12.07.2009

El cojo, el loco y Jaime Bayly


A menudo, en muchas conversaciones no necesariamente literarias, aparece el tema Jaime Bayly y cada quien tiene su posición y esa posición suele ser extrema. Lo amas o lo odias. Unos dicen que no es periodista y que aunque el mismísimo Roberto Bolaño haya afirmado lo contrario, tampoco es escritor porque, entre otras cosas, siempre está escribiendo el mismo libro y hablando de su vida, haciéndose la víctima incomprendida. Otros dicen que es el periodista más entretenido que hay en Miami y que como sus libros se venden en España debe ser un escritor latinoamericano exitoso o más exitoso que el promedio. Yo también tengo me opinión. No soy groupie, y aunque ciertos amigos me reclamen lo contrario, creo que tampoco soy fan. Pero de que me gusta, me gusta.

No recuerdo exactamente cuándo pasó, ni cómo. Supongo que fue pasando de a poco porque ni lo sentí. La cosa es que en casa tengo varias novelas de Bayly y, ahora que lo pienso, ninguna ha sido un regalo (es más, muchas veces han intentado detenerme antes de alcanzar la caja registradora, como si leer al peruano de la tele fuese un acto subversivo, algo prohibido y de mal gusto). O sea que por voluntad propia he derrochado parte de mi presupuesto en su obra. Francamente, creo que No se lo digas a nadie (1994), La noche es virgen (premio Herralde, 1997) y Yo amo a mi mami (para algunos la continuación o actualización de Un mundo para Julius de Bryce Echenique, 1998) son novelas valiosas, modernas, enteras, entretenidas y consistentes, casi necesarias para entender cierta parte del Perú (el país de las nuevas lit-latam-celebs: Julio Villanueva Chang, Santiago Roncagliolo, Iván Thays, Daniel Alarcón y contando) y del tiempo que nos ha tocado vivir. Por otro lado, Los últimos días de la prensa (1996) y El huracán lleva tu nombre (2004), en los que no subrayé absolutamente nada, me han divertido como pocos y se han dejado leer bastante rápido y con placer. Entonces tal vez Bayly no sea un escritor, pero vaya que escribe y, más importante aún, escribe como un autor: un tipo interesado en marchar sobre su propio terreno hasta perforar el suelo y marchar hacia el infierno cagándose de la risa en el camino. Por eso, cuando me enteré que El cojo y el loco, su nueva novela, no era ni personal ni autorreferente, que el personaje principal no era un animador de televisión que odia la televisión y quisiera dedicarse sólo a escribir pero no tiene los huevos para que le falte la plata, me preocupé un poco. Ahora, después de leerla y disfrutarla, estoy más tranquilo.

Como todas las novelas de Bayly, El cojo y el loco tiene capítulos cortos y párrafos largos y en sus páginas siempre está pasando alguna cosa, para bien o para mal. El cojo es un chico de buena familia limeña cuya vida se ve truncada por una enfermedad que, a los ocho años, le resta ocho centímetros en una de sus piernas, convirtiéndolo en la impresentable vergüenza de la familia. Su cojera lo condena a vivir aparte, entre jardineros y empleadas que tampoco lo respetan mucho que digamos. Luego, para esconderlo de su país, lo mandan a Londres, y en el trayecto lo violan repetidas veces y lo llenan de ira y de semen y el cojo se vuelve una bestia salvaje, enceguecida por el resentimiento y dispuesta a matarnos a todos si nos atrevemos siquiera a mirarlo.

El loco, en cambio, nació peludo y feo, pero aventajado. Es algo así como el mejor amante que haya existido jamás en el Perú. El problema es que sólo le interesa el sexo y nada más que el sexo y ni siquiera le interesa una carrera en la pornografía así que, por proceso de eliminación, es un desadaptado, un inútil, un tipo al que su familia esconde en una hacienda y que cuando regresa a Lima se pierde, o se encuentra, en la marihuana. De ahí en adelante sólo le interesa fumar y nada más que fumar y poder borrarse de Lima y perderse en la selva de los incas, donde nadie le joda la vida ni le pida que consiga trabajo y sea productivo y gane algo de dinero para mantener a su esposa y a sus hijos. Porque sí, el loco está casado y esa familia es ciertamente una locura.

Una novela violenta, fuerte y dañada, que a través de sus dos personajes principales reduce al ser humano a la mínima expresión, quitándole toda la razón, sometiéndolo al poder de sus impulsos y condenándolo a la miseria y la tragedia. Una novela donde la alta sociedad de Lima queda mal parada y se estremece en sus propios excrementos detrás de una vitrina impecable y cristiana. Una novela de Jaime Bayly.







El cojo llegó a Londres con una lección aprendida y bien aprendida: el mundo se dividía entre quieres rompían el culo y quienes tenían el culo roto.

Tu culo es mío, pero te prohíbo que me toques o me beses. Si te enamoras de mí, te mato.

…la última noche le terminó en la boca para que se acordara siempre del sabor de su leche…

…pensaban en salir del colegio para casarse bien casadas con un guapo millonario que las mantuviera toda la vida y se la metiera de vez en cuando, eso era menos importante.

…eran dos palomillas que no llegarían a viejos porque se matarían a ciento ochenta en moto o jugando a los vaqueros disparándose en el campo agazapados entre las piedras o borrachos sometiéndose a la ruleta rusa o intoxicados de tanto tomar ron hasta quemarse el hígado, esa certeza de que morirían jóvenes porque no servían para nada era lo que los unía, el desprecio por la vida, por sus vidas, por las vidas de sus familias, a las que aborrecían y a las que a veces soñaban con matar a balazos, en un gigantesco baño de sangre en dos mansiones de San Isidro para luego dispararse a la vez, uno frente al otro, a la cuenta de tres, y salir al día siguiente en los periódicos y por fin ser alguien, hacer algo que los sacara de la mugrienta y confortable mediocridad de sus vidas de millonarios con putas y pistolas.

…lo más normal les parecía seguir culeando entre ellos, porque se amaban y amaban culear drogados mientras el inca los miraba agitándose la verga, dispuesto a apoderarse de la holandesa en cualquier momento, y eso, los celos humanos, los miserables celos humanos, fueron lo que destruyó el paraíso en el que se había convertido la casita del loco frente al río. Pasó lo que tenía que pasar: una noche oyó que estaban culeando, y le entró a patada limpia al holandés, y le dijo ¡NO!, ¡NO!, ¡NO!, y el holandés se retorció de dolor y se cubrió los genitales mientras el dios inca seguía repartiéndole patadas sin compasión, y entonces la holandesa salió en defensa de su novio y le entró a bofetadas al loco, y el loco se arrechó de verla así, tan fuera de sus cabales, y le metió un puñete en plena cara y la dejó tumbada, privada, inconsciente, y entonces procedió a meterle la pinga duro y parejo, mientras el holandés lloraba de dolor, hecho un ovillo, y cuando terminó con ella, el loco se paró, con la pinga todavía erguida y mojada, la holandesa ya recuperada del golpe y encantada con el culeo abusivo…

7 comentarios:

LadyV dijo...

A mi me gusta Jaime Bayly, no me encanta, pero me gusta. Me parece que sus libros son de lo más entretenidos y estoy de acuerdo en que casi siempre tienen partes autobiográficas. Lo único en lo que no estoy de acuerdo es que Yo amo a mi mami sea una continuación de Un mundo para Julius de ABE. Ese libro si me encanta y como escribe Bryce Echenique me fascina. Por lo demás, entiendo lo que se siente que te guste JB y tus panas traten de convencerte de lo contrario.

Un abrazo grande.

The T dijo...

He leido "No se lo digas a nadie" y es muy entretenido y autobiografico. En dicha novela se pinta un caracter muy real y creible. Cuando habla de politica aca en Miami a veces dice pendejada y media (apoyaba a los Republicanos...) pero es mucho mas cuerdo cuando habla de politica Sudamericana. Parece ser un libro interesante y capaz lo adquiero uno de estos ratos...

Anónimo dijo...

Qué piensan del Bayly en TV?

LadyV dijo...

Del Bayly en TV. Mmmm!!! Yo tengo una relación amor-odio con él. Normalmente me parece de lo más antipático en El Francotirador, pero tiene unos comentarios buenísimos y de lo más sarcásticos. Y por alguna razón que no comprendo, siempre me termino de ver todo el programa. Estoy de acuerdo con T con respecto a la política, estaba con los Republicanos (mala cosa), pero cuando entrevista a políticos latinos suele ser de lo más divertido.

Creo que es un imbécil adorable, sería mi conclusión

Anónimo dijo...

En sí, decir si me gusta Bayly o no está demás, ya que como tu has escrito cada uno es libre de apreciar y de creer lo que quieran sobre él y sus obras.
Lo que sí me parece genial, es encontrar espacios en el que aún se digan las cosas como son, al final Bayly y los que logran entenderlo consiguen haber aprendido todo.
Como tu, para comprar mis libros tuve que luchar en contra de gente q me lo prohibia.
Pero si Bayly puede escribir lo que sea y al final tener sentido, el comprar los libros tambien tendria sentido y si que lo tuvo.

Juan Fernando Andrade dijo...

LV,

totalmente d acuerdo.

TT,

Bayly siempre ha sido d derecha casi extrema. no estoy d acuerdo con eso d apoyar a los republicanos pero me divierto cuando lo escucho hablar d Correa, Chávez y compañía (aunque tampoco hay q tomarlo muy en serio) la verdad, prefiero el Bayly q entreista artistas, cantantes, etc. ese es el mejor.

A,

yo disfruto mucho los libros d Bayly, aunque claro, tienen su parte d placer culposo (tb disfruto esa parte, obvio). pero es mejor escritor q muchos q andan x ahí queriendo ser Borges.


saludos a todos

Diosaoasis dijo...

Hay niño terrible como Jaime Bayly ninguno la verdad me encanta como es tiene de todo un poco, alegre y querendon , pero sarcastico que eso hace que Jaime sea Jaime nadie como él, para deleitarnos siempre con lo que habla. Me encantó.