Esta canción debería ganar un premio sólo
por llamarse como se llama. Groupies
famosas. Elegante, universal, sofisticado, clásico: el nombre podría
aguantar un disco entero o convertirse en el título de una colección de
perfiles biográficos de chicas como Pamela Des Barres, la mamá de todas las
groupies. Al comienzo suena como el primer Oasis, tiene un prólogo en clave de
britpop-noventero del que Noel Gallagher estaría más que orgulloso, luego viene
el argumento épico y genérico y emocionante de una canción que ya hemos escuchado
mil veces pero que por fin es nuestra y a la vuelta de dos minutos y medio un
desenlace tan antiguo y nuevo como la música misma. Da la impresión de que Jaime
Martínez, cantante y guitarrista de Los Animales Lisérgicos, de Cuenca, escribió
y dirigió el tema para resumir la parte más inocente y dañada de nuestra
educación sentimental. La melodía parece robada de un grupo de niños que juegan
en el parque, cogidos de las manos, niños y niñas que luego crecerán y jugarán a
tocarse mientras cantan esta letra que juega consigo misma y con nosotros soltando
imágenes que podrían ser o no eso que estamos pensando. Hay cicatrices en el fondo del mar, dice, y uno piensas en secretos
muy pesados, tan pesados que nunca han podido abandonar el cuerpo que los
encierra y que algún día serán la superficie de todas las historias. Groupies famosas en estado de shock,
cubiertas de sangre y en ropa interior, dice, y uno no sabe si acaba de
entrar en una secta donde todas contra todos o si alguien se está rompiendo la
cabeza contra la pared en un concierto o si un policía acaba de descubrir la
escena de un crimen fanático-pasional. Groupies
famosas en el backstage, cantando borrachas No voy en tren, dice después de
un coro la-ra-la-ra-la-ra-lá, y uno se acuerda de esa amiga que estudió –¿quién
no?– en Buenos Aires y que cuando está borracha camina como caminaba Charly
García antes de quedar por siempre quieto y dice que ella no va en tren, ella
va en avión y no necesita a nadie, a nadie alrededor. Groupies famosas buscando el amor, entre cables, canciones y Gibson Les
Paul, dice, y uno se da cuenta de que esta es la primera vez que alguien
dice algo así aquí, que esta canción introduce a la Les Paul en el rock
ecuatoriano y de alguna manera hace que el Ecuador entre en esa liga de países
donde la guitarra eléctrica es más fuerte que la espada, donde la guitarra
eléctrica no es un instrumento sino un ideal, donde la guitarra eléctrica es la
mano que nos aprieta la mano y nos lleva al cielo…entre cables, canciones y Gibson Les Paul. Parece una tontería pero
es un logro inmenso, es como si los ovnis que siempre llegan a las grandes
ciudades de los grandes países decidieran detenerse en la mitad del mundo, con
esto quiero decir que después de una línea tan gruesa el Ecuador se convierte
en un lugar donde podría suceder cualquier cosa y eso no es poco y vaya que
hacía falta. Parece que no fuera de aquí,
me dijo una famosa groupie y yo creo que eso no es malo o no es necesariamente
malo y lo más probable es que sea bueno: una canción que logra desprenderse de
su barrio y de su patria y confundirse con los ciudadanos del mundo podría
llegar lejos y hasta camuflarse en la libertad. Tiene voz de caricatura, me dijo una famosa groupie, y quizá tenga
razón, pero yo creo que si Jaime Martínez hubiese tenido la delicadeza de
adaptar la distorsión de su voz a la ternura primal del tema esta sería una
canción cualquiera y que después de todo lo más bacán es que a ratos suena como
la fantasía simple y genuina de un niño que quiere rockear y se imagina que así
es el rock porque así debe ser el rock.
Hace rato que no tenía tantas ganas de
bailar.
1 comentario:
No te mentiré, saqué el nombre de la canción de un apartado que solía tener este blog: http://anecdotariodelrock.blogspot.com/
Ahora reviso y ya no lo encuentro, pero te contaba la historia de las más famosas groupies del rock, Pamela, Pattie, Bebe, Marianne.. imposible no enternecerse con esas historias!
Gracias por la deferencia, seguiremos escribiendo. Un abrazo,
J.
Publicar un comentario