11.26.2012

El Camello, episodios IV y V


IV



Esta canción salió durante un jamming eterno en el cuarto de ensayo de las Vírgenes Violadoras, la banda post-punk guayaquileña. Supongo que estábamos preparando algún concierto porque habíamos pasado varios días yendo a esa guarida húmeda en el centro, reencontrándonos con el repertorio y con nosotros mismos.

Yo soy muy básico y no tengo problema con tocar la misma canción todo el día si hace falta: creo sin reservas en el arte de la repetición. Nelson, en cambio, necesita cambiar de frecuencia cada tanto y a veces, sin que haga falta anunciarlo, improvisa entre canciones para romper el rigor del ensayo. Durante esas improvisaciones yo trato de descubrir a tientas por dónde va la cosa y hacerme un lugar dentro de la idea. Por lo general tocamos sin mirarnos, tratando de presentir las variaciones (muchas de ellas totalmente predecibles en el lenguaje de la banda), y sólo cuando hemos encontrado un interés común entre la guitarra y la batería alzamos la frente, nos miramos y decimos esto está bacán, ¿qué sigue?   

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V



Hace rato que queríamos hacer una canción como esta, una canción que se pueda escuchar a todo volumen, cabeceando frente al espejo, una canción que sirva para tocar air guitar y levantar los brazos en señal de victoria, esperando el rugido de un millón de almas que no están ahí pero como si lo estuvieran, voces que no existen pero acolitan igual, las voces de esa gente a la que nunca conoceremos, de esa gente a la que siempre hemos conocido, las voces de nuestros hermanos, de todos los que han rockeado en privado como si estuvieran en el estadio de Wembley.

De los diez temas del disco, Propaganda fue el primero que compusimos y no suena descabellado decir que sin ella no existiría nuestro tercer álbum, o que nos gustó tanto que quisimos hacer un disco que la acompañe. Es la canción  que más hemos tocado en vivo, la más nuestra, la que nos levanta cuando el show está ya muy avanzado y empezamos a tropezar de cansancio. Entonces viene esta canción y viene el embale y nos viene esta sensación anfetamínica de estar demoliendo hoteles. Es como si la canción fuese un avión y nosotros pasajeros de un viaje cuyo destino es, ciertamente, lo de menos.

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué lindo está este de Propaganda, genio.
A.

Francesco Sinibaldi dijo...

El suave sol.

En el sol,
en el canto
dichoso que
llama el futuro,
en la rima
silente de una
noche estrellada....

Francesco Sinibaldi