Volví a ver School Of Rock durante un muy poco santo sábado de semana santa. La vi acompañado. Con esos panas que son aliados y brillan de felicidad con cosas como estas. Es una de esas películas absolutamente sociales. Para ver en grupo, recitar líneas, corear canciones, retroceder escenas espectaculares, comentar y decir cosas como: de ley que esta película va creciendo con el tiempo.
En los circuitos de cine comercial del Ecuador no estuvo nunca o, si lo estuvo (que lo dudo mucho), estuvo un par de días y se bajó de la cartelera sin pena ni gloria. Apestada con un país que no la supo recibir. Tal vez no la creyeron lo suficientemente comercial, y eso que Jack Black ya era un tipo famoso que llevaba gente a las salas. Tal vez pensaron que los niños ecuatorianos no disfrutarían de la historia. Alguien pudo haber sugerido que los infantes criollos no tienen nada que ver con el rock. Alguien, un ser malintencionado y con visión de corto alcance, pudo creer que una película sobre un perdedor que les enseña rock a niños pelucones es una pérdida de tiempo. Tengo mis sospechas de todo tipo. Pero el punto es que los niños no pueden seguir sin verla.
The School Of Rock es algo básico para la primaria. Creo que si formara parte del programa educativo nacional, nuestra historia sería otra, más intensa y más entretenida. Ciertos niños la verían y pensarían que ser adulto puede llegar a ser divertido. Habrían más artistas y menos políticos. O tal vez, no, pero seguro habría más gente haciendo lo que quiere y no lo que el sistema, The Man!, los obliga a hacer para sobrevivir. Lo más importante de School Of Rock, que está llena de cosas importantes, es un mensaje claro: el rock es libertad.
En pocas palabras, es la historia de un treintañero que ha querido ser rock star toda su vida y no lo ha logrado. Como se ha quedado con deudas y sin banda, acepta un trabajo de maestro sustituto en una escuela para niños bien. Allí, casi por casualidad, se da cuenta de que los niños, en su clase de música, tocan y lo hacen bien, pero les falta onda. Entonces, el maestro corre a su van y saca sus instrumentos, los tiene todos, desde guitarras clásicas hasta una batería. Y lo primero que les enseña es un Sol corrido que sirve de base para Smoke On The Water, la de los recién venidos Deep Purple. El resto es puro rock and roll.
A través de la música, los niños aprenden que pueden salvarse. No importa ser nerd, o gordo, o torpe, o que tu viejo no te de bola por lo que eres sino por lo que él quiere que seas. Si tocas, en serio, todos los días, tienes una oportunidad. Los chicos lo hacen y rematan con un show espectacular.
Me sorprende consultar y enterarme de que esta película, de 2003, ha pasado un tanto desapercibida frente a nuestras narices. Entiendo que parezca una ligera comedia para niños, pero es mucho más, lo prometo. Es la clase que todos desearíamos haber tenido de chicos. Y es una lección de vida. Si no se empeñaran en educarnos como a borregos, habría más de donde agarrase cuando uno siente que la tierra no lo quiere y que por eso se lo está tragando. En The School Of Rock, los niños, zombis en potencia, despiertan con el distorsionado rugido de una guitarra. Y lo hacen a tiempo, más que a tiempo. Porque el rock te da ética, moral, honestidad y fuerza. Como dijo Calamaro: la vida es dura, pero el rock and roll también es duro.
The School Of Rock se consigue en La Liebre Video Club (González Suárez). Mejor, si tienen chance, pescar la original, el material extra es muy recomendable. La dirigió Richard Linklater (que hizo Dazed and Confused, la mamá rock de That 70’s Show, en 1993), un rockero de corazón. Y la escribió Mike White, que ayudó en el guión de Nacho Libre y sale en esta película, como el mejor amigo de Jack Black, el personaje de White es el verdadero maestro de escuela.
Acá va el trailer. Tengan paciencia y chequéenlo.
For Those About To Rock
We Salute You.
En los circuitos de cine comercial del Ecuador no estuvo nunca o, si lo estuvo (que lo dudo mucho), estuvo un par de días y se bajó de la cartelera sin pena ni gloria. Apestada con un país que no la supo recibir. Tal vez no la creyeron lo suficientemente comercial, y eso que Jack Black ya era un tipo famoso que llevaba gente a las salas. Tal vez pensaron que los niños ecuatorianos no disfrutarían de la historia. Alguien pudo haber sugerido que los infantes criollos no tienen nada que ver con el rock. Alguien, un ser malintencionado y con visión de corto alcance, pudo creer que una película sobre un perdedor que les enseña rock a niños pelucones es una pérdida de tiempo. Tengo mis sospechas de todo tipo. Pero el punto es que los niños no pueden seguir sin verla.
The School Of Rock es algo básico para la primaria. Creo que si formara parte del programa educativo nacional, nuestra historia sería otra, más intensa y más entretenida. Ciertos niños la verían y pensarían que ser adulto puede llegar a ser divertido. Habrían más artistas y menos políticos. O tal vez, no, pero seguro habría más gente haciendo lo que quiere y no lo que el sistema, The Man!, los obliga a hacer para sobrevivir. Lo más importante de School Of Rock, que está llena de cosas importantes, es un mensaje claro: el rock es libertad.
En pocas palabras, es la historia de un treintañero que ha querido ser rock star toda su vida y no lo ha logrado. Como se ha quedado con deudas y sin banda, acepta un trabajo de maestro sustituto en una escuela para niños bien. Allí, casi por casualidad, se da cuenta de que los niños, en su clase de música, tocan y lo hacen bien, pero les falta onda. Entonces, el maestro corre a su van y saca sus instrumentos, los tiene todos, desde guitarras clásicas hasta una batería. Y lo primero que les enseña es un Sol corrido que sirve de base para Smoke On The Water, la de los recién venidos Deep Purple. El resto es puro rock and roll.
A través de la música, los niños aprenden que pueden salvarse. No importa ser nerd, o gordo, o torpe, o que tu viejo no te de bola por lo que eres sino por lo que él quiere que seas. Si tocas, en serio, todos los días, tienes una oportunidad. Los chicos lo hacen y rematan con un show espectacular.
Me sorprende consultar y enterarme de que esta película, de 2003, ha pasado un tanto desapercibida frente a nuestras narices. Entiendo que parezca una ligera comedia para niños, pero es mucho más, lo prometo. Es la clase que todos desearíamos haber tenido de chicos. Y es una lección de vida. Si no se empeñaran en educarnos como a borregos, habría más de donde agarrase cuando uno siente que la tierra no lo quiere y que por eso se lo está tragando. En The School Of Rock, los niños, zombis en potencia, despiertan con el distorsionado rugido de una guitarra. Y lo hacen a tiempo, más que a tiempo. Porque el rock te da ética, moral, honestidad y fuerza. Como dijo Calamaro: la vida es dura, pero el rock and roll también es duro.
The School Of Rock se consigue en La Liebre Video Club (González Suárez). Mejor, si tienen chance, pescar la original, el material extra es muy recomendable. La dirigió Richard Linklater (que hizo Dazed and Confused, la mamá rock de That 70’s Show, en 1993), un rockero de corazón. Y la escribió Mike White, que ayudó en el guión de Nacho Libre y sale en esta película, como el mejor amigo de Jack Black, el personaje de White es el verdadero maestro de escuela.
Acá va el trailer. Tengan paciencia y chequéenlo.
For Those About To Rock
We Salute You.
3 comentarios:
You ain't hardcore, unless you live hardocore....
Así que ya sabes...
Mi hermano estudió ingeniería en Estados Unidos, y entre las materias opcionales estaba una llamada "Histoy of Rock and Roll". Ya se imaginarán el tsunami de emociones que desató en el pobre. Estoy seguro que una clase como esta deberá reemplazar en algún momento la cátedra de cívica en los colegios.
Eduardo y Morador,
hay q mandar a la asamblea una petición, para incluir historia del rock 101 como materia obligatoria en la primaria ecuatoriana
salud x el rock and roll!!!
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