5.04.2020

Día 49 (Mi pequeño pony / The Writer’s Cut)




 …se le dice a algo experimental cuando el experimento salió mal.
– William S. Burroughs – 


La primera vez que me drogué fue como si un ángel me besara. 
– Maximiliano Karma –  




1) INT. APARTAMENTO / COCINA – ANOCHECER 

JF (38), DD (38) y LD (37) sentados a una mesa redonda tipo Pycca. Las hijas de DD y LD (entre 4 y 6 años) jugando en la sala: escuchamos sus voces, pero no distinguimos sus palabras. Sobre la mesa, entre varias otras cosas, hay una funda de plástico transparente, tamaño XL, llena de chifles, una tarrina de queso crema, y tres tazas humeantes. Vemos el hilo blanco que termina en la etiqueta de Hornimans.

DD toma un par de chifles, los unta de queso crema y se los lleva a la boca. Se cubre los labios con la mano.  

DD (mientras mastica): Puta, loca, estos chifles son lo máximo, the perfect drug. Tienes que venir más, o por lo menos mandar chifles.

Ríen.

LD (soplando su taza): Sí, loca. ¿Sabes qué?, yo pensé que no iba a poder, o sea, volver a Manabí, vivir en Manabí, pero cada vez me gusta más, y me encanta que mis gordas estén creciendo allá. Me encanta cómo hablan. 

DD: Te cacho full. L y yo hemos pensado en volver a Tierra Santa, pero con el camello del man es jodido. 

Ambas miran a JF, la boca llena de chifles, los cachetes inflados. 

LD (a JF): ¿No vas a decir nada?, acabas de regresar, ¿no nos extrañas? 

JF termina de masticar, traga con dificultad, tose, y bebe un sorbo de su taza. 

JF: ¡Hot, hot, hot! (pausa) ¿Se acuerdan de Small Town, la canción que le escribió Lou Reed a Andy Warhol? 

Las mujeres se miran entre sí. DD sonríe, baja la mirada y niega con la cabeza. 

JF: “Lo único bueno de haber nacido en un pueblo pequeño es que lo odias y sabes que tienes que irte.” 

LD y DD se ríen. (¿De él?, ¿con él? No queda claro) 
    
LD (todavía riendo): Hablas huevadas. 

DD (a JF): Igual aguantaste, ¿no? 

JF: Seis meses de arresto domiciliario. Portoviejo es mi Vietnam. Tengo pesadillas. Me levanto gritando en la mitad de la noche. 

Ríen y vuelven a los chifles con queso crema.  

DD: Qué exagerado eres, shico.

JF: Te juro. Si no era por BoJack, no sé qué hubiera pasado. 

LD se pone seria de repente, mira a JF y lo señala con el dedo. 

LD: No quiero que le hagas esa broma a mi hija nunca más, ¿oíste?

JF levanta las manos, frunce el ceño, sonríe incómodo y no-tan-sorprendido. 

DD (a LD): ¿Qué hizo este monstruo?

LD: Estábamos en la piscina y mi gorda le pidió que le haga caballito. 

DD: ¿Cómo caballito? 

LD (gesticulando): La man lo agarra del cuello… 

JF: Me ahorca. 

LD: …y le pide que nade, eso es todo, y este bruto le dice, “Ya, pero me llamo BoJack, el caballo BoJack”, y mi gorda se pone a gritar “¡BoJack, BoJack, BoJack!” ¿Puedes creer? 

DD preferiría no reírse, pero no puede evitarlo. Cierra los ojos, se restriega la frente con los dedos. 

JF (a LD): ¿Y qué querías que le diga? 

LD: No sé, chucha, cualquier cosa… ¡Platero!, ¿por qué no le dijiste que eras el caballo Platero? 

JF: Entre otras cosas, porque Platero era un burro.

LD: Y tú también. 

Se hace un silencio. 

DD: Ya, hermanitos, calma. Igual la nena ni idea de BoJack (mira a JF) ¿verdad? 

LD: Igual, no quiero que ande gritando el nombre de ese man. 

JF (indignado): ¿Ese man? Ese man es lo mejor que le ha pasado a la televisión, no sé, desde Alf. 

LD: El man desayuna pastillas con vodka y toma directo de la licuadora.   

JF: Si te fijas, siempre le pone una zanahoria: desayuno de campeones. 

DD: Don’t get me wrong, la serie es increíble, pero yo sólo aguanto par capítulos por jornada, me bajonea demasiado. 

JF (llevándose más chifles a la boca): Estás loca, BoJack es la vida misma.  

LD: Yo la dejé de ver hace rato, prefiero sufrir por cosas (mira a JF) im-por-tan-tes. Además, me cabrea que romanticen (pausa, mira a JF) ¿así se dice?, ¿que romanticen?... 

JF asiente con la cabeza.

LD: …que romanticen la depresión y la adicción y eso de tirarse a todo el mundo. O sea, el man no es un héroe, es un dañado de mierda.  

JF: ¡Ese es el punto! Y el man no es un dañado; o sea, sí, es súper dañado, pero lo importante, en lo que deberías fijarte, es en que está dañado: solo, roto, vacío. Y cuando uno está vacío, créeme, tiene que llenarse con cualquier cosa que haga el efecto Sal Andrews: lista al instante para actuar al instante. Y sí, hace cagadas, full, pero al final, paga. ¿Viste el final?

DD (a JF): ¡¿Ya viste el final?! 

JF: Obvio. Se estrenó el 31 de enero, y fue la mejor manera de empezar el año. O sea, el 31 de diciembre, justo a la medianoche, mientras reventaban los fuegos artificiales y los perros de mi mamá lloraban, empecé a ver, de nuevo, toda la serie, desde el capítulo uno. Me puse al día (pausa) Esa huevada es impresionante, crece y crece y crece. 

LD niega con la cabeza. Se pone de pie, va hasta la hornilla, rellena su taza con agua tibia y vuelve a sentarse. Cruza las piernas y apoya la taza en su rodilla. 

DD: ¿Y? ¿Se muere?

JF: ¿La vas a ver? 

DD (lo piensa, se muerde los labios, susurra): De ley. 

JF: Entonces no te voy a hacer la cagada. Mírala y hablamos. 

DD: De una. 

LD (a DD): ¡No le hagas caso! Ojalá se muera. ¿No tiró con la hija? 

JF: ¡Nada que ver! Tiró con la man que hacía de su hija en la tele, o sea, con la actriz, y cuando ya estaba grande y era una estrella pop más dañada que el man. 

DD (triste): Aaawww… Sarah Lynn. Sobredosis, ¿no? Y la heroína se la da él, ¿cierto? 

LD: Eso es todo lo que pasa en esa serie: sexo, drogas, trago, muerte. Y otra vez, romantizar la decadencia. Y encima le perdonan todo porque es una celebridad. 

DD: Ni eso, fue una celebridad.  

JF: Existencialismo ateo, se dice, como Sartre. Y la mejor historia jamás contada sobre Hollywood, a la altura de El crepúsculo de los dioses. 

LD: ¿Qué es eso? 

JF: Sunset Boulevard, de Billy Wilder. 
  
LD (bebiendo de su taza): Ni idea. 

JF: Ignorante. 

LD: ¡Nerd! 

JF (mira al techo): Que Dios se apiade de mis sobrinas. 

LD agarra un par de chifles de la funda y se los lanza a JF. 

LD: Qué bruto eres. 

DD: Ya, hermanitos, pilas, hay niñas afuera. 

LD se inclina hacia JF, seria. 

LD: ¿Te gustaría que un día yo les contara a mis hijas que tienen un tío como BoJack? Porque ese man, además, es un egoísta de mierda, cree que se hace daño sólo él, pero le hace daño a toda la gente que lo quiere, ¿entiendes?

JF: “Mi tío murió joven, antes de los cuarenta, casi no me acuerdo de él, pero dicen que era bacán, tenía una banda, está en Spotify” No es una mala historia. 

Se hace un silencio. LD y DD se miran entre sí. LD está seria, cabreada. DD más bien incómoda, preferiría estar en otro lado. 

JF agarra un par de chifles, los unta de queso crema y se los lleva a la boca. 

LD se inclina un poco más hacia él, le toma la mano, se la aprieta con cariño. 

LD (en voz baja): No vuelvas a decir que eres BoJack Horseman, ¿ya? 

Los hermanos se miran fijamente a los ojos. 

DD toma un trago de su taza. 

La cocina está a oscuras. Anocheció y nadie se dio cuenta. 

En la sala, una de las niñas dice, “A mí siempre me toca buscar, yo me quiero esconder.” Y comienza a llorar. 

*


Palabras de Raphael Bob-Waksberg (San Mateo, California, 1984), creador de BoJack Horseman, durante una conversación con Marc Fennell, conductor de Video Junkee. Australia, 2017, semanas antes del estreno de la cuarta temporada. Raphael Bob-Waksberg se viste como un hípster que no sabe cómo se viste un hípster, y parece mayor: es calvo, pálido/amarillento, tiene barba y lentes. Ríe mucho, antes y después de cada respuesta. Acaba de casarse y parece feliz. Me cuesta creer que esa persona haya creado ese personaje.

• No quería hacer un show sobre la depresión, pero la gente me dice que lo capturé muy bien, ya sabes, cuán dañada y rota puede estar el alma de una persona. 

• Una de las premisas del show es que el éxito no te hace feliz, sólo te hace sentir más vacío. Decirle a la gente que las cosas buenas nos pasan porque hemos sido buenos, como recompensas, y que las cosas malas nos pasan como castigos, es muy peligroso. 

• Entramos a Netflix antes de que estrenaran un nuevo show cada semana. El que se vende eres tú, no tu show. Es decir, te vendes como una persona que debería tener un show de TV en el aire porque tiene cosas que decir. Les hablé de BoJack y dijeron, “esta idea es rara, pero este es el tipo de persona que debería tener un show de televisión”. 

• Cuando presentas algo sobre Hollywood te empujan hacia atrás. La compañía de producción está preocupada de que la cadena no lo quiera porque los ejecutivos del canal están preocupados de que sus jefes no lo quieran porque los jefes de las cadenas están preocupados de que a la media americana no le guste.  

• Hollywood se cree muy progresista y muy bueno. Ahora mismo, sobre todo en California, la gente está diciendo, “Nos gobierna un demente, pero nosotros somos los buenos, sólo tenemos que dar la pelea. Somos cool” Hay racismo, misoginia, y como industria no estamos tomando los pasos para corregir eso, pero al menos estamos creando conciencia: ya sabemos que El club de los hombres blancos es un problema. ¿Quién está haciendo los contenidos? ¿Para quién? ¿Sobre quién? 

• En mi equipo, la mitad de los escritores son hombres y la otra mitad son mujeres, lo que es muy importante para mí: es impresionante cuántos cuartos [de guionistas] están llenos sólo de hombres, y hombres blancos, más específicamente. Hago un esfuerzo por contratar gente de color y, sobre todo, que tenga una perspectiva distinta a la mía.

• Después de la primera temporada, terminé shockeado por la poca diversidad que había en el reparto. En la segunda temporada tuvimos más actores de color; y en la tercera nos propusimos tener al menos un actor de color en cada episodio. Si no te pones metas específicas es fácil decir “lo estoy intentando”. Luego nos propusimos hacer lo mismo con otros cargos: más mujeres dirigiendo episodios, más gente de color dirigiendo episodios. 

• [Un miembro de la audiencia, un joven alemán –tenía que ser un alemán–, dijo esto: usted no sólo incorporó en el show, que es fenomenal, nihilismo, sino también el absurdo, con frases como Tu vida no tiene sentido, y deberías sentirte contento por eso. ¿Deberíamos incluir filosofía en las historias que contamos?] No lo puedes forzar, tiene que venir del personaje y la historia. Creo que si escribes con una meta tipo “quiero que la gente pienso esto”, estás yendo hacia atrás. Es mejor trabajar con una idea general del mundo en el que quieres vivir. 

• Estudié dramaturgia. La primera obra que escribí, en la universidad, era sobre mi relación con mi mejor amigo de la secundaria, muy autobiográfica, y cuando leyeron el primer acto, mis compañeros me dijeron, “estos personajes son tan desagradables, tan antipáticos, que no quiero pasar tiempo con ellos”. Así que dije, “A la mierda, lo voy a contar todo” Y cuando escribí el final, me dijeron, “Ahora lo entiendo. Todavía me caen mal, pero entiendo porqué ellos se caen bien”. 

• Netflix nunca nos da los números. No sabemos cuánta gente nos ve ni nada por el estilo, y mi equipo y yo estamos felices así, jugando en nuestra pequeña caja de arena… Al final de cada temporada me doy cuenta de que mis preocupaciones son las equivocadas: los fans aman los episodios que yo odio, y viceversa… Aún me siento como un amateur, pero aprendí a estar en paz con eso. Llegará el día en que todo el mundo se de cuenta del fraude que soy, pero no puedo asustarme por eso, va a pasar de todas maneras. 

• El proceso es largo. Escribimos la trama y la discutimos entre todos, luego los escritores encargados hacen una primera versión, les damos notas, hacen una segunda versión, se la pasamos a los ejecutivos, ellos hacen comentarios, hacemos una nueva versión, luego vienen los actores, improvisan… Grabamos el guión con los actores y editamos lo que sería, básicamente, una obra de radioteatro: si eso es bueno, lo demás será increíble. Pero nuestros episodios tienenque ser de máximo 25 minutos y medio. 

• He descubierto que el éxito, a veces, se siente bien. Me enamoré y me casé. No todo es miseria, algunas cosas son maravillosas.

*


2) EXT. PLAYA / SANTA MARIANITA – TARDE (FLASHBACK)  

JF y SS (34) sentados a una diminuta y cuadrada mesa de madera, bajo el techo de zinc de un frágil kiosko de barro y cañabrava. 

Sobre la mesa hay varias botellas de Pilsener vacías, y una, casi llena, que suda del frío; y dos vasos pequeños, tamaño chongo, prácticamente vacíos.  

Conversan mirando al mar: gente revolcándose entre las olas, niños, sobre todo.

JF acaricia con su mano la nuca de SS y juega con su pelo. 

SS (acento de quiteña aniñada): No entiendo por qué quieres volver a Quito, JF. Si yo pudiera, sacaría pasaporte manabita, juro.

JF: ¿Has visto ese meme del Joker?

SS (sonríe): ¿No lo entendería? 

JF: Eres brillante, SS.

SS: No sé, piénsalo, puedes trabajar desde tu casa, ¿cierto? 

JF: Es una manera de decirlo. 

SS: Ya pues, qué rico. Yo daría la vida por hacer oficina en mi casa.

JF: No seas mentirosa, vives en tu boutique. 

SS: Porque tengo que. Y no es una boutique, es una… un… una… 

JF: ¿Un emprendimiento? 

SS: Odio esa palabra. Ahora todo es un emprendimiento. Todos son emprendedores… Ridículos. 

JF: Un “emprendimiento fashion”, no suena mal. 

SS lo mira, inclina la cabeza hacia un lado. JF sonríe, y le acomoda el pelo por detrás de la oreja.  

JF: ¿Vendrías a visitarme?

SS: ¡Te digo que quiero nacionalidad manaba! 

JF: Eso no es lo que pregunté. 

Se hace un silencio. 

SS: ¿Qué pasó con Alicia?

JF: No mucho, la verdad. O sea, un día empezó con eso de “¿qué somos?” Y no éramos nada. O sea, éramos dos personas que estaban saliendo, conociéndose, tirando (pausa) y bacán, pero ya, hasta ahí. Y se cabreó conmigo y… nada… no sirvo para discutir. 

SS rellena los vasos de cerveza. Ambos toman el que les corresponde, brindan mirándose a los ojos, y beben hasta el fondo. 

SS: Desarrolla. 

JF: Eso. No sirvo para discutir. La man quería tener una pelea y yo no. Me mandó un millón de mensajes. Unos decían, “eres un maricón, por lo menos da la cara”, y otros, “ya no te voy a pedir que no chupes, voy a chupar contigo” Bipolar. Mal. 

SS: ¿Y tú? 

JF: Yo le mandé un solo mensaje. “Entiendo que no quieras estar en una relación que no te hace feliz. Igual me encantó conocerte. Abrazo”. 

SS (voltea para mirarlo con la boca abierta): ¡¿Nada más?! 

JF niega con la cabeza, rellena los vasos de cerveza, se toma la mitad del suyo, y vuelve a la nuca de SS. 

SS: Tú sabes cómo te quiero, JF, pero eres un imbécil. Pésimo break up, por si acaso. Esas cosas no se hacen. Esas cosas duelen. Ouch. 

JF: Te digo, no puedo discutir. Mira, puedo pasarme cinco horas frente a un párrafo de cinco líneas hasta que me funcione, pero si alguien me dice “chao”, pues, ok, chao. Tú eres una adolescente, pero yo ya estoy viejo para eso. No tengo el tiempo, ni la energía… ni el billete. 

SS se ríe, se caga de risa, toma su vaso y, otra vez, un solo trago. 

SS: Ahora tiene novio, ¿sabías? 

JF: No, pero me alegra. Merece ser feliz. Todos merecemos ser felices. 

SS asiente con la cabeza, sonríe, devuelve la mirada al mar.

Se hace un silencio. En la playa, un hombre con barriga cervecera (redonda, sólida, perfecta) se acerca al mar, lleva colgada del hombro una llanta de camión.  

SS: Conocí a alguien. Ahora está en Chicago. Puro WhatsApp. Pero estoy bien, ¿sabes?, tranquila. 

JF acerca su rostro al de SS, enreda su brazo en el de ella, le toma la mano. 

JF: ¿O sea que nosotros…? 

SS no le aprieta la mano, pero tampoco lo detiene. Quedan, digamos, trenzados. 

SS (sonríe, se ve preciosa): No, no creo. 

Se hace un silencio. 

SS: Además, para que me termines como a Alicia… noF… qué trauma.

Ríen, brindan, beben, vuelven a trenzar sus brazos. 

JF: Jamás le haría eso a una fan de David Bowie. Esa man escuchaba Luis Miguel. 

SS: ¡Pero si a ti te encantó la serie! Yo leí tu artículo, que me encantó, by the way. Hasta compartí, para que sepas. 

JF: Ya, y Miénteme es un GRAN tema, pero como para el tercer acto de una fiesta, ¿me explico? Hay cosas que uno sólo puede/debe escuchar y cantar borracho. 

SS: ¿Va a haber segunda temporada? 

JF: Dicen que sí, pero lo mismo dijeron este año, y naranjas. Jugaron con mis sentimientos.

SS: Quién sabe, de pronto sale la segunda temporada, escribes otro artículo, y vuelves con Alicia. 

JF: ¿Te imaginas? Lo que Luis Miguel unió que no lo separe el hombre.

Ríen. JF le da un beso en la mejilla. SS sonríe. 

JF: Puta, la man me hacía ver Elite. 

SS: ¿Muy mala?

JF: Muy. 

SS: Pero ahí tenías que entrar tú, pues. A mí, el que me recomienda una buena serie, me enamora. 

JF: Entonces deberías casarte conmigo. 

SS: JF. Ya. Basta. 

JF se acerca, intenta besarla, pero ella mueve apenas el rostro y el beso (un piquito) se queda en la esquina de su boca. 

SS: ¿Qué estás viendo? Mejor dicho, ¿qué tengo que ver? 

JF: El evento más importante de este 2020 que se nos viene encima, la última temporada de BoJack Horseman.

SS baja la mirada. Cierra los ojos. Frunce el ceño. Se muerde el labio inferior.  

SS (susurra): Me vas a matar. 

JF: Eres, como diría mi madre, de lo last. ¿Sabías que fue la primera serie de Netflix que se hizo viral en China?, ¿sabías que en China ver Netflix es ilegal? Ya no sé cómo explicártelo. BoJack es… es… es… es la razón de ser de Netflix. O sea, si Netflix tuviera sólo esa serie, yo igual pagaría los ocho dólares del Premium. 

SS: Primero, JF, tú no pagas, usas la cuenta de tu tía. Segundo, el Premiun cuesta 13,99. 

JF: ¿Tú pagas? 

SS: No, mi papá, por eso sé cuánto cuesta. 

SS separa su brazo del de JF, zafa, toma la Pilsener y rellena los vasos hasta vaciar por completo la botella, meciéndola en el aire hasta que caigan las últimas gotas. Agarra un vaso y se lo pasa a JF, luego agarra el suyo y lo levanta. 

SS: Último trago, JF. Más tarde tengo una fiesta, verás. 

JF: Siempre tendremos Santa Marianita. 

Sonríen. Brindan mirándose a los ojos. Un solo trago. 

JF: Prométeme una cosa.

SS lo mira, seria.  

SS: Hoy no va a pasar nada, por si acaso. 

JF (sonríe): Vete BoJack, ¿ok? Tu vida va a cambiar, para bien, para mejor. Te lo juro. En cien años, las facultades de letras y filosofía, ojo, no digo las de cine y televisión sino las de letras y filosofía, van a enseñar BoJack. Además, la música es increíble. ¿Has escuchado James Henry Jr.? 

SS niega con la cabeza. 

JF: Take Me Down Easy. Pero ya, ahorita.

SS abre YouTube en su iPhone, pone la canción, se queda viendo el video.

La canción es lenta, acústica, melancólica. La primera estrofa dice: Soy un árbol alto / Lloro como un sauce / Mis cicatrices se ocultan / Mis ramas no se ven.  

SS acerca sus ojos a la pantalla, se queda en silencio por un momento, luego mira a JF. 

SS: ¿Es una serie de dibujos animados? 

*


Mi top 6 (uno por temporada) de episodios favoritos.

1)    T1/E6: BoJack, intoxicado y más herido que enamorado, se roba la D del letrero de las colinas de Hollywood para regalársela a Diane. Pero, obvio, al día siguiente no recuerda haberlo hecho. 

2)    T2/E2: BoJack tiene una relación con una mujer que acaba de despertar luego de haber permanecido en coma durante casi veinte años, es decir, la única mujer en toda Los Ángeles que no sabe quién es él ni, mucho menos, cómo es él.  

3)    T3/E4: BoJack acepta a regañadientes asistir a un festival de cine para promocionar su última película. La ciudad sede del festival está bajo el agua, y en todo el episodio no hay un solo diálogo. Hacia el final, BoJack escribe esto en un papel: En este mundo, que es terrorífico, sólo nos quedan las conexiones que hacemos con la gente.

4)    T4/E11: 1963. La joven Beatrice Sugarman, bella y cotizada protagonista de la socialité, conoce a Butterscotch Horseman, un tipo de la clase trabajadora que no quiere trabajar sino convertirse en un escritor de la Generación Beat, como Kerouac o Ginsberg. Menos de un año después nacerá su primer y único hijo: BoJack Horseman. 

5)    T5/E6: El funeral de Beatrice Sugarman. BoJack está a cargo del elogio, las últimas palabras. El capítulo entero es un monólogo. Frase clave: Hoy murió mi madre y todo lo que recibí fue un churro gratis. Frase clave: Hoy murió mi madre, y el mundo es un poco peor, porque ya nunca podrá ser una mejor madre para mí. 

6)    T6/E15: BoJack se encuentra con todos los personajes que han muerto a lo largo de la serie, incluyendo a su madre y a (¿su hija?) Sarah Lynn. Llama por teléfono a Diane. D: No hay nada que pueda hacer, BoJack. No soy real. Nada de esto lo es. BJ: Si ya nada importa, ¿podríamos hablar un rato más?

*



3) INT. OFICINA – MEDIODÍA

Un espacio estrecho y modesto, nada especial, podría ser lo mismo una revista que un banco que se quedó en los ’80. 

JF, sentado frente a su pequeña MacBook Air, mira el reloj en la esquina de la pantalla. Son las 12:17. 

JF (voz en off): Ok, hora del recreo. 

JF abre su cuenta de Facebook. Va directo a los mensajes. Tiene varios, pero ninguno de SS. Igual busca el último que él le envió y se fija en la fecha, fue hace un mes, el 4 de febrero. Y dice: Hey, SS. I’m back. Back in Black. Y siempre tengo ganas de verte. Repórtate, ¿ya? Por cierto, ¿viste BoJack? ¿Lloraste? Yo sí. En fin, creo que este 2020 será un gran año. Estoy leyendo/escribiendo más que nunca. ¿Cómo va tu emprendimiento fashion? 

JF mira fijamente la pantalla. Sonríe.  

JF (voz en off): Esta hijueputa me dejó en visto. 




THE END



@pescadoandrade / @mundodiners

3 comentarios:

Unknown dijo...

Ahora toca ver bobjack, esa percepción prejuiciosa a la cual te has batallado me recuerda a como algunos de mis amigos no escucharían a Calle 13 pero ni de broma, y yo siempre he pensado en que desperdicio el no sobrepasar mallas y mascaras en las cuales se oculta lo valiente, bravo y honesto del mensaje de los desajustados. Y de repente pienso en Los Simpsons; y por que ellos si?

Anónimo dijo...

tiempísimo atrás encontré uno libro que realmente me atrajo por la portada, lo agarré y leí la primera página tipo "a ver qué tiro", decía una huevada sobre una tal china gorda, me cagué de risa (así soy, logro ver la naturaleza de un mal chiste y lo vuelvo a transmitir para mis adentros hasta que suene bien), leí dos párrafos mas, me acerqué al mostrador y pagué $19,oo dólares in cash por tu huevada. Lo leí en dos días, cuando lo terminé pensé: bacán el man, es un verga herida como diría Efraim Medina Reyes. Otro loco al que considero.
Luego, presté ese libro a un pendejo que se fue de viaje y lo dejó botado en bogotá.
No volví a encontrar otro ejemplar, fue trágico, realmente hubo una o dos ocasiones en que la historia me dejaba con un palpito horrible en el pecho. Simón, qué cursi esta pelada. En fin, hace un par de meses vi un post en fb :cultura b, por Juan Fernando Andrade: y me alegré. Totalmente.
En todo caso, sigue escribiendo bro.
y thanks por hacerlo gratis.

Juan Fernando Andrade dijo...

hey

hola!
y GRACIAS
por esas tan generosas
como inmerecidas palabras

disfruten BJH
es lo más!

y
si quieren mi novela
búsquenme (y encuéntrenme) en FB
para enviarles el PDF
no problem...

salud/os


jfa