6.19.2008

19-06-08


El Niño (L’Enfant)
Bélgica / 2005 / 100 min.
Escrita y dirigida por: Jean-Pierre & Luc Dardene.


Esta es, simplemente, una película perfecta. Reseñarla, comentarla, tratar de venderla por esta vía, todo aquello sería una pérdida de tiempo. Esta es una de esas que HAY que ver, punto. Además, no creo tener palabras que estén a la altura del sujeto en cuestión. La vi hace unos meses, de una manera que en estos días de Eurocine podríamos llamar independiente. En mi laptop, metido en la cama, el edredón cubriéndome las piernas y la máquina calentando su lado del colchón. Ahí, donde uno descubre o se rinde al sueño, vi una de las mejores películas que he visto en mi vida.

La trama parte de hechos bastante simples: una pareja de adolescentes, marginados, marginales, que acaso no serán jamás parte de la sociedad propiamente dicha. Acaban de tener un hijo. El es mayor que ella. Ella es más madura que él. El es un delincuente de poca monta, un ratero callejero que no pasa de asaltos menores. Ella es una madre debutante encantada con su crío. Como viven del día, de lo que él mal pueda conseguir, tienen sus altos y bajos. Se quieren. Se quieren mucho. Eso no hay quién lo dude. Tienen buena química y cuando ambos están jugando, como niños enamorados sin saber qué es el amor, a uno le dan ganas de tener una relación justo como esa, en la que las cosas pequeñas provoquen grandes alegrías. A veces les toca dormir en refugios y comer pan duro. Una de esas noches, él, que se llama Bruno (un actor con mucho futuro que responde al nombre de Jérémie Reiner) escucha en un bar que en el mercado negro se consigue buen dinero traficando con niños recién nacidos, que luego serán dados en adopción a un precio mucho más alto. Es decir, el precio de la criatura que se paga a los fabricantes, que en este caso vendrían a ser Bruno y ella, que se llama Sonia (la misma Déborah François que nos estremeció en La cambiadora de páginas), es menor al que paga el cliente final, que vendría a ser el futuro padre del bebé. Y claro, Bruno ve un chance, y lo toma. Vende a su primer hijo, pensando que no ha hecho nada grave, pensando que podrán tener otro cuando se les antoje, que el dinero no les viene nada mal, pensando hasta donde su adolescencia prolongada le permite pensar. Sonia se vuelve loca o casi loca, pierde la cabeza, pierde la cordura, lo pierde todo, y termina en la cama de un hospital. Recién entonces, Bruno se da cuenta de lo que ha hecho, y en su intento por enmendar la situación, cae en un pozo que tal vez no tenga fondo.

Sin duda, uno de los platos fuertes del festival. Una cinta que, técnicamente, puede enseñar de todo: dirección, guión, montaje, fotografía, actuación. Un film que sentimentalmente las gana todas, cargado de sentimientos sin caer si quiera cerca del sentimentalismo y la cursilería. Desde que la vi, L’Enfant me acompaña, va conmigo donde sea que vaya. Cuando la gente me pregunta qué vi últimamente que me movió el piso, tengo la respuesta clarísima. Ahora, quiero ver todo lo que hayan hecho estos hermanos Dardene. Si algo te regala una película, más aún, un festival de cine, son las ganas de seguir mirando hacia delante, siempre hacia delante.

* * * * *

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Chévere Juan Fernando, me provocó el mismo estado de silencio, la misma conmoción.
Has visto La promesse, de los mismos Dardenne, y Rosetta?
Son geniales.
Juan Martín

Danielo dijo...

L'enfant es increible... un gran respeto de los directores por los personajes. Excelente película, que envidia que la vean en 35mm.