10.31.2011

Loco y estúpido amor

Una comedia romántica que, como esta, empieza igual que todas pero termina mejor que la mayoría llevada por actores de primera, merece algo más que el beneficio de la duda: merece el elogio de la risa y el placer del recuerdo.

Hacer reír es más difícil que hacer llorar, no importa que los grandes festivales de cine, en su mayoría, desechen las comedias (románticas o no) por el mero hecho der ser comedias y no dramas, eso es lo de menos, lo que importa es que el sentido del humor es la forma más linda de inteligencia, de observación, y no se puede dar por sentado. Por eso al principio de Loco…, cuando un perdedor (Steve Carrell) pierde a su esposa (Julianne Moore) por haber perdido, en realidad, la capacidad de sorpresa y romance, todo pinta como siempre, vendrán la depresión torpe, la redención mecánica y la reconquista forzada porque, al parecer, esa es la plantilla que la comedia hollywoodense de moral Julia Roberts, tan orgullosa de haber deshonrado la tradición de genios como Billy Wilder y Woody Allen, insiste en conservar: cero riesgo. Y lo más triste es que la película avanza y eso es precisamente lo que pasa, pero justo cuando el barco se está hundiendo sin remedio empiezan a brillar, de a poco, rasgos de humanidad: Carrell seriamente enfadado y cuestionador al enterarse que su hija (Emma Stone) está saliendo con el mujeriego (Ryan Gosling, ¿hay algo que este actor no pueda hacer?) que le enseñó a levantar mujeres en bares; Moore seriamente enfrentada a su deseo por un compañero de trabajo (Kevin Bacon); Stone y Gosling recordando seriamente la escena –¿cumbre?– de Dirty Dancing, probando que el amor sólo puede funcionar cuando se le pierde el miedo al ridículo, cuando el espectador pasa de la vergüenza ajena a la envidia personal; el adolescente (Jonah Bobo) que confiesa públicamente adoración platónica por su niñera en la más si lo sabe Dios, que lo sepa al mundo.

Los directores Glenn Ficarra y John Requa, guionistas de esa joya-cinematográfica-película-de-culto llamada Bad Santa, han logrado flotar en un mar de estrenos “cómicos” decepcionantes (Amigos con derecho, Como acabar con tu jefe, Pase libre, entre otras), y lo han hecho apoyándose en los defectos que vuelven frágiles a sus personajes, como debe ser. Es cierto que al final Carrell da el clásico discurso de cierre frente a los compañeros de secundaria de su hijo y entonces, después de haber ganado, la comedia pierde, pero lo perdonamos porqué está en lo más bajo de la alta suciedad que por ahora tiene secuestrado al género.

(El Diario, 30/10/11)


1 comentario:

Ana Laura dijo...

Coincido totalmente, la película me pareció muy buena en su género, y la terminé de ver con ganas de recomendarla. Ryan Gosling me está gustando mucho también, y dijera Emma, ¡parece photosopeado!! Físico aparte, es muy buen actor. Emma Stone también me ha gustado en casi todo lo que ha hecho.

Muy buena.