Empiezo a leer Arrecife, la novela de Juan Villoro, y
me encuentro con esto: Cuando Feelings
estaba de moda, yo aún podía arriesgarme
a arruinar mi vida. Tal vez fue eso lo que me golpeó: recordarme como alguien
que todavía tiene el desastre por delante.
Son las cuatro de la
mañana y un cineasta que ha tomado cerveza y ron me dice que lo que tenemos que
hacer es escribir una película de terror en inglés y venderla en Hollywood. Cualquier
cosa, dice. Es sólo por plata, dice. Luego hacemos una de planos largos y
silenciosos que gane Cannes. Hace cálculos, piensa en comprarse un terreno, un lugar donde pueda caerse muerto. Se refiere a esto como "estabilidad". Evidentemente quiere tener el desastre por detrás. O por debajo.
Busco Feelings en YouTube y encuentro una balada
romántica de Morris Albert, un cantante nacido en São Paulo que grabó el tema en
1975, fue el único hit de su carrera. Entre cientos de comentarios sentimentales escritos en ruso, griego,
koreano, hay uno que dice LEGEND :) y otro que dice Perhaps love is pain. (per-haps, per-haps, per-haps). No
estoy seguro de que esta sea la canción a la que se refiere Villoro, pero la
escucho una y otra y otra vez hasta quedar convencido de que esta es la canción a la que se refiere
Villoro.
Voy por una
carretera. Es de noche y está oscuro. Apenas veo los filos del camino. A mi
lado, el cineasta dice que no está tan borracho y que otra cosa que podemos
hacer es venderle algo a la televisión. Cualquier cosa, dice. Es sólo por plata,
dice. Sobre la carretera aparecen luces: es un camión y viene directo hacia
nosotros. Te preocupas demasiado por el dinero, le digo al cineasta. Make good art, le digo al cineasta. Luego acelero y
subo el volumen de la radio. Morris Albert siente que nunca la perdió y, al
mismo tiempo, que nunca la tuvo. Qué dilema. Eu sei do que você está falando, amigo meu.
El personaje principal
de Arrecife es un bajista retirado. Según
sus propias palabras le falta medio dedo y mucho talento para ser Jaco Pastorius
y ha perdido numerosas batallas en nombre del heavy-metal. Por eso cree que el desastre ya pasó, pero se
equivoca.
Veo el
desastre en una vitrina. El vendedor me pregunta si necesito una de esas fundas
que protegen a la ropa de la lluvia. Le digo que no. Me lo llevo puesto. Abrazo
el desastre que tengo por delante.
(El Comercio)
1 comentario:
una gran versión de esta canción, creo que me la imagino mientras manejas por la carretera con un cineasta borracho
http://www.youtube.com/watch?v=XnhoIf8dDVE
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