Este dato/fenómeno/culto Watchmen es nuevo para mí. Me estoy iniciando y estoy contento, cómodo, me gusta este lugar. Todo empezó meses atrás, cuando un amigo fanboy de Watchmen me dijo, emocionado, que faltaba poco para el estreno de la adaptación cinematográfica y que aquello lo mantenía con vida. No tenía sentido mentirle así que sin culpas procedí a declarar mi total ignorancia. En su cara apareció una sonrisa. Pocas cosas alientan tanto el alma como enseñarle a alguien que te importa algo que te importa y que, sabes, estás seguro, irá directo a su lista de favoritos.
En la contratapa de Watchmen dice: This is the book that changed and industry and challenged a medium. Y sí, seguro, las tapas y las contratapas tratan de atraparte a toda costa, sin embargo, después de haber llegado hasta la contratapa sin hacer trampa y pasando por GO todas las veces requeridas, siento que esas palabras son, más que justas, precisas, aunque sé poco de superhéroes y nada de novelas gráficas.
El plan era leer la novela antes de ver la película, hacer el deber como un alumno aplicado, pero ya pues, me comí la torta antes del recreo, digamos. Vi la película pocos días después de su estreno. Llegué tarde, me perdí la introducción que prologa esa gran, gran secuencia de créditos con Times They Are A-Changing sonando con la solemnidad de un himno patrio (Dylan es Dios y gobernará junto a Yoda, someday, ya no caben dudas). Esperaba multitudes y, por ende, asientos terribles. Nada que ver. Éramos pocos, muy pocos, de hecho éramos tan pocos que la proyección se veía más grande de lo normal y en algún momento nos rodeó por completo. Por lo que había leído/oído pensaba que el ejército Watchmen sería comparable, guardando las distancias, al de Lord Of The Rings, Star Wars o Harry Potter. Nones. Por lo menos en el Ecuador, los vigilantes son la minoría, los rebeldes, la resistencia a la que ahora admiro y aplaudo. Esa noche salí del cine sabiendo que había visto algo que me había gustado y mucho. No sabía qué era exactamente lo que había visto, pero regresé a casa con ese after taste que te deja queriendo más, queriéndolo todo.
Entré a la novela con furia, con deseo, a mil. La primera noche leí casi la mitad, como un futuro adicto que acaba de descubrir el objeto de su perdición. En Watchmen encontré todo y de todo. Una ambición desmedida y demente por lograr (lográndolo) una narración integral, entera, de esas que uno puede rodear físicamente; ritmo, estructura, vanguardia, el tipo de complejidad que lejos de ser la materialización de la arrogancia del autor se disfruta, se desmenuza con gusto y te catapulta a momentos y lugares que creías imposibles. En eso, en medio del esplendor, volví al cine a ver la película. Esta sala no estaba en Quito sino en Panamá, era gigante y también estaba vacía. Esta vez me aseguré de llegar a tiempo, la vi desde el comienzo y la disfruté cantidades. La alta fidelidad de esta adaptación es notable y jugada, lo apuesta todo a la seriedad y no se rebaja para masticarle la trama a la audiencia. Zack Snyder, el director de la odiosa, cansona e histérica 300, de quien desconfiaba hasta con fuerzas que no eran mías, no sólo la pegó, la rompió.
Por supuesto, lo correcto es, primero, leer la novela. Ahora bien, como no me consta que esté de venta en el Ecuador ni que la vayan a traer pronto, toca correr al cine. Por lo menos en Quito, sigue en cartelera, así que tan mal no le puede estar yendo. Escucho a Ziggy Stardust gritando I’ll help you with the pain y concluyo: la soledad que comparten los vigilantes es aún peor que la que toleran los vigilados.
5 comentarios:
Desde hace una semana y pico leo tu blog de vez en cuando con el entusiasmo de saber que descubriré algo que me me gustará mucho.
Cuando describes las películas, libros...me entra impaciencia por hacerme con ellas/os.
Simplemente quería darte las gracias porque me encanta esa sesación.
Un saludo desde España,
Bárbara
¿Han notado que Juan Fernando tiene un parecido con el cantante de Christopher Cross??
http://www.youtube.com/watch?v=NDYAXKM828U
querida Bárbara
el placer es todo mío. gracias a ti. todo esto tiene sentido cuando la gente conecta.
abrazo!
Anónimo,
tienes un punto.
muchos saludos
La verdad, soy otro ignorante del fenómeno Watchmen, y de no haber sido por tu post no habría ido al cine a verla.
Me quedé boquiabierto, la película te atrapa, arranca insuperable con la secuencia que acompaña la canción de Dylan, y aunque por momento sentí altibajos me fascinó. El desenlace es enorme, te sobrepasa.
Me encantó, visualmente es una delicia. Y luego cada personaje tiene una personalidad tan clara definida que sientes estás viviendo fantasía entre tus pares, entre gente como tú.
Muero por verla otra vez. Y gracias por el post, si no lo escribías me habría perdido de algo que no me hubiera querido perder.
Uno: Saludos men, contarte que me he convertido en un visitante frecuente de tu blog. Y agradecerte por tus recomendaciones (por tu sensibilidad).
Dos: A propósito de Watchmen y como a mí tampoco "me consta que esté de venta en el Ecuador ni que la vayan a traer pronto" aquí dejo el enlace a un post que publique acerca de Watchmen (Espero le sirva a alguien).
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