10.10.2011

Roon 59

No tener problemas puede ser un gran problema.

Te levantas, no sabes si es martes o domingo, desde hace un tiempo (¿te acuerdas desde cuándo?) todos los días tienen el mismo semblante, ese sabor que se repite hasta el cansancio, hasta cansarte de tenerlo en la boca sin poder escupirlo. No sabes qué hora es pero esperas que sea tarde, así puedes estar seguro de que parte del día ya pasó y dejar de preocuparte en cómo llenarlo.

Tienes que almorzar, tienes algo que hacer y eso te trae un alivio pasajero Si te pones a pensar, si haces inventario en tu cerebro, tienes un millón de cosas que hacer, un millón de asuntos y de personas pendientes, esperando, pero nada te mueve, nada te afecta lo suficiente como para moverte, tú mismo estás pendiendo de un hilo pero al parecer esa no es razón para madrugar.

Es raro que la gente te reconozca en la calle y te pregunte por tus proyectos mientras tú sientes que eres una proyección, una imagen que se ve gigante pero en realidad es diminuta. Proyectos. Todos tienen un proyecto. Algunos tienen varios sucediendo al mismo tiempo y te cuentan emocionados que no tienen tiempo ni para dormir pero están felices porque sus proyectos están saliendo. Tú, en cambio, sólo quieres dormir, dormir mucho, un montón de horas-días-meses, lo necesario como para despertar y haber cambiado o despertar y que los otros hayan cambiando o sólo despertar de una buena vez. Les dices qué bacán, qué buena onda, los-odias-te-odias porque tú no estás tan emocionado con tus proyectos, apenas y respondes bien, todo bien, ahí vamos, la cosa avanza. Te despides deseándole suerte a los demás, toda la suerte del mundo, diciendo cuídate mucho, bro, ya quiero ver esa película. Dices que tienes que trabajar y sí, tienes que trabajar, pero no lo vas a hacer, por lo menos no ahora. Ahora vas a hacer cualquier otra cosa, vas a perseguir rubias en tu auto, vas a mezclar pastillas y whisky, vas a quedarte dormido con la cara hundida entre las piernas de una rubia.

Da lo mismo si recuerdas o no su nombre. Da lo mismo que estés arriba o abajo o atrás. Lo que importa es sentir, sentir algo que te distraiga, que te aleje de las cosas de las que no puedes alejarte solo. Quisieras que haya sobremesa pero no lo vas a decir y cuando te pones a pensarlo francamente no sabrías cómo hacer algo así. Sólo sabes hacer lo tuyo y lo haces bien. ¿Cuándo dejó de alcanzarte con eso? ¿Cuándo empezaste a aburrirte? ¿Será que todo pasó demasiado rápido? Te dijeron que el camino a la cima –the way to the top – era largo y duro y que lo más probable es que no llegarías jamás. Pero llegaste. Llegaste antes que muchos otros y sabes que lo intentaste mucho menos que esos que todavía lo están intentando. Y no te sientes mal. Tampoco te sientes bien. La mayoría del tiempo sostienes un coma funcional que te permite amagar. Es mentira eso de que desde la cima se puede verlo todo. Mentira. No ves una mierda.

La solución, aunque no lo creas, es vivir para alguien más, no con alguien más ni a través de alguien más sino para alguien más. Hacerte a un lado es clave. Es muy extraño, pero de pronto tuviste un problema, tuviste que preocuparte por alguien más y todo, todo, fue más fácil. Es como si curando a otros pudieras curarte tu también. Esto lo sientes, no lo piensas, no quieres ser el tipo de persona que piensa en estas cosas, peor el tipo de persona que las piensa y las dice. El problema es que eso tampoco va a durar, te vas a aburrir y cuando alguien te exija explicaciones no vas a saber qué decir, no porque no tengas nada que decir sino porque en serio no sabes qué decir. Te vas a quedar callado y perdido como cuando te preguntaron quién es Jhonny Marco en esa rueda de prensa. La gente se va a ir, la gente va a seguir con su vida. Tu vas a saber que el que no se aguanta, el que no se tolera, el que no se la banca como le viene eres tú.

Y vas a agarrar el teléfono y la vas a llamar de madrugada y le vas a decir no soy nada, ni siquiera soy una persona.

Por eso haces check-out y abandonas el cuarto 59 del Chateu Marmont. Por eso manejas a toda velocidad hasta salir de Hollywood y de la mentira ambulante en la que te has convertido. Por eso abandonas el auto a un lado del camino solitario y dejas las llaves adentro. Por eso empiezas a caminar hacia algún lugar. Cualquier lugar es mejor que este. Lo sabes. Por eso sonríes.

(Cinépata, 07/10/11)


4 comentarios:

Lola dijo...

Somewhere, sometime, somehow, someday...

Tengo ganas de verla

Saludos,

Memo dijo...

Una, dos, tres venias...

Juan Fernando Andrade dijo...

capaz y hasta sea mi peli del 2011... espero q les guste.

saludes

Ana Laura dijo...

No sé si me gustará la película (aunque casi seguro que sí), pero lo que escribiste me encantó. Excelente.