9.12.2008

Copete con Los Tres.

Todo empezó por casualidad, diría que fue prácticamente un accidente. Estaba en la oficina, hablando con un colega periodista-rockero, contándole emocionado que loco, vienen Los Tres, sí, Los Tres de Chile, tocan la próxima semana, al aire libre, gratis. En eso aparece la Jefa, que cruzaba el pasillo rumbo a su oficina y nos escuchó y me dijo: esos Tres de Chile llamaron a ver si los queríamos entrevistar, pero no tengo idea de quienes son, entonces dije que no. Un viento helado corrió por mi cuerpo. ¿Tai hablando en serio hueón? O sea que pudimos haber entrevistado a Los Tres y nos negamos. ¿Estamos todos locos? Y bueno, no fue un pecado de maldad sino de una ignorancia harto perdonable, tomando en cuenta la distancia generacional. Había que hacer algo y pronto, ya. Llamé a la productora que nos había contactado, lo primero que me preguntó fue ¿usted sí sabe quiénes son Los Tres?. Yo crecí con Los Tres, soy fan, respondí. Ah, perfecto.



Pasaron unos días, muy pocos. El miércoles pasado me llamaron por la mañana y me dijeron ya sabemos cuándo es su entrevista, es hoy. ¡Hoy! OK, seguro, no hay problema, ahí estaré, gracias, chao. Al instante llamé a Eduardo “Syd Barros” Varas (acaso el blogger más disciplinado de este país y un perito en la materia Los Tres). Hey, Barros, la entrevista es hoy, primero vamos a la rueda de prensa y luego al hotel donde se están quedando. La rueda de prensa estuvo mucho mejor de lo que esperaba. Nunca había estado en una de esas y me temía lo peor, el típico periodista de cultura de un diario nacional, que no tiene ni la más remota idea de quiénes son esos a los que se supone debe preguntarles cosas, y termina escribiendo siempre lo obvio, onda “La banda de rock chilena Los Tres, visita por primera vez nuestro país, sus integrantes se mostraron muy contentos de estar en Ecuador y prometieron un concierto inolvidable” No sé, eso es por lo general lo que uno lee o ve en tele con el rótulo de rueda de prensa. Este caso fue distinto, varios de los periodistas convocados eran fans, sabían por dónde iba la cosa y en su mayoría las preguntas fueron respetuosas e inteligentes. Las respuestas, por su lado, fueron lo mismo serias e irónicas. Faltando horas nada más para otro 11 de septiembre, Álvaro Henríquez habló de Chile y de la memoria, de lo importante que es no perder la memoria y de que, sin importar cuánto tiempo pase, Chile estará siempre marcado por ese día. También dijo que de repente Los Tres se habían convertido en una banda de culto, como si uno de ellos hubiera muerto y por eso ahora todo el mundo los quería escuchar, como unos Pixies latinoamericanos. No se si sea tan así, pero algo de eso ahí. Los Tres, hoy por hoy, son más grandes que nunca, incluso más que cuando sacaron su estupendo MTV Unplugged.



Después de la rueda de prensa, al súper, a comprar una de Jack Daniel’s, la misión era, más que entrevistar a la banda, pasar un buen momento con ellos, como si fuésemos panas de toda la vida, y el viejo Jack puede hacer maravillas. Siempre es difícil y hasta duro conocer a la gente que uno admira, esa distancia entre obra y persona existe y a veces es infranqueable. Estábamos ahí, frente a frente con los tipos que hicieron “La espada y la pared” y “Fome”, discos clave para los que crecimos en los noventas, discos de esos que te dan una mano cuando se la pides. Los detalles de la conversación no los puedo revelar todavía, Barros y yo tenemos que elaborar una memoria a cuatro manos, que será publicada en un futuro no muy lejano, ilustrada con las fotos del gran Ivan Kashinsky. Por ahora, basta con decir que Los Tres son buen dato, frescos, para nada sobrados o distantes o tirados a rock stars. Henríquez, Titae y, ahora lo sé, Parrita, son buena compañía para el copete (como le dicen al trago en Chile). Terminada la entrevista fuimos a la fiesta de inauguración del nuevo Ananké, en la mera Zona, ponían tecno, Titae y Parrita se quedaron en el bar, mezclándose con la gente que más o menos los pescaba. Henríquez, Barros y yo nos sentamos en la cerca de una casa vecina, a tomar vino blanco y hablar de Bret Easton Ellis, de Fuguet, de la vez que conoció a Lou Reed, de cuando le dio la mano a Brian Wilson o se inclinó para darle un beso en la mejilla a Yoko Ono, y ella le dijo Chile, I know about that country because of John. La noche terminó en un sitio pequeñísimo cuyo dueño era una mexicano, tomamos tequila, Álvaro desapareció y cuando volvió, guitarra en mano, supimos que se venía el gran final. Henríquez y otro chileno, un tipo mayor que tocaba el acordeón, que apareció de la nada y coronó la velada, empezaron a tocar. No se puede pedir más. Eran las primeras horas del 11 de septiembre y estábamos ahí, tratando de corear temas del folk chileno, brindando con Los Tres. Si eres paciente y dedicado, jugado, entregado, apasionado... este oficio te premiará tarde o temprano.

La banda toca esta noche en Gkill, en el Heineken Music, y mañana en Quito, cerca de la cruz del Papa, Amazonas y Atahualpa, 20h00. Nos vemos allá.

Continuará...

6 comentarios:

Aleksander Jaiglander dijo...



¿Los TR3S (que son cu4tro) tocarán gratis en Quito mañana?

Que suerte...

Yo en cambio pagué 40 dólares para verlos hoy en Heineken Bar de Guayaquil.

Pero no problem, ellos valen lo que cuestan.

Espero yo quedarles debiendo a ellos. Más de lo que les debo por toda esa música estupenda

Saludos...

Desde el fondo de una botella

Eduardo Varas C dijo...

Y bueno, ahora son tres... porque no hay baterista... pero esa es otra historia...

Thompson!!! y el Fome? Lo firmaron?

Danielo dijo...

Tienes que darle una copia del Unplugged de Los Tres a J. Ordoñez, capaz le cambia la vida, y te sube el sueldo. Tienes suerte, "timing", como dice Johansen, "it´s the answer to success".

Unknown dijo...

fantástico, hablar de Bret Easton Ellis es siempre saludable y recomendable.

Saludos

manusava dijo...

Anécdota de lujo, un momento que de seguro nunca se borrará de tu memoria!

Juan Fernando Andrade dijo...

más q un momento, un pedazo de vida, un signifcado, un sentido, unn norte. el sábado, viéndolos en vivo, comprendí q sí, q toda la onda fanboy está súper justificada y q así no los vea nunca más en la vida, ellos tendrán un espacio en casa

próximamente la nota extendida, e impresa... creo q en la diners d dic.

abrazos