4.27.2020

Día 42 (mi bipolaridad)


J: Soy afortunado. Tengo techo, comida, una cama amplia, una pantalla plana, Internet, y agua caliente cae de mi ducha cuando regreso de mi hora diaria en el gym-ghetto del edificio en el que vivo. Puedo trabajar y escribir y leer y escuchar música de manera más intensa y enfocada, totalmente concentrado. Pocas veces, como ahora, he podido palpar el presente de manera tan solida, al punto de ver la forma de los segundos. Mis amigos me dicen que los días son iguales y eternos. No para mí, me esfuerzo como nunca y miro al cielo cada vez que llega el viernes y con él otro finde y puedo dedicarme a dormir y comer cosas dañinas para la salud y zoomear como loco. No creo en Dios, pero creo en Bob Dylan.  

F: En México lindo y querido, la verdadera capital de Latinoamérica (el DF es NY en español, ¿no?), en el que la cuarentena todavía no se establece como política pública y el aislamiento es voluntario, el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia está recibiendo un 55% más de llamadas de gente que ha pensado (¿lo están pensando ahora mismo?) en suicidarse. Además, dice Salvador Guerrero, el presidente del organismo, “El 66% de las personas que hablan, que son el 90% de los casos; es decir, 9 de cada 10 personas que hablan por violencia familiar, son mujeres y de ellas, el 66% reporta violencia física; 22% violencia psicoemocional; es decir, 88% de las mujeres que nos llaman reportan esos dos aspectos de violencia física y emocional”. Esto en un país donde, antes del virus, morían 10 mujeres al día. 

J: Nunca como ahora me he sentido tan cerca de la gente: de mi familia, de mis amigos, de mis colegas, de mis (des)conocidos, de la gente que busca a los misántropos como los misántropos buscamos a los ansiolíticos: para desahogarnos, votar, soltar, dejar ir, escupir, toser, vomitar y seguir de pie. Varias de las mejores conversaciones que he tenido en mi vida, de las más profundas y sinceras, de las más descabelladas y alucinógenas, han ocurrido durante este maldito/bendito encierro. La gente (al menos la que me ha tocado) no tiene ni el tiempo ni la energía para mentir o posar. Las defensas han bajado, pero las máscaras han caído del todo y quizás había que tomar distancia y poner pantallas de por medio para poder vernos cara a cara. 

F: Entre junio y agosto de 1977, Jorge Luis Borges dictó siete conferencias magistrales (conferencias como cuentos testimoniales o conferencias como monólogos teatrales o conferencias como un live en IG de alto contenido nutricional). En una de ellas, La pesadillahabló de las cosas a las que más temía en su vida: los laberintos (porque nadie puede/debe escapar de un laberinto bien construido), los espejos (porque multiplican el mundo) y las máscaras (porque esconden el verdadero rostro de la gente) Y hacia el final dibujó su peor pesadilla: Borges parado entre dos espejos, es decir, un laberinto infinito, y con una máscara cubriéndole la cara. Y lo que más miedo me da, dijo, es quitarme la máscara y descubrir mi verdadero rostro. 

J: El pasado 5 de abril (sí, domingo, según las noticias), 220 niños del primero al tercer grado volvieron a clases en Copenhague. Sus compañeros de cuarto, quinto y sexto grado los siguieron cuatro días después. Dinamarca es el primer país europeo donde los menores de edad han podido abandonar la cuarentena para regresar a la escuela. Niños felices, padres aliviados y profesores bien pagados que los recibieron blandiendo pequeñas banderas danesas y sin necesidad de mascarillas porque su uso no es recomendado en el país nórdico. Por orden de la primera ministra danesa, las escuelas se abren gradualmente, pero bares, restaurantes, peluquerías, centros comerciales y discotecas permanecen cerrados. Y se prohíben las reuniones de más de 10 personas.

F: El 4 de abril, un día antes de que los niños daneses volvieran a sus aulas especialmente adecuadas para recibirlos con todas las garantías sanitarias de rigor, en el Ecuador murieron 866 personas en 24 horas. (¿O lo soñé? Según yo, anoche la ministra mostró una curva de defunciones que alcanzó su punto más alto el 04/04/20, con 866 víctimas; pero hoy, revisando la misma cadena en YouTube, en la cuenta del Ministerio de Gobierno, esa sección no aparece. Ahora bien, sí aparece, a partir del minuto 1 con 39 segundos, un cuadrito que parece hecho en Word donde se indican -en mayúsculas- los CRITERIOS PARA CAMBIO DE FASE, es decir, “del aislamiento al distanciamiento”, y entre ellos están: contagios, atenciones de emergencia y defunciones. Pero sigo viendo el video, lo repito varias veces, y la cifra de defunciones ha sido sutilmente editada) Si revisan las cifras oficiales de ese día, se habla de 318 víctimas hasta esa fecha y, oh sorpresa, 146 de ellas por deficiencia respiratoria grave; pero la nueva cifra “oficial” según la cadena nacional de anoche es esa: 866 personas muertas en un sólo día, “el pico de la curva”, dijeron, y, ya más tranquilamente, nos hicieron notar que casi un mes después la gente ha vuelto a morir digamos que a un ritmo normal. ¿Por cuánto podemos multiplicar esa cifra? Sólo por realizar un ejercicio misericordioso, tomando en cuenta que, en teoría, cada persona puede contagiar a otras tres: 866 x 3 = 2.598. 

J: El martes 24 de marzo, en Suecia, un país con 10 millones de habitantes, se contaban 2.272 contagios y 36 muertes. Sin embargo, el epidemiólogo Johan Giesecke, asesor de la OMS, salió por televisión diciendo que los suecos deberían aprovechar el sol primaveral y salir a pasear. “Salga con un amigo y caminen separados por un metro. No abrace a su vecino. Salga con un termo y siéntese en un banco. Es tan nocivo como quedarse sentado en la casa”, dijo Giesecke. En Suecia las fronteras están cerradas, pero no así los bares y restaurantes, donde se permiten reuniones de hasta 50 personas; y el transporte público trabaja de forma regular. Stefan Löfven, el Primer Ministro sueco, recomienda a la población respetar el distanciamiento social y tele-trabajar en todos los casos en que esto sea posible. De hecho, sólo recomiendan quedarse en casa a las personas “con riesgo”. No hablamos de la dictadura perfecta sino de la anarquía perfecta: el gobierno confía en la población / la población confía en el gobierno. No hace falta imponer leyes porque se asume la práctica del sentido común. 

F: La semana pasada, el epidemiólogo Anders Tagnell (porque allá la información te la da un epidemiólogo, no la ministra de gobierno), tan cuestionado como contestatario, dijo que en Estocolmo se podría lograr la “inmunidad de grupo” en cuestión de 30 días o menos. Los ciudadanos confían en la autonomía de sus agencias públicas y ven con mejores ojos que sean los expertos quienes manejen la pandemia, no los políticos: no tan irónicamente, la popularidad del Primer Ministro aumenta en los sondeos. Pero, hoy por hoy, Suecia registra 13.216 contagiados y 1.400 muertos; en promedio, 132 víctimas por cada millón de personas, más del doble que Dinamarca y cuatro veces más que Noruega. Ante el rebrote, Tegnell dijo, “No es un fracaso para la estrategia general, pero es un fracaso para proteger a nuestros ancianos que viven en hogares de ancianos”. Ahora evalúan endurecer las medidas (cerrar bares, discotecas y centros comerciales) y llevar a cabo entre 50.000 y 100.000 pruebas por semana, superando necesariamente y por mucho las 20.000 actuales. ¿El modelo exitoso sueco también fracasó? 

J: El 17 de abril, Cuba reportó su día más letal: 923 contagios / 31 víctimas (hoy en día: 1.389 contagios / 56 víctimas). Los nuevos casos fueron identificados entre 1.480 pruebas PCR realizadas en la víspera. En la isla ya se contaban, hace 10 días, 23.317 estudios realizados desde que se declaró la emergencia a los que, se supone, se deben sumar “miles” de pruebas rápidas aplicadas en todo el país. Por otro lado, José Ángel Portal, ministro de salud cubano, dijo que entre finales de marzo y comienzos de abril salieron de la isla 590 médicos de la Brigada Henry Reeve (soldado estadounidense que luchó por la independencia de Cuba / 1850-1876) para combatir el CV19 alrededor del mundo. Sólo a Venezuela, el mejor amigo política y económicamente hablando de la isla, viajaron 130 profesionales de la salud. 

F: Según Radio Televisión Martí, a finales del 2016, las remesas enviadas a la isla por los médicos cubanos que en ese momento trabajaban en 62 países llegaron a los 11.543 millones de dólares, superando ampliamente a la segunda fuente de ingresos del país, el turismo, que alcanzó apenas los 2.800 millones de dólares (no se cuentan, claro, el turismo pansexual y las ganancias por venta de habanos, ron y niñas menores de edad en el mercado negro). Según USA, el gobierno cubano se queda con el 80% del sueldo de esos médicos, por lo que califica de “esclavitud” a la exportación de estos profesionales y acusa de “cómplices” a los países que los reciben. “Soy conocedora de la posición de Estados Unidos, pero nosotros somos un país soberano y podemos escoger los socios con los que vamos a tener colaboración”, dijo María Ubach, ministra de exteriores de Andorra la semana pasada: en el Principado de Andorra, donde, según el último censo (2020) viven 77.506 personas, hay en este momento 78 médicos cubanos trabajando contra la epidemia. Recuerdo que, hace años, un colega me contó que estaba trabajando en un reportaje sobre los médicos cubanos que atendieron a los sectores más vulnerables del Ecuador durante la Revolución Ciudadana mientras los recién graduados de las facultades de medicina en nuestro país se quejaban porque no encontraban trabajo. ¿Qué está pasando?, pregunté. La respuesta, como siempre, era mucho más simple de lo que me esperaba: los médicos cubanos trabajan donde nadie más quiere trabajar, y por menos $$$. 

J: Por recomendación de un experto en la materia, estoy escuchando Europe ’72, el quinto álbum en vivo de los Grateful Dead, el génesis de la religión Dead Head. La versión original contiene 17 canciones y dura 109 minutos con 35 segundos. Pero en Spotify hay más de 20 discos con grabaciones de esa gira y me he propuesto escucharlos todos. Es increíble: como estar perdido en un desierto y en ácidos. No hay hierba que alcance. Fucking Spotify J

F: Esto es horrible: como estar perdido en un desierto y en ácidos. Si escucho una versión más de Truckin’Playing in The Band, El Paso, Sugar Magnolia, Casey Jones o la puta Good Lovin’ voy a explotar y el racimo de mis entrañas quedará sembrado en las paredes de mi apartamento. Floripondios de mierda. Fucking Spotify L     

J: Mi hermana me dice “Pi”. Mi sobrina Males (6) la corrige y la obliga a decirme “hermanito lindo”, como yo la obligo a ella decirme “Tío Lindo” y, cuando quiere pedirme algo (un helado, una película en Netflix, un vaso de Avena Polaca), “Tío-lindo-hermoso-favorito-de-todo-el-mundo”.

F: Mi hermana me dice “Pi”. Mi sobrina Guga (4) también me dice “Pi”. O sea, si me tiene frente a frente y necesita algo de mí o necesita simplemente que le preste atención, me dice “Tío Lindo” o el ya galácticamente conocido “Tío-lindo-hermoso-favorito-de-todo-el-mundo”. Pero ahora sólo la veo en Zoom y cuando le pregunto cómo me llamo me dice, orgullosa e indiferente a la vez: “Tú te llamas Pi” Tengo que aceptarlo, en la realidad virtual (la única posible en este momento) soy “Pi”. ¿Volveré a ser “Tío Lindo”? O, más importante aún, ¿volveré a ser Tío-lindo-hermoso-favorito-de-todo-el-mundo”?

JF: Qué noche la de anoche. Qué cadena la que nos encadena. Nos dijeron que a partir del 4 de mayo los gobiernos seccionales podrán decidir, siguiendo los parámetros establecidos por el gobierno de todos, en qué color del semáforo está cada provincia. (Me acordé del comercial de Gudiz y la inolvidable cancioncita: Con mis Gudiz soy feliz, porque son de maíz… Cuando como la amarilla, sale el sol y brilla / Y si me como la verde todo de color se vuelve… Y la rojita, la comparto con mi mejor amiguita) El mansaje es claro: la emergencia no ha terminado, pero nosotros volveremos a la calle. Y aquí y ahora me siento más bipolar que nunca. Como he escrito varias veces en este diario, hay gente a la que, a menos que se le asegure el alimento diario, no se le puede aplicar el #quedatencasa, ellos serán los primeros en salir porque, de hecho, nunca se han quedado adentro: lo que quiere decir que van a la vanguardia y son carne de cañón. El resto, la gran minoría, estaremos en casa, seguiremos en casa, esperando que las cifras bajen, viendo cómo las cifras suben. No me queda claro. 

JFA: En 1878, la hermosa Florence Balcombe decidió comprometerse con Oscar Wilde, por esos días todavía productivo y rentable. Su otro pretendiente era Bran Stoker, sólo un poco menos exitoso. Prefirió embarcarse en un matrimonio por conveniencia con un escritor abiertamente homosexual que compartir la cama con un autor de novelas de vampiros.    

@pescadoandrade

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo hubiera compartido feliz la cama con el escritor de vampiros. Pero también soy bipolar y tal vez mañana cambie de opinión.

Juan Fernando Andrade dijo...

I know the feeling.
Salud/os.


jfa