Durante su corto paso por Quito, Jorge Izquierdo y yo nos vimos un par de horas. Entre una cosa y la otra, hablamos de este blog. Jorge me preguntó por qué sólo escribo sobre cosas que me gustan, por qué no hago “crítica” o ataco de vez en cuando al enemigo. Mi respuesta fue simple: la idea del blog es recomendar y compartir, y no pienso ni recomendar ni compartir cualquier cosa que me haya hecho perder el tiempo. Sin embargo Jorge, como siempre, tenía un gran punto: es un placer leer reseñas o críticas desfavorables cuando están bien escritas y, dicho sea de paso, escribirlas es muy divertido y presenta un reto no menor. Ahora bien, yo siento que ya hice mucho de eso para revistas y que sí, me divertí, harto, pero también fui algo mala onda e irrespetuoso y justamente por eso dejé de hacerlo. Pero ayer pasó algo.
Desde hace meses esperaba ver Funny People, la nueva película de Judd Apatow, con Adam Sandler y Seth Rogen. Había leído algunas críticas y casi todas la destruían, pero me daba exactamente lo mismo, yo creo en Apatow. Así que ayer, por la noche, hubo todo un evento. Una pareja amiga preparó pizza casera (gracias por las anchoas!!) que acompañamos con cerveza. Todo esto celebrando lo que esperábamos fuera una de nuestras próximas películas favoritas. Se sirvieron los platos, se destaparon las cervezas, se apagaron las luces y durante hora y media vimos una de las mejores comedias de todos los tiempos. Empezamos con el joven George Simmons (Sandler) haciendo pasadas ridículas por teléfono, como lo haría cualquier adolescente desocupado con ganas de fregar la paciencia, como dicen las abuelas. Luego pasamos al mismo Simmons años después, despertando en la habitación master de su mansión en Los Ángeles. Está claro que le fue bien en la vida, que lo logró. Lo que no está claro es si es feliz o no. O más bien sí, sí está claro: George Simmons no es feliz y está tan solo que apenas lo ves sientes algo en la barriga. Para colmo, acaba de enterarse que por su sangre corre una especie de leucemia que podría acabar con él en cuestión de meses. Todo mal. Entonces decide volver a un pequeño club de comedia stand up y ahí conoce a Ira Wright (Rogen), un tipo que recién comienza en el negocio y que tal vez se conformaría con ser un octavo de lo que es George Simmons, quien después de ver su acto le pide que escriba chistes para él. Aquí comienza una relación maravillosa entre dos tipos: uno que quiere todo lo que no tiene y otro que tiene todo lo que quiere y se pregunta qué es lo que falta. Funny People tiene los elementos clave: cariño, verdad y buen gusto. La cantidad de personalidades que hacen caemos es casi absurda: desde James Taylor y Eminem, hasta Paul Reiser y Sarah Silverman. Y todo funciona de maravilla hasta que Simmons se salva y aunque su vida continúa la película se hunde como el Titanic.
Sepan que la cinta dura dos horas y media y que la última hora apesta tanto que a uno se le va toda esa emoción acumulada en un principio. George Simmons viaja al norte de California a tratar de recuperar a Laura (Leslie Mann, la esposa de Apatow), el amor de su vida, que para esto está casada con un australiano medio imbécil (Eric Bana) y tiene dos hijas: Mabel e Ingrid (las hijas de Apatow y Mann), un par de chiquillas molestosas que deberían irse a dormir apenas salen en pantalla. Pero no, las niñas se quedan despiertas y chillan y la película se convierte en una telenovela donde los problemas empiezan con los besos y se resuelven a puños. La cosa se derrumba como un castillo de naipes, se vuelve pesada, aburrida, tonta y uno empieza a rezar para que se acabe pronto porque siente vergüenza ajena y espera que Apatow conserve la dignidad pero aquello no sucede (después de la peli, terminamos amargados, confundidos y perdimos por completo el apetito). ¿Qué pasó? Varias tesis se manejaron durante la noche de ayer. Uno: Apatow quiso contar dos películas en una y no le salió. Dos: Apatow podría ser como el Paul Thomas Anderson de los pobres, pero todavía no lo es. Tres: el matrimonio de Leslie Mann y Judd Apatow pende de un hilo y ella lo amenazó con irse de la casa y llevarse a las niñas (lo cual, quizás, hubiese sido una ventaja) si no la dejaba salir en la película por lo menos una hora. Sea como sea, Apatow se perdió la oportunidad de hacer no solo su mejor película sino una de las mejores películas de la década que está por terminar. Aún así, creo que no deben perderse esa primera hora y media, sobre todo quienes se dedican al humor y quienes andan buscando un nuevo amor cinematográfico que, para su información, se llama Aubrey Plaza. Véanla y paren después del show de Simmons en el norte de California. Les juro que no se perderán de nada.
Desde hace meses esperaba ver Funny People, la nueva película de Judd Apatow, con Adam Sandler y Seth Rogen. Había leído algunas críticas y casi todas la destruían, pero me daba exactamente lo mismo, yo creo en Apatow. Así que ayer, por la noche, hubo todo un evento. Una pareja amiga preparó pizza casera (gracias por las anchoas!!) que acompañamos con cerveza. Todo esto celebrando lo que esperábamos fuera una de nuestras próximas películas favoritas. Se sirvieron los platos, se destaparon las cervezas, se apagaron las luces y durante hora y media vimos una de las mejores comedias de todos los tiempos. Empezamos con el joven George Simmons (Sandler) haciendo pasadas ridículas por teléfono, como lo haría cualquier adolescente desocupado con ganas de fregar la paciencia, como dicen las abuelas. Luego pasamos al mismo Simmons años después, despertando en la habitación master de su mansión en Los Ángeles. Está claro que le fue bien en la vida, que lo logró. Lo que no está claro es si es feliz o no. O más bien sí, sí está claro: George Simmons no es feliz y está tan solo que apenas lo ves sientes algo en la barriga. Para colmo, acaba de enterarse que por su sangre corre una especie de leucemia que podría acabar con él en cuestión de meses. Todo mal. Entonces decide volver a un pequeño club de comedia stand up y ahí conoce a Ira Wright (Rogen), un tipo que recién comienza en el negocio y que tal vez se conformaría con ser un octavo de lo que es George Simmons, quien después de ver su acto le pide que escriba chistes para él. Aquí comienza una relación maravillosa entre dos tipos: uno que quiere todo lo que no tiene y otro que tiene todo lo que quiere y se pregunta qué es lo que falta. Funny People tiene los elementos clave: cariño, verdad y buen gusto. La cantidad de personalidades que hacen caemos es casi absurda: desde James Taylor y Eminem, hasta Paul Reiser y Sarah Silverman. Y todo funciona de maravilla hasta que Simmons se salva y aunque su vida continúa la película se hunde como el Titanic.
Sepan que la cinta dura dos horas y media y que la última hora apesta tanto que a uno se le va toda esa emoción acumulada en un principio. George Simmons viaja al norte de California a tratar de recuperar a Laura (Leslie Mann, la esposa de Apatow), el amor de su vida, que para esto está casada con un australiano medio imbécil (Eric Bana) y tiene dos hijas: Mabel e Ingrid (las hijas de Apatow y Mann), un par de chiquillas molestosas que deberían irse a dormir apenas salen en pantalla. Pero no, las niñas se quedan despiertas y chillan y la película se convierte en una telenovela donde los problemas empiezan con los besos y se resuelven a puños. La cosa se derrumba como un castillo de naipes, se vuelve pesada, aburrida, tonta y uno empieza a rezar para que se acabe pronto porque siente vergüenza ajena y espera que Apatow conserve la dignidad pero aquello no sucede (después de la peli, terminamos amargados, confundidos y perdimos por completo el apetito). ¿Qué pasó? Varias tesis se manejaron durante la noche de ayer. Uno: Apatow quiso contar dos películas en una y no le salió. Dos: Apatow podría ser como el Paul Thomas Anderson de los pobres, pero todavía no lo es. Tres: el matrimonio de Leslie Mann y Judd Apatow pende de un hilo y ella lo amenazó con irse de la casa y llevarse a las niñas (lo cual, quizás, hubiese sido una ventaja) si no la dejaba salir en la película por lo menos una hora. Sea como sea, Apatow se perdió la oportunidad de hacer no solo su mejor película sino una de las mejores películas de la década que está por terminar. Aún así, creo que no deben perderse esa primera hora y media, sobre todo quienes se dedican al humor y quienes andan buscando un nuevo amor cinematográfico que, para su información, se llama Aubrey Plaza. Véanla y paren después del show de Simmons en el norte de California. Les juro que no se perderán de nada.
3 comentarios:
Te dije que flaqueaba, quizás no tanto como dices, pero si lo hace...y creo que lo hace porque es una comedia, y la comedia puede llegar a lo ridículo, a la exageración, la gente ya ha aceptado que el juego va así.
Knocked Up me sigue gustando mucho. Gracias por le link al blog de Izquierdo. Ahora a esperar tu review de 500 days of summer.
Saludos cordiales,
La cagada no es Apatow. La cagada es Sandler.
Sandler ya lo hemos visto en un monton de peliculas en las cuales hace un pesado "product placement", cuenta con el cameo de sus panas de SNL(en esa epoca se llamaban los Bad BOys y considerado como uno de los mejores ciclos),la actuacion de un actor veterano que ahora solo trabaja por un cheque (Jack nicholson, Walken), sus panas que les da un pequeno papel, y sus otros panas que lo hacen por el amor al arte(john turturro,buscemi), y para completar un guion mediocre.
Sandler ha vendido bien sus peliculas, que se han convertido en "cable tv staples", sino dense cuenta cuando estemos viendo en nuestra teles , y encontrara una peli del antes mencionado en cualquier canal.
Sandler no es un mal actor. Si el man es bien dirigido ej: "Punch drunk Love", el man nos da maravillas.
Lo bueno de Apatow es que tiene un buen nucleo de actores que estan dispuestos a dar el todo por el todo y guiones que no se pierden en el camino.
Sandler solo quiere otra pelicula para vender, y se aprovecha del man del momento.
Atte
Calolo
D,
creo q me disgustó tanto xq la primera mitad es, en serio, una d las mejores comedias q haya visto jamás. llena d sensibilidad, humor y observaciones críticas.
long live KU!!
Calolo,
a mí me gusya Sandler desde su época en SNL. creo q tiene películas desechables, sí, pero mal q mal siempre pelea x las causas correctas y eso d poder trabajar siempre con sus panas es algo q envidio.
totalmente d acuerdo con lo d PDL. Sandler debería trabajar más con directores serios.
Apatow le sacó un buen papel pero aún así creo q más bien fue la película la q c propuso cosas q la superan, no Sandler.
saludos
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