5.07.2008

Síndrome Locked-In

Estás vivo, pero no puedes moverte. Respiras, piensas. Tu mente está intacta, la voz en off que suena en tu cabeza sigue tan lúcida como siempre, hace bromas y se divierte ensayando ironías, pero no puede salir de tu boca en forma de palabras. Puertas adentro, no has cambiado en lo absoluto. Puertas afuera, existes muy poco. Tienen que alimentarte por un tubo. Tienen que bañarte. Tienen que mover tu cuerpo para que no le salgan ronchas. Estás paralizado. El mundo, como lo conocías, se terminó en cuestión de segundos. Eso que llamabas vida se ve obligado a cambiar de nombre. Estás encerrado en tu cuerpo, como si alguien hubiese decidido que estás muerto sin tomarse la molestia de avisarte. Apagaron la luz, cerraron la puerta, pero no estás dormido, los monstruos siguen en el closet. Tienes el síndrome Locked-in.

Hace días vi una película que no me suelta, que vuelve a mí en todo lo que veo porque, desde que la vi, todo me recuerda a ella. Una película que me obliga a escribir y me hace sentir no digno de tan alto honor. Estoy hablando de “La escafandra y la mariposa” (Le Scaphandre et le papillon), dirigida por Julian Schnabel, un buen amigo, uno de mis mejores amigos, culpable de osadas maravillas como “Basquiat” y “Before Night Falls”. Un tipo de tan buen gusto que acaba de hacer un documental llamado “Lou Reed’s Berlin”, en el que el mismísimo Dr. Lou desmenuza una de sus obras maestras. “La escafandra y la mariposa” no es un documental, pero casi. Está basada en un libro de memorias que tienen más vida que cualquiera.

A los cuarenta y tres años, Jean-Dominique Bauby era feliz. Era el editor en jefe, en Francia, de la revista Elle. Su vida tenía el glamur de su publicación. Era un tipo ingenioso, gracioso, encantador, atractivo. Iba de paseo con su pequeño hijo, rumbo al teatro, en su lujoso auto nuevo, cuando le dio un ataque masivo que desconectó el link entre su cerebro y su médula. Despertó semanas después de un coma, hablando para adentro, presa del síndrome Locked-In. Todo lo que podía mover era su ojo izquierdo, o sea, podía parpadear. Una terapista desarrolló un alfabeto para que él pudiera comunicarse, no el clásico ABC, sino un ESA compuesto con las veintiséis letras más usadas del francés. La terapista recitaba al alfabeto en voz alta y Jean-Do (así le decimos sus amigos) parpadeaba cada vez que había escogido una letra. Así, de guiño en guiño, de letra en letra, escribió un libro de más de cien páginas, un libro que está entre los grandes de este tiempo y de todos los tiempos, como la película que hoy lo representa.

El 80% del film está contado con cámara subjetiva y voz en off. Es decir que casi todo el tiempo, estamos metidos en la cabeza de Jean-Do, enterándonos de su vida pasada, de su aterrador futuro, reconstruyendo con él sus sabores favoritos y sus sensaciones anheladas. La fotografió un gigante, el polaco Janusz Kaminski, famoso por sus trabajos con Steven Spielberg, querido por el ojo que le puso a Jerry Maguire e inexplicablemente inmiscuido en “Cool As Ice”, ese bodrio imperdonable protagonizado por el narcisista y tirado a rapero Vanilla Ice. El trabajo de Kaminsky en “La escafandra…” no tiene límites, ni pares, conmueve hasta las lágrimas, transporta, dice todo lo que hay que decir sobre un hombre encerrado en su cuerpo, y más.

Ver la película es urgente. Al día siguiente de haberla visto, todavía en shock, comencé el libro. Tengo la versión en inglés que conseguí en las tierras del norte. Esperemos que venga pronto, en español y en inglés y en francés, para todos. Creo que lo he subrayado entero. Tengo el impulso de transcribirlo íntegro. Estoy movido, si para algo debe servir el arte, es para eso, para movernos de donde estamos y ponernos en otro sitio. Capto que todos, o por lo menos yo y unos cuantos, tenemos, en alguna medida, el síndrome Locked-In. Cuando estamos rodeados de gente y no podemos conectar, cuando no podemos decirle algo clave a alguien clave, cuando tenemos la respuesta pero no la voluntad, estamos Locked-In.

Este es Jean Do.


Acá el primer párrafo del prólogo.

Through the frayed curtain at my window, a wan glow announces the break of day. My heels hurt, my head weighs a ton, and something like a giant invisible diving bell holds my whole body prisoner. My room emerges slowly from the gloom. I linger over every item: photos of loved ones, my children’s drawings, posters, the little tin cyclist sent by a friend the day before the Paris-Roubaix bike race, and the IV pole hanging over the bed where I have been confined these past six months, like a hermit crab dug into his rock.

Y un par de pasajes que no pude resistir la tentación de transcribir.

All that is known is that if the nervous system makes up its mind to start working again, it does so at the speed of a hair growing from the base of the brain. So it is likely that several years will go by before I can expect to wiggle my toes.

But for now, I would be the happiest of men if I could just swallow the overflow of saliva that endlessly floods my mouth.

Yet all these lofty protections are merely clay ramparts, walls of sand, Maginot lines, compared to the small prayer my daughter, Céleste, sends up to her Lord every evening before she closes her eyes. Since we fall asleep at roughly the same hour, I set out for the kingdom of slumber with this wonderful talisman, which shields me from all harm.

Like the bath, my old clothes could easily bring back poignant, painful memories. But I see in the clothing a symbol of continuing life. And proof that I still want to be myself. If I must drool, I may as well drool on cashmere.

SAY NO MORE.

Acá el trailer.

8 comentarios:

Danielo dijo...

Que bueno que esa peli este ya en Quito...es increible, la reseña del post no alcanza a emocionar tanto como debería.
La he visto ya dos veces en cine, es una experiencia que te deja, como dices, muy pensativo.
Kaminsky inventa nuevas maneras de poner la cámara y mirar. Y definitivamente es lo mejor de Schnabel. Las escenas con el padre, con los hijos y amigos, y la música...en general...todo está muy bueno. Ojalá y muchos la vean.

Esteban dijo...

buena le resenha de la peli, toy de acuerdo. a mi me parecio que la fotografia es lo mejor, de lejos, de la pelicula.

ya quiero leer el libro!

ELEBÉ dijo...

qué miedo.

Autómata dijo...

Cuando estamos rodeados de gente y no podemos conectar, cuando no podemos decirle algo clave a alguien clave, cuando tenemos la respuesta pero no la voluntad... oh dios estoi Locked-In.

Juan Fernando Andrade dijo...

Danielo,

lástima q la reseña no t haya emocionado tanto como a mí la película. afortunadamente ya la habías visto y también le haces campaña. con eso tengo bastante. no t pierdas el libro.

Esteban,

el libro lleva la experiencia locked-in a otra dimensión, además, como los grandes, se lee d un tirón.

increíble q hayas encontrado Uno en LA. ni idea cómo llegó hasta allí, pero bueno, hazle propaganda a ver si me invitan a dar un a charla... jaja

Elebé,

en efecto

Autómata,

welcome to the club.

Eduardo Varas C dijo...

Siempre me ha intrigado la necesidad que tiene Schnabel de desentrañar al creador, de revisar lo que está detrás de toda una obra, ya sea lo físico, lo circunstnacial, lo biológico, lo político... todo. Supongo que esta peli no será distinta, a la vez que supongo que el experimento con Lou Reed tendrá algo que ver con eso.

Y esa necesidad es lo que le da un valor extra su trabajo como director...

Aunque también es un tipazo y un artista del carajo, sobre todo cuando los Red Hot Chili Peppers le piden que haga el arte de su nuevo álbum y sale el genial booklet de "By the way",

Saludos, loco

Anónimo dijo...

Ayer vi la pelicula, es realmente impactante, cada escena, cada palabra es un strike...
En medio de la pelicula recibi una llamada, el papá de mi padrastro murió, el ya estaba casi como Jean Do, al menos me imagino q ahora esta totalmente libre.
Te podría decir q aprendi la lección pero suelo tener mala memoria, aunq despues de esto sere mas cuidadosa...
El sigte paso es ver Factotum, ya se la encargue a mi pirata de confianza, ojala no se le haga misión imposible.
Gracias x las buenas recomendaciones.
Un abrazo.

Ale Samsa dijo...

el otro día vi esta película en el canal público de mi país (Argentina).

Realmente puedo decir que es una excelente película, dura, pero excelente.

y tampoco soy una cinéfila, y muchos menos del cine francés, debo decir que empecé a verla ya que algo, no sé qué, me llevó a dejarla. Tal vez que estoy medio atravezando unos días de hospital, no por mí, sino por mi padre.

y por eso puedo decir que no es una película que busca el llanto; No, tiene cosas mucho más importantes que decir y trasmitir.

De paso, aprovecho y dejo la pregunta de si alguien sabe si se consigue el libro de esta película. me gustaría realmente leerlo.


Muchas gracias.

alesamsa (arroba) gamil (punto) com