A MERCED DE LA NATURALEZA: Martes 6 de julio, 08h01. Hoy despertamos en Guaranda, provincia de Bolívar. Vinimos hasta acá para rodar una escena en la que Blanquito se enfrenta por primera vez en su vida al páramo ecuatoriano. Y qué mejor que el Chimborazo cubierto de nieve.
08h34 Recorremos la carretera hasta encontrar un espacio en el que se pueda ver al Chimborazo en pleno. Lo encontramos, bajamos, montamos la cámara, vestimos a los actores y los microfoneámos, hasta hacemos un pequeño ensayo. Cuando estamos listos para grabar, las nubes se encargan de cubrir el cuadro. Mierda.
08h34 Recorremos la carretera hasta encontrar un espacio en el que se pueda ver al Chimborazo en pleno. Lo encontramos, bajamos, montamos la cámara, vestimos a los actores y los microfoneámos, hasta hacemos un pequeño ensayo. Cuando estamos listos para grabar, las nubes se encargan de cubrir el cuadro. Mierda.
11h16 Cansados de esperar al famoso nevado, decidimos avanzar con otra escena en la que el convertible rompe la niebla del páramo. Lorna, Blanquito y Fabrico van el auto, el equipo de fotografía y sonido rueda en paralelo sobre la Ramboteca, una Ford modelo 86 que nuestro gran equipo de Grip adecuó para el rodaje.
13h20 No podemos esperar más, hace dos horas que debíamos salir hacia Quito y seguimos colgados y muertos de frío. La única solución es replantear la escena usando lo que tenemos a la mano: niebla espesa, vicuñas y páramo. Plano abierto de la carretera, hay tanta neblina que no se sabe si el camino sigue o termina en un barranco. De pronto, el convertible negro sale de la nada con las luces encendidas. Blanquito le pide a Fabricio que pare, se estacionan a un lado del camino. Blanquito baja, camina hacia el maletero, abre su maleta y se pone todas las camisetas que encuentra, una sobre otra. Empieza a caminar. Por un momento se pierde entre la niebla…
13h20 No podemos esperar más, hace dos horas que debíamos salir hacia Quito y seguimos colgados y muertos de frío. La única solución es replantear la escena usando lo que tenemos a la mano: niebla espesa, vicuñas y páramo. Plano abierto de la carretera, hay tanta neblina que no se sabe si el camino sigue o termina en un barranco. De pronto, el convertible negro sale de la nada con las luces encendidas. Blanquito le pide a Fabricio que pare, se estacionan a un lado del camino. Blanquito baja, camina hacia el maletero, abre su maleta y se pone todas las camisetas que encuentra, una sobre otra. Empieza a caminar. Por un momento se pierde entre la niebla…
GRANIZO DE VERANO: Sábado 10 de julio, 12h42. Hace dos días que grabamos en Quito. Hoy estamos en un complejo habitacional en el extremo sur del barrio La Vicentina, donde encontramos una casa que le hace justicia a Lorna.
14h27 La de hoy es una escena bastante complicada: exterior-interior-exterior, diálogo largo, acciones en espacio reducido y todo en plano secuencia. Además, esta escena es prácticamente nueva, surgió de una improvisación entre los actores días antes de empezar el rodaje. Mientras los maquillan, Andrés Crespo le dice a María C. “yo no voy a acordarme de toda esta huevada (se refiere al diálogo), déjame llevarla y contesta lo que yo te pregunte”. María C. pone cara de este man, de verdad, está loco. Y no se equivoca del todo.
15h09 Después de una toma que prometía mucho para las siguientes empieza a llover y tenemos que refugiarnos, todos, en el pequeño apartamento de la Vicentina. Estamos en verano y llueve como para el diluvio.
14h27 La de hoy es una escena bastante complicada: exterior-interior-exterior, diálogo largo, acciones en espacio reducido y todo en plano secuencia. Además, esta escena es prácticamente nueva, surgió de una improvisación entre los actores días antes de empezar el rodaje. Mientras los maquillan, Andrés Crespo le dice a María C. “yo no voy a acordarme de toda esta huevada (se refiere al diálogo), déjame llevarla y contesta lo que yo te pregunte”. María C. pone cara de este man, de verdad, está loco. Y no se equivoca del todo.
15h09 Después de una toma que prometía mucho para las siguientes empieza a llover y tenemos que refugiarnos, todos, en el pequeño apartamento de la Vicentina. Estamos en verano y llueve como para el diluvio.
15h53 La lluvia paró durante diez minutos exactos. De nuevo, teniendo todo listo para la acción, tenemos que apretujarnos lo mejor que podemos en el hogar de Lorna. Eso no es todo: piedras de granizo empiezan a chocar contra las ventanas y a rebotar en el piso. Las gradas del condominio se llenan de hielo, cual Nueva York en invierno. De a poco, varios miembros del equipo van cayendo al suelo en el intento de salvar alguna lámpara. Cordero guarda silencio y mira a través de la ventana una ciudad que no se puede ver.
18h36 Tenemos diez minutos de luz y el plano dura cinco. Contra todo pronóstico meteorológico, conseguimos una de las escenas mejor iluminadas de toda la película: Blanquito habla por teléfono fuera de la casa, es de día, luego entra y conversa con Lorna, cuando ambos salen del departamento, la luz ha cambiado y el atardecer cobija a la ciudad atormentada. Las posibilidades eran mínimas. Quién lo diría, la madre naturaleza, después de todo, está de nuestro lado.
UN DÍA MÁS: Lunes 12 de julio, 21h49. Si todo sale como tiene que salir, mañana será nuestro último día de rodaje. Estas cuatro semanas han sido más intensas de lo que pude haber imaginado. Y nada. Y todo. Feliz de terminar esta segunda etapa en la vida de Pescador y feliz de volver a mi vida de civil. Un rodaje no te deja tiempo para vivir o, más bien, te cambia una vida por otra, como tener una identidad secreta.
4 comentarios:
Chéveres crónicas Pika. Bienvenido a la vida de civil.
q malazo. viva ratas.
JAD,
no c cuándo, tal vez pa cuando c estrene la peli, publicaré una crónica con todas las d la ley.
salud
Suerte que en el páramo hacia Guaranda podían ver la carretera, te imaginas todo blanco... infinito... el cielo blanco encima y nosotros (yo niña, mi madre y mi padre) en una carretera toda blanca sin saber por donde está el camino (no era carretera como la de hoy), nos bajamos a quitar con los zapatos la nieve para adivinar por donde ir. Muchos años ya, pero lo recuerdo clarito...Más en verano... el cielo azul infinito contrasta con el imponente blanco del Taita Chimborazo te sobrecoge su imponencia, y en la noche... con millones de estrellas.. UF... se estermecen los sentidos y con el frío y todo, sientes que eres parte de la maravilla de la vida
Publicar un comentario