Dicen
que Girls es la nueva Sex and the City. No me consta, nunca me
importaron las aventuras de Sarah Jessica Parker y compañía, a lo mucho, creo,
vi la mitad de un episodio doblado al español y no me provocó ver más: entre
otras cosas porque según yo esas señoras sobredimensionaban sus problemas para
tener de qué hablar con sus amigas, pero es sólo mi opinión. Por otro lado, Lena
Dunham, creadora y protagonista de Girls,
me atrapó de una y fue como encontrar el amor en una cita a ciegas.
Hannah,
el personaje con el que Dunham se cuenta su propio cuento en la nueva serie de
HBO, no es sólo el palíndromo que se le olvidó a Todd Solondz, es una chica
veinteañera con libras de más y centímetros de menos que habla con la verdad. No
será la verdad absoluta, eso no existe, pero sí su verdad y en ella hay mucho más vida real que en cualquier reality de horario estelar. Con una sola frase, Hannah
puede hacerte llorar. Me refiero a cosas como “no tengo un poco de sobrepeso,
tengo trece libras de sobrepeso y ha sido horrible para mí toda la vida”.
De
esas, frases con onda y sin poses, hay varias por capítulo y es esa carga de
honestidad y buen humor lo que hace que podamos mirar Girls a los ojos, de igual a igual, y hasta hacerle un par de
confesiones. Pero mi sentencia favorita hasta la fecha –ya se confirmó una
segunda temporada para el 2013– no la dijo Hannah sino Jessa, la preciosa y
aventurera cuota británica, “hazlo por la historia”, dijo, y fue cuando Hannah
creía que su jefe la acosaba sexualmente y de pronto contempló la posibilidad
de acostarse con él sólo para saber qué pasaba después.
“Hazlo
por la historia” debería ser lo primero que te enseñan en la escuela, vive
primero y cuenta después, juégatela pero
en serio, quémate las manos para comprobar que existe el fuego. Eso es lo que
parecen estar haciendo las chicas de Girls,
cumpliendo con su lema de vivir el sueño cometiendo un error a la vez, dejando
un rastro de condones usados, rímel y pastel de bodas. Además, Hannah tiene
tatuajes y esos tatuajes son ilustraciones de libros infantiles que le gustaban
mucho cuando era niña, el que no se enamore con eso que lance la primera
piedra.
(El Comercio, 14/10/12)
Disponible en Cuevana
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