During my years as an addict,
I'd become an accomplished liar,
and the sad truth is that sort of skill sticks with you.
- Stephen King -
Bienvenidos a Venice, una playa al
costado oeste de Los Ángeles donde lo que te estimula no es el clima sino la sensación
térmica. En Venice no importa quién eres sino cómo eres y, sobre todo, si
puedes mantener la vibra, la buena onda que sostiene a este lugar. En Venice la
gente camina, anda en bicicleta y fuma chafos viendo el atardecer. Todo bien. Cierto
tipo de lentes y cierto tipo de chicas podrían hacerte pensar que estás
metiendo los pies en aguas hipsters, pero no. Venice es más bien tranqui, un
lugar perfecto para chillear de por
vida. O eso es lo que parece.
Flaked,
protagonizada por Will
Arnett, pasa en Venice y bastan un par de escenas y un par de diálogos para
entender por qué no podría pasar en ningún otro lado: la serie observa el
comportamiento de una especie particular dentro de su hábitat natural con el
rigor de un documental tipo Nat Geo,
pero, claro, esto es bastante más divertido. Esto es, al comienzo, como una
canción de los Beach Boys que se volvió realidad: todos se conocen, todos se
ayudan, las chicas son hermosas y sensibles, los chicos andan en patineta y sin
camisa. Relax, dude: si no le pides nada, Venice te lo dará todo.
Si están pensando quién es Will Arnett,
pues ni su rostro ni su voz son tan difíciles de ubicar: fue y sigue siendo GOB
“Joeb” Bluth en la comedia de culto Arrested
Development, Nathan Miller en la más conservadora The Millers, Batman en su
versión animada del universo de LEGO y BoJack Horseman, aquel caballo decadente
y existencialista, en la serie homónima. Lo que resulta impresionante, en el
mejor sentido de la palabra, es ver –literalmente, presenciar el evento– cómo se
reinventa al centro de Flaked haciendo
de Chip, un personaje relajadamente conflictuado, un alcohólico “recuperado”
que de a poco se convierte en el algo así como la autoridad moral de Venice.
En las reuniones de Alcohólicos Anónimos se
buscan, entre otras cosas, la serenidad para aceptar las cosas que no van a
cambiar, el valor para cambiar lo que se puede cambiar y la sabiduría para
reconocer la diferencia entre lo uno y lo otro. A diferencia de quienes lo dan
todo por sentado, un adicto vive día a día tratando de no volver a ser lo que
fue por tanto tiempo (los años perdidos se dilatan en la memoria hasta
convertirse en la mitad de tu vida o algo peor), marcando una línea entre el
pasado y el presente, alimentando al monstruo que lleva adentro para que se
quede tranquilo: alimentándolo con mentiras si es necesario.
Venice, según cuenta Chip, era una
comunidad que, como él antes de desintoxicarse, estaba en ruinas, “Corrías
peligro si estabas sentado en la sala de tu casa”, dice. No es coincidencia que
varios de los personajes secundarios (los actores David Sullivan, George Basil
y Robert Wisdom brillan cada vez que aparecen; y, ya que estamos en estas, la
actriz Ruth Kearney puede dejarte ciego) sean otros alcohólicos recuperados que
más que redención buscan paz: el sueño imposible de estar cómodo bajo tu propia
piel. Y no es coincidencia, tampoco, que la serie encuentre a Venice luchando
contra el progreso para salvar el alma: si nos costó tanto ser lo que somos,
¿por qué tenemos que cambiar?
Al final de la primera y hasta ahora
única temporada de Flaked (si hacen
otra corren el riesgo de arruinar una nouvelle
perfecta) queda claro que como en las mejores novelas negras norteamericanas,
que dicho sea de paso nacieron en Los Ángeles, el misterio siempre estuvo ahí,
frente a nuestros ojos, y que nosotros también hemos sido engañados de alguna
manera por Chip, que es, al parecer, el único que realmente sabe lo que está
pasando: necesitamos creer que alguien que estuvo igual de perdido que nosotros
pudo atravesar la oscuridad porque si él pudo, quizás, con suerte, nosotros
también podamos. “La vida no se vuelve más fácil, sólo te acostumbras a lo
difícil que es”, dice Chip.
Flaked, creada por el mismo Will Arnett, que es
canadiense, y por el escritor británico Mark Chappell (los guiones de cada
episodio van firmados por los dos), ingresa con sobra de méritos en la tradición
de algo que podríamos llamar “Estados Unidos contado por inmigrantes”, un país
medio inventado, amplio y competitivo donde conviven, por ejemplo, las novelas
de Vladimir Nabokov y las películas de Billy Wilder: historias muy americanas
escritas y filmadas por gente de afuera que se quedó adentro. Flaked puede jugar en esa liga, cumple con
todos los requisitos, paga todas sus cuentas y queda con saldo a favor: además de una selección de bandas y canciones más que decente (Cosmic Vibrations de Foxygen es increíble), la
música original es de Stephen Malkmus, una de las varias mentes brillantes
detrás de los noventeros y atemporales Pavement. Flaked tiene la estructura desestabilizadora de una historia
policial de Raymond Chandler, el humor casi folklórico de los hermanos Coen (Chip,
a veces, llega a los niveles del Dude
en The Big Lebowski, pero sin la
cuota zen), la estética bronceada de Hal Ashby y el tono íntimo y confesional
de las memorias de Joan Didion. Will Arnett y Mark Chapell quizás no sean
estadounidenses, pero se nota que han visto, leído y escuchado lo suficiente
como para postular a la ciudadanía.
Flaked
sería demasiado gringa si
sus influencias más evidentes no estuvieran puestas en práctica con el objetivo
de mostrar, a veces por accidente y otras en defensa propia, los rincones más vulnerables de su personaje
principal. Chip no es una mala persona, no quiere serlo, al contrario, suele
partir con buenas intenciones pero se desvía inevitablemente en el camino. Chip
miente para no hacer daño y termina hiriendo y alejando a la gente que lo
aprecia y se preocupa por él. Chip trata de esquivar las oportunidades de
traicionar a sus amigos hasta que ya no tiene más remedio. Chip no quiere
enamorarse porque sabe que está contaminado pero esa distancia que guarda con
el mundo lo hace atractivo. Chip no quiere mentir, pero alguien tiene que
hacerlo. Chip no quiere cagar a nadie, pero no se puede vivir así.
(El Comercio)
2 comentarios:
Chip es nuestra expectativa versus Dennis nuestra realidad
Gracias por hacerme ver esta Serie. La tuve mucho tiempo colgando de la pantalla de Netflix, pero la calificación que le rottentomastoes me alejó de ella como se aleja uno de una calle oscura (sobretodo si ésta no está en Venice sino en Guayaquil).
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