El aula de clases es una patria chica, allí dentro la gente hace las cosas de cierta manera y la legislación se aplica como en ningún otro sitio. Mientras en las noticias aparecen estudiantes ensangrentados siendo arrastrados por la policía, y en Moscú Correa visita la tumba de Lenín y es nombrado profesor honorario en dos universidades, yo me encierro a ver Entre les murs, película francesa que ganó la Palma de oro en Cannes versión 2008 y que sucede, enteramente, entre los muros de un colegio.
Empecemos por la ficha técnica, en este caso importa y es mejor salir de eso de una vez. El director es Laurent Cantent (en 2001 estrenó L’emploi du temps, a.k.a. Time Out, no la he visto pero es una de esas que, aparentemente, HAY que ver), elemento clave de un momento que podría llamarse la Nueva Nouvelle Vague del cine francés: películas que hablan de Francia siglo XXI sin voltear hacia la torre Eiffel o pasear por los Champs-Élysées, historias que pasan, digamos, en el patio de atrás. El protagonista, guionista y escritor de la novela homónima en que está basada la película, se llama François Bégaudeau y es un tipo más que respetable: en los noventas formó parte de una banda de punk que se llamaba Zabriskie Point, en 2005 publicó Mick Jagger: 1960-1969 (biografía inventada), ha trabajado en Cahiers du cinéma y actualmente es el crítico de cine en la Playboy francesa. Bégaudeau es, a su manera, un Truffaut que, por ahora, no dirige. Pues bien, Cantent leyó la novela (que dicho sea de paso es autobiográfica) de Bégaudeau, quedó enganchado, contactó al escritor, conectaron, se la jugó por él y decidió ponerlo a improvisar, junto a un grupo de adolescentes no necesariamente interesados en la actuación, por casi un año. El resultado es memorable.
François Marin (Bégaudeau) enseña francés a adolescentes lumpen, violentos, resentidos con la vida que les tocó y, también, con la que los espera. Los chicos son graciosos, inteligentes y hasta encantadores en esa forma en la que sólo un adolescente cabreado prendido a sus audífonos con la vida misma puede ser encantador; pero claro, no quieren ser educados porque no entienden muy bien cuál es el propósito de la educación y, además, no entienden por qué el profesor Marin les enseña un idioma que no es el de la calle o no es el de las calles que ellos recorren desafiantes (el que baja la cabeza pierde) ni el idioma en el que se escriben las canciones de rap. Durante poco más de dos horas (que en algún momento pesan, el 99% de Entre les murs son diálogos) estamos en medio, entre los muros, de una batalla de poder. El profesor que quiere ser amigo pero no puede aflojar porque si lo hace se le van encima. Los alumnos que son pueblo, el pueblo, y no se tragan la verdad así como así y no saben exactamente cómo defender las mentiras pero sí cómo defenderse entre todos. El profesor autoridad y sus alumnos fuerza de choque. Hasta que el control se confunde entre las escritas palabras en el pizarrón y empiezan las bajas.
Una de las mejores películas que he visto sobre esa patria chica y no siempre soberana que es un aula de clases (no sé si la mejor, pero ahí con The Breakfast Club, Dead Poets Society y Half Nelson). Me hizo pensar que yo era uno de esos que nunca hablaba, que no podía ser indisciplinado porque era vago y al menor relajo la expulsión sería segura. Creo que aún no aprendo a hablar. Estoy seguro, en todo caso, que me defiendo mejor en Word. Cada uno se defiende como puede. Cada uno, como en un duelo y si tiene suerte, escoge sus armas. En el colegio, se supone, nos dan armas, pero esas armas a veces se traban y explotan en nuestras manos y nos vuelan los dedos.
10.29.2009
Entre les murs (dark sarcasm in the classroom)
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3 comentarios:
Nos dan armas y nos explotan, queremos expresarnos y no nos dejan, te obligan a tener el cabello corto porque es lo "normal" te aplican test sicológicos para ver para que eres apto y resulta que al final te dicen que es lo que debes seguir para que complementes en la U y tengas una carreras para que "hagas plata". Donde si te portas "mal" te llevan donde el inspector el cual desahoga todos sus frustraciones contigo haciendote servicio especial o cun un severendo puntaapie en la nalga (entre los castigos más suaves)
JA JA El colegio una gran mentira del sistema unos verdaderos campos de concentración (sobre todo los fiscales en donde yo "orgullosamente" me gradue)
Llegada a la escuela, escuela del daño....buenos maestros para aprender a odiar...rebelde sin causa buscando la calle.
perdón por el desahogo.....jajaja, pero necesitaba vomitarlo de mi ser
Buen feriado
K,
todo bien. para eso estamos, pal desahogo. ja!
"una carrera para hacer plata", nada más importa... increíble, sigue pasando, más d lo necesario.
saludos
Soup a la onioooooooooooon....
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