuela, que ya pasa de los 90 años y a veces me dice Récele a Dios para que me deje vivir un poco más y otras veces me dice Esto ya no es vida. Curioso (o no tanto), yo vi envejecer a mi abuela, pero mis sobrinas no, y a ratos la miran como los niños ven al Señor Burns en Los Simpson. Y, otra vez, estuvimos comiendo juntos y yo no dejaba de pensar que esto es a lo que se refiere mucha gente cuando habla de una vida privilegiada y que si la felicidad es un privilegio vivimos en un mundo inhumano. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Más tarde, esa misma noche, respondí a un mensaje de texto que me envió YV horas antes. <i>¿Sigues en Porto?</i> <i>No</i>, me escribió, <i>estoy regresando a Manta</i>, <i>voy por los moteles</i>. Y nada, me resigné a cerrar el fin de semana sin lo que habría podido ser un glorioso grifo dominguero (el de las buenas noches, que se dice) y pensé en seguir con Chéjov pero era domingo y era de noche y más bien empecé a ver esa catedral que reúne todos los mitos del rock en un solo personaje: <i>Walk Hard, The Dewey Cox Story</i>. Diez minutos después, o menos, recibí otro mensaje de YV: <i>Ya te paso viendo</i>. Y luego otro: <i>Estoy afuera</i>. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">TELÓN </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div><b><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></b></div><div><b><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></b></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><b>Acto Segundo: Los Amigos</b> </span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">That's why I'm lonely </span></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">I'm so lonely </span></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">But I know what I'm gonna do </span></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">I'm gonna ride on </span></i></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- AC/DC - </span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Personajes </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV, cantante de una banda de rock, ingeniero comercial, 44 años. Anticorreísta. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF, ex baterista de una banda de rock, periodista, 39 años. Anticorreísta. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC, baterista de la banda de rock en la que canta YV y baterista de la banda de rock en la que solía tocar JF, músico profesional, 36 años. Correísta. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M, fan de las bandas de YV, JF y GC, diseñador gráfico, 24 años. Correísta. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Nota del autor: estos cuatro personajes, caballeros en el mejor sentido de la palabra, saborean con entusiasmo las bondades de la marihuana, en la que encuentran un bálsamo para el corazón y un energizante para el pensamiento. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">[La acción tiene lugar en el carro de YV, que rueda por distintos lugares de Portoviejo y eventualmente se detiene en el parque Las Vegas. Portoviejo es la capital de una provincia correísta] </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">YV maneja, JF va a su lado. GC y M&M van en el asiento trasero. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;"> YV, GC y M&M pasaron la tarde recorriendo en bicicleta una ruta del Cerro Jaboncillo que conduce a una cascada, no se han bañado ni se han cambiado de ropa. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">JF pasó la tarde en casa de sus padres, en la piscina, jugando a la guerra con sus sobrinas; tampoco se ha bañado, lleva el mismo short con olor a cloro y una camiseta que compró vía FB y reproduce las palabras que Kurt Cobain escribió a mano sobre la camiseta que se puso la primera vez que Nirvana apareció en la portada de la Rolling Stone: CORPORATE MAGAZINES STILL SUCK. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Todos han fumado ya las tres cuartas partes de un grifo armado con suma habilidad por M&M (porque todos sabemos prender, pero pocos sabemos armar). YV se encargó de dar la siguiente explicación: en tiempos de pandemia, los labios no deben tocar el grifo, lo que corresponde, luego de echarse alcohol en las manos, es apretar con los dedos pulgar e índice el filtro y construir con las huellas digitales una especie de túnel por donde la hierba pueda circular libre y bioseguramente. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Están escuchando música. Más precisamente, están escuchando rock. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">JF baja el vidrio de la ventana y suelta una bocanada de humo, luego levanta la mano, la punta del grifo parece la luz roja de un avión cortando la noche. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: ¿Alguien quiere? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Yo no. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Yo estoy bien. Gracias, mija. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M: Todo posi por mi lado. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">JF deja que el grifo se apague y luego lo coloca junto a la palanca de cambios. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">(Pausa) </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF (a YV): Maricón, el otro día le digo a este man (señala con la cabeza a GC), “estar en Portoviejo es como vacilar con una ex”, ¿y sabes lo que me contesta este hijueputa? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>YV niega con la cabeza</i>. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF (levanta la voz): “¡Maricón, yo me casé con la man!” </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Todos ríen. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>
YV inclina el cuerpo hacia adelante, su pecho queda pegado al volante, y se ríe a carcajadas mientras golpea con el puño el tablero del carro.</i> </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Pero no con la misma mujer, por si acaso (ríe), yo me casé con la ciudad (Pausa) Lindo mi Portoviejo, hijueputa. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Las risas se van calmando y sobre ellas queda la música en primer plano.</i> </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: ¿Qué es esta huevada, oe? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV (en inglés manabita): Surf Curse. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC (levanta la voz): ¿Qué? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV (levanta la voz): ¡Surf (pausa) Curse! </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: No te entiendo, oe. Habla bien, oe. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: No jodas, mamaverga, escucha nomás. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Por eso te pregunto, chucha, porque estoy escuchando. (Pausa) Está bacán. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Bacán estás tú, (pausa) estos manes están bacanísimos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Todos ríen. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Todavía hay esperanza, muchachos. ¿Han escuchado FIDLAR? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: ¿Qué es esa huevada? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: </span><span style="font-family: times; font-size: large;">Una banda de pelados californianos, o sea, ya no tan pelados, pero nuevos, un grunge-punk del hijueputa. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Habla serio. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: En serio te digo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Este maricón me hizo escuchar esa nota el otro día, está pepa, harta guitarra, nada de mariconadas. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF (a YV): Loco, la cosa es simple: el rock es un invento perfecto, como la rueda, como el libro, no hay que complicarse, yo desconfío de cualquier banda que tenga más laptops que guitarras. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Esas son las que pegan ahorita, pero, ¿sabes qué?, no los envidio, los admiro, porque la pegan; a los que ya no soporto son a esos hijueputas que se quejan porque no salieron en <i>Rompan Todo</i>. La plena que la gente es llorona. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Todos ríen. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>El carro rueda despacio frente a un local de parrilladas cuyos únicos clientes son tres o cuatro policías.</i> </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Pilas con esos chapas. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Tranquilo, mija. No pasa nada, los manes están comiendo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF (a GC, irónico): ¿Qué pasó, mija?, ¿le cogió la grifa?, ¿está paranoico? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC (antes de una carcajada): Estoy locooote. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Todos ríen.</i> </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Oe, maricón, ¿y si gana El Loco? Ahí si estamos en la verga, ¿diga? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Puede ganar. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: ¿Tú crees? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Va de primero en su lista y ahora se vota en plancha, broder. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Pero esa huevada es una mafia, todos son una mafia. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Pero igual gana el que saca más votos. Es como el fútbol, creo, no gana el que juega mejor sino el que hace los goles. O sea, gana el que nos golea. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: La plena que a veces dan ganas de irse de esta huevada de país. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Yo he pensado en irme, pero, ¿por qué tengo que irme yo? Yo no tengo cuentas pendientes con la justicia, nadie me ha condenado, no soy un prófugo de la ley ni tengo un grillete (pausa) ¿por qué <i>chucha</i> el que se tiene que ir soy yo? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">(Pausa) </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Yo no. O sea, maricón, me quiero ir a tocar por todo el mundo, eso sí, pero no me quiero ir ni del Ecuador ni de Portoviejo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Es que si vuelve el Mashi al que sabemos le toca su cualquier cosita. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Todos ríen. Quizás GC ríe un poco menos, pero igual se ríe.</i> </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M: Ya que el pueblo decida. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: No sé, loco. Nos han vendido a la democracia como si fuera la fórmula de la Coca-Cola, como si asegurara el bienestar para todos, y no es así. En mi humilde opinión, lo único que asegura la democracia, y esto en caso de que se practique de manera transparente, es que se cumpla la voluntad de la mayoría. ¿Ustedes se consideran parte de la mayoría? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">YV niega con la cabeza. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">
GC: Yo sí, en gajo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M: Yo también. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>JF voltea para mirarlos.</i> </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: ¿En serio? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Por mi madre. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: A ver, ¿eres el ecuatoriano promedio?, ¿el que si deja de trabajar un día no come? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Maricón, si yo no toco, no como, no puedo pasarle plata a mi hijo. Ahorita estoy jodido. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Ya, pero podrías trabajar en otra cosa. O sea, estás preparado. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Pero, mija, yo soy músico, ¿en qué quieres que trabaje? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Mija linda, tú eres de los mejores músicos de este país, pero podrías trabajar en otra cosa si quisieras, estás capacitado. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: No sé, mija, no hay trabajo para nadie. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">(Pausa)</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: ¿Qué estabas haciendo ahorita? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC (confundido): ¿Cómo? Fumando contigo, pues. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Todos ríen. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF (aún riendo): No, mamaverga, antes de subirte al carro. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC (señalando a M&M): Esperando que este hijueputa termine de armar. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Todos ríen</i>. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Chucha, estabas comiendo. Y estabas comiendo en el local de un pana que está trabajando un domingo de noche. Tú hoy no trabajaste, primero te fuiste a andar en bicicleta y ahora estás fumando un grifo y escuchando música y dando vueltas en un carro con aire acondicionado. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Simón. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Ya pues. Eso te separa de la mayoría. No te hace rico, pero te separa de la mayoría. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: No creas, mija, el pana que me vende la grifa… </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: ¿Quién te vende? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">LG: Este man de Yogu-Yogu. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: ¿Quién es ese hijueputa? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Un pana, no lo conoces, buen dato el man, pero el man roba. El otro día me dijo “estoy vendiendo porque no quiero salir a robar, esa huevada es horrible, te pueden matar”. O sea, el man ha robado por necesidad. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Ese man está más cerca de ser la mayoría, creo, el voto de ese man importa más que el de cualquiera de nosotros. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Mija, yo soy un man chiro, no robo, pero a veces tengo que tocar huevadas para que me paguen. ¿Tú crees que fui a la universidad para tocar Maluma? (alza la voz) ¡Ni verga! Déjate de huevadas. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: De acuerdo, pero tienes camello. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M: Pero antes había más. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: En gajo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Igual, la sola posibilidad de trabajar de una manera más o menos estable te saca de la mayoría. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Mija, con todo respeto… </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Mija, yo sé que tú me amas. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Todos ríen.</i> </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC (continúa): Yo sí pertenezco a la mayoría. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">(Pausa) </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF (a GC): ¿Has visto <i>Tres Familias</i>? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: No he visto esa huevada porque sé que es horrible. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Ya, mira lo que dices, “No he visto esa huevada porque sé que es horrible”. No la has visto, pero sabes que es horrible. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV (a JF): Concrete, mija, concrete. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: <i>Tres Familias</i> es la única serie en la historia de la televisión ecuatoriana que se ha exportado, o sea, que se ha vendido como franquicia. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV (incrédulo): No hables huevadas.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Maricón, te lo juro. La compró Televisa y ahora mismo hay una versión mexicana de <i>Tres Familias</i>. (Pausa) Lo que no me parece del todo malo porque Televisa también nos ha vendido harta mierda, y durante décadas. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Maricón, no la he visto pero la quiero ver porque me dijeron que ahí sale Víctor y quiero ver el trabajo de mi pana. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Creo que hay una temporada en la que Víctor es el esposo de Érika Vélez o algo así. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M: Yo he visto par capítulos, por esa man. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Loco, no sé si esto es viejo o nuevo, pero el otro día, al final de la jornada, ponte un miércoles a las diez de la noche, un man posteó una huevada que decía, “Otro día sin ser el calzón de Érika Vélez”. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Todos ríen. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Se cagan de risa. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Por Dios que la gente es bien hijueputa. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Esa es la gente, broder, esa es la mayoría. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Ya, ahí te puedo estar creyendo. Y si el domingo ganan Bucaram y Arauz te termino de creer. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: ¿Cómo? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Si ganan los dos, pero <i>tienen</i> que ganar los dos, te creo eso de que la democracia vale verga. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: ¿Y si pierde Bucaram pero gana Arauz? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Ahí no. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF (a GC): ¿Por qué? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Porque yo no creo que la gente vote desde la ignorancia (pausa), la gente vota desde la experiencia. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M: Verdad es. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>JF mira por la ventana, no reconoce las calles ni las casas que van pasando frente a sus ojos.</i> </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF (a YV): Mija, no quiero sonar como el aniñado que soy, pero, ¿dónde chucha estamos? (pausa) ¿vamos a comprar más drogas? (pausa) No seas como la gaver, sácame de aquí. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Estamos en Riochico, mamaverga, no te hagas el gringo. Para que sepas ésta es una de las parroquias más antiguas de Portoviejo, aquí llegó la gente antes que a la Avenida Manabí, soplador. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Todos ríen. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Todo bien maricón, pero estoy grifo y si llega a pasar alguna huevada no quiero estar en Riochico, quiero estar lo más cerca de mi casa que sea posible. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">JF mira otra vez por la ventana, la torre de la iglesia, que parece de juguete, parte de un parque de diversiones montubio, está iluminada por un rayo azul. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Maricón, te voy a decir algo y apréndetelo porque te va a servir mucho en la vida: un marihuanero nunca anda apurado. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Todos ríen. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">YV y JF chocan los puños. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">El carro sigue rodando mientras YV le pide instrucciones a GC para salir de Riochico.
De pronto, están en una carretera larga y al lado del camino no se ven más que los montes que alcanzan a iluminar los focos del carro: todo es muy hermoso </span></i></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- Intermedio -</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> </span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">El carro rueda por la calle Quiroga, de un lado está el parque Las Vegas y del otro una especie de mural horizontal decorado por retratos de artistas que alguna vez pasaron por esta tierra: Camilo Sesto, Héctor Lavoe, José José. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">El carro se detiene un poco más adelante, cerca de unas bancas en forma de boomerang.
YV es el primero en bajarse. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Me arreché de manejar. Bajen que tampoco soy su chofer. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">GC, M&M y JF bajan y caminan hacia las bancas siguiendo a YV. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">YV se acuesta en un extremo, sus brazos cuelgan por fuera de la banca; GC se sienta en el centro, pensativo; M&M se acuesta de cuerpo entero al otro extremo; JF se queda de pie, justo frente a GC. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: La última vez que toqué fue aquí. Tengo una foto con mis sobrinas en el escenario. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Mándala por WhatsApp. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">YV y LG se cagan de la risa. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M sonríe, confundido. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>JF saca de su bolsillo un teléfono pequeño (Nokia C105) y comienza a escribir un mensaje de texto, letra por letra. </i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Suena el teléfono de YV, que mira la pantalla enseguida. </i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>El mensaje de texto enviado por JF dice:</i> Aquí está tu huevada. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M: Ese concierto fue una bacanada. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Yo creo que uno sólo vive para eso, que todo lo que hace antes de un concierto es esperar hasta el día del concierto. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: De ley. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M: La música une a la pipol. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Por eso hay universidades que no tienen “facultad de artes” sino “facultad de Humanidades”, porque el arte nos hace más humanos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Igual hubo pito, ¿no te acuerdas de esos manes que se cabrearon porque no los pusieron en el cartel? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: ¿No ve voy a acordar? Si se cabrearon fue conmigo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Todos ríen</i>. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Loco, de ley, un festival que se llama <i>Rock del Valle</i> y trata de mostrar el rock de una ciudad que se autoproclama Rock City no debería tener como plato fuerte a Tercer Mundo y Douglas Bastidas, de acuerdo con eso, pero también, no sé, duró tres días, no puedes presentar a tooodas las bandas del pueblo en tres días. (Pausa) Además, chucha, ustedes saben cómo es la huevada, uno se gana el derecho a tocar, y empieza desde abajo, y se saca la puta, nosotros hemos tocado en conciertos sin público: hay que pagar piso. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M: Pero no todo el mundo tiene el mismo chance. Hay gente que quiere hacer música pero no tiene ni instrumentos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: De acuerdo (su voz cambia a un tomo solemne pero irónico) Por eso, en mi gobierno, salud pública y educación pública de primer nivel para todo el mundo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV (irónico): Qué pasó, mija, ¿se va a lanzar? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Maricón, ¿tú crees que si yo quisiera ser presidente estaría grifo en un parque un domingo de noche? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Todos ríen. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Si Correa hubiera fumado grifa no habría hecho tanta huevada (pausa) el man parecía coquero. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Peor, coquero en pleno síndrome de abstinencia, <i><a href="https://www.youtube.com/watch?v=5nE0Z-gUbnM" target="_blank">Cold Turkey</a></i>. Ahora anda como loco por otra dosis y todos aquí sabemos lo que uno es capaz de hacer por otra dosis. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Todos ríen. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Hablas huevadas, ¿tú dices que el man regresa como aspiradora? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">JF levanta los hombros, levanta las cejas y hace una mueca.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">
GC: Loco, yo no sé si el man haya robado, pero hubo robo, eso no te lo voy a negar. La huevada es que el man no hizo un hospital… </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: ¿Hizo diez? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC (alza la voz): ¡Hizo mil! El man le cambió la vida a la gente. La gente no lo olvida por eso. Esa nota que el man dice es verdad, si tú comparas cómo se vivía antes a cómo vivimos ahora… </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M: Verdad es. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC (continúa): La huevada es la corrupción, la puta corrupción. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Broder, yo no sé si vieron los debates, pero cuando estos manes hablaban de luchar contra la corrupción yo me acordé de <i>Los Cazafantasmas</i>, o sea, hablaban de la corrupción como este monstruo gigante al que hay que matar con un rayo. ¡Ni verga! La corrupción no es una criatura del espacio exterior, la corrupción es humana. La corrupción somos tú y tú y tú y yo, es un problema social, no político. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: De ley, mija. Pero yo estudié música en la Universidad de las Artes y esa huevada es del Estado. Y no sólo yo, mucha gente “de provincia” que antes no hubiera podido estudiar arte ni verga, porque el arte es elitista, y no estudiaron sólo música, estudiaron literatura, cine, ¿te imaginas las películas que va a hacer esa gente?, ahí vas a ver al Ecuador de verdad. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Por eso, educación pública y salud pública de primer nivel para todo el mundo; y en la salud incluyo la nutrición, por si acaso: un man que no tiene qué comer no tiene tiempo ni cabeza ni estómago para estudiar. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV (a JF): Mija, ¿se me hizo correísta? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Esto no tiene nada que ver con Correa, mija, ni con el socialismo. ¿Cómo no voy a estar de acuerdo con un man que quiere hacer de lo público, lo de todos, lo mejor?, ¿Con un man que prohibió que en los bares de las escuelas y los colegios se sigan vendiendo caramelos y colas? Las buenas ideas son buenas ideas, vengan de quien vengan. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV (señala con la cabeza a GC): Tú dices que el yotu tiene algo que agradecerle a Correa. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: No sólo este man, miles, capaz millones de ecuatorianos tienen algo que agradecerle a Correa. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Claro, todos somos iguales. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Tampoco así. Ni siquiera en una familia hay dos personas iguales, peor en todo un país, (pausa) pero todos merecemos las mismas oportunidades. Si te sacaste la puta trabajando o haciendo crecer el negocio de tu familia y quieres mandar a tu hijo a un colegio aniñado porque las aulas tienen aire acondicionado, porque hay internet en el patio, porque tienen cancha de squash y campeonatos de polo y piscina olímpica, porque ahí es donde estudian los hijos de tus amigos aniñados o porque simplemente vives en un barrio aniñado y ese colegio es el que te queda más cerca, dale, y dale con todo, manda a tu hijo al mejor colegio posible, hacer plata no es un crimen a menos que tengas que cometer un crimen para hacer plata; (pausa) pero académicamente hablando, tu hijo tiene que recibir exactamente la misma educación que recibe el hijo de la man que cocina y lava y plancha en tu casa, y de eso debe encargarse el Estado, si no, estamos todos jodidos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M: Verdad es. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Maricón, estamos de acuerdo, el que quiera hacer plata que haga plata, es más, (alza la voz) que haga haaarto billete ese hijueputa para que me contrate y me page bien. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Todos ríen.</i> </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Y que el Estado se encargue de ayudarlo a hacer plata porque ese man no va a hacer plata solo, tendrá que contratar a alguien, tendrá empleados y esos empleados en algún momento tienen que ser capaces de formar su propia empresa y hacer la misma plata, eso sí, si están dispuestos a dedicarle la vida a hacer plata. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV (a JF): Déjalo hablar, oe. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF (a GC): De ley, sorry, mija. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Todo bien, mija. Pero ya, de ley, hacer plata no tiene nada de malo, pero no puede ser que un man pueda pagar, no sé, cincuenta, cien, quinientos dólares en un restaurante y en otro país, ni siquiera en Ecuador, y otro man esté pidiendo limosna en la calle. No hay chance. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Maricón, por eso es que nunca vamos a parar de discutir, porque estamos de acuerdo. Nadie se puede morir de hambre, sea quien sea, venga de donde venga. ¿Te das cuenta de lo que es morirse de hambre? Dejar que la gente se muera porque no tiene qué comer es un crimen que cometemos todos los días.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M: Verdad es. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Loco, yo necesito que toda la gente se eduque, no para que lea mis huevadas o escuche mi música, necesito que se eduquen para que sean doctores y me salven la vida. (Pausa) Como van las cosas, yo no voy a tener mucho dinero porque no pienso dedicarme a otra cosa que no sea leer y escribir y si lees las autobiografías de los escritores hasta los más famosos te dicen que si lo que quieres es hacer plata mejor te dediques a otra cosa. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Hay rockeros que también dicen eso… la plena. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Ya pues, yo voy a necesitar salud pública y jubilación porque no creo que de viejo me pueda ir a una clínica en la yoni. Yo sé cuánto cuesta ir a una clínica en la yoni, y yo no voy a tener ese dinero. Yo sé cuánto hay que trabajar para poder comprarse un Mercedes, y yo no quiero sacarme la puta trabajando, yo quiero seguir aquí vacilando con la gente, o estar en caleta, leyendo, tranqui, o empiernado con una pelada viendo Netflix. Como dicen en <a href="https://www.youtube.com/watch?v=rn_wJ9e674U" target="_blank">una película</a> que me gusta mucho: No le pido mucho a la vida, ¿es eso mucho pedir? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Todos ríen. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF (continúa): Yo no necesito un Mercedes para vivir, tampoco me voy a poner bravo si me lo regalan, pero no lo necesito, lo que necesito es un país donde pueda trabajar y pagar impuestos para poder acceder a la salud pública y curarme cualquier huevada, eso es calidad de vida. Yo conozco gente que se salvó del cáncer sólo porque tiene plata. Y la diferencia entre la vida y la muerte no puede ser una cuestión de billete. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Eso te digo, maricón, ¿tú sabes la cantidad de gente que antes se moría en la casa, en-la-casa, y con Correa pudo salvar la vida en un hospital del IESS? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: De ley, mija, pero si ese man hizo mil hospitales teniendo la oportunidad histórica de hacer un millón, y de paso los que hizo los hizo con sobreprecio y aceptando sobornos, valió recontra verga. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: De ley. Y hacer obra pública no es una huevada que sólo pueden hacer los marcianos, tiene que hacerla cualquier presidente, ese es el camello del man. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Y nosotros le pagamos el sueldo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC (a YV): Pero es que nadie más había hecho tanta huevada. Y no es que antes no se robaba, antes se robaba hartísimo, se robaba más, pero no se hacía nada. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: No se pudo haber robado igual porque el Ecuador nunca había tenido tantos recursos como durante el correísmo. Nunca se había contratado tanto, esos hijueputas se dieron cuenta de que construyendo se roba más que no construyendo: si no construyes, no contratas, si no contratas, no hay sobornos ni sobreprecio. Y de paso le das una escuela a la gente, (pausa) pero pudiste darle cinco. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M: ¿Y si podía hacer cinco, por qué no hizo las cinco? Si hubiera hecho más obra la gente lo quisiera más todavía. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Porque si demuestras que el Estado puede ser eficiente y que el sistema puede funcionar limpiamente, da casi lo mismo quién sea el presidente, que es como deberían ser las cosas. Pero no, si eres un loco-hijo-de-puta y estás tratando de compensar un trauma de la niñez o yo que sé qué chucha, lo que te obsesiona ni siquiera es el dinero, es el poder. Por eso Correa es tan peligroso. Yo creo que robó, y harto, pero este man <i>(señala a GC)</i> cree que no y él tendrá sus razones, pero incluso en ese caso hablamos de un tipo desequilibrado. (Pausa) ¿Se acuerdan de <i>El caballero de la noche</i>? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: ¿De qué? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Batman, pero la Batman en la que El Guasón es este man de… ¿cómo se llama ese maricón? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Heath Ledger. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Ese man es una bacanada. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Era, se murió de sobredosis. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Así se han muerto algunos rockeros, ¿sí sabe? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Todos sonríen. Nadie ríe. Pero todos sonríen.</i> </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: ¿Qué hace El Guasón con la plata? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">LG: Ese hijueputa la quema porque le vale veeerga. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Exacto. Si Correa no quiere enriquecerse o seguir enriqueciéndose, es aún más peligroso, porque lo que quiere es convencerte de que sólo él puede salvar este país, y si te da las cinco escuelas en vez de darte una, en vez de, otra vez, demostrar que el gobierno tiene que cumplir con la población sea del partido que sea, no lo vas a necesitar, se lo vas a agradecer, pero no lo vas a necesitar, y Correa no puede vivir si no hay un retrato suyo en cada casa, así de pobre es el pobre. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M: Yo conozco gente que tiene fotos de Correa en la casa, como si fuera familia de los manes. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Yo también. Un pana del alma, mi broder, que ahora es candidato de la lista uno (levanta primero el puño y luego el dedo del medio), un man que yo creo realmente inteligente y con genuina vocación de servicio, me dijo, “Ya pues, no votes por Andrés, pero vota por mí.” </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">LG: ¿Y vas a votar por el man? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: No. También me dijo que si tiene que escoger entre lo que diga la gente, que es la que paga el sueldo de los funcionarios públicos, es decir, sus verdaderos jefes, y lo que diga Correa, él será fiel a Rafael, (pausa) pero por lo menos me lo dijo de frente. Y yo creo en huevadas como el aborto legal, seguro y gratuito; tengo dos sobrinas, broder, ¿cómo no voy a apoyar esa causa? Y cuando tres mujeres, las tres correístas, lo propusieron en la asamblea, el man las humilló como un miserable. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Cagadota. Esa sí fue una cagadota. Nada que hacer. Yo tengo una pana que no quería que el aborto fuera legal porque es cristiana o yo qué sé qué chucha, pero le tocó abortar. ¿Qué piensas ahora?, le pregunté a la man… y no me pudo responder…. En este país hay un machismo del hijueputa. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Y Correa es el candidato perfecto para una sociedad machista. Te grita, te golpea, te humilla en público y en privado, pero compró la casa en la que vives, el carro que manejas, paga el colegio de los chicos, te lleva de viaje una vez al año; o sea, es el típico man que piensa que su calidad de proveedor le da derecho a hacer lo que le da la puta gana. Y cuando un hijo le reclama porque la familia podría vivir mejor si el man no se gastara tanta plata en sus amantes y en sus amigotes el man le pega una patada en el culo y lo manda a dormir sin comer. ¿No es eso lo que quieren la mayoría de hombres manabitas? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Eso y una Ford 150. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Pero doble cabina. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Claaaro, si no vales verga. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: O sea, ¿quién es el cojudo al que le sorprende que Manabí sea el último bastión correísta? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Verdad es. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M: Pero las peladas de antes ya no son como las de ahora; ahora se divorcian y ahí quedó tu huevada. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Se divorcian las que pueden, las que tienen independencia económica y sobre todo las que no comen cuento, o sea, las que no se creen eso de que sin el man se van a morir de hambre. Yo me divorcié de Correa, <i>(con voz de travesti)</i> fue el último hombre al que le creí, y el desgraciado me engañó. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Todos ríen.</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: ¿Tú eras correísta? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Obvio. Yo voté por el man en el 2007, me comí el cuento y, la plena, sentía que votar por el man era mandar a la verga a todo el resto y eso era lo que quería hacer. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: ¿Y cuándo te divorciaste? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-family: times;">JF: Cuando se salió Alberto Acosta. Ese man diseñó el plan de gobierno original de Alianza País, y yo le tenía hasta miedo porque me parecía muy inteligente pero era más radical que Correa, más socialista, y no creo en ningún extremo. Luego fue ministro y presidente de la constituyente cuando iban a “refundar</span><span style="font-family: times;">” </span><span style="font-family: times;">la patria que ahora quieren “recuperar”, y Acosta fue el primero que dijo que esa constitución estaba hecha a la medida para que Correa hiciera lo que quisiera. Según el man, Correa fue el primero en traicionar a la Revolución Ciudadana. Ahí me divorcié porque dije, “si Acosta, que es de izquierda-izquierda y fundó el partido, piensa que Correa va a ser un dictador, yo no necesito más advertencias, está clarito” Y no me arrepiento. Luego pensé que como a cualquier presidente, se lo iba a poder fiscalizar o al menos investigar, pero anuló a la oposición, no la derrotó con argumentos, la anuló con abusos, y se dedicó a perseguir a cuanto periodista se atreviera a señalar sus errores. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Se hace un silencio. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Eso sí te lo reconozco, se rodea de delincuentes y aparte los defiende. Pero el problema no es el man. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Mija, claro que es el man. Digamos que elegimos a un presidente para que administre el país, que es la empresa de la que se supone todos somos accionistas (unos tienen más, unos tienen menos, como en cualquier negocio), y el man a su vez contrata a una caterva de delincuentes que hacen menos de lo que podrían hacer y además se llevan la plata de los accionistas y cuando alguien los denuncia él los protege. Suponiendo que el man no sea pillo, hay que botarlo de la empresa por inepto. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV (sigue acostado, tiene los ojos cerrados): Verdad es. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Mira maricón, y la plena que se está haciendo tarde, pero sólo te voy a decir una cosa: si en el afán de conservar el poder no sólo toleras la corrupción sino que la fomentas y la estableces como plan oficial de gobierno, lo que estás haciendo es legalizar la corrupción: vuelves a la sociedad corrupta. Y lo peor de esa legalización ni siquiera es el atraco monumental, es que vas creando una sociedad en la que los verdaderos valores, el esfuerzo, la perseverancia, la honradez, se devalúan hasta desaparecer. Así no se recupera la patria, así se <i>pierde</i> la patria. Y como la mayoría de la gente es buena, o por lo menos eso creo yo, llega un momento en que se tienen que ir para no ser parte de esta mierda o tienen que dejar de trabajar porque los únicos que progresan son los que nos juegan Barcelona, (pausa) y eso que Correa es emelecsita. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Para colmo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Aguanta, dale suave con el bombillo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC (a JF): Mija, yo te entiendo, pero es que Moreno… </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV (entre risas): “Ese cojudo camina”, El loco es un hijueputa. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Todos ríen.</i> </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC (continúa): Moreno dejó morir a la gente en la calle. Yo, cuando vivía en Guayaquil, me di cuenta de que sí, había gente con mucho más billete, pero también gente mucho más chira que yo… </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Te diste cuenta de que eras de provincia, mamaverga, nada más. Yo pensaba que viajar en primera clase era la gran huevada hasta que conocí gente que viaja en su propio avión. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Ya, de ley, pero esos manes, los chiros-chiros-chiros, se murieron en la calle. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M: Verdad es. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Correa debería estar agradecido con Moreno por toda la publicidad que le ha hecho. Yo he llegado a pensar que todo esto estaba planeado: yo dejo al país quebrado, tú lo haces verga y luego yo regreso a “salvarlo” y así nos aseguramos otros cuatro años. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Ni verga. ¿Quién va a querer más de Moreno? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Moreno ganó las elecciones, supuestamente, (pausa) así que fue elegido democráticamente; lo eligió, supuestamente, la mayoría. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Pero gobernó con Lasso. Y te voy a decir una huevada, porque la plena que ya es tarde. Cuando yo era pelado, trabajaba con mi viejo, vendíamos ollas de casa en casa, y la plena que nos iba bien; mija linda, te juro que llegué a tener, siendo pelado, como lo que ahorita serían unos mil o mil doscientos dólares, (pausa), ¿te imaginas lo que es eso para un pelado?, ¡eso es plata! </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Para mí, eso es plata ahorita. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC (continúa): Y se vino el feriado bancario y perdí todo, (levanta la voz) ¡todo!, ¡me quitaron todo! Le quitaron todos sus ahorros a un niño, maricón, porque yo era un niño. Y después, mija, te juro que empecé a ver cómo <i>toda</i> la gente de mi barrio desapareció, así, de una, peor que la pandemia, loco, todos tuvieron que irse a otro país. Entonces, mija, yo no puedo votar por ese hijueputa porque ese hijueputa es un hijo-de-puta. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M: Verdad es. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Y no sólo eso, ese hijueputa es cristiano, opus dei, conservador, y lo que más me cabrea es que lo que el man considera “éxito” está basado en cuestiones materiales: un <i>buen</i> trabajo, o sea, ganar harta plata; una <i>buena</i> casa, con piscina, mínimo. Para mí un buen trabajo es el que tengo porque es el que más me gusta, ¿y sabes que es lo único que no me gusta de mi trabajo? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Habla. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Mi sueldo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Ya pues, entonces tú también quieres tener plata. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: ¿Y ustedes no? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Todos asienten con la cabeza.</i> </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Loco, yo entiendo que un man que viene de una familia de plata quiera seguir teniendo plata, si él ha vivido bien, ¿por qué va a querer vivir mal? Y entiendo aún mejor que alguien que nunca ha tenido dinero quiera tener mucho dinero, ese man ha visto que la sociedad está organizada de tal manera que la gente de dinero tiene mejores casas, mejores carros, viaja, (pausa) y que las peladas ricas se van con el man que tiene plata. ¿Cómo no va a querer tener plata ese man? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Todos ríen.</i> </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC (entre risas): Esa sí es la plena, todo el mundo quiere culear; ahí sí se me van a la verga (categórico): todo-el-mundo-quiere-culear. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M: Verdad es. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Y está bien, que hagan plata y paguen impuestos para que el gobierno pueda atender mejor a los que menos tienen, de eso se trata vivir en sociedad, hacer lo mejor posible para todos. Lo que yo no quiero es tener que dedicarle mi vida, mi tiempo, mi energía, <i>sólo</i> a hacer plata, para mí eso no es calidad de vida, para mí tener calidad de vida es poder hacer esto que estamos haciendo: fumar un grifo, dar vueltas por Portoviejo escuchando música, hablar huevadas (pausa) y como dicen en <a href="https://www.youtube.com/watch?v=wqlWzBArY8M&t=2884s" target="_blank">un documental</a> que me gusta mucho: cagarse de risa, eso es básico, primerito. Entonces, me basta con que no me nieguen la educación o la salud de primer nivel porque cometí el pecado de entregarle mi vida a lo que más me gusta, que es escribir. O sea, maricón, yo no puedo vivir como Stephen King, ese man vende millones de libros al año y escribe del hijueputa, sería injusto que yo viva igual que el man, yo trabajo en una revista, (pausa) pero no por eso me van a condenar a la muerte por no poder pagar una clínica privada. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M: Verdad es. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Además, los correístas tratan a los ricos de miserables pero le prometen a la gente que con ellos se harán ricos y sólo se hacen ricos los del círculo rosa. ¿Cómo es la huevada? Hablan mierdas de la yoni pero estudiaron allá y pasan las vacaciones allá y mandan a sus hijos a universidades gringas. (Imitando a Correa) ¡Cuánta doble moral, compañeros! </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: ¿Y qué es lo que la gente compra aquí?</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: ¿Cómo? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: La ropa, ponte, ¿qué es lo que dice en la tienda? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Se hace un silencio.</i> </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Ropa A-me-ri-ca-na. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Todos ríen.</i> </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M: Verdad es. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Loco, la yoni parió a Bob Dylan. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV (a JF): Pilas, mija, cuando acabe esta huevada nos vamos a ver al viejo Bob, no podemos morir sin ver al viejo Bob. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Cuenta conmigo, papi. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Es muy hijpuetputa, pero la música es el negocio más capitalista que hay. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Mija, ¿tú has visto un concierto de Beyoncé? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: No, mija. ¿Es bien? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Es súper bien. Esa man se merece toda la plata del mundo. Tu ves un concierto de la man y dices “la plena que valgo es verga.” </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV (a GC): Y Beyoncé no toca en Venezuela, pilas. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: El otro día un pana venezolano me dijo, “De los creadores de Venezuela no será Cuba, llega: Ecuador no será Venezuela.” </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Todos ríen.</i> </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Bueno, maricones, ya dense un beso y vámonos que es domingo chuchas de su madre. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Pero hemos pasado bello. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M: Es como un concierto que me han dado, la plena. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: ¿Diga? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Maricón, por eso las artes se llaman Humanidades. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: La plena, el arte te hace persona. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Y si podemos estar aquí discutiendo sin caernos a puñetes es por eso, porque estudiamos Humanidades, si no fuera por la música nunca nos habríamos dado cuenta de lo mucho que nos parecemos, vengamos de donde vengamos. Pero este man (señala con la cabeza a GC) tuvo que combatir a una sociedad donde pudo haber acabado como Yogu-Yogu: vendiendo marihuana para no tener que robar. Si Correa hubiera hecho las cinco o diez o quince o veinte escuelas y no sólo una, este man no sería un caso extraordinario, sería parte de la mayoría, ¿te das cuenta?, de la mayoría que elige a los presidentes. (Pausa) Y yo tuve que darle la espalda a la sociedad en la que crecí, porque lo que me correspondía era tratar de hacer plata, como mi viejo, que ni siquiera tiene plata… </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Tu abuelo tenía plata. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Pero no tenía avión privado, así que tampoco tenía plata de verdad: una cosa es tener plata y otra tener plata <i>de verdad</i>. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Una cosa es tener plata en Portoviejo, otra cosa es tener plata en Guayaquil. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Y otra cosa es tener plata en Nueva York. (Pausa) Pero mi abuelo se perdió a su familia por estar trabajando. Y yo no conocí a mi viejo hasta que me fui a vivir a Quito porque el man se estaba sacando la puta trabajando para que mis hermanos y yo pudiéramos estudiar en Quito. ¡Y a mí se me ocurre ser escritor! (pausa), mi padre tiene todo el derecho de sentirse un poco frustrado ante las decisiones de vida que he tomado. Pero el man me dio el chance de ser libre y eso es lo que soy. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: ¿Y nunca te armó pito? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: En gajo. Me dejó de hablar. Pero nunca me botó de la casa ni dejó de pagar la universidad. Por eso es que yo no puedo ser borrego, para mí el arte es la práctica de la libertad y el pensamiento propio. ¿Te acuerdas de <i>The Wall</i>, la película de Pink Floyd? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Obvio. Ver esa huevada grifo es lo máximo de lo máximo, una locura. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M: Verdad es. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Cuando yo pienso en los borregos pienso en esa película, en esos manes sin rostro y sin ideas marchando todos juntos y ordenados hacia la moledora de carne. Yo no me he pasado la vida leyendo y escuchando música y viendo películas para seguir órdenes.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV (canta irónico): Soy borrego, y no lo niego. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Qué tristeza esa huevada. Yo no creo que Hugo Idrovo sea Bob Dylan porque yo he escuchado a Bob Dylan y Hugo Idrovo no es Bob Dylan, (pausa) pero es un referente, un man pilas, (decepcionado) y sale con esa canción de mierda. Un artista tiene que combatir la dictadura y luchar por la libertad porque sólo se puede crear en libertad. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Ya… Correa tampoco era dictador, no le digas así, oe. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Mija linda de mi vida, si llegas al poder democráticamente, pero controlas el congreso, las cortes, y todas las instituciones del Estado, y cuando alguien te reclama lo desapareces… eres un dictador. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Verdad es. Pero ya vámonos, par de maricones. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Los cuatro caminan de vuelta hacia el carro. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">GC pone la mano sobre el hombro de JF. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Mija, bacanísimo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>JF pone la mano sobre el hombro de GC. </i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Bacanísimo, mija. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">El auto rueda por la Avenida Manabí y llega a la intersección con la calle del Tenis Club. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Alguien debería tomar esta foto. Todos los días cuando paso por aquí veo venezolanos pidiendo limosna en el semáforo, justo frente a la Central Provincial de Correa. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Se hace un silencio. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Sólo se escucha una canción de FIDLAR que se llama <a href="https://www.youtube.com/watch?v=QSGbqQ6JooY" target="_blank">Bad Habits</a> y comienza de la siguiente manera: Dicen que tengo un hábito / que soy un drogadicto / y que nunca seré nada más. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M: Oe, ¿ustedes se acuerdan por qué empezaron a tocar? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Yo empecé a escuchar música y dije por aquí es. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: La música es lo que yo soy. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Broderito, la plena que nosotros no somos ni los Beatles ni los Stones pero sabemos lo que es tocar una canción y liberar a la gente de su propia vida. Y se siente increíble. ¿Diga? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">YV, GC y JF chocan sus puños. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">El auto se estaciona frente a la casa de JF. Un guardia de seguridad abre la puerta. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV: Oe, mamaverga, pero nunca dijiste por quién vas a votar. Estos hijueputas son capaces de votar para que regrese la mafia. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Si Arauz va primero en las encuestas, yo voy a votar por el que vaya segundo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">LG (levanta la voz): ¡¿Por Lasso?! </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Si Lasso va segundo, que Dios me perdone pero voy a votar por el hijo de puta de Lasso aunque se me caiga la mano. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">YV (burlándose): Habla, mano quebrada. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Todos ríen.</i> </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Loco, por eso hay tanta publicidad de Correa, porque los que van a votar por Correa están orgullosos de votar por Correa; pero los que vamos a votar por Lasso o por quien vaya segundo no estamos orgullosos de votar por esa gente, es sólo el mal menor, igual habrá que combatirlo. Yo no voy a ser borrego de Lasso, ni de nadie, si ese mamaverga llega a ganar con <i>mi</i> voto, yo voy a ser su primer opositor. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: ¿Y por qué no votas por Correa y eres el primer opositor de Arauz? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Porque no tendría cómo. Correa persiguió a los periodistas que investigaron los casos de corrupción en su gobierno, hostigó a los medios para que los despidan, se inventó una ley de comunicación que sólo se aplicaba a sus enemigos, (pausa) y a los que no los persiguió los desapareció. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Se hace un silencio. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">JF abre la puerta del carro. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Durante el correísmo asesinaron a José Tendetza, un campesino que se oponía a la minería; a Fausto Valdiviezo, un periodista bastante conocido que cuestionó a un canal embargado por el estado; a José Gabela, un Comandante de la FAE que denunció <i>un</i> acto de corrupción… o sea, nadie está a salvo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Se hace un silencio. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M: Pero Lasso nos mató a todos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Pero nadie quiere a Lasso, no hay fanáticos de Lasso, no hay tal cosa como un lassista; si un día hace una cagada todo el mundo le va a caer encima. Más claro: si voto por Lasso voy a ser cómplice de una cagada, pero si voto por Arauz voy a ser cómplice de un crimen. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Un silencio ya hecho. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Gente, qué bello momento. Como dicen ahora: no compres momentos, compra <i>experiencias</i>. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">GC: Nos vemos, mija. ¿Cuándo te vas? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: Voto el domingo y me regreso a Quito el lunes. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">M&M: ¿Y todo bien por allá? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF: O sea, no soy el calzón de Érika Vélez… </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Todos ríen</i>.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">JF (continúa): Pero en dos meses cumplo cuarenta años, la mitad de mi vida ya se fue, y si a estas alturas mi problema más grave es no ser el calzón de Érika Vélez, qué te diré, no me va tan mal. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">JF baja del carro y entra a su casa. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">El carro de YV avanza por la Avenida Manabí completamente desierta. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">Es medianoche. </span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">TELÓN</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">@pescadoandrade</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div>
<iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/sFUGvdxuQGQ" width="500"></iframe><div class="blogger-post-footer"><a href="http://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-count="none" data-via="lospescadosrock" data-related="www.culturab.blogspot.com:Blog de Juan Fernando Andrade" data-lang="es">Tweet</a><script type="text/javascript" src="http://platform.twitter.com/widgets.js"></script></div>Juan Fernando Andradehttp://www.blogger.com/profile/15385743473288181379noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-3484386956709987028.post-73772159854028453162021-01-05T21:18:00.003-05:002021-01-06T21:35:54.505-05:00El que ama siempre tiene la razón <div style="text-align: right;"><i><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbAEZqX8DGKphjJINyLxg1wCbGqzbCTuiA5zYs-pxvU0jmVTw8ywFoES6pL9YmOFXmv91bRap88XE5IAbWfnFepVYO7If96XRiV_vMPeGrIw9ZMrR6kxJ_sJOdAZX_ZiVjnSY9JxXQ0yI/s2048/Woody+2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1370" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbAEZqX8DGKphjJINyLxg1wCbGqzbCTuiA5zYs-pxvU0jmVTw8ywFoES6pL9YmOFXmv91bRap88XE5IAbWfnFepVYO7If96XRiV_vMPeGrIw9ZMrR6kxJ_sJOdAZX_ZiVjnSY9JxXQ0yI/w268-h400/Woody+2.jpg" width="268" /></a></div><br /><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">"El tiempo vuela como una flecha; </span></i></div><div style="text-align: right;"><i><span style="font-family: times; font-size: large;">la fruta vuela como una banana." </span></i></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- Groucho Marx - </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Esta es la pieza que faltaba. Ahora entiendo por qué no había podido terminar esto; <i>esto </i>que debí haber entregado qué rato. Tenía que terminarlo (o cerrarlo, como dicen en el mundillo del cine) hoy, martes primero de diciembre del 2020, el mismo día en que Woody Allen alcanza 85 años de edad, 55 películas como director, 80 producciones (cine, televisión, teatro) como guionista, 5 libros como autor y 2 discos de jazz en calidad de clarinetista. O, como él mismo diría: <i>He hecho de todo: he sido comediante, guionista, actor de cine </i>(¿ha sido una estrella de cine?, sin duda, pero no para todo el mundo)<i>, he salido con mujeres hermosas, le he dado la vuelta al mundo tocando la música que amo, y aún así siento que la vida me estafó. </i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Mientras escucho <i><a href="https://www.youtube.com/watch?v=qMnKSsjDb7M&list=OLAK5uy_lhQKfIHR6jHp9XsmqYnTVUbD0wMlkr9F4" target="_blank">The Bunk Project</a></i>, su banda, en Spotify, capto que se han añadido albums a la discografía de Woody Allen, que hasta este año constaba básicamente de los monólogos y soliloquios que grabó en los 60s y 70s. Ahora están disponibles, leídos en alemán, todos los capítulos de <i>A propósito de nada</i>, su todavía flamante autobiografía; y, también en alemán pero también en portugués, italiano, noruego, neerlandés (lo que en este lado del mundo llamamos holandés), sueco y español, unos discos que se llaman <i>100 citas de Woody Allen</i> (escucharlos en español es una tortura, el tipo que prestó su voz para la grabación sabrá leer, pero no contar chistes ni mucho menos darle carne a esos chistes). Esto no es nada raro, el cine del viejo Woody siempre ha sido mejor recibido y consumido y entendido y procesado y agradecido en Europa que en su propio país: bueno, los argentinos también lo aman, pero ya sabemos lo que piensan los argentinos de los argentinos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Woody Allen se define a sí mismo como un director <i>irresponsable y descuidado</i> y más de una vez ha dicho que intenta ajustar, en sus comedias, todas las bromas posibles porque si el espectador se ríe al menos no pedirá que le devuelvan el dinero. Y sí, algo de eso hay: hasta en la peor película de Woody Allen (más de una, para ser sinceros) está una de las mejores bromas de Woody Allen. Incluso las comedias light del director/guionista/protagonista han sido desmenuzadas hasta los átomos de sus átomos para tratar de encontrar claves, señales ocultas o pistas hacia una especie de nube interior bajo la que podamos ser quienes realmente somos. Mientras, se ha cansado de decirlo: <i>Sólo pretendo ser gracioso. </i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">¿Qué nos hace reír? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Yo suelo divertirme mucho con amigos que no han recorrido nunca un libro de principio a fin, gente cuya sabiduría viene de la experiencia o, digamos, de la investigación de campo, porque la literatura puede mejorar la vida, sí, pero (lamentablemente o no, todavía no me queda claro) no superarla. Y suelo cagarme de risa con amigos que leen demasiado para su propio bien, que ven demasiadas películas tristes o inertes, que ven demasiadas noticias, que se amargan por ver demasiadas malas noticias, que expulsan a mujeres encantadoras de sus vidas porque ellas no han escuchado la discografía completa de <i><a href="https://www.youtube.com/watch?v=AaN79LN8d5c&t=135s" target="_blank">The Replacements</a></i> (o no les parece gran cosa) y tonterías por el estilo. Y me río, muchísimo, cuando sufren porque saben que algún día, quizás hoy, van a morir. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">(Yo sueño con morir como en los dibujos animados de la Warner: aplastado por un piano de cola que caiga del cielo, me llene la boca de teclas blancas y negras y la cabeza de pájaros amarillos). </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Si nos ponemos a pensar en todas esas cosas que nos hacen sufrir no podemos escoger otro camino que la risa. Llorar sería irresponsable, incluso cuando parezca lo más coherente y oportuno; incluso cuando todos los demás lo estén haciendo para cumplir con el compromiso de. Hay que reírnos. Reírnos fuerte y claro. Reírnos de largo. Reconocer con orgullo el hecho de que al universo nada le importamos, y seguir riendo, más fuerte que antes, más claro que antes, más en serio que antes. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Volviendo a los amigos. Esto, sospecho (pero he estado equivocado antes), es lo que pasa con el público que tiene Woody Allen en Europa: disfrutan, sobre todo, de una conversación que, aunque conduzca a la desesperanza a través del humor, alimenta, hidrata, nutre, con uno de sus cineastas más consentidos; y, nada es coincidencia, el mismo Allen dice que de niño prefería las películas europeas a las norteamericanas. El público disfruta tanto como el cineasta y juntos se ríen de lo francamente ridículo que es preocuparse por la vida y no por vivir; preferir ser existencialista a existir; escoger una noche con Tolstói y no todas las noches con Margot Robbie. <i>Yo no voy a ver cine de Bergman para estudiar, tomar notas o estimular mi mente</i>, dice Allen sobre su director favorito, <i>sino porque me lo paso bien. El cine es y debe ser entretenimiento. </i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">(Para todo lo demás existen la argentina y sectaria Lucrecia Martel, el chanta mexicano González Iñárritu, el húngaro László Némes, el deprimido-mal-medicado de Lars von Trier, los tan belgas como franceses y jugados hermanos Dardenne, el griego Yorgos Lanthimos (un duro) y varios otros de los que puedes hablar para sonar mucho más inteligente y culto y enterado y cinéfilo y relevante que hablando de Woody Allen. Pero, ¿quién quiere hablar de esos perdedores?) </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">El lanzamiento de <i>A propósito de nada</i> en Francia, Alemania e Italia, estaba anunciado para la primavera del año pasado, para finalmente aparecer en España el 21 de mayo. Pero nada de esto pasó y el chisme se cuenta más o menos de la siguiente manera: La editorial Grand Central Publishing, una división del grupo Hachette, adquirió los derechos del libro para todo el mundo, pero tras un reclamo público de Ronan Farrow (hijo biológico de Woody Allen y Mia Farrow; aunque hablando de chismes, dicen que su verdadero padre es Frank Sinatra), periodista de alta credibilidad, cofundador del #MeToo y quien, investigaciones y artículos mediante se encargó de llevar a Harvey Weinstein a la cárcel, un reclamo al que se unieron decenas de empleados de la editorial, la compañía desistió en sus intenciones de lanzar el libro al mercado y le devolvió la totalidad de los derechos a su autor. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Ahora bien, ojo al piojo: el mismo grupo Hachette publicó <i>Atrapa y mata: mentiras, espías y conspiraciones para proteger al depredador</i>, la serie de reportajes sobre acosadores sexuales en Hollywood que Farrow publicó en una serie de entregas para The New Yorker y que le valieron, justamente, un premio Pulitzer en la categoría Servicio público. Y sí, aunque no sea ilegal ni inmoral (¿es inmoral que una editorial le de voz y papel a dos personas de ideas contrarias?) y parezca, más bien, visionario y conveniente económicamente hablando, trabajar con Ronan Farrow, que ha apoyado abiertamente a su hermana, tan abiertamente como ha atacado a su padre, y al mismo tiempo con Allen, es, como se dice ahora, “problemático”. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Al día siguiente del anuncio corporativo, Dylan Farrow, la hija adoptiva de Woody Allen y Mia Farrow que, según su madre y ella misma, fue abusada sexualmente por Allen cuando tenía siete años, le dedicó un tuit a los empleados de la editorial: <i>A todos y cada uno de los individuos que, ayer, tomando un gran riesgo profesional, se mantuvieron solidarios con mi hermano, conmigo, y con todas las víctimas de abuso sexual: no hay palabras que puedan describir la deuda de gratitud que tengo con ustedes. Para alguien que, como yo, se ha sentido sola en esta historia durante tanto tiempo, lo de ayer fue un profundo recordatorio de la diferencia que puede hacer la gente cuando se une por aquello que es correcto. Muchas gracias, en serio. </i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">A partir de ese momento, los titulares cambiaron. Los diarios que anunciaban que la tan (y esto es cierto) esperada autobiografía del cineasta llegaría a las librerías en la primera mitad del 2020, pasaron a anunciar, primero, que el libro no vería nunca la luz en Estados Unidos; segundo, que en Europa sólo una editorial española se arriesgaría a publicarlo. Eran días, digamos, de cristal: varias celebridades, sobre todo jóvenes o muy jóvenes (Greta Gerwig, Selena Gomez, el ahora llamado Elliot Page), habían dicho públicamente que se arrepentían de haber colaborado con Allen y que donarían su sueldo a fundaciones dedicadas al trato de abuso sexual en menores de edad (ahora bien, lo dice el mismo Allen en su libro: <i>para poder hacer mis películas tal y como quiero, sólo puedo pagar el sueldo básico a los actores, así que tampoco perdieron una fortuna</i>). Y quizás lo más sonado fue lo del simétrico y ahora motivo de adoración y deseo Timothée Chalamet, que en el 2018, tras haber rodado una película con Allen, se unió a la campaña en su contra; meses después, cuando ya había perdido el Óscar al que fue merecidamente nominado por su más que iluminada interpretación en <i><a href="https://www.youtube.com/watch?v=Z9AYPxH5NTM" target="_blank">Llámame por tu nombre</a></i>, Chalamet llamó por teléfono a Letty Aronson, hermana menor y productora de las últimas 27 películas de Woody Allen, y lo hizo para disculparse: según él, le habían aconsejado atacar públicamente al director para aumentar sus chances de llevarse la estatuilla. </span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9mfHB49QUb0P1R-E6E46l2S3rd_uVSQCKm1_XyDDia0bdjn2G8zJbH6vRZRXIrlOX4UgFXPnPYjgZ0Gpe4PA7h6kGqacrClhH2NPp__6V_DVplOyir24kDvU1fdy1rEzZvJ9mLScO7K8/s1200/Woody+1+.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="909" data-original-width="1200" height="326" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9mfHB49QUb0P1R-E6E46l2S3rd_uVSQCKm1_XyDDia0bdjn2G8zJbH6vRZRXIrlOX4UgFXPnPYjgZ0Gpe4PA7h6kGqacrClhH2NPp__6V_DVplOyir24kDvU1fdy1rEzZvJ9mLScO7K8/w400-h326/Woody+1+.jpg" width="400" /></a></div></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Así las cosas, oscuras para unos y radiantes para otros, a menos de veinte días del tuit de Dylan Farrow, el lunes 23 de marzo del 2020 y sin ningún aviso, campaña de expectativa, promoción o estrategia publicitaria de por medio, las librerías de Estados Unidos amanecieron con una novedad en sus vitrinas: <i>A propósito de nada, la autobiografía de Woody Allen</i>, publicada por el sello Arcade Publishing, parte del grupo Skyhorse Publishing, Inc. El silencioso estallido fue tal que el mismo día del lanzamiento Amazon se quedó sin ejemplares en su infinito stock, sólo por mencionar una minucia. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y bien, aquí algo de lo que es mejor salir rápido: si amas a Woody Allen, lo vas a amar un poco más (sí, es posible); si odias a Woody Allen, ¿por qué no te compras otro libro? Como dijo el ahora, en la segunda o tercera reencarnación del COVID, más realista que nunca Stephen King en una serie de <a href="https://www.tomatazos.com/noticias/420689/Stephen-King-critica-que-publicacion-de-las-memorias-de-Woody-Allen-sea-cancelada-por-el-MeToo" target="_blank">tuits</a>: <i>La decisión de Hachette de renunciar al libro de Woody Allen me pone muy intranquilo. No es él; me importa un bledo el señor Allen. Es quién será amordazado la próxima vez lo que me preocupa. Una vez que comienzas, el siguiente siempre es más fácil. Si crees que es un pedófilo, no compres el libro. No vayas a sus películas. No vayas a escucharlo tocar jazz en el Carlyle. Vota con tu billetera… reteniéndola. Así es como lo hacemos en Estados Unidos. </i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y otra cosa de la que es mejor hablar de una vez. He leído en varias reseñas, incluso en las que defienden el libro con uñas y dientes y lanzallamas, que el viejo Woody gastó demasiadas páginas “defendiéndose”: sólo diré que se trata de las memorias de uno de los genios del siglo XX. Pero si me preguntan, cosa que nadie ha hecho, Woody Allen se encarga de revisitar las circunstancias bajo las cuales fue acusado de abusar sexualmente de su propia hija porque, según su recuento, y esto no lo digo como fanático (hay pruebas) aunque tampoco puedo decirlo como un observador imparcial o, mucho menos, como un perito, el crimen del que se lo acusa no pudo haber sucedido sin que mediara, al menos, una dimensión paralela.
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Dicho esto, queda el otro escenario, monstruoso por decir lo menos. Woody Allen y Mia Farrow, que nunca se casaron ni vivieron bajo el mismo techo, que siempre fueron novios y cuya relación, cuenta Allen, fue mutando rápidamente de lo pasional a lo profesional (se desvive en elogios para ella; me refiero, claro, a la actriz), estaban rodando en 1992 la que sería su última película juntos, <i><a href="https://www.youtube.com/watch?v=3KfG2FS-Ro4" target="_blank">Maridos y Mujeres</a></i>. Por esos días, como sabe mucha gente, Mia encontró en el departamento de Woody polaroids en las que Soon-Yi, una de sus hijas adoptivas, 35 años menor que Allen, posaba con poca o ninguna ropa pero sí con muchas ganas. (Lo verdaderamente increíble es que, una vez descubierto el romance, Farrow y Allen trabajaron juntos por un par de días más hasta culminar el rodaje de <i>Maridos y Mujeres</i>, dicho sea de paso, una de las mejores cintas que hicieron. Esos últimos días de rodaje serían materia prima de altísima calidad para una película, ¿no?) Meses más tarde, cuando ambos peleaban por la custodia de sus hijos, Farrow acusó a Allen de abusar sexualmente de Dylan. Y todo, <i>todo</i> lo que quieran saber al respecto, por lo menos en versión de Allen, está en el libro. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Queda la posibilidad, para quienes escojan creerla, de que la niña haya sido manipulada por su madre como parte de una venganza enferma y desquiciada contra su padre: y que defienda sus argumentos hasta el día de hoy porque eligió el bando de su madre o, simplemente, porque cree que lo que ella le contó es verdad: después de todo, ninguna madre se atrevería a moldear de esa manera la mente y la vida de su hija, ¿cierto? Y queda la posibilidad, para quienes escojan creerla, y aunque Woody Allen no tenga antecedentes de ningún tipo (habiéndose rodeado siempre de actrices hermosas -así como hay chicas Bond, hay chicas Allen- ninguna ha sugerido siquiera que el director se pasó de copas durante una cena e insinuó algo indebido) de que, en caso de que algo haya pasado entre padre e hija, ese <i>algo</i> no sea considerado por la ley como un abuso sexual pero haya traumado a la pequeña para siempre. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">En su columna de <i>El País semanal</i>, en octubre pasado, el español Javier Cercas escribió esto: “A veces me han preguntado qué libro aconsejaría yo a un escritor en ciernes, a un escritor que todavía no es escritor, pero quiere llegar a serlo; siempre respondo lo mismo: la <i>Correspondencia</i>, de Flaubert, un libro que contiene la batalla tremenda de un hombre común y corriente que, combatiendo contra sus propias limitaciones, consigue escribir algunas de las mejores novelas jamás escritas. Bueno, pues de ahora en adelante aconsejaré también las memorias de Allen, que antes que cineasta es escritor, o que es cineasta a fuer de escritor. <i>A propósito de nada</i> está plagado en efecto de cosas que ningún aspirante a escritor, o a cineasta, debería olvidar: la apología del trabajo (“sudad la gota gorda”), el desprecio del espíritu competitivo, de la envidia del éxito ajeno y del narcisismo letal (“la obsesión con uno mismo, esa traicionera pérdida de tiempo”), la conciencia de que la mejor recompensa de escribir o filmar no es otra que escribir o filmar, y de que el éxito auténtico consiste en llegar a filmar o escribir cosas que ni siquiera uno mismo imaginaba que sería capaz de filmar o escribir." </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">A esto yo le sumaría un mérito aún mayor: la soltura. Me explico. Woody Allen no sabe cómo se llaman las cámaras, lentes o luces que usa en sus rodajes. Sus memorias no son, y demos gracias al cielo por esto, un manual de instrucciones para el joven y ambicioso cineasta que pone los fierros por delante y por arriba de la historia o los utiliza para perforar a los personajes como si fueran muñecos voodoo. Es decir, no hay capítulos en los que relate minuciosamente cómo logró tal o cuál escena, por qué puso la cámara donde la puso, por qué los actores miran hacia un lado y no hacia otro, por qué un plano cerrado transmite mejor ciertas emociones que un plano abierto. Tal vez, si hablamos de consejos prácticos, el único en que insiste es este: <i>contrata gente talentosa y déjala trabajar en paz. </i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y, sin embargo, es un libro que tiene todo que ver con el duro oficio: prohibido olvidar que Woody Allen empezó a escribir chistes para columnistas de diarios a los 16 años y desde entonces no ha parado. Pero esto del oficio tampoco se explica porque los que de verdad saben no tienen que explicar absolutamente nada, basta con que muestren cómo se hace, precisamente, haciéndolo. Allen hace un recuento de sus películas (tiene sus preferidas, claro) como quien cuenta cómo le fue en la oficina cuando hubiese preferido estar en el estadio con una cerveza en la mano. Y la soltura con que escribe o recuerda a sus 84 años revela no el talento pero sí el oficio y el empeño y los músculos todavía tensos y bien definidos de quien no ha dejado de escribir una película al año (más obras de teatro, más artículos para el New Yorker, más libros de cuentos) desde 1965. Y, si de verdad quieren saberlo, uno sabe que está en presencia de un escritor, no un gran escritor sino un escritor de verdad, cuando no se nota el inmenso esfuerzo que conlleva poner una palabra después de otra. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">En mi triste carrera de editor he aprendido a valorar, como si fueran diamantes rojos, no los buenos textos ni los buenos párrafos ni muchísimo menos las buenas páginas; lo que realmente me conmueve es una buena frase, una frase de esas que parecen haber estado siempre ahí, esperando: una buena frase ya es bastante para quien pretenda escribir otra, o es, al menos, el comienzo o la posibilidad de algo imposible: escribir sin que se note que se está escribiendo. Pues bien, leyendo <i>A propósito de nada</i>, una lectura demorada, debo decirlo, porque subrayé casi todo el libro, me di cuenta de que el sueño existe: escribir hoy lo mejor que puedas escribir y, mañana, tratar de escribir mejor que ayer. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">@pescadoandrade / @mundodiners </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">(<a href="https://revistamundodiners.com/" target="_blank">Mundo Diners</a>)
</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div>
<iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/ruNFlVcviK8" width="500"></iframe><div class="blogger-post-footer"><a href="http://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-count="none" data-via="lospescadosrock" data-related="www.culturab.blogspot.com:Blog de Juan Fernando Andrade" data-lang="es">Tweet</a><script type="text/javascript" src="http://platform.twitter.com/widgets.js"></script></div>Juan Fernando Andradehttp://www.blogger.com/profile/15385743473288181379noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3484386956709987028.post-79924053489450322602020-12-11T18:55:00.002-05:002020-12-11T21:22:17.229-05:00CD/2020 <div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpDRfY-SiS8_8S576q0VBYC9qF5Y-_7f-e_Jv578Z0BhmOk7Jy3F5Vt8RhLPsYl-VacSK3SUXSKBsOPICOfrmzBgxjXv6j7TFz5iqMZmGSyjYsOZIPVgdfcLRbz4ZH7iJ36JeIA0JaWxg/s762/Screen+Shot+2020-12-11+at+6.24.44+PM.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="463" data-original-width="762" height="243" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpDRfY-SiS8_8S576q0VBYC9qF5Y-_7f-e_Jv578Z0BhmOk7Jy3F5Vt8RhLPsYl-VacSK3SUXSKBsOPICOfrmzBgxjXv6j7TFz5iqMZmGSyjYsOZIPVgdfcLRbz4ZH7iJ36JeIA0JaWxg/w400-h243/Screen+Shot+2020-12-11+at+6.24.44+PM.png" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;"><br /></div><br /><div style="text-align: center;"><b style="text-align: left;"><span style="font-family: times; font-size: large;">¿En qué estaba pensando?</span></b></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><b>(todo lo que es el prólogo)</b></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;">Había una vez. No. Sorry. Va de nuevo. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;">Había una voz. Y era la mía. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;">Había una voz. Suena bien, seguro lo escuché en algún lado. Un escritor copia, un artista roba. Nadie me considera un artista, es cierto, pero confieso que he robado. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;">También podría decir: Había una vez un blog y, en ese blog, una voz. Pero es muy temprano para eso, el blog todavía existe: 629 entradas desde febrero del 2008 hasta la fecha; it ain’t nothing, como dicen. Si de verdad quieren saberlo, este libro es producto de ese blog: sí, un blog, esas cosas ahora vintage que parecían más el futuro que el presente y hasta eran concurridos pero hoy se ven, al menos de lejos, como objetos coleccionables sin coleccionistas, objetos inanimados que uno mira sólo cuando mira hacia atrás. (¿Les pasa lo mismo a los libros?, ¿le pasará lo mismo a este?) </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;">El blog en el que había una voz fue originalmente un producto de diario El Comercio. Ahora que lo pienso, quizás una réplica de los blogs (literarios en su mayoría) que incorporó El País de España a su web bajo el nombre clave ElBoomeran(g). Éramos jóvenes y bellos y techno. Pero, lo sigue cantando El Príncipe de la Canción: hasta la belleza cansa. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;">Ahora suena raro y parece mentira, pero me pagaban por bloggear. No mucho, pero, hey, no a todo el mundo le pagaban por bloggear. Mi compromiso era postear dos veces por semana, cada lunes, cada jueves, y repartía los temas entre libros, películas y discos. Era un trabajo sucio -hablar bien de mis héroes hasta cuando no se lo merecían y despellejar a mis enemigos naturales- pero honrado y, sí, alguien tenía que hacerlo. Alguien con tiempo y data y algo de soledad entre las manos: Rob Fleming, el dueño de Championship Vinyl (que vendía vinilos bastante antes de que comprar vinilos fuera tan políticamente correcto como adoptar gatos), hubiese sido un buen blogger, por ejemplo; le sobran el conocimiento, las opiniones, y sabe que no siempre se trata de sorprender sino de mirar otra vez donde todos han mirado ya y amplificar el horizonte. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;">Fui un blogger asalariado por un par de años y cobraba una vez cada seis meses para que el cheque tuviera razón de ser. Escribí entradas en trenes y en aviones; en hoteles y en casas de mujeres a las que no volví a ver; en librerías y en cines; en Quito, en Guayaquil, en Portoviejo, en Ámsterdam, en Buenos Aires, en Nueva York, en Panamá, en la Luna; en mis cinco sentidos y también a control remoto, totalmente intoxicado; escribí sobre mis amigos y, los que aún me quedan, han adoptado la sana costumbre de soltar una advertencia antes de contarme chismes que podrían incriminarlos, “mira conchatumadre, te voy a contar algo, pero júrame que no lo vas a escribir”; escribí sobre un par de amigas y, las que todavía me hablan, me dicen cosas como “cuando escribas esto di que tengo el pelo rojo, siempre he querido ser pelirroja, pero pelirroja natural, con pecas, ¿ya?”; escribí con confianza en lo que escribía, con fe en lo que escribía, odiando lo que escribía, seguro de que más que un ladrón era un estafador, un farsante, un mentiroso. Escribí para que me quieran por interno y para poder odiar en público. Y así me di cuenta de que uno sólo puede escribir lo que termina escribiendo y que el reflejo que te devuelve la pantalla puede ser lo mismo el retrato hablado de un criminal que un corazón de peluche o las muelas de un cadáver del que no queda otro rastro. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;">Pero escribí. Eso es lo que cuenta, ¿no? Seguí escribiendo cuando me dijeron que los blogs habían pasado de moda y que ya nadie pagaba por mantenerlos. Escribí cuando la gente me dijo que no abandonara el blog y escribí cuando la gente lo abandonó y las entradas, los posts, eran mensajes en botellas que no podían flotar ni llegarle a nadie porque el océano a mi alrededor se había vaciado y yo mismo estaba hueco. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;">Escribí, incluso, cuando me preguntaban, “¿sigues escribiendo?”, “¿en el blog?”, y acto seguido me decían “ya no te leo”, que es como decir ya no ocupas ni un desvío de mis pensamientos o ya no tengo tiempo para ti o te hubiera ido mejor si te morías joven. (Nunca he intentado suicidarme, pero varios doctores me han dicho, varias veces, “Tiene suerte de estar vivo.” Más de eso en el próximo libro). </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;">Y, me queda claro, seguí subiendo cosas al blog porque así, de una forma solitaria y silenciosa, organizando un archivo para nadie, me quedaba la esperanza humilde de ser un escritor, uno de esos a los que se los aplaude con una sola mano. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;">El blog fue y será siempre una isla rodeada y sostenida por aguas internacionales, sin reglas, sin castigos, sin asambleístas, sin constituyentes, un cuarto de juegos donde nadie puede perder porque a nadie le interesa ganar. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;">Y escribí cuando empezó el estado de excepción, el 17 marzo del 2020, cuando se suponía que el CV19 sería temporal, pasajero, cosa de dos semanas. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;">Quería escribir un diario unplugged, para adentro, tranqui, sobre las aventuras de un personaje/narrador que enfrenta el aislamiento y descubre, contra todo pronóstico, que se aguanta a sí mismo y que, a veces, en los días buenos y antidepresivos y ansiolíticos mediante, hasta se cae bien y disfruta de su propia compañía. Una especie, creo, de manual de supervivencia (¿cómo ser cómplice de uno mismo?) y entretenimiento para los que viven solos y se inclinan por la misantropía. Iba a ser sobre mí y para mí y para #gentecomouno. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;">¿En qué estaba pensando? </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;">La realidad siempre se encarga de corregir nuestros planes. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;">Al principio parecía una broma, casi un feriado, pero la broma se estiró hasta el absurdo y luego hasta el horror y de seguirse estirando podría cubrir el cielo y que nos trague la noche. El 2020 (habrá libros y películas con ese título; tatuajes, canciones y, obvio, una generación entera que expiró en esa cifra) ha durado tanto que es mejor publicar ahora y no esperar a que se termine y callar para siempre. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;">El encierro, la curva pronunciada y ascendente, el miedo a los otros, la falta de comida, el aumento en el consumo de drogas, los negocios cerrados, los empleados despedidos, los emprendimientos gansteriles, los artistas sin público, los que ya nunca volvieron a la vida que tenían ni a ninguna otra, la sangre agria de una raza política cuya única oportunidad de redención es el suicidio colectivo, los cuerpos abandonados en las calles, cubiertos por sábanas floreadas, fritos por el sol y coronados por moscas como drones. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;">Este diario tiene un orden cronológico, sí, pero no una secuencia lineal donde un capítulo se conecta con otro como en una serie de Netflix. Cada cartílago, cada día, puede leerse como una criatura independiente, alimentada por emociones distintas: las llamas de la realidad, la tormenta de la ficción. Lo que pude registrar no fue plano sino cúbico: un día veía una nariz, otro día veía una oreja; un día decía ya, tocamos fondo, de aquí sólo se puede ir para arriba, y no, nada que ver. Seguimos cayendo con los ojos cerrados. Seguimos despertando con los ojos abiertos. Seguimos como si nada. Seguimos como si todo. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;">Capto que darle continuidad a esos días fue imposible, que el caos era el único camino para entender lo que no tiene sentido.
Y que cuando estás acorralado aprietas bien las muelas y lanzas golpes y que algunos de esos golpes aterrizan en tu cara. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;">Este es el comienzo de una historia. Así, como fue: en pedazos.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/j5rGm3kdTuk" width="500"></iframe></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><b>Agradecimientos </b></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><b>(este libro no hubiese existido sin)</b> </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;">La Conce & El Ing. Chispo • El Arq. Familia • Faidu • El Monstruo & La Íntima • MoniQ & Jerry • El Patrón • El Doctor • Doggy Dogg • Primavera 0 • Revista Mundo Diners </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;">• </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;">Y todos los que han leído/compartido el blog incluso cuando no era lo correcto ni, mucho menos, lo más conveniente. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;">Infielmente suyo, </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;">@pescadoandrade</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large; text-align: left;"><br /></span></div>
<br /><div class="blogger-post-footer"><a href="http://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-count="none" data-via="lospescadosrock" data-related="www.culturab.blogspot.com:Blog de Juan Fernando Andrade" data-lang="es">Tweet</a><script type="text/javascript" src="http://platform.twitter.com/widgets.js"></script></div>Juan Fernando Andradehttp://www.blogger.com/profile/15385743473288181379noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3484386956709987028.post-20390383715354172112020-12-01T20:42:00.003-05:002020-12-01T20:52:18.573-05:00La verdadera historia del Himno Nacional <div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9Oa2_R-_SgKbYxhu95afKpsq1VkqeWm587zXtILQ3atabd3a21kllx6_YJatKX-nWmT3BljxxsKC_oYcmnHv5yoH5EH5gEBJLrj_VeJsL-P40zeiFhLKOpMZHmjwg-BGyoCI19w7Nisk/s1400/CloClo.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1388" data-original-width="1400" height="396" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9Oa2_R-_SgKbYxhu95afKpsq1VkqeWm587zXtILQ3atabd3a21kllx6_YJatKX-nWmT3BljxxsKC_oYcmnHv5yoH5EH5gEBJLrj_VeJsL-P40zeiFhLKOpMZHmjwg-BGyoCI19w7Nisk/w400-h396/CloClo.jpg" width="400" /></a></div><br /><i><br /></i></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><i>Vamos a tocar el Himno Nacional, tienen que ponerse de pie</i>. </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- Frank Sinatra - </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">La place Claude-François, en el Distrito XVI de París, al costado derecho del Sena, le debe su nombre a una estrella pop que tenía 39 años cuando, mientras tomaba un baño de tina, notó que la lámpara que lo alumbraba parpadeaba. Se puso de pie, sus pantorrillas todavía en el agua enjabonada, levantó el brazo para ajustar la bombilla con la mano, recibió una descarga eléctrica y murió. Esto ocurrió el 11 de marzo de 1978. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Al día siguiente, en la otra orilla del mundo, el New York Times publicó una pequeña nota, apenas once líneas repartidas en tres párrafos, que termina así: componía la mayoría de sus canciones, y también interpretaba muchos hits americanos. El periódico, que a finales del pasado septiembre reveló una investigación según la cual Donald Trump pagó en impuestos nada más que 1.500 dólares durante sus primeros veinticuatro meses en la Casa Blanca, y debe, en préstamos que se vencerán en los siguientes cuatro años, un aproximado de 300 millones de dólares, se olvidó de decir que es en América, lo que ellos llaman América, donde más se ha escuchado una de las melodías de Claude François, mejor conocido como Cloclo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Paul Anka, nacido en Ottawa, capital de Canadá, ciudad que limita con la franco-parlante Quebec, solía vacacionar con su familia en el sur de Francia, y fue ahí donde escuchó por primera vez, en 1968, la canción Comme d’habitude (Como de costumbre), hasta ahora, y en gran parte gracias al mismo Anka, el tema más popular de Cloclo; aunque el canadiense hable de el más bien con distante indiferencia: era el hit mediocre de un cantante francés, la historia de un matrimonio aburrido, y era muy gráfica; la escuché y supe que podía ser mejor. Según Paul Anka, la conversación en la que se hizo con los derechos de la canción duró media hora, o menos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">La letra de Comme d’habitude se traduce así: </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Yo me levanto y te empujo </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Tú no te levantas, como de costumbre </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Pongo la sábana sobre ti </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Tengo miedo de que sientas frío, como de costumbre </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Mi mano acaricia tu pelo casi a mi pesar </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Pero tú me das la espalda, como de costumbre </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Después, me visto rápido </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y salgo del cuarto, como de costumbre </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Tomo el café totalmente solo </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y ya estoy atrasado, como de costumbre </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Me voy de la casa sin hacer ruido, como de costumbre </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Afuera todo está gris, como de costumbre </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Tengo frío, levanto el cuello de mi camisa </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Como de costumbre </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Voy a jugar a simular todo el día </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Como de costumbre, voy a sonreír </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Como de costumbre, hasta me voy a reír </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Como de costumbre, trataré de vivir </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Después, el día pasará </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Yo, yo volveré, como de costumbre </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Tú habrás salido, y no habrás vuelto aún </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Como de costumbre, me iré a acostar solo </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">En esa cama grande y fría, como de costumbre </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y esconderé mis lágrimas </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Pero, como de costumbre </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Incluso en la noche, voy a jugar a simular </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Como de costumbre, tú regresarás </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Sí, como de costumbre, yo te esperaré </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Como de costumbre, me vas a sonreír </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Sí, como de costumbre
Como de costumbre, te vas a desvestir </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Sí, como de costumbre, te vas a acostar </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Como de costumbre, nos besaremos </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Como de costumbre, ambos fingiremos </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Sí, como de costumbre, haremos el amor </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Como de costumbre, los dos fingiremos </span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">La escucho por enésima vez para transcribir la letra, y no me parece nada mediocre: la música, una balada pop con arreglos de cuerdas y vientos dignos de la Filarmónica de Londres o de la OTI de José José, tiene un poder y un empuje asombrosos, y eleva la melodía por encima de las nubes; la apasionada y desesperada y enloquecida interpretación de Cloclo grita todo eso que no se dicen las parejas que, bajo el mismo techo y bajo la misma pandemia, llevan meses enteros sin dirigirse la palabra. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Claude François se hizo popular en 1962, cuando empezó, sí, es cierto, a traducir al francés éxitos anglo como Made to Love, de los Everly Brothers, acertadamente doblada como Belle, Belle, Belle, para luego pasar a las grandes ligas del rock and roll con temas de Los Beatles: sus versiones de I Want to Hold Your Hand (Laisse moi tenir ta main) y From Me to You (Des bises de moi pour toi) son tan ingenuas y encantadoras como a go-gó, perfectas para, digamos, ese Batman con panza que en las carnes de Adam West vencía a sus archienemigos bailando twist en los 60s. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Ahora bien, no fue nada de esto en lo que pensó Paul Anka cuando decidió conservar la melodía de Comme d’habitude pero reescribir la letra. A finales de 1968, Frank Sinatra estaba en Miami filmando la cinta Lady in Cement con una mojada y furiosa Raquel Welch. El 68’ fue un año clave para el rock. El Álbum Blanco de Los Beatles había ensanchado y diversificado su música hasta lo imposible, Jimi Hendrix y Pink Floyd crecían con la venta de sus respectivos discos debut, y en Europa se formaban Black Sabbath y Led Zeppelin. Así las cosas, cuenta el propio Anka, Sinatra se sentía perdido en un mundo que lo había adorado tanto y ahora lo desconocía y lo castigaba con sonidos distorsionados, con un ruido eléctrico que él trató de escuchar de la mano de su joven esposa, Mia Farrow. Sinatra odiaba a Elvis Presley y cuando escuchaba a los cuatro de Liverpool sólo podía preguntar una cosa, “¿Qué es esta mierda?” Curioso que años después grabara Something, el último tema que George Harrison cedió a Los Beatles, y se refiriera a ella como “Una de las mejores canciones de amor que se han escrito en los últimos cincuenta o cien años, y nunca dice te amo.” </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Todavía en Miami, Anka visitó a Sinatra y el cantante más grande que ha pisado esta tierra le dijo “Voy a renunciar y me voy a largar de aquí”, refiriéndose no al rodaje de la película sino a la industria de la música. Afortunadamente, Paul Anka le creyó. Después de la visita, volvió a su hotel y entre la una y las cinco de la mañana, preocupado y afiebrado por el desvanecimiento de de su ídolo, despachó la letra de My Way en una máquina de escribir eléctrica y con una sola consigna en la cabeza: ¿Qué diría Frank? Dos meses después, tras haberla grabado en una sola toma en un estudio de Los Ángeles, Sinatra llamó al compositor canadiense y le dijo “Paulie, lo lograste, ésta es LA canción.” Y no se equivocó. My Way, que llegó a las radios y a las tiendas con las primeras luces de 1969, sería de ahí en adelante, más que cualquier otra, la cédula personal e intransferible de Francis Albert Sinatra. De hecho, RCA, la disquera de Anka, le reclamó por habérsela entregado, pero él dijo, “Hey, soy lo suficientemente joven para escribirla, pero no lo suficientemente viejo para cantarla. Esa canción es de él.” Paul Anka tenía veintisiete años, la edad que los rockeros decentes escogen para morir; Sinatra tenía cincuenta y tres. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">(Corte a: 16 de julio de 1994. Los tenores Plácido Domingo, José Carreras y Luciano Pavarotti la cantan con un marcado acento extranjero. Sinatra, de setentaiocho años, los ve desde su asiento en primera fila y no puede creer lo que está viendo ni, mucho menos, lo que está escuchando. Al final, los tenores levantan cada uno su mano izquierda y lo señalan con respeto y humildad y eso que llaman amor. Sinatra se pone de pie, aplaude, les lanza un beso, vuelve a aplaudir. Pero son los tenores los que terminan aplaudiéndolo a él, que morirá cuatro años más tarde). </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">La letra de My Way, conocida en español como A mi manera y bautizada por su mejor intérprete como El Himno Nacional, es incontenible y hasta dan ganas, muchas ganas, de vivir con la única meta de ganarse el derecho a cantarla justo antes de que, irónicamente, se prendan las luces y quien la cante desaparezca entre ovaciones; minutos o segundos antes de que quienes la escuchan dejen de aplaudir y recojan sus cosas y regresen a sus casas para ya no vernos nunca más. En español la cantan desde Julio Iglesias hasta Vicente Fernández (en una versión ranchera cuya música supera, por mucho, a su letra), pero fue la argentina María Marta Serra Lima quien se apropió realmente del tema, al punto de presentarla como la canción más importante de su carrera, el éxito “con el cual la gente en todo el mundo me identifica.”
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">María Martha canta esto: </span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Estoy mirando atrás, y puedo ver mi vida entera </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y sé que estoy en paz, pues la viví a mi manera </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Crecí sin derrochar, logré abrazar el mundo todo </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y más, mil sueños más, viví a mi modo </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Dolor, lo conocí, y recibí compensaciones </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Seguí sin vacilar, logré vencer las decepciones </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Mi plan jamás falló, y me mostró mil y un recodos </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y más, sí, mucho más, viví a mi modo </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Esa fui yo, que arremetí </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Hasta el azar, quise perseguir </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Si me oculté, si me arriesgué </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Lo que perdí, no lo lloré </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Porque viví, siempre viví, a mi manera </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Amé, también sufrí </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y compartí, caminos largos </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Perdí, y rescaté, mas no guardé tiempos amargos </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Jamás me arrepentí si amando di todos mis sueños </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Lloré, y si reí, fue a mi manera </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Qué pueden decir, o criticar </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Si yo aprendí a renunciar </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Si hay que morir y hay que pasar </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Nada dejé sin entregar </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Porque viví, siempre viví, a mi manera
</span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Leo esto y pienso que quizás, en un decreto de justicia poética y de manera completamente accidental (acaso la verdadera forma de hacer justicia), Paul Anka escribió la letra de My Way también para Claude François.
Cloclo, que se preocupó en cultivar la imagen de un ídolo de juventudes al punto de ocultar, durante cinco años, la existencia de su segundo hijo pues le parecía que dos niños eran demasiados para un artista que apelaba, en gran medida, a las adolescentes que le pedían dinero a sus padres para comprar sus discos, vivió muy a su manera. Tuvo entre sus filas a un grupo de bailarinas llamadas Clodettes; giró todo lo que pudo por Europa y, en 1971, se desplomó sobre un escenario de Marsella a causa del agotamiento; se libró de una bomba puesta y detonada por el Ejército Republicano Irlandés (IRA, por sus siglas en inglés), mientras hacía una visita promocional a Inglaterra en 1974; fundó y manejó dos revistas, una dedicada al público juvenil y otra reservada para el público adulto, en esta última también fungió de fotógrafo; y vendió setenta millones de discos antes de, en vísperas de su primera gira por Estados Unidos, morir pegado a un foco de luz. (Para más información, ver Cloclo, del 2012, protagonizada por el gran Jérémie Renier). </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Pero nada, nada, como My Way, que en versión de Sinatra y durante un año eminente y mundialmente rockero, 1969, se mantuvo en la lista de las cuarenta canciones más escuchadas en Norteamérica durante setentaicinco semanas seguidas, un récord que nadie ha podido alcanzar hasta el sol de hoy. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Para cantar My Way, insisto, hay que ganársela. Como Elvis, que nunca pudo cantarla como se debe, pero vaya que se la merecía. Como los buenos borrachos, que vuelven a su hogar de madrugada después de haber dejado el alma y el dinero en algún lugar que nunca existió. O como Sid Vicious, que grabó la versión punk con Los Sex Pistols para una secuencia inolvidable de la película The Great Rock N’ Roll Swindle (La gran estafa del Rock N’ Roll), que concluye cuando él suelta el micrófono y toma un arma y asesina al muy emperifollado y muy adulto público presente. Así quería matar yo a todo al mundo, en algún lugar de mi adolescencia, cuando descubrí a Los Pistols. Mi padre, el primero en entregarme esta canción, naturalmente, vía Sinatra, nunca reclamó, me dejó escuchar My Way a mi manera y a todo volumen. Como corresponde. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y bien, creo que sólo falta un detalle, algo no menor: la traducción al español de la letra de Paul Anka, pues en nuestro idioma nunca se ha cantado con fidelidad. Les diría que me disculpen por el atrevimiento y la torpeza, pero I did it my way. Jódanse. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">El final está cerca, y me enfrento al último acto </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Amigos, lo diré claramente </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Expondré mi caso, pues sólo tengo certezas </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> He vivido una vida plena, viajé por todas las carreteras </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> Y más, bastante más, todo lo hice a mi manera </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Me arrepentí un par de veces </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Pero, la verdad, demasiado pocas como para mencionarlo </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Hice lo que tuve que hacer, siempre dándome cuenta, sin excepciones </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> Planeé cada recorrido, cada cuidadoso paso sobre el camino </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> Y más, bastante más, todo lo hice a mi manera </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> Sí, hubo momentos, ustedes seguro lo saben </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> En los que mordí más de lo que podía masticar </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> Pero incluso entonces, cuando tuve dudas </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> Me las comí para escupirlas </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> Lo enfrenté todo, me mantuve de pie </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> Y lo hice a mi manera </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> Amé, reí y lloré </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> Me dieron lo que merecía, y perdí ciertas cosas </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> Y ahora, que las lágrimas vienen en camino </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Todo me parece asombroso </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Pensar que hice todo lo que hice </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y dejen que diga esto sin vergüenza </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Yo no siento vergüenza </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Porque lo hice a mi manera </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> ¿Para qué sirve un hombre? </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">¿Qué es lo que tiene? </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> Si no es él mismo, pues no tiene nada </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Tiene que decir las cosas que verdaderamente siente </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y no las de aquel que se arrodilla </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">La Historia lo muestra, recibí los golpes </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Y lo hice a mi manera</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">@pescadoandrade / @mundodiners</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">(<a href="https://revistamundodiners.com/" target="_blank">Mundo Diners</a>) </span></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><p></p></div>
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<div class="blogger-post-footer"><a href="http://twitter.com/share" class="twitter-share-button" data-count="none" data-via="lospescadosrock" data-related="www.culturab.blogspot.com:Blog de Juan Fernando Andrade" data-lang="es">Tweet</a><script type="text/javascript" src="http://platform.twitter.com/widgets.js"></script></div>Juan Fernando Andradehttp://www.blogger.com/profile/15385743473288181379noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3484386956709987028.post-37045006920179327842020-10-01T10:10:00.000-05:002020-10-01T10:10:05.590-05:00Nada es lo que parece (tampoco lo que no parece)<p> <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyGli6Dr-4o9mf2zaHl3CUOEZ5H55XGoU0C150zpvb3ILWrHldGVJYn9bxn8NsWwzkOGlyUeyaKfcOO0rHQKeQgTVzVqlP9Kjxg60C-yn2wvjZ-R1eFnAdtkt2B284Lk0kfULUkLOIXvc/s1200/ITOET.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="718" data-original-width="1200" height="236" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyGli6Dr-4o9mf2zaHl3CUOEZ5H55XGoU0C150zpvb3ILWrHldGVJYn9bxn8NsWwzkOGlyUeyaKfcOO0rHQKeQgTVzVqlP9Kjxg60C-yn2wvjZ-R1eFnAdtkt2B284Lk0kfULUkLOIXvc/w400-h236/ITOET.jpeg" width="400" /></a></p><br /><p></p><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">No se parece a nada que conozca </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">y me recuerda a todo lo que admiro. </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- Jean Cocteau - </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> You and me we're goin' nowhere slowly </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">And we've gotta get away from the past </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">There's nothin' wrong with goin' nowhere, baby </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">But we should be goin' nowhere fast </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;">- Fire Inc. - </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Hablo con mi dealer de películas (antes me pasaba DVDs o hacía transfusiones intravenosas a mi disco duro externo; ahora sólo me cruza links) vía Facebook y le digo: acabo de ver I’m Thinking of Ending Things. ¿Recién?, me pregunta, no sé si asustado o preocupado o pensando en terminar esta conversación antes de que comience. Sí, en este momento, le digo, los créditos todavía están rodando. (Quisiera estar en el cine, pienso, ver esos nombres en letras más grandes y aprovechar la oscuridad de la sala para abrazar a quien tenga al lado, sea quien sea). Se hace un silencio. Y, me dice, ¿cómo estás? Mal, en shock. Pero bien, encantado. Hay esperanza. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Me levanto de la cama por primera vez en más de dos horas, mis piernas tienen cien años más que yo. Voy a la cocina. En realidad, no voy a ninguna parte, pero voy muy rápido, volando (¿algún problema con eso?). No necesito nada, sólo moverme, comprobar que sigo existiendo aunque ya no sea el mismo. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Un escritor que ha decidido pasar unas semanas acuartelado en mi apartamento, como roommate, como si esto que nos pasa fuese el final de una sitcom infinita en la que uno y otro ríen hasta morir porque qué otra cosa van a hacer (hubiese sido complicado hospedar a una persona que se ocupe en otra cosa: uno lee solo, escribe solo, piensa solo; necesita su tiempo, su espacio; necesita que nadie joda y está en su justo derecho de ser mala persona y no atender más que a su cabeza), me ve la cara, pone su mano sobre mi hombro, preocupado, y me pregunta: ¿Qué te pasa? Acabo de ver I’m Thinking of Ending Things. ¿La de la pareja que va a visitar a los papás del man? Esa. Se ríe. Se caga de risa. Y me dice: abre la ventana y dile a todo el mundo que vamos a morir pronto. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Recibo un mail de un amigo que se dedica a escribir y dirigir películas y, lejos de responder al asunto por el que me escribe, le digo: Acabo de ver I’m Thinking of Ending Things y me partió la cabeza como una sandía. Me responde de inmediato, a una velocidad más frecuente en el chat que en el mail: Es una maravilla. No entendí nada pero me fascinó y me la quiero repetir. Mucho dolor, mucha incomodidad, mucho absurdo. Llena de referencias (la mayoría se me pasaron). Y es para cortarse las venas. Pero es una peli muy bella. Hay algo increíble ahí. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Una colega, que además es profesora de cine en una universidad privada, me escribe para decirme que el texto que prepara para esta revista avanza, un poco más lento de lo que habíamos previsto, pero avanza. Le digo: Acabo de ver I’m Thinking of Ending Things, el cine como lo conocíamos se acabó, ya fue, chao; Charlie Kaufman está al nivel de Buñuel (luego pienso: hace ya qué rato). Ella me dice: Ya Anomalisa no entendí nada, jajajajaja. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">El personaje/narrador de Anomalisa, estrenada en 2015 y lo último que habíamos visto de Kaufman hasta este año, hasta ESTO, sufre de algo que la Enciclopedia de esquizofrenia y otros trastornos psicóticos (gran nombre para una serie documental) llama Síndrome Frégoli en honor al actor italiano Leopoldo Frégoli (1867-1936); quien, cuenta la leyenda, podía transformarse no en cualquier personaje sino en cualquier persona, animal o cosa. En teoría, es una especie de delirio monotemático. El paciente cree que todas las personas que lo rodean –todas, en cualquier lugar, en cualquier momento– son en realidad una misma: un individuo omnipresente que se disfraza para perseguirlo. La manifestación más radical de la enfermedad ocurre cuando el paciente comienza a percatarse de que el resto del mundo, hombres y mujeres y niños, todos, hablan con la misma voz; y se trata con antipsicóticos, anticonvulsivos y antidepresivos. Y eso es, dentro de una trama más bien sencilla, lo que pasa en la cinta. En los días anteriores a su estreno comercial, medios tan disímiles y competitivos como Rolling Stone, Time Out de Londres, Now Toronto y la decididamente hollywoodense LAWEEKLY concluyeron que era, sin exageraciones ni hipérboles, “Una obra maestra”. Y la revista Esquire la presentó en sociedad de la siguiente manera, “La película más humana del año”. Nada mal, sobre todo tratándose de una película que se hizo animando cuadro a cuadro los ojos y los dedos y el cabello de muñecos que ahora me parecen juguetes tristes; juguetes abandonados; juguetes que crecieron para que ya nadie pueda jugar con ellos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Francamente, no sé si todos esos medios y esos críticos pensaban exactamente eso que escribieron y publicaron sobre Anomalisa (a veces, se sabe, escriben para recibir ellos también un poco del prestigio de las películas que celebran; y a veces, se nota, quieren ser raros por un minuto o dos); sospecho, desde mi propia experiencia, que independientemente del resultado de una u otra reseña (que, por otro lado, debería ser siempre el mismo: que la gente vea la película) lo que querían era viralizar una forma de la belleza que no conocíamos antes pero que no tuvimos ningún problema en reconocer a primera vista. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">¿O sí? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Mi amiga, profesora de cine, dijo, “no entendí nada”, y, luego, “jajajajaja”. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">En el 2016, Anomalisa estuvo nominada a mejor película animada. Perdió. Ese año ganó Intensa-Mente, del binomio Disney-Pixar. </span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgx2SzdBS3tkhipv84kRTbMwSQHeObPlLW_R3_odyCQKQjnuTS3KMILxVZ45RXz3ZaSiDL2poiNEeRRF-q2_TzAX3ppCrosV5Em8yOLIgRjLCpT0EhibxitOqqSgZuGlK0HMKdysFzagec/s1755/CK.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="988" data-original-width="1755" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgx2SzdBS3tkhipv84kRTbMwSQHeObPlLW_R3_odyCQKQjnuTS3KMILxVZ45RXz3ZaSiDL2poiNEeRRF-q2_TzAX3ppCrosV5Em8yOLIgRjLCpT0EhibxitOqqSgZuGlK0HMKdysFzagec/w400-h225/CK.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">En 1972, cerca del estreno de El discreto encanto de la burguesía, Buñuel respondió a una pregunta cuyo contenido le parecía tan incomprensible como al periodista la secuencia que originó el cuestionamiento. “En su película”, le dijo, “hay varias escenas en las que los personajes [con el tan buñueloni Fernando Rey al centro] caminan por una carretera abandonada, a veces en un sentido, a veces en otro, pero sin hablar entre ellos ni llegar a ningún lado. ¿Tiene eso algún significado, se trata acaso de una especie de simbolismo?”. Buñuel, sin alterarse, respondió: el significado es muy claro, lo que ves es lo que estás viendo, la burguesía yendo hacia ningún lado”. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Nuestra obsesión por entenderlo todo, que nos ha volcado lo mismo hacia religiones dogmáticas y criminales que hacia partidos políticos dogmáticos y criminales pasando por cultos, grupos de WhatsApp y programas de televisión dogmáticos y criminales, está compitiendo amplia y peligrosamente con nuestra experiencia de vida. Preferimos, por una extraña razón, estar detrás de cámaras, saber qué viene después, saber quién va a morir y quién no, saber, estar seguros de que al final las cosas van a resultar: porque deseamos para esos personajes lo mismo que deseamos para nosotros. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Lo mínimo que queremos saber, diría yo, es si los buenos volverán a sus casas con vida y si los malos recibirán la condena que merecen. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Ojalá. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">No me consta. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Hubo una época en que Woody Allen mostraba a sus actores sólo las páginas del guión en las que intervenían sus personajes, justamente para que pudieran reaccionar con naturalidad a lo inesperado, que, siempre lo hemos sabido y ahora nos estamos cansando de saberlo, es aquello que mayores oportunidades tiene de suceder. El mismo Woody, en Medianoche en París, juntó en una dimensión añorada a su personaje principal con Buñuel y Dalí (recuerdo la carta firmada por ambos y dirigida a Juan Ramón Jiménez en 1929, sobre todo el final: Especialmente: ¡¡Merde!! para su "Platero y yo", para su fácil y malintencionado "Platero y yo", el burro menos burro, el burro más odioso con que hemos tropezado.). El personaje, enamorado de una mujer en el siglo XXI y de otra a comienzos del siglo XX, no puede empezar a entender lo que le está pasando ni cómo manejarlo ni cómo amarlas a ambas o resignarse a vivir sin ninguna. Buñuel y Dalí, otra vez sin despeinarse, le dicen: estás enamorado de dos mujeres en dos líneas de tiempo distintas, es perfectamente comprensible. Y el personaje responde: claro, porque ustedes son surrealistas, pero yo no. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Ok, yo tampoco. Pero, ¿por qué? </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">Si la realidad nos ha fallado tanto merece de nosotros no la caridad de la indiferencia, sino la virtud de una traición que sólo se puede hacer de frente porque de otra forma sería miserable, como todas las traiciones.</span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJpuSvm-aopztU8CeJf0v4n10a0c_1fxmyRCjmukgA0zCEzEWHIzFqEQsIEc7QAZl-ttT3K4lFLdhyphenhyphenuFQK5YzXxzOzneorXuJ_DZXxXkWapIRW6IyP0U3dtDR-oWq6ZM_lRxyN8wZaxAQ/s2000/ITOET2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="2000" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJpuSvm-aopztU8CeJf0v4n10a0c_1fxmyRCjmukgA0zCEzEWHIzFqEQsIEc7QAZl-ttT3K4lFLdhyphenhyphenuFQK5YzXxzOzneorXuJ_DZXxXkWapIRW6IyP0U3dtDR-oWq6ZM_lRxyN8wZaxAQ/w400-h200/ITOET2.jpg" width="400" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: large;">¿Qué estás viendo?, me pregunta una amiga a la que le gusta pescar a río revuelto en Netflix. Acabo de ver I’m Thinking of Ending Things, respondo, la nueva película de Charlie Kaufman. ¿Buena? Superior ¿Tanto así? Mira, no podría decirte de qué se trata, pero sé que volveré a verla, y pronto, quizás esta misma noche; es más, creo que la seguiré viendo toda la vida, que creceremos juntos aprendiendo el uno de la otra. Puta, huevón, puedes decir que es de miedo, de acción, no sé, una comedia romántica, una película para adultos, un bodrio, algo, ¿no? No, no puedo. ¿Por? Una vez le dije a una abogada que Synecdoche, New York no tiene género y eso la hace una película, si no perfecta, única; la abogada no estuvo de acuerdo, pero tampoco pudo describirla ni excusarla con eso de un género total. ¿Nueva York qué?, ¿ahora estás viendo Sex and The City? ¿Debería? Deberías. Ok, pero no, Synecdoche… es otra película de Charlie Kaufman: peliculón. ¿Y esa de qué se trata? Se hace un silencio. Digo, con orgullo: de cómo la vida es lo realmente importante. Ya, me dice, me aburriste, la odio; dime cómo se llama la otra para no verla ni por volada. Y mis labios se abren y mi lengua se mueve y puedo darme cuenta de lo que estoy diciendo, puedo ver lo que estoy diciendo, una palabra después de la otra apenas separada por un espacio mínimo de aire blanco, y esto que estoy diciendo es lo que algún día tendré que decir de todas maneras: I’m Thinking of Ending Things. </span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;">@pescadoandrade / @mundodiners </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"> (<a href="https://revistamundodiners.com/" target="_blank">Mundo Diners</a>) </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div>
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