Stanley Kubrick, para muchos el mejor
director de cine del siglo XX o por lo menos de la segunda mitad del siglo XX,
recibió en 1997 el premio D. W. Griffith, una especie de Óscar más sofisticado y menos farandulero otorgado exclusivamente por los miembros del Sindicato de Directores de América.
Durante su corto discurso de
agradecimiento grabado en Londres, donde estaba filmando Eyes Wide Shut, una de sus mejores películas y también la última
que hizo, Kubrick recordó una conversación con Steven Spielberg en la que le
preguntó, para ti, ¿qué es lo más difícil
de dirigir una película? Spielberg, cuyos triunfos son tan milagrosos y monumentales
como sus fracasos, le contestó: salir del
carro.
Spielberg se refería a la conclusión de
ese viaje entre el lugar donde duermes y el lugar donde filmas. Se refería, más
específicamente, a ese momento en el que ya no se puede dar vuelta atrás: hay que
seguir filmando, suerte o muerte. Estoy
seguro de que todos saben cómo se siente, dijo Kubrick.
Hay artistas que pueden cronometrar sus
emociones y planear hasta el último detalle antes de empezar a darles forma,
pero la mayoría, y me atrevería a decir que los mejores, los más valientes, saben
que su trabajo es gatear a tientas por la oscuridad.
Salir
del carro puede
traducirse de varias formas: salir de la cama, bañarse, vestirse, tomar un bus
para ir a la oficina, treparse en la bicicleta para ir a la oficina, encender
el motor y manejar cuarenta minutos para llegar a tiempo a un trabajo de mierda,
dejar a los niños en la escuela y luego abrir el negocio, caminar varias
cuadras hacia el negocio de otro y preguntarse, ¿qué estoy haciendo con mi vida?
El único conocimiento
absoluto que puede alcanzar el hombre
es saber que la vida no
tiene sentido
–Lev Tolstói–
En Here
Comes The Sun, George Harrison dice algo como esto: aquí viene el sol y todo
bien. Fácil de decir, bueno para cantar, pero difícil de hacer. Aceptar la
llegada de un nuevo día es un acto de coraje y a veces es simplemente un
suicido. Aceptar la llegada de un nuevo día implica seguir viviendo.
- Para
ti, ¿qué es lo más difícil de dirigir una película?
- Salir
del carro.
Salir
del carro. Levantarse cuando
nada tiene sentido, cuando estamos solos y tristes, arrastrándonos bajo el sol,
mordiendo el polvo del pasado. Abrir los ojos para ver lo que no queremos ver,
recordar las cosas que tienes que hacer, reunir fuerzas para hacer las cosas
que no quieres hacer, reconocer que hay ciertas cosas que ya no nunca harás,
cosas que ya no hiciste. Recordar a la gente que hemos perdido. Y seguir.
1 comentario:
david, get out of the car
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