Todo de venta (Wszystko na Sprzedaz)
Polonia / 1969 / 94 min.
Escrita y dirigida por: Andrzej Wajda.
La vi ayer y no entendí mucho o creo que entendí poco o entendí lo que puede entender o me quedé con lo que quise entender. En todo caso, algo me pasó, algo pasó por mí y me superó. No me impactó, más bien, me mareó, me confundió, me obligó a prestarle atención, a entregarme a ella. Y no fue fácil.
Leyendo sobre Andrzej Wajda (1926), el director, alcanzo a intuir ciertos detalles. El padre de Wajda murió a principios de la Segunda Guerra Mundial, y el mismo Wajda peleó contra los nazis, siendo aun adolescente, en esa misma guerra. O sea que de saber combatir, sabe. A su regreso del campo de batalla, estudió pintura. En 1955 hizo la película A Generation usando como alter ego al actor Zbigniew Cybulski. Wajda y Cybulski trabajaron juntos varias veces, en el dato Scorsese-De Niro o, para actualizarnos, Scorsese-DiCaprio. Cybulski murió en 1967 y Wajda, para poder seguir con su vida, hizo una película al respecto, hizo esta película (lo que me recuerda a la trama de Identificación de una mujer, el film de Antonioni que reseñé hace poco).
Todo empieza, y termina, en un set de filmación, jugando con la idea de que la vida es una película y el mundo un set. Un director hace una película sobre sus amigos, sobre su gente, y se entromete hasta ser insoportable. Por eso, esta película, también como la vida, tiene partes que no apoyan a la estructura narrativa en lo absoluto (o sí, porque el norte es difuso, casi subjetivo), partes que podrían estar en cualquier otra película, en cualquier otra vida. Todo se justifica cuando el actor principal, que ha estado desaparecido durante días, muere trágicamente, de la misma forma en que se suponía moriría en la película, una muerte de guión. Aquí lo mejor, una escena en que, como en un entierro, los deudos del actor, es decir el equipo de producción, van de negro funeral siguiendo unas latas de película que descansan sobre un dolly (el carrito que se pone sobre rieles para ejecutar ciertos movimientos de cámara). En esas latas, hay material del difunto, y esa proyección es la velación y casi me vuelo loco cuando caché lo que pasaba.
No encontrarán calificación al final de este texto, sería imposible e irrespetuoso e inmoral. Ayer, pro primera vez desde que estoy metido en el Eurocine, vi a alguien levantarse de su butaca y salir de la sala antes de que terminara la película. No me extrañó, en lo absoluto. Esta cinta es para los que la quieran ver. Hoy, con más datos a la mano, quisiera verla de nuevo o hablar con alguien al sobre el asunto o escuchar cómo la entendieron los demás. Yo me quedo con esto: un director de verdad hace una película sobre un director de mentira que hace una película con un actor de mentira que muere de mentira y de verdad pero está basado en la muerte de un actor de verdad que murió de verdad en la vida del director de verdad. La hace porque su vida sólo puede darse a través de las películas, porque tiene el control sobre sus cintas, mas no sobre su vida.
6.24.2008
24-06-08
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