2.26.2010

Día de la independencia


Esta semana, el blog aquí presente cumplió dos años de vida. Ha pasado el tiempo, y también otras cosas, hartas cosas. Tal vez los años blog no sean como los años perro, pero se parecen, pasan rápido, mucho más cuando uno trata de mantener cierto ritmo, cierta disciplina. CB empezó porque yo ofrecí escribirlo y diario El Comercio ofreció financiarlo. Y así fue, hasta hoy. El blog no cierra sus puertas pero se vuelve indie, personal (¿alguna vez fue impersonal?, espero que no), quizás se vuelve más blog, pero no creo, solo cambia de formato, y ni tanto, la verdad. Sospecho que las entradas serán menos frecuentes, pero el feeling será el mismo: compartir con amigos las cosas que nos hacen felices.

Para diario El Comercio sólo tengo palabras de afecto y gratitud, fueron mucho más cumplidos que yo en nuestro trato y nunca, jamás, se metieron con el contenido de las entradas.

Aquí y ahora, termina un capítulo, no sé si el 1 o el 210, y tampoco importa. Solo volteo la página para saber cómo sigue esta historia. Por lo pronto, hay buenas noticias: HD llega a Gkill, una ciudad que me gusta mucho y en la que Miguel, me consta, ha hecho ya varios amigos (ya tiene más panas que yo y Castor debe estar buscando marido nuevo). El próximo miércoles, 3 de marzo, presento la novela en Diva Nicotina (Cerro Santa Ana, Esc. #10), el Café Habano en el que se formó la nueva escena músico-guayaca y que ha sido, varias veces, la casa de Los Pescados en el puerto. A las 20h00 estaré con Francisco Santana, el cronista urbano-rockero, hablando de la novela y también, claro, de la inmortalidad del cangrejo. Santana es una de las personas más honestas y críticas que he conocido en mi vida. Espero estar a la altura.



Diario Expreso, Guayaquil, 20/12/09. ‘Hablas demasiado’: libro sobre el amor y la juventud. Escrito por Alexander García Vizcaíno.


Exaltación de la derrota en un retrato generacional.


Con una prosa pop y desenfadada, como la realidad que reproduce, Juan Fernando Andrade hace una decente incursión en el género de la novela.


El amor es una larga fila, tú tocas el hombro a quien te da la espalda y detrás, alguien está tocando el tuyo. Nadie voltea, no sin reservas, como se desearía. Eso es lo que pasa en la relación Juliana-Miguel-Clara, personajes de la novela “Hablas demasiado”. Pero en la “ópera prima” del autor manabita Juan Fernando Andrade, la búsqueda del amor es la metáfora de otra más profunda. La de una generación de jóvenes a la que cada vez se le hace más difícil encontrar un significado a la vida.


Marihuana, clorhidrato de cocaína, cerveza, vodka y hasta caña manabita. Los jóvenes personajes de “Hablas demasiado”, parecen querer esnifarse el mundo, evadiendo constantemente su realidad.


“En esta vida todos ‘tenemos’ (...) que ‘ser’ alguien, está en el contrato, escrito con las letras chiquitas que nunca leemos y qué están ahí para estafarnos”. Miguel está a pocos días de graduarse de la Universidad, pero su vida es una mentira. Estudió finanzas para llevarle la corriente al padre, que le piensa heredar “el negocio”. Un día, a la salida de clases, se encuentra -recostada sobre su viejo Jeep- a la chica a la que ha deseado toda la carrera y con la que apenas ha cruzado palabra. Pero ella (Clara) está a punto de casarse. Comienza una extraña historia de amor, que Andrade logra hacer verosímil. También comienza un plan para tirar por la borda los años universitarios y los anhelos familiares.


Todo en un clima angustioso, con la prosa desenfadada que parafrasea cierta habla quiteña (abundan palabras como ¿cachas?, de ley y loco) y frases enteras en inglés, el lenguaje de “the beautiful people”, una gente que vive de marcas.


Miguel vive en la capital, pero es de Manabí. Habla en primera persona, desde un presente inmediato, su estilo irónico logra arrancar sonrisas. Pasajes pueden llegar a ser entrañables, incluso conmovedores sin caer en la cursilería.


El protagonista sufrirá la osadía de haber sustituido una mentira con otra. Al final, luego del desenlace temido, después de tantas dudas, frustraciones, borracheras, la novela alcanza un ritmo, un tono y una apacibilidad admirables. Miguel sigue siendo un perdedor, pero recuperó su dignidad; y tal vez, ya no lo sea tanto...

37 comentarios:

Sebastián Núñez dijo...

no cual sea la estrategia del diario pero lastima que el comercio deje de financiar el blog, como vos dices no creo que ahora vaya ser mas blog. lo que si se extrañara sera la frecuencia de los posts...

por lo de hd en guayakill felicidades.

y si cambias de direccion para el blog, avisa con tiempo para poder seguir el nuevo blog.

Manuel Arenas dijo...

Si hay un lugar en el que se te pueda leer, aunque con menos frecuencia, se hará.

Y en otro término, cada vez que leo una reseña de tu libro tengo más ganas de leerlo, pero acá en España imposilble encontrarlo. Espero ir este verano a Ecuador, a ver si para entonces lo puedo conseguir por ahí.

-José Antónimo- dijo...

Felicitaciones por el cumple, no sabía lo del Comercio pero felicitaciones también por haber tenido su apoyo, fijo que no es fácil conseguirlo.

Tu libro se ve bacán, al menos lo que se ha podido hojear en las librerías... lástima la chirez y no poder decir más.

Un saludo.

-JAD-

Kros dijo...

Que tal bro..........

Bueno espero que no desaparezcas (aunque creo que disfrutas mucho de la idea ja....)

Indie.......que envidia pana al menos lo lograste.....para algunos es un sueño......ojala algún día lo pueda ser yo, un indie en lo que me desenvuelvo........estamos en esas

Exitos en Gkill y estamos en contacto

Abrazo fraterno

KROS

Mi mail churoskrusty@hotmail.com

Anónimo dijo...

cobranos loco yo si pago por leer este blog!!!!

Anónimo dijo...

con el tráfico q tienes puedes hacer más que lo que te pagaba el comercio con publicidad no nos dejes!

Anónimo dijo...

No sé cómo di con el blog la verdad, pero me alegra mucho creer aún en las coincidencias que no son casualidades. Estamos el miércoles 3 en Diva...de hecho!
Ivette

Juan dijo...

JF,

Qué pena lo de tu blog... A mi me interesaría mucho seguir leyendolo. A finales de Abril regreso a Ecuador por unos meses, a ver si la cervecita sigue en pie. Avisa donde hay conciertos, donde se pueden hacer cosas chéveres...

Por otra parte, descubrí hace unos meses un grupo que se llama The Jon Spencer Blues Explosion, y viendo tu video me hizo un poco pensar a eso. Escuchalos (si es que no conoces, lo cual dudo).

Te dejo mi mail: juan_mileto@hotmail.com

Suerte,

Juan (de Francia)

Anónimo dijo...

Curioso. Hace una semana te leí por primera vez. Fue sobre tu tía Nancy, o así al menos me pareció al terminar el texto. Quise conocerla y escribí a alguien de Diners para obtener tu email (sorry por el tuteo, mas me enteré que tienes 28 así que no hay ofensa). Nada. Cero respuesta.
Y hoy, justo hoy, leí otro artículo tuyo. Uno de terror para adolescentes o jóvenes. Fue menos esperanzador -obviamente- con respecto al de la tía, pero me agradó más este. Fue más íntimo, me atrevería decir hasta caústico.
Y decidí nuevamente contactar a Dinediciones para mejor suerte.
¡Y vaya suerte! Apareces con todo y foto en la página 3 de una sección del Universe. ¡Vaya coincidencia! Y ahora, minutos antes, decido tipear tu nombre y ¡zas! apareces encabezando la lista de Google...
Y heme aquí escribiéndote como si fuéramos panas.
Y sí, me gustaría conversar contigo de manera virtualmente epistolar. Si no es que no te molesta, claro.
Un gusto.
Ps. ¿Por si acaso conoces también a Eduardo Varas? Es que ahora ando en la onda de forjar, moldear y dar respiración boca a boca a un sueño.
Suerte
George Sand (seimuss@yahoo.fr)

Cindy dijo...

me gusto esta resena de tu libro. Tiene caracter, como tu libro.

Sigo con pena que lo haya devorado y leido tan rapido!

un abrazo

La complexion viciosa dijo...

Tiene una pinta genial, esperemos que se pueda conseguir fácil en España aunque veo por los comentarios que está complicado. Una lástima.
Saludos cantábricos.

Unknown dijo...

Felicidades, pescado!
Mejor es no "hablar demasiado" sino leer.

"Lay down your thoughts, surrender to the void"

Miguel Antonio

Paul dijo...

Mira loco lo que posteó Andrés Calamaro en su blog:

"El cronista Juan Fernando Andrade se estrenó como novelista. En noviembre pasado presentó en la Feria del Libro, en Quito, su obra Hablas demasiado. El joven autor, amante del cine y el rock, ha cocinado una ópera prima vertiginosa sobre el universo adolescente.
En el texto hay una especie de cartografía musical y cinematográfica, ¿intencional?
Por supuesto. Uno no puede escoger a su familia y, a veces, ni siquiera puede elegir a sus amigos. Pero siempre puede decidir quiénes son sus héroes y, si son los correctos, tiene muchas probabilidades de salvarse. Miguel, el protagonista, tiene claro cuáles son los próceres de su patria chica, y esa es la moral que predica y camina. Además, quería hablar sobre la hermandad cósmica, la gente que está unida por sus gustos. Por ejemplo: es más probable conectar con un polaco que escucha The White Stripes que con un vecino que ama el reggaetón. A algunos les salva la vida la penicilina, otros hemos vuelto de la muerte con Andrés Calamaro."

Se ve que tomó la nota de algún lado, pero aparecer en el blog de Calamaro es algo de lo cual estar muy orgulloso.

Este es el link:
http://www.calamaro.com/ac/ac.asp

Está posteado el 27 de febrero.

Felicitaciones man!

Juan Fernando Andrade dijo...

personal,

gracias a todos, d verdad. este blog tiene muy buenos amigos, dentro y fuera del Ecuador. CB continúa. ya veremos cómo hacemos para acomodarlo.

para la gente q quiere la novela en España, pues no, no creo q la lleven, x lo menos no muy pronto. una pena. lo recomendable es pedírsela a alguien acá y q la envíen x correo o algo así.

vamo'ahí

abrazos

Anónimo dijo...

Hola Juan Fernando!
Un gustazo conocerte y super cómica la parte de que me reconocieras del blog! hahhaha ya vez tienes tus groupies! que sigan los éxitos, ya estoy de vuelta en Quito y avisa si hay más movidas literarias, no literarias o charlas a lo Seinfeld por aquí :-)
Lo que sí yo me estoy llevando a Perú unos 3 ejemplares ;-)

Beso!
Ivette

Anónimo dijo...

Q tal me encontre tu libro hojeando me pa parecio interesante lo compré y me lo lei en una semana excelente libro felicitaciones!!

Juan Fernando Andrade dijo...

Anónimo,

un honor q lo hayas disfrutado. gracias x la buena onda.

Pasaguay dijo...

Gente, esta es la entrada en la que publicaremos los comentarios sobre "Hablas demasiado". Saludos.

cristina hidalgo dijo...

“Hablas Demasiado” es un libro que desde el primer momento que lo tuve en mis manos llamó mi atención. Primero fue la portada y luego la historia que se cuenta. Este libro me hizo querer seguir leyéndolo y me hizo meterme en la historia que contaba. Me imaginaba los personajes y las historias que estos vivían.

Muchas personas criticaron éste libro, y hay muchas de ellas con las que no concuerdo, pero sí respeto; cada uno tiene su opinión y su criterio. Yo creo que una de las razones por las cuales este libro me gustó tanto, fue porque era de fácil lectura y muchos de los sucesos eran interesantes. Me gustó mucho como se representaba a Miguel y esta relación que tenía con sus padres de niño engreído, pero que quería demostrar lo contrario. Digo engreído porque a pesar de que vivía solo, él hacia lo que quería. Cada vez que tenía un problema a los que pedía ayuda eran sus padres, estos son los que le pagaban todo: universidad, departamento, carro, comida, etc. Me gustaba ver como interactuaban los tres, porque muchas veces los padres trataban de imponerse, Miguel no quería hacerles caso y éste se sentía frustrado ocasionalmente.

El idioma que utilizó Juan Fernando Andrade en libro me encantó, porque era diferente a lo que yo había leído siempre. Me sentí identificada a la hora de leer los diálogos, ya que hablaba como un joven ecuatoriano de una edad cercana a la mía, y utilizaba este idioma mezclado en español, con ciertas frases o palabras en inglés, que es por lo general como yo hablo. Me pareció buena la idea de meter canciones en el libro, ya que lo hacía ver como si fuera de manera espontánea, es decir ocurría una situación y él la relacionaba con una parte o con el nombre de alguna canción, que es también lo que suelo hacer con hechos de mi vida.

Para concluir, como ya lo dije con anterioridad, para mí gusto es una muy buena novela, que tienen personajes interesantes y las maneras de expresar los diálogos fue una de las cosas que más me gustó y me identificó.

Cristina Hidalgo

krystel Jara Arzube dijo...

“¡Qué buena novela!”. Diría esto de la primera novela de Juan Fernando Andrade, “Hablas demasiado”, publicada por la editorial Alfaguara.

Desde la primera carilla de este libro supe que me iba a encantar y, de hecho, así fue. Con sólo fijarme en la portada, mi atención cayó sobre este libro que me atrajo tanto. No soy una gran lectora de novelas porque no me llaman la atención, peor de poesía. Pero, “Hablas demasiado” me cautivó. Es la primera novela que he leído que ha llenado casi todas mis expectativas; tal vez fue por su manera de ser contada o su lenguaje, que me resultaba tan familiar y fácil de entender. Sin embargo no diré que me engancha solo por el lenguaje fácil (aunque esto ya es suficiente), sino que es redactada en un registro muy cotidiano, o de lectura rápida, lo cual para mí es perfecto. Juan Fernando la cuenta con tanta naturalidad que siento que estoy dentro, que me aferré mucho a esta novela desde que me comencé a meter en los personajes, a vivir, a sentir y pensar como ellos.

Francamente no podía soltar el libro. Literalmente, era como si algo me estuviera atormentando para que siguiera leyendo y que vire la página para descubrir qué más seguía.
Es un poco inexplicable para mí, comprender por qué me gusta tanto, creo que llegué a la conclusión de que ésta fascinación que le tengo al libro, es por el simple hecho de que no es el “típico” libro que te obligan a leer, el cual, está lleno de oraciones que riman, y de palabras rebuscadas. Al contrario, es una novela que se podría decir que la encuentras en tu vida, está presente en la vida de un hombre o una mujer de 18 a 28 años, con la que te puedes relacionar con ella.

Finalmente, quisiera confesar que desearía que Juan Fernando escriba una novela parecida o también que tome en cuenta la idea de hacer su novela “Hablas Demasiado” una película.


Liceo Los Andes
Sexto curso

Paulina Dávila dijo...

A penas vi la portada del libro sentí que me iba a gustar. Comparándolo con los otros libros que leo en el colegio, ninguno me llamó tanto la atención como este y fue con el único que sentí ansias de ya querer leerlo. “Hablas demasiado”, comenzando por el título, se ve que es un texto de fácil lectura y lo comprobé al empezar a leerlo. El lenguaje utilizado me pareció familiar, aunque debo admitir que al principio pensé: “cómo es posible que usen ese vocabulario en literatura” ya que casi siempre es más formal y serio pero eso me hizo encontrarle un punto más a su favor para continuar la lectura.
Este libro llevó a muchos de nosotros a tener discusiones o conversaciones ya sean fuera de la clase de Literatura, algo que nunca antes había pasado. Veíamos a personas que no les gusta leer libros, sentadas en el patio en la hora de Educación Física leyendo en vez de aprenderse el baile para las olimpiadas. Creo que captó la atención de muchos pero a la vez la oposición de otros al decir que era un libro que los dejaba en la nada, que no encontraban algo más allá de lo leído.

Para mí este libro fue una experiencia totalmente diferente a lo que hemos leído anteriormente (literatura clásica en la cual tenemos que analizar casi cada frase).
Me sentí totalmente identificada con él porque creo que de alguna manera supo, con el lenguaje y la trama de la historia, llegar a los jóvenes, sea ese o no su grupo objetivo. La cotidianidad que presenta la historia hace que por algún motivo me llegue a sentir parte de ella, ya que hay algunas situaciones que me parecen tan reales como si estuviera contando la vida de algún joven de mi entorno. Yo te felicito Juan Fernando Andrade, que a pesar de las críticas constructivas o no, has llegado a saber manejarlas con humor; creo que publicar una novela es un riesgo y deberíamos rescatar el hecho de que lo hiciste y con una importante editorial como Alfaguara.

Juan Francisco Nebel dijo...

Juan Fernando, estoy asignado a hacerte una crítica, mejor dicho un comentario, sobre tu primer libro. En los últimos días hemos hablado mucho sobre tu texto. Quiero decirte que en lo personal a mi me gustó tu obra. Mucha gente en la clase aunque no te lo digan lo “rayaban”. Sin embargo, me gusta, pero no por los motivos que tú hubieses querido comunicar. Esa es mi percepción.
Te lo dije en persona y ahora por escrito, me gustó tu libro porque fue un escape a la literatura densa a la que he estado sometido en 6to y 5to sociales. Estaba feliz de leer algo que se comunicara de manera directa, de una manera en la que me comunico yo. Por primera vez, en cuatro años, quería avanzar de página por voluntad propia y no por pura y legítima obligación.
Sin embargo tu libro me dejó un sabor más como literatura de entretenimiento, no literatura artística. Opino que querías hacer un libro identificable contigo, con nosotros. Un texto entretenido y a la vez artístico. Si ese fue tu objetivo, lo cual solo supongo a base de nuestra entrevista contigo, fallaste. Necesité de la clase para que tu obra me deje reflexionando sobre algo, para que este me integre como ser humano en su historia. Sin la clase de mi profesora (en la cual nos costó ver el sentido artístico del libro) no lo hubiese hecho solo.
Lo sé, soy sólo un alumno de 6to sociales del Liceo Los Andes, pero si he estado en contacto con arte que me hace pensar y me integra con ser humano, que es bello y no bonito. Tu libro no pertenece a este grupo. No por su lenguaje, no por sus factores. Sino por la estructura que tiene. Observo el cliché de la mujer que se muere por el que “no le para bola”, el cliché del hombre que se parte la espalda por la mujer que “no le da ni un beso en la mejilla”. El niño terror es una especie de simbolismo, una especie de representación de lo malo y la podredumbre pero “en esteroides” , es demasiado exagerado y por eso siento un formato comercial en tu libro.
Como crítica creo que debes desprenderte de tus personajes, no necesariamente acabar con ellos en las historias, pero si ser capaz de hacerlo. No dejes que tus sentimientos nublen tu objetivo de comunicar una crítica o punto de vista.
En fin, es bueno para un primer libro, seguramente odias que te digan sólo eso, pero es la verdad. Creo que tienes potencial y espero leer más sobre ti.


Saludos.

Anónimo dijo...

La novela Hablas demasiado es un libro donde Miguel, el personaje principal, trata de encontrarse a sí mismo por medio de Clara, la música, y tantas cosas que son confusas. No sé a qué llegar si a una “realidad” de cualquier persona, si buscaba el amor y ser feliz, si era un ser común y corriente que no tenía nada que hacer. En el libro pone clásicos, canciones que se “relacionan” con temas que toca el libro, pero no, es como si de las letras de las canciones hubiese hecho algo escrito y puesto en libro o simplemente a partir de estas crear historias, por ejemplo You talk way too much, es decir, ¿acaso por esto que sacó el título de su libro? La canción es sobre alguien que no sabe qué hacer o las decisiones por tomar, tal como Miguel, entonces ¿Juan Fernando toma canciones y las pone en un libro por las historitas que crea a partir de ellas? Es muy confuso responder supongo, pues además parece una novela hecha por experiencias del autor, valga recalcar que Miguel y el autor nacieron en el mismo lugar por eso cómo no pensar que esta novela no es simplemente la vida de él y también parece el lado mediocre de Juan Fernando hecho novela.

Esta novela no es más que de entretenimiento, más aún para los ecuatorianos pues el vocabulario es muy familiar para ellos y es por eso es que muchas personas lo leyeron en menos de un día, no por la buena historia porque hay libros complejos que se leen rápido pero es diferente ya que “hablas demasiado” entonces se quiere saber qué va a seguir pasando después y al final no pasa nada, queda Miguel tirando todo a la basura y trabaja en bar, en cambio otros libros es por otra razón no por el hecho de que sea fácil su lectura.

Este libro tiene un tráiler ¿a qué fin quería llegar? Es decir ¿qué esperaba Juan Fernando, que la gente del cine corra a comprar el libro? Si ese era su meta se equivocó porque un libro no se puede promocionar de esta manera. Para empezar hay que dejar el lector cree los personajes y al ver un tráiler ya no queda más que imaginártelo tal cual lo vemos y le quita la emoción aparte da a entender como si la novela girara entorno Clara y él pero no, entonces las personas que la compraron por ver este tráiler, lo más seguro es que se hayan decepcionado.

Aunque este libro lo leí con mucha facilidad y me entretuvo, no quiere decir que haya sido bueno. Puede ser otro tipo de literatura pero no el de mi gusto. A muchas personas les encantó, hasta a personas que no le gustaba la lectura, entonces algo bueno si debe tener el libro pero yo no puedo encontrarlo.

Anónimo dijo...

Benjamín
Hablas demasiado, y la verdad no te callas. Pero no es tu culpa. Miguel, habla, habla y habla. Pero todo tiene una razón. Muchas personas dicen que no es literatura, por no mostrar nada, poniendo como ejemplo literatura clásica. Comparación injusta. Tu primera novela, una “novatada”, en el buen sentido, contra unos dioses literatos. Uno contra muchos. La nada contra el todo.
Yo no soy nadie. No soy un literato. Apenas un lector frustrado. Mis bases son básicas. Y no tengo derecho de ponerme por encima de tu obra y menos aún de tí. Querías llegar a un público no lector. Lo hiciste. Siempre van haber mejores, pero cumpliste con tu objetivo. Es una obra fácil de leer y de entender, para que las personas sin bases sobre la literatura, puedan disfrutarlo y ver el lado ligero de la literatura.
Muchos dicen que hablas demasiado y no dices nada. Cada minúscula cosa, es un soporte de otra o tiene aunque sea una ligera razón de ser. Vemos en tu novela la búsqueda inconsciente de Miguel. Una persona “sin identidad” cual soporte son sus padres. El que llena el hueco, de un vacio, momentáneamente es el Niño terror, con los vicios que ofrece. El compañero dentro del vacío, Castor. La que llena el sentido de haber encontrado algo más, es Clara. Y cuando quería sentir una supuesta identidad, la iba la buscaba donde Juliana. Son diversas formas para llenar ese vacío y el seguir ahí “estancado”, es muestra de una búsqueda y un cuestionamiento, ¿esto es? Y ¿habrá algo más?
El final muestra una ligera sabiduría para rescatar lo que para él es la hombría y la madurez. Se desprende de todo lo que dependía para sentirse lleno, y comienza desde cero para empezar a buscar, lo que para él significa estar lleno.

Viviana Gómez dijo...

Lo primero que me llamó la atención de “Hablas demasiado” fue la portada, la cual me parece adecuada ya que da inicio a una historia que seguramente leerán no solo a jóvenes, sino también no-lectores de todas las edades, quienes al terminarlo puedan dar inicio a otros libros.
Me parece excelente que se haya usado un lenguaje coloquial, porque da paso a los lectores a que se involucren más con la obra y de alguna manera se sientan identificados, sea por esto, o en sí con los personajes que se asimilan a los de la vida real. Esto fue algo que me “enganchó” desde el principio, pues no tenía que leer más sobre personajes que para mí no tienen sentido, ya que no logro relacionarlos con nada en particular.
Es un texto fácil que se puede leer en cualquier lugar y momento. Yo no soy una lectora frecuente, generalmente no termino de leer los libros que empiezo, sin embargo, éste lo leí rápido y lo disfruté. Me gustó la manera en que se manejó la relación entre el protagonista y Clara; ellos no encontraban un sitio cómodo en el mundo, por lo que el unirse les generaba una sensación de escape a todos sus problemas. La relación provoca intriga, ya que nunca fue estable, sin embargo perduraba un sentimiento de amor entre los dos, que asimismo mantiene alerta al lector. A pesar de que esta situación es muy interesante, creo que la historia se centra mucho en ellos, y que la mayoría de los que la leen se frustran al no encontrar un mensaje al final.
El libro deja personajes que desaparecen de repente y situaciones abiertas, sin embargo lo considero irrelevante, ya que más que un mensaje, lo que el autor quiso fue que los lectores se interesen más por la literatura, y lo logró, al menos en mi caso sí.


Saludos!

Christian Díaz Durán dijo...

Al empezar a leer “Hablas Demasiado”, podemos pensar en una lectura ligera, de corrido, que sirve de invitación a aquellos lectores que no son asiduos a la literatura. Y se puede pensar que ese es el único propósito del libro después de leerlo, porque la gente se queda con el discurso superficial: una historia de amor, como muchas, de un joven que, también como muchos, se siente cansado del ambiente en el que ha crecido.
Pero siempre es importante entender una obra (de cualquier tipo) como un discurso, como una complejidad de elementos que necesita un segundo vistazo, ser inspeccionado y releído. Todo esto con la finalidad de encontrar los aspectos, las profundidades que se nos escapan, más allá de una historia endeble y apagada. El amor, el trabajo, el dinero, y las relaciones interpersonales nos dan paso a un sinnúmero de discusiones acerca de la sociedad en la que vivimos; sobre todo si tomamos en consideración un libro que narra una historia contemporánea, actual y fehaciente, como lo es “Hablas Demasiado”.
El error está en sentir que es una obra que sólo está publicada para ser un referente de discordia: entre la forma que se ha escrito en nuestro país hasta ahora y la nueva línea de literatura que se quiere manejar. Indudablemente, también podemos tomarla como una carta de presentación al estilo de su autor; con un hilo conductor que parece decir poco (la historia de un joven con una relación amorosa irregular y una perenne postura contraria a la de sus padres). De verdad, habla mucho de cómo la gente interactúa con lo que está preestablecido en la sociedad. La familia, el éxito laboral, las relaciones y las estructuras de las que somos parte dentro de nuestra realidad nacional.
Creo además que el éxito de una primera novela no está predeterminado, más bien hay un margen (y una expectativa) de fracaso más alta que el éxito que se le puede augurar a la obra. Entonces lo que un autor debe contemplar como “el éxito de su primera novela” son los aprendizajes que puede tomar de los errores para utilizarlos en su segundo y próximos trabajos.
La gente opina, rechaza o aclama un esfuerzo de alguien por respaldar su punto de vista acerca de un tema o una realidad. Para un buen escritor deben ser más importantes los argumentos de todas las opiniones, antes que perderse en la ferocidad o el entusiasmo de las primeras palabras expresadas sin fundamentos. Corregirse a partir de lo que se ha aprendido; escribir un texto a partir de las enseñanzas obtenidas, y volver a cautivar a los lectores que encontraron en “Hablas Demasiado”, una postura más profunda que una simple historia de amor.

Anónimo dijo...

los comentarios hablan demasiado

STEPHANIE dijo...

He leído tu libro y en general me parece una buena novela. Sin embargo a tiene sus aspectos positivos y negativos. En primer lugar, rescataría el hecho de que se cuenta una historia que a pesar de ser única contiene muchos elementos que se encuentran en la vida cotidiana, especialmente de un adolescente. Me parece que este detalle es excelente, pues los jóvenes se familiarizan con la novela; es fácil identificarse aunque sea con un personaje o con alguna característica o actitud de alguno de ellos.

Así mismo puede gustar mucho a un público más adulto, pues ayuda a comprender las actitudes adolescentes o por lo menos a entender que esta actitud “rebelde” que se muestra en conjunto de las nuevas generaciones, me refiero a que los personajes muestran un poco más de la realidad ya que no son basados en un anhelo de perfección.

También la forma en que se describen los pensamientos del personaje para luego verlos desenvolverse de otra manera, me parecen muy bueno. Muestra de cierta forma cómo las personas, en este caso no solamente los jóvenes, actúan de cierta forma aunque piensen lo contrario. Puede ayudar a los lectores a sentirse identificados, pues narra la historia desde una perspectiva donde muestra cómo funciona la mente humana y cómo reaccionamos los seres humanos y nos enfrentamos al mundo, siempre cuidando lo que hacemos y decimos sin revelar lo que pasa por nuestras mentes.

Sin embargo así como es una buena novela también puedo encontrar ciertos aspectos negativos. Me parece que contiene muchos elementos que quizá puedan ser justificados, sin embargo puede dificultarse al lector encontrar una razón para estos símbolos y dejarlo con la sensación de que quedó un vacío en la historia.

Es un libro que abarca muchos significados y elementos de la vida cotidiana que se pueden encontrar también en muchas películas, series o libros contemporáneos; sin embargo presenta un poco más de realidad y semejanza con el lado psicológico de las actitudes humanas.

J Illingworth dijo...

Hablas Demasiado de Juan Fernando Andrade fue una obra que contrastó con los previos libros leídos en mi clase de literatura contemporánea, que usualmente han sido de autores más reconocidos por su forma de escribir más compleja. Por eso no pude evitar comparar el libro de Juan Fernando Andrade con otros que incluyen muchos simbolismos que te dificultan la lectura haciendo que debamos analizar bastante y los cuales no son posibles leerlos de forma rápida.

La obra me pareció bastante buena ya que la forma de hablar, de ser y hasta de pensar de Miguel me hicieron muy fácil relacionarme con él. Esa forma de mezclar el inglés con el español al hablar es algo que sucede comúnmente entre los jóvenes que conozco, y el modo de relacionar lo que nos ocurre en el día a día mediante canciones también. Por ese motivo la novela me gustó pienso que la gente le va a dar la misma acogida.

Lo que no me agrado fue la forma que Juan Fernando Andrade quiso promocionar su libro. La idea de hacer el tráiler de un libro nunca me ha gustado, y los que he visto siempre me han dejado con una mala perspectiva del texto. No entiendo por qué tratan de plasmar en imágenes lo que ellos describieron con sus palabras para que su lector se lo imagine, y el mismo construya la situación, si así corren el riesgo de tirar abajo lo que sus lectores crearon de su libro. Hasta ahora no he visto ningún tráiler que logre captar todo el sentido de un libro, y el de Hablas Demasiado no fue la excepción. Siento que solo fue una forma de comercializar el libro, tocando el tema de la relación de Miguel y Clara, la relación amorosa de la novela, presentándola como si fuera de eso todo lo que trata el libro, sin presentar el conflicto con el niño terror, a Juliana o el problema de Miguel con sus papás.

Así que, si pasamos el hecho del tráiler por alto, siento que el libro es muy interesante y logra captar la atención de su lector con sus diferentes conflictos y personajes.

Johanna Illingworth

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
MirellaMosquera dijo...

La novela Hablas demasiado es un libro donde Miguel, el personaje principal, trata de encontrarse a sí mismo por medio de Clara, la música, y tantas cosas que son confusas. No sé a qué llegar si a una “realidad” de cualquier persona, si buscaba el amor y ser feliz, si era un ser común y corriente que no tenía nada que hacer. En el libro pone clásicos, canciones que se “relacionan” con temas que toca el libro, pero no, es como si de las letras de las canciones hubiese hecho algo escrito y puesto en libro o simplemente a partir de estas crear historias, por ejemplo You talk way too much, es decir, ¿acaso por esto que sacó el título de su libro? La canción es sobre alguien que no sabe qué hacer o las decisiones por tomar, tal como Miguel, entonces ¿Juan Fernando toma canciones y las pone en un libro por las historitas que crea a partir de ellas? Es muy confuso responder supongo, pues además parece una novela hecha por experiencias del autor, valga recalcar que Miguel y el autor nacieron en el mismo lugar por eso cómo no pensar que esta novela no es simplemente la vida de él y también parece el lado mediocre de Juan Fernando hecho novela.
Esta novela no es más que de entretenimiento, más aún para los ecuatorianos pues el vocabulario es muy familiar para ellos y es por eso es que muchas personas lo leyeron en menos de un día, no por la buena historia porque hay libros complejos que se leen rápido pero es diferente ya que “hablas demasiado” entonces se quiere saber qué va a seguir pasando después y al final no pasa nada, queda Miguel tirando todo a la basura y trabaja en bar, en cambio otros libros es por otra razón no por el hecho de que sea fácil su lectura.
Este libro tiene un tráiler ¿a qué fin quería llegar? Es decir ¿qué esperaba Juan Fernando, que la gente del cine corra a comprar el libro? Si ese era su meta se equivocó porque un libro no se puede promocionar de esta manera. Para empezar hay que dejar el lector cree los personajes y al ver un tráiler ya no queda más que imaginártelo tal cual lo vemos y le quita la emoción aparte da a entender como si la novela girara entorno Clara y él pero no, entonces las personas que la compraron por ver este tráiler, lo más seguro es que se hayan decepcionado.
Aunque este libro lo leí con mucha facilidad y me entretuvo, no quiere decir que haya sido bueno. Puede ser otro tipo de literatura pero no el de mi gusto. A muchas personas les encantó, hasta a personas que no le gustaba la lectura, entonces algo bueno si debe tener el libro pero yo no puedo encontrarlo.

José Echeverría Gómez dijo...

Comparé Hablas Demasiado con mis lecturas anteriores y a una específica que realizaba simultáneamente. Dejé Hablas Demasiado sobre el velador a las casi treinta páginas para invertir propiamente mi tiempo, y no malgastarlo como lo califiqué hasta entonces: considero pues, que una lectura como la que me brindaba esta novela de sexo, drogas, música, y cine (recursos ya prostituidos) no lograba más que intentar entretener al lector. Entretener burdamente, gastar tiempo en el limbo ilógico de un libro, escapar adolescentemente (tanto referido al adolescente como al adolecer), y huir rebeldemente.
Que se critique al padre, que se emborrachen los <>, que <> los amigos, que se droguen escondidos, pareciera querer complacer al público, un método mercantil no distinto de las propagandas playeras de la cerveza Pilsener o del morbo intenso del diario “Extra”. Esta idea se resolvió cuando todos los eventos se habían dado -la idea de una novela amarillista-, sumando un método que se repite en la televisión adolecente: drama de amor y de familia, rebeldía desenfrenada, la desviación de la juventud. Y puntualizo otra idea: el valor social de la obra. ¿Qué repercusiones creen que podrían tener un joven que siga idénticamente el prototipo de Miguel? No hay una crítica social valida, o denuncia sustentada de algún personaje o situación, lo único que fomenta es el parricidio desaforado y excluyente, la negación de los predecesores, una especie de neo-descartismo sin causa.
Cuestiono ferozmente el valor literario de la obra. Creo y defiendo que la literatura debe embellecer el lenguaje; no hablo del recurso de palabras bellas, sino de la estructura del discurso, de la cadencia del relato, y Hablas Demasiado me dejó en primera instancia el sabor de una plática juvenil banal. Pero ahora pregunto: ¿es el texto autobiográfico y auto psicológico o es un intento por representar e imitar a la nueva juventud? Porque en el segundo caso, rescataría el trabajo del autor por transportarse a otra situación. Y salvo únicamente un par de diálogos que me dan la impresión de que la obra pretende exponer las nuevas estructuras (cuando Miguel habla con la niña y le dice que los novios son para que les compren cosas, y cuando Juliana le dice que le sale más económico y divertido tener novio). Pero permanece y prevalece mi primer juicio: “Hablas demasiado” pareciera “innovar” el campo del entretenimiento vulgar.

Andrea Cortez dijo...

Cabe mencionar que el juicio que formé después de leer este texto se basa primero que nada en una personalidad con cierto tinte misántropo y anti generacional que poseo; segundo, en mis gustos literarios particulares: prefiero textos con lenguaje e historia más exigentes. Además de que para mí, tanto la literatura, como todo lo catalogado como “actual”, siempre me ha causado desconfianza por la facilidad de consagración artística que existe hoy en día basada en lo estrictamente comercial.
Antes de leer la novela de Juan Fernando Andrade, fui formando una perspectiva no del todo buena acerca de ella y tal vez tampoco del todo justa, pero culpo al prejuicio acerca del producto ecuatoriano que lamentablemente yace en nuestra cultura. Empezaré primero por la portada: esta imagen de “lolita” contemporánea plasmada como cara del libro, me dio la impresión inmediata de “esto es ecuatoriano”, me pareció que la novela estaría basada en el culto adolescente y sus características fofas. Lo único que lo rescató en mi mente fue el hecho de que lo leeríamos en el contexto de una clase de Literatura, así que no podría tener esas características, Sin embargo, de ahí realmente la portada y sus factores “juveniles” no fue algo que me enganchara o comprendiera.
Después, aún sin leer la obra, me fue mostrado un tráiler del libro, el cual presentaba a un hombre deprimido y una historia de amor. Segundo factor que tampoco ayudó a la imagen previa que ya tenía del libro, a pesar de que fue un intento de rayar en originalidad, sentí que se estaba vendiendo a la literatura como un producto comercial y me pareció un tanto desesperado atraer lectores con este recurso.
Consiguientemente, me di la oportunidad de leer Hablas Demasiado días previos al conversatorio que tuve con el autor de la obra, cometiendo el grave error de ya haber escuchado previamente el comentario general de mis compañeros, lo cual debo admitir que influyó bastante en mi sentimiento hacia la obra, sorprendentemente aún más que el tráiler y su portada. Los constantes “me encanto leer algo donde no tenía que pensar, tan solo reírme” o el disfrute del uso del lenguaje vulgar dentro de la obra más que de su trama, personajes o simbolismo, me llevo a crear esta imagen aún más generacional en torno al libro y comencé a leerlo con la llamada “mala gana”.
Esa mañana termine mi lectura rápidamente y mi impresión final de la obra fue que realmente hablaba demasiado, tanto, que dejaba mucho en el aire. Sentí que después del tiempo que le dedique a la obra, la misma me quedo debiendo algo. Los personajes, especialmente Miguel, y los desenlaces de los mismos, me pareció que cayeron en lo cliché, me dieron algo de cierto modo ya antes visto en televisión, me dieron la caminada triunfal del personaje que decidió comenzar una nueva vida, me dieron el “american dream”, etc. etc.
Los diálogos también fueron difíciles de digerir, sentí que las conversaciones entre los personajes eran a veces irrelevantes y posiblemente hasta editables. Lamentablemente, y a pesar de que me siento culpable por ello, a penas terminé de leer, no pude evitar pensar en esta nueva tendencia de “post-autonomía literaria”, en la que las cosas simplemente son y no te da opción a escoger de donde juzgar.
A pesar de que mi crítica acerca de esta novela haya principalmente caído en comentarios negativos, o el menos eso siento yo, también hay una contraparte, debo reconocer el hecho de que publicar una obra en el mercado ecuatoriano y exponerlo a las críticas, es un acto de valentía y merito. También está el hecho de que la obra pertenece a una editorial de renombre, que es Alfaguara, y esto representa cierto reconocimiento y posición.

Anónimo dijo...

XD jUAn FeRnAnDo AnDrAdE -__-
HaBlAs bAStanTitoOo aah!

Melissa Andrade dijo...

Al recibir los libros del colegio, la portada de “Hablas demasiado” fue la que captó mi atención. Me detuve a ver el nombre del autor y luego, cuando vi que era de aquí, pensé inmediatamente que era sobre el mundo de los jóvenes en el cual se habla del amor, sexo, alcohol, drogas, familia, etc.
Antes de leerlo me imaginé que era un libro complejo al igual que el resto que he leído por obligación en el colegio. Nunca me ha gustado leer, pero siempre me han dicho que llegará algún libro que te haga despertar el gusto por la lectura. No sé si este sea el que lo haya hecho, porque no he vuelto a leer otro. Luego de este vendrá “El guardián en el centeno” y mis compañeros me dicen que si me gustó “Hablas demasiado”, éste me va a gustar más. Pero no lo sé aún. Sólo estoy segura de que si la línea presentada en el primer libro aparece en el segundo, seguramente lo disfrutaré.
Lo que más me gustó de esta novela es la forma en la que el personaje principal, Miguel, narra la historia, los hechos y los personajes, en especial Castor. Me encantó su personaje, su sentido del humor, su sarcasmo y el lenguaje que utiliza me parece que es un personaje con el cual yo me pasaría riendo (de hecho pasó mientras leía la novela).
Fue un texto cuyo título fue adecuado, porque según mi punto de vista, los jóvenes se preguntan tanto, pasan teniendo dudas, preguntas, reacciones con las cuales me doy cuenta que no soy la única que piensa o hace cosas así.
De todos los libros, éste es con el cual me hubiera empezado a gustar leer porque creo que no es muy complejo ni profundo como los textos que leí anteriormente y mientras leía, no encontraba muchos símbolos o representaciones y a pesar de retroceder para ver si encontraba algo, el resultado era el mismo. No creo que un libro de literatura ligera, “light”, deba ser considerado como una mala literatura, porque aquello que levanta al cuasi lector de un letargo falto de literatura y lo envuelve en las páginas de las obras, es lo que le antecede el valor a una novela, cuento, poema, etc. Ha sido el único que me ha entretenido y el cual me ha dado ganas de decir “quiero leer”.

Melissa Andrade F.

MI nombre no importa dijo...

El ambiente se vuelve una sola voz. Transparente mirada, la mía.
-El colegio, no es malo. En ese aburrimiento, cuando todos estan por su lado, viendo sus hojas, la pizarra, a la profesora, al compañero de a lado. Conversan, hablan por telefono a "escondidas", dibujan y escriben.
-Yo me encuentro y veo algo que nadie no ve.
-me veo a mi.

Pasaguay dijo...

Ahí están. Como ves, hay variedad de opiniones. Tú sabrás darles buen uso a todas, hasta a las que parecen más injustas. Supongo, como ellos dicen, que es parte de atreverse a publicar. Gracias por haber cedido este espacio para que siguiéramos compartiendo sobre tu novela. Gracias, como profesora, por haber suscitado todo este apasionamiento con tu obra. Soy yo quien te envidia.
Un abrazo, Juan Fernando.