Desde que se estrenó en Quito, hace pocas semanas, he visto Tropic Thunder tres veces, dos de ellas, sentado en la oscuridad del cine, como corresponde. Ayer le dije esto a alguien, emocionado, y me miró con cara de “¿cómo puedes decir eso en voz alta?” Sí, lo digo, Tropic Thunder es una gran película y está siendo subestimada por quienes, inmersos en su movida densa y profunda y bla-bla-blá, temen verla porque de pronto les gusta y eso, supongo, afectaría su postura anti-Hollywood. Whatever, dude. Ellos se lo pierden.
Haciendo cuentas, números, capto que Hollywood, incluyendo sus alrededores indie, sus aledaños freaks y sus directores de intercambio (sobre todo europeos, asiáticos y latinos) me ha dado muchos más momentos felices que, digamos, Cannes, Venecia o Berlín. Y, en parte, es de ahí de donde viene mi conexión con Tropic Thunder. Cuando era niño, todos los martes (creo) pasaban en Ecuavisa una cosa llamada “Festival de los hombres duros”. Como su nombre lo indica, el espacio estaba dedicado a películas de acción, del tipo Chuck Norris, Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger, con eventuales participaciones de héroes de carretera como Jean-Claude Van Dame y Steven Seagal. Esas películas, sin duda, son parte de mi educación sentimental, parte de mí, yo jugué a ser esos hombres duros. Después de ver Tropic Thunder, siento que Ben Stiller, alguna vez, también se emocionó con el cine de acción, tanto con el comercial como con el intelectual. Queda claro que además de las primeras entregas de Rambo y Terminator (que están en lo más alto del género), Stiller vio, y varias veces, la Chaqueta Metálica de Kubrick, el Apocalipsis Ahora de Coppola y el Pelotón de Oliver Stone. Tropic Thunder es un cariñoso y divertido y bien logrado tributo, una película acaso demasiado masculina y justo por eso, por abusadora y personal, válida en toda su extensión.
Tropic Thunder tiene, además de una visión que critica severamente el star system de donde provienen sus estrellas, un cast de lujo que se luce en cada plano. Ben Stiller es un héroe de acción que trata de romper el estereotipo y vencer su mediocridad. Robert Downey Jr. (pigmentado, tocando el cielo con las manos), uno de esos genios gana Oscars que de tanto actuar han perdido parte de su identidad. Jack Black, el menos afortunado en el guión, es un desordenado actor de comedia, que tiene problemas con las drogas y con la ley. Pero la cosa no para ahí. Sumen a un Steve Coogan gracioso y tan británico como se puede ser. A un Nick Nolte encarnando al viejo sabio, una especie de señor Miyagi malgenio. A un Matthew McConaughey que acaso nos brinda el mejor papel de su carrera post Edtv. Y, por supuesto, cómo no, al mejor Tom Cruise, quizás, desde Magnolia (aunque estuvo muy bien como republicano en Lions for Lambs).
Párrafo aparte para el joven Jay Baruchel (1982), a quien conocimos como el torpe pero perseverante fan de Led Zeppelin en Almost Famous, y luego como el entrañable Danger en Millon Dollar Baby. Baruchel, literalmente, brilla, tiene en su piel al personaje mejor construido, al más creíble y, sobre todo, al más querible, ese con el que uno se queda una vez que salió del cine. Ojalá siga así, para adelante, que sus próximos papeles le traigan nominaciones a ese Oscar lo mismo ridiculizado que canonizado por Tropic Thunder.
Lo que más me gusta de Tropic Thunder es que, muy temprano, pasa de un ingenioso enfrentamiento de egos en el movie business, a un sentido film sobre tipos solitarios que se hacen amigos y, de alguna manera, se encuentran. Tropic Thunder tiene la buena voluntad de recompensar a sus personajes, los pone a prueba y al final los deja llegar a la meta con el último suspiro, y los brazos en alto.
7 comentarios:
"I dont read the script, the script reads me" con esa frase me fui al suelo de la risa jajajajaj
q bkn q hayas escrito de algo así, han salido buenas comedias de este género comedia loka jajaja, y en serio q me han dado buenas risas.
Stiller sabe cómo hacer reír. Aunque debo admitir que yo esperaba más.
Si bien me reí bastantes veces (y mi novia algo asustada, algo empapada de vergüenza ajena, diciéndome: "solo vos te estás riendo") yo creo que donde realmente me desternillé de la risa fue con Zoolander, hasta ahora el mejor Stiller.
Igual, buen post.
Ave
que mas pana, acá paolo desde barcelona. primero, felicitaciones por el blog...siempre lo leo y siempre lo disfruto. y 2do, cuando puedas, trata de conseguir "JCVD", el pseudo-documental sobre van damme. Está buenísimo. acá la gente lo aplaudió de pie en el festival de sitges. y se lo merecía. abrazos,
p.
Divertidísima. Lloraba de la risa en el cine.
Una fina parodia a Hollywood y como bien dices decanta en una película sobre tipos que se descubren y apoyan.
Me morí de la risa con la escena en que Stiller decide quedarse, que encontró su lugar allí y dos minutos después regresa con su "hijo" apuñalándolo... jajaja....
Hace tiempos no veía una película tan inteligentemente divertida.
De acuerdo en dos cosas:
Tom Cruise, hace algo genial en la peli...siempre que hace de "el malo" le va bien, parece que le sienta bien. En general todo el cast menos Jack Black se pasan, El pana de los explosivos es un bacán.
Y segundo, no hay que temer a Hollywood, verdad.
Ahora, creo que exageras un chance, esa peli salio al mismo tiempo que The Pinnaple Express, y esa, esa si que esta buena.
Nos vemos pronto.
Creo que los Hombres Duros lo pasaban los martes y Alta Tensión (terror) los viernes. Había el Festival de la Risa o algo así también, si mi memoria no me engaña.
¡Tiempos aquellos, ah!
En todo caso ya me convenciste de ir a verla. Hablamos.
Una de las mejores películas del año.. me arrepentí de no verla sentadita en la sala oscura.. en fin..
Publicar un comentario