8.27.2012

H ae v n e n


Hay un niño parado al borde de la terraza, en un edificio alto, con ganas de suicidarse. Su mejor amigo está en el hospital, grave, y el chico piensa que es culpa suya. Las puntas de sus zapatos avanzan despacio y pisan el aire. El niño abre los brazos y cierra los ojos, pero el padre de su amigo alcanza a rescatarlo, lo abraza, siente que debe decir algo, algo importante, y esto es lo que dice: “A veces se siente como si hubiera un velo entre tú y la muerte. Pero ese velo desaparece cuando pierdes a alguien que amabas o alguien que estaba cerca de ti, y se ve claramente la muerte por un segundo. Más tarde el velo regresa y sigues viviendo. Entonces las cosas van a estar bien otra vez.”

En un mundo mejor, la cinta danesa que entre muchos otros premios ganó el año pasado el Globo de Oro y el Oscar a mejor película extranjera, es una de esas que te pone en jaque, que te deja en silencio y a ratos parece que te pasa por encima. Los personajes principales son los niños –en sus primeros años de adolescencia, para ser exactos– y sus familias, ambas agrietadas, en un caso por el divorcio de los padres y en el otro por la muerte de la madre. “Los adultos se ven como niños cuando están muertos”, dice Christian, que no encuentra otra forma de lidiar con la ausencia de su madre que vengarse del mundo, de quienes él cree que están mal, y fabrica una bomba casera que puede hacer explotar un auto y darle la vuelta. Su amigo Elías es distinto, trata como mejor puede de disimular el divorcio que transformó su vida, prefiere hacer como si nada hubiese pasado y se deja golpear porque recibir golpes hace menos daño que darlos, hasta cierto punto. “… y sigues viviendo”, le dice el papá de Elías a Christian en la terraza. ¿Es tan fácil? ¿Cómo se hace? Queda claro que ciertas cicatrices continúan hacia dentro, echan raíces y nos contaminan. Quizás la directora Susanne Bier y el guionista Anders Thomas Jensen –ambos comparten el crédito de la historia– no pensaron que estaban haciendo una película sobre el origen de la violencia (en algo emparentada con El lazo blanco, de Haneke), sobre prender una mecha larga que con los años, inevitablemente, cumplirá con la detonación. Ellos pensaron, literalmente, en que el mundo puede ser mejor si se detiene a tiempo. Nos queda la duda.  

La película busca la redención hacia un final que si no es feliz, por lo menos podría serlo algún día. “Entonces las cosas van a estar bien otra vez” Christian suelta una lágrima, levanta la mirada para ver los ojos del padre de su mejor amigo, y le pregunta, “¿Eso crees?”

(El Diario, 26/08/12) 

Disponible en cuevana.tv

8.20.2012

Incesticidio en Lima


En ‘Días de Santiago’, mejor conocida como la Taxi Driver peruana, el director Josué Méndez contó la historia de un veterano de la guerra del Cenepa que vuelve a Lima y, traumas mediante cual boina verde, fracasa en su intento por reintegrarse a una sociedad que ya no cuenta con él, que hubiese preferido tenerlo de héroe, muerto en combate o desaparecido en acción, que volver a recibirlo. En ‘Dioses’ (2008), su segundo largo, Méndez se va al otro extremo de esa sociedad, donde la gente linda y dañada.

Dentro de una casa de playa que más parece una revista de temporada que un hogar, con personajes jóvenes de estética Volcom y no tan jóvenes que harán de todo para adormecer el paso de los años, la historia cobra el tono de una telenovela de terror, como si Thalía interpretara un papel escrito por Bret Easton Ellis y Jaime Bayly. En este caso, Thalía se llama Andrea, se mete de todo hasta caer desmayada y al otro día no recuerda si tiró o no con alguien o si ese alguien, por ejemplo, era su hermano menor Diego, un pelado aniñado medio guapito y con cara de gil que se le monta encima cuando la ve llegar borracha.

Esta familia lo tiene todo para ser feliz. Andrea está embarazada y su padre, en un plano memorable sentado frente a la hora mágica en la terraza, decide el futuro de ese niño al mejor estilo del patriarca latinoamericano, restándole toda posibilidad de identidad a una persona que aún no existe. El señor, que se llama Agustín y quizás por eso se siente un poco español o quiere sentirse un poco español escuchando flamenco y tragando tapas, ha dejado a su mujer por Elisa, a quien podríamos llamar la “chola rica” y que tendrá que aprender el argot del club de jardinería y del grupo de estudio de la Biblia para encajar entre los pelucones. Una familia muy normal, supongo.

Enid Campos, la productora, cuenta que Méndez entrevistó a varios de sus amigos para escribir el guión, y que en algún momento ella le dijo “no puedes poner eso, todo el mundo va a saber de quién estás hablando”. Así se siente, como si todos supiéramos, como si Dioses estuviera pasando ahora mismo en el cuarto de al lado.

(El Comercio)

8.13.2012

On the road again

Por fin. Esta semana vamos a presentar nuestro nuevo disco en vivo. 

"Por la boca muere el Pez" es nuestro tercer álbum de estudio y estamos más que satisfechos con el resultado. 

Mucha gente a la que agradecer. Sobre todo a Toño Cepeda (Biorn Borg), el productor, a Daniel Pasquel (Can Can) y Carlos Bohórquez (Mama Soy Demente), ingenieros de sonido en la grabación. Sobre todo a Juan Miguel Marín, el diseñador. Sobre todo a la gente que ya lo compró y nos manda mensajes y twitea frases de las letras. 

Los singles que pueden escucharse libremente son: Propaganda, Cuenca, Aquellos Fabulosos 90's y el nuevísimo T. Rex

Las fechas y ciudades confirmadas son las siguientes: 

Miércoles 15 de agosto, Quito, Strawberry Fields Foerever (González Suárez).  
Jueves 16 de agosto, Guayaquil, White Rabbit Bar (Padre Aguirre 210 y Panamá). 
Viernes 17 de agosto, Cuenca, Welcome to the Machine (Gran Colombia 14-80 y Coronel Talbot). 
Sábado 18 de agosto, Portoviejo, La Fábrica Pub (Av. Manabí y Paulo Emilio Macías).

Al final del mar, todos somos Pescados...