3.04.2008

La película Once aterrizó en Quito

Once fue la cinta B en la pasada ceremonia de los premios de la Academia. Se trata de una película pequeña, hecha con cien mil dólares (que puede sonar a mucho, pero que ni siquiera en el Ecuador da para un largometraje con todas las de la ley) y unos pocos buenos amigos. La historia de dos músicos que no la pegan, callejeros, quebrados, que ya no son tan jóvenes como para vivir de las cervezas que les puedan dar en un bar de mala muerte. Dos personas que se encuentran tratando de cambiar la vida que tienen por la que quieren tener.

Sí, se enamoran, o por lo menos él se enamora de ella, que vive con su familia checa en un pequeño departamento. Ella no puede enamorarse porque sigue enganchada a su esposo, a quien no vemos si no hasta muy avanzada la cinta, a su hija, a quien conocemos de inmediato y, en general, a la idea de vida en familia feliz. En rigor, ella no quiere ser una rock star ni mucho menos, pero entiende, y apuesta por, el talento de él, que podría llegar lejos. Ambos personajes están solos y prefieren compartir sus soledades a seguir deambulando en singular. En eso, la película acierta, se trata de un encuentro mucho menos elaborado que el de, digamos, Scarlett Johansson y Bill Murray en Lost In Translation (Perdidos en Tokio). No hace falta una gran atracción física o sensorial, aunque siempre termine pasando algo, así sean breves segundos de un silencio incómodo que podrían llenarse con besos.

Once se hizo oír por una canción en particular, “Falling Slowly”, que ganó el Oscar a mejor canción. El tema no es ninguna revelación, peca de predecible y meloso, pero funciona. Acá cuando la tocan por primera vez en la cinta. Un gran momento.






En Once hay muchas, muchas canciones. Se pasan la película cantando, no al estilo musical de Broadway, donde todos les ponen melodías a sus líneas de diálogo. Se la pasan cantando en vivo, ensayando, en cuartos minúsculos y en un estudio que logran alquilar por unas horas. Y está bien, es una película sobre músicos, pero también es una película a la que le falta cine. Ahora bien, es preferible una película a la que le falte cine, a una a la que le sobre “la magia del cine”.

Glen Hansard y Markéta Irglová, los protagonistas de esta película, no son actores, son músicos. Hansard hasta tiene banda, se llaman The Frames. Ninguno de los dos domina el tramposo arte de hablar en la pantalla, pero aquello a ratos es maravilloso, porque los personajes que interpretan no pueden hablar en la vida real, conectan sólo cuando están tocando.

Acá va otra canción, que según yo es mejor que la famosa “Falling Slowly”, se llama “When Your Mind’s Made Up” De paso, una de las mejores escenas de la película.




Once no es perfecta, pero refresca y conmueve. Le falta maldad. Es una película sentida, querida por quienes la hicieron, que se deja querer, fallida a ratos, en la que el corazón de los irlandeses pudo más que la razón. Está disponible, en su versión original, en La Liebre Video Club (González Suárez).

Para hacer justicia, les pongo el video de Guaranteed, la canción que Eddie Vedder hizo para Into The Wild, la nueva película de Sean Penn. Vedder no estuvo nominado para un Oscar, pero ganó un Globo de Oro con esta súper canción.



8 comentarios:

Danielo dijo...

Vi once en septiembre...me gusto mucho. Y creo que no le falta cine, capaz si maldad; pero creo también que eso no es un pecado, mas bien, me parece valiente, y en contra del actual "trend", hacer una película de personajes "buenos" con conflictos complejos.

Once, esta lejos de ser In the Mood for Love, y tampoco pretende ser Lost in Translation, pero cuando la vi, me puse a pensar que esta mucho mas cerca de nosotros, de lo que podria ser nuestro "cine" que las dos ultimas: por factura, por esa idea de hacer cine con poco y con los amigos, por la sencillez de la historia y por esa escena en la que todos entran en un solo auto y se van a tomar bielas en la playa.

Hacer cine sin pretensiones y hablar de las emociones del vecino, del de a pie, es para mi, refrescante. Es bacan que los personajes no son ni tan malos, ni tan losers, ni tan deprimidos (aunque en general esa no sea la regla de la vida)...por darle un titulo, Once, es cine de clase media, digamos, con todo lo bueno y lo malo que eso tiene...
Saludos

Tengo el soundtrack...no es "El año del pescado", pero se defiende como buen regalo para la pelada. El de Juno esta mucho mejor.

Juan Fernando Andrade dijo...

Danielo,

En efecto, se parece mucho a una película que podría hacerse acá, pero las películas no son ni chicas ni grandes, ni ecuatorianas ni tailandesas, son películas y uno las enfrenta como tales. Habrán, obvio, unas más cercanas que otras, pero eso sí, cada uno, cada uno.

Mi problema con Once es que le faltaron antagonistas de peso. Tenemos al ingeniero que les hace mala cara unos minutos, cuando los graba en el estudio, y luego, cuando tocan “When your minds made up”, que es un gran tema, se hace el amigo, el que cacha el talento del tipo de una y los lleva a la playa. No sé, medio fácil, ¿no?

Estoy de acuerdo contigo en que hacer una cinta sobre problemas “menores” es algo no menor. Creo que las películas sobre el vecino terminan siendo nuestras o sobre nosotros. Pero estos manes no saben actuar y ese es un asunto que el cine pocas veces tolera. En todo caso, disfruté la buena onda, el cariño, y el hacer una peli no matter what. Once tiene huevos, más en su intención que en su realización, pero los tiene y se ha hecho un lugar, a conectado, que es lo mejor de todo.

Espero tu próximo comentario.

Danielo dijo...

Gracias por la respuesta, un par de cosas sobre lo que dices.

Estoy de acuerdo con que las peliculas sean primero, y ante todo, peliculas, no postales de un país o muestras folclóricas. Pero también creo que es importante que se asuman como lo que son: tailandesas o ecuatorianas. Porque eso le deja saber al espectador en Finlandia o en Jacksonville, un poco mas sobre los seres humanos de esos lugares, sobre la vida del otro. Viendo Once, a mi me parece que las cosas que pasan y emocionan en Dublin, también pasan y emocionan en Quito.

Estamos acostumbrados a una forma de cine que ocupa mucho espacio de las carteleras y que viene de un mismo lugar...que ya no es siquiera un pais, sino varias corporaciones. Y eso es no es bueno ni malo, es quizás un poco peligroso y estandarizante. Peor aun, quizás algo que hemos aceptado sin darnos cuenta.

Creo que las peliculas si deben ser ecuatorianas o tailandesas, porque si conectan con su publico, al ser una forma de verse en ellas, crean inconscientemente "cultura", una cultura propia, una forma de ver, de decir , de filmar. Y por que no, en ese proceso, ayudan a entendernos mejor como sociedad. Para reirnos, para cuestionarnos o para relacionarnos con otras culturas...en este caso, los manes que hicieron once, conectaron conmigo, que no he pisado Irlanda.

Con respecto al antagonista, creo que los personajes se ponen trabas a si mismos, y eso hace que sean sus propios antagonistas. No hay el "malo de la pelicula", pero eso no impide que la narracion avance.

Y eso, otra vez, salio muy largo.
Con respecto a enteder otras culturas a traves de sus expresiones artisticas (cine, literatura, musica,etc), dejo el link del discurso de Amos Oz, Premio Principe de Asturias de este año.

http://www.elpais.com/articulo/cultura
/Discurso/Amos/Oz/Premio/Principe/Asturias
/Letras/elpepucul/20071026elpepucul_7/Tes

Juan Fernando Andrade dijo...

Danielo,

Creo que uno se emociona por lo que siente cercano, y esto puede pasar en Portoviejo o en New York. Para que algo sea cercano tiene que ser o parecer verdadero, sin importar dónde suceda. A la final, los lugares sirven, sí, y contribuyen a la idea de identidad que, como sabemos los no quiteños viviendo en Quito, poco o nada tiene que ver con el lugar de residencia.

Disfruté mucho tus comentarios. No te preocupes por irte de largo, que para eso estamos, para que se nos vaya la mano.

Anónimo dijo...

Cuando en un mismo entorno cinematografico se puede entrelazar de manera tan conmovedora y natural la musica, el amor, y un grupo de artistas autenticos ( que no hollywoodenses, ni divos, ni artistas perdidos en el egocentrismo) el resultado es perfecta, ya que nada sobra ni falta

Se superan los estereotipos, se salva de caer en el juego tan cansado y aburrido del malo y el bueno, o la mala y la buena, se cuenta una historia sencilla, humana y entranable, y eso es lo que asusta a algunos, que la vida misma esta llena de matices diafanos y melodias que nos ponen a temblar, o nos regocijan el corazon con recuerdos imborrables.. ONCE, es eso, y ademas, un canto al Amor, ese que solo algunos dichosos podemos encontrar una vez ev la vida...

GRACIAS por el cine independiente, y sigan adelante!

La verdad nos hara libres...

AndresR dijo...

A mi me parecio una pelicula excelente. Sí, definitivamente le falta cine y maldad y diálogos y personajes más elaborados... pero a pesar de eso logra varios de los fines del cine. Es un filme muy íntimo, sobrecogedor, que te deja sintiendo bien y a la vez pensando en muchas cosas por las letras de las canciones. Me gusta el "tempo" que tiene Once, te hace parte de la amistad de los dos protagonistas.

La música por su lado está buenísima, me gusta mucho la canción que ganó el Oscar pero estoy de acuerdo en que no es la mejor.. personalmente me agrada más la que canta la chica cuando se queda a solas en el piano del estudio o más aún la que canta cuando escribe la letra para la canción del chico y tiene que"pedirle prestado" dinero a su hija para comprar baterías para el discman.

Es una película suave sin caer en la cursilería... buena para ponerla casi como un CD de música cada vez que estemos de ánimo. Vale la pena verla más de "ONCE".

Juan Fernando Andrade dijo...

Andrés R,

gracias x tu comentario. estoy d acuerdo contigo en q hay q ver Once x lo menos Twice.

me interesan mucho los lazos q ha formado con el público. como q la gente la estaba esperando: algo pequeño, en corto, q no c crea más d lo q es. y Once es eso, algo q uno puede sentir cercano.

aún no escucho el soundtrack x separado. pero c q lo haré y q será un buen momento.

muy bacán la comparación q haces con poner un CD cuando uno c siente como para ello.

supongo q Once me pegó menos q otras, pero sigue dando vueltas, anda x ahí, siendo abrazada. y eso supera lo q la técnica no pudo.

espero tus próximos comentarios.

jfa

Adriana dijo...

Once. La vi hace un año recién, me parece. Porque me la recomendó un amigo, insistentmente. No le hice mucho caso, hasta que finalmente la vi y me arrepentí de no haberla visto antes. Me gustó, por mucho de lo que has dicho, y se ha dicho en los comentarios de tu post.

Me gustan las películas así. Si me preguntan ¿"Así" cómo? pues no sé, así. Así, de simples en su complejidas. Lo de los personajes interpretados por actores no-actores puede resultar desastrozo o resfrescante y adecuado,dependiendo del argumento de la película. En Once, funciona de maravilla.

Deberías ver Fish Tank de Andrea Arnold. La protagonista no era ni quería ser actriz, Arnold la vio peleando con su novio fuera de un tren, o algo así, y le ofreció el papel. A la chica le tocó bailar frente a las cámaras, aunque no le gustaba. Y logró una interpretación notable.
Recomendada siempre. A lo mejor te gusta, si es que no la has visto ya.