7.23.2014

Lanzarse


Voy a escribir esto en vivo.
No tengo ganas de pensar demasiado.
Tengo ganas de seguir sintiendo esto que estoy sintiendo.

Hace unos minutos estaba en el cine viendo A estas alturas de la vida, la película de Manuel Calisto y Alex Cisneros. Hace unos minutos estaba, estoy todavía, emocionado. Allí, sentando en la oscuridad, viendo los créditos sin poder moverme, sentí algo.

El final de la película es uno de los mejores que he visto en el cine ecuatoriano, quizás el mejor de todos. Ese momento no sólo me atrapó sino que me llevó a lugares y me hizo ver cosas. Ese momento me inspiró, me dio fuerzas. Ese momento me empujó.

Lanzarse. Sí. Hay que lanzarse.
Sin miedo. Incluso sin esperanzas.
Lanzarse es, a veces, suficiente.
Llegar al otro lado es lo de menos.
Hay que lanzarse.

A estas alturas de la vida quizás no sea una película propiamente dicha, para mí, está más cerca a un experimento terapéutico, a un desahogo incontenible, a las ganas desesperadas de tener un propósito, una razón que puede ser el sinsentido. Es una película que no sabe ser película pero tiene sentimientos. La verdad es que no se sostiene de manera convencional, a ratos ni siquiera se sostiene, se cae, se va, se pierde. Pero la gente que hizo esa película, qué duda cabe, sintió que lo que estaba haciendo era importante. Eso se nota. Eso se agradece. Eso se respeta.

Ahora mismo, en mi casa, con esta sensación recorriendo mis costillas, pienso que no me importa que la película no funcione. No todas las películas tienen que funcionar. No todas las películas tienen que cumplir. Algunas, como esta, sólo tienen que mostrar sentimientos, dudas. Hacer preguntas más que responderlas.

Algunas películas te ayudan a ver cosas de tu vida que no querías ver o no querías aceptar o que siempre has preferido no saber.

Hay cariño.
Hay amistad.
Eso vale.

Dos tipos que pasan de los cuarenta gastan la tarde de un sábado mirando la ciudad desde una terraza. Lo que pasa, obvio, es que se están mirando. Están mirando hacia adentro.

¿Qué pasó? ¿Cómo llegamos hasta aquí? ¿Por qué la vida no es lo que imaginamos que sería? ¿Dónde fallamos? ¿Fallamos? ¿Teníamos un plan? ¿No nos esforzamos lo suficiente? Tal vez pensamos que la vida se arreglaría sola, que encontraría un camino por su cuenta y nos llevaría con ella. Tal vez dejamos de vivir un rato. ¿Fue eso? O esperamos a que sucedieran cosas que nunca sucedieron y eso, lo que no nos pasó, fue finalmente lo que nos hizo lo que somos.

¿Dónde está todo lo que nos prometieron?
¿Dónde está el futuro?
¿Dónde?

A estas alturas de la vida me afectó. Tiene secuencias increíbles. Ese monólogo sobre el desprecio a todos los seres humanos que caminan sobre la faz de la tierra es brillante, luminoso en su oscuridad, gracioso en su maldad. Es arriesgado. Es largo. Es redundante. Y sin embargo ahí está, ahí estamos, caminando en medio de todos esos rostros desconocidos, odiando un poco, reconociéndonos en ese odio.

Los cálculos matemáticos que aparecen en la pantalla son otro logro. Hacen que un personaje que en principio parece vacío y plano se transforme en un ser extraño y misterioso del que nos gustaría saber más aunque no haya mucho más que averiguar; un tipo que no pudo resolver la ecuación de la vida adulta pero puede, con los números, resolver tonterías, cosas que al parecer no importan pero terminan definiendo su destino.     

Tu vida es esta.
Tu vida no es eso en lo que estás pensando.
Tu vida es esta.
Tu vida es esto.
Lo que pasa ahora.
Esta es tu vida.
No lo olvides.  

Queda claro que aún no entiendo lo que me pasa, lo que me pasó. Debo procesar, esperar un poco, dejar que pasen al menos unos días, hablar con más gente. Pero esta sensación de victoria no se me va y no quiero que se vaya.
Por eso escribo.

Me atrae la gente perdida, la gente que no sabe dónde va, que no sabe cómo llegó donde está, la gente que se equivoca, la gente que tiene miedo. Entre ellos me siento cómodo.
Y tranquilo.

¡A la mierda la Patagonia! 

Que no pase nada no es tan grave.
Es bueno saberlo.

Al final pasará.
Al final, pasa.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que fea voz la de la promo

TORTUGA dijo...

que todo suceda.. que todo se quede! muy bueno