La encontraron durante la noche del 19 de
abril de 1989 en el Central Park de la ciudad de Nueva York. Su nombre era
Trisha Melli, trabajaba en la banca, era blanca, era joven, y había sido
brutalmente violada, golpeada y abandonada como un cadáver, pero estaba viva. Esa
misma noche habían estado en el parque, entre muchos otros, cinco jóvenes de
color, menores de edad, a quienes la policía logró manipular para que se
confesaran culpables de un crimen que no habían cometido. Así empieza When They See Us, la miniserie que ha
revivido el caso de los adolescentes conocidos como Los cinco de Central Park, y cuya historia no terminó de cerrarse
sino hasta el año 2002, cuando un hombre llamado Matías Reyes declaró haber
cometido la violación y el intento de asesinato. Fueron más de diez años de
injusticia, marcados por el estigma social, la discriminación y el racismo,
años en los que esos chicos se convirtieron en hombres encarcelados que aún
después de haber conseguido la libertad seguían pagando una condena fuera de la
cárcel.
Sus nombres son Antron McCray, Yusef
Salaam, Raymond Santana Jr., Korey Wise y Kevin Richardson, y cuando entraron a
la cárcel no eran más que niños cuya vida había sido interrumpida de repente y
sin ningún aviso, niños a los que la sociedad señalaba con el dedo, niños con
los que un sistema diseñado para explotar a los más vulnerables llenaba su
cuota de criminales necesarios: niños. Y así los presenta, de entrada, la
directora Ava DuVernay, que ya antes se había metido con el sistema
penitenciario y judicial de Estados Unidos en el documental 13th, por el cual fue nominada a un
premio Óscar; y que es también conocida por la película Selma, en la que tocó el tema de la equidad racial con un capítulo
de la vida de Martin Luther King. La misma DuVernay, en una entrevista con
Oprah Winfrey (madrina del proyecto), dijo que más allá de las críticas que
pudiera recibir por parte de la industria (que resultaron en su gran mayoría
favorables), lo que realmente le importaba era cómo iban a reaccionar sus
personajes al verse en pantalla, y que todos le dieron su bendición.
When
They See Us tiene cuatro
capítulos que duran en total poco menos de cinco horas, lo que no deja mucho
espacio para momentos muertos o de simple transición: aquí la historia avanza a
una velocidad que atropella. En el primero se muestran las acciones que siguieron
al 19 de abril de 1989; en el segundo se desarrollan los juicios que se
llevaron a cabo, en los que la parte acusadora no pudo presentar pruebas
contundentes contra los acusados y aún así salió ganando; en el tercero aparecen
los chicos convertidos en adultos, tratando sin éxito de reintegrarse a una
sociedad que ya los ha desplazado; y el cuarto, el más duro y exigente para el
espectador, está dedicado casi por completo a la historia particular de Korey
Wise, que pasó por tres cárceles distintas y que en todas ellas fue víctima de la
violencia ciega de los otros internos. Distribuir el relato en tan solo cuatro
episodios es a todas luces un acierto, no sólo porque así el espectador se encuentra
todo el tiempo contra las cuerdas del drama, sino también porque de esta forma,
intensa, los años perdidos de la vida de los personajes vuelan lejos, como algo
que no regresará jamás.
Si es cierto eso de que un buen relato
logra ponernos en los zapatos de los personajes, en este caso esa sensación es
aún más cruda: de pronto uno piensa y siente como un adolescente, uno adolece
de la misma pasión desconocida y descontrolada, reacciona como tal y hasta se
frustra y se asusta, conociéndolo de antemano, por lo que sucede en la
pantalla. Este acercamiento, casi familiar, se logra gracias a la perspectiva
desde la que se cuenta la historia, poniéndose siempre del lado de los
personajes, asumiendo con valor el reto de que sean ellos, más que la anécdota
en sí misma, los que conduzcan el camino de la narración. La miniserie se
enfrenta contra el peso de las instituciones en las que no solamente se abusa
del poder, sino que se lo ejerce sin guardar ningún respeto por la vida ajena,
pero cuando logra afectarnos realmente es cuando se sumerge de cuerpo entero en
los asuntos domésticos, en cómo la vida en la cárcel cambia las dinámicas
familiares y convierte al prisionero en una especie de isla de la que nadie
puede salir y a la que nadie puede entrar.
Son los momentos entre padres e hijos, hermanos
y hermanas, novios y novias, todos de alguna manera disfuncionales pero por eso
mismo sembrados en el terreno de la verdad, los que tienden puentes emocionales
entre los personajes y nosotros, haciendo que sea posible reconocernos en ellos
y trayendo a la superficie, a cada instante, el temor que se intuye cuando uno
piensa me pudo pasar a mí. Y son esos
momentos, simples conversaciones en la sala de una casa o acaso alguna
entrevista de trabajo, los que nos empujan hacia adelante y nos hacen entender el
tamaño y las consecuencias de la injusticia: cuando le robas la libertad a alguien
no puedes esperar que vuelva a confiar en el mundo como si nada hubiera pasado.
Los cinco chicos, que han madurado a la fuerza, vuelven a la vida civil y
aunque aparentemente no guardan ningún resentimiento se nota que están algo
quebrados por dentro, que tendrán que aprender a mezclarse con los demás, que lo
más difícil será convencer al resto de que ellos merecen la oportunidad que
nunca debieron haber perdido.
Ava DuVernay ha logrado hacer un trabajo
doblemente eficaz en When They See Us.
Consigue, sin comprometerse con la moraleja fácil de lo políticamente correcto,
el carácter de denuncia y ajuste de cuentas, y lo combina con un matiz en
extremo realista que a su vez hace que los hechos, ocurridos hace tanto,
vuelvan a cobrar relevancia, no porque en su momento no se los haya tratado con
la importancia que merecían, sino porque queda claro que a la directora le
importa sentar un precedente, que la gente de su comunidad y la sociedad en
general sepan que hay quienes nunca bajarán los brazos y que esos deberíamos
ser todos nosotros. Hay historias cuyo verdadero peso se deja ver y sentir cuando
cae por fuera de la pantalla, cuando se derrama y nos inunda. When They See Us es ese tipo de
producción, la que revienta cuando termina y nos deja con un par de ideas dando
vueltas en la cabeza y una punzada en el corazón; ese tipo de historia que nos
incluye porque nos hace ver que la verdadera responsabilidad siempre ha estado y
seguirá estando en nuestras manos.
(Mundo Diners)
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