10.30.2008

El loco afán de Lemebel.


Preparándome para la fiesta del libro, caigo en Loco Afán, libro de crónicas del chileno Pedro Lemebel, sin duda uno de los pesos pesados de este magno evento. Además de chileno, Lemebel es gay, travesti y de izquierda. Sólo por haber sido maricón y comunista, en la era de Pinochet, deberían darle un premio. Yo le daría otro por tener más de cincuenta y seguir usando taco aguja. Loco Afán es no ficción, pero tiene tan buenos acabados, que uno acaba pensando que lo leído es un cuento de hadas que viven de fiesta y mueren de sida en el centro de Santiago.

Lemebel le dedicó el libro a sus amigas, a quienes llama locas o niñas, todas desaparecidas en combate, arrastradas al otro mundo por el síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Podría decirse que estas crónicas son perfiles o, mejor, pequeñas biografías de seres que existen al margen, un margen total, fuera de la ley de Dios y del hombre, fuera de juego, casi en un universo paralelo. Y están escritas como si fueran chismes, cariñosos recuerdos de un peluquero intelectual.



Por ejemplo, acá el comienzo de La muerte de Madonna.

Fue la primera que se pegó el misterio en el barrio San Camilo. Por aquí, casi todas las travestis están infectadas, pero los clientes vienen igual, parece más les gusta, por eso tiran sin condón.

Ella sola se puso Madonna, antes tenía otro nombre. Pero cuando la vio por la tele se enamoró de la gringa, casi se volvió loca imitándola, copiando sus gestos, su risa, su forma de moverse. La Madonna tenía cara de mapuche, era de Temuco, por eso nosotros la molestábamos, le decíamos Madonna Peñi, Madonna Curilagüe, Madonna Pitrufquén. Pero ella no se enojaba, a lo mejor por eso se tiñó el pelo rubio, rubio, casi blanco. Pero ya el misterio le había debilitado las mechas. Con el agua oxigenada se le quemaron las raíces y el cepillo quedaba lleno de pelos. Se le caía a mechones...



Esto es de El beso a Joan Manuel (Tu boca me sabe a hierba)

... Cuando se ha guardado un beso de fuego para el trovador desde hace veinte años, y se tiene la oportunidad de estamparle la boca coliza en su boca que sabe a hierba. Su boca histórica que cantó por la revolución, por los obreros, los piratas y tanto mal amor perdido. Pero nunca nos dedicó ninguna estrofa, ningún estribillo, como si los maricones no existiéramos, nos exilió del universo poético de su canto. Como si ninguna loca hubiera nadado en el Mediterráneo de su corazón azul. Ninguna mereció levantar el vuelo, gorriona marica en su cielo pardo. Nunca supo entonces del pájaro Lorqui-ano de Federico, destripado por las púas del franquismo...

Aplausos, grande Lemebel, que tuvo algo así como un grupo terrorista cultural llamado Las Yeguas del Apocalipsis, preocupado de sabotear con su homosexualidad zurda actos oficiales de Pinochet. Ahora, Lemebel es famoso, publica en Anagrama, vende mucho y le hacen homenajes por todo el mundo. Bien. Bacán. Lemebel se lo merece. Tiene dinero pero su alma no está en venta.



Para cerrar, algo de Manifiesto (Hablo por mi diferencia)

…Usted no sabe
Cómo cuesta el amor
En estas condiciones
Usted no sabe
Qué es cargar con esta lepra
La gente guarda las distancias
La gente comprende y dice:
Es marica pero escribe bien
Es marica pero es buen amigo
Súper-buena-onda
Yo no soy buena onda
Yo acepto al mundo
Sin pedirle esa buena onda

…Mi hombría es aceptarme diferente
Ser cobarde es mucho más duro
Yo no pongo la otra mejilla
Pongo el culo compañero
Y ésa es mi venganza.

10.27.2008

Lecturas seguidas de más lecturas.


Shakespeare wrote for money es como un greatest hits, una selección de las columnas que el gran-gran escritor británico Nick Hornby despachó para la revista literaria norteamericana Believer, desde agosto-06 hasta septiembre-08. La columna de Hornby se llama Stuff I’ve Been Reading (cosas que he estado leyendo) y va mucho más allá de los libros. Tiene que ver con sus viajes, sus amigos, sus experiencias con lectores, su vida como padre de familia y, por supuesto, los títulos que lo han emocionado últimamente.

Ayer pasaron una de mis películas favoritas en el cable: Ratatouille. La vi, francamente, con la intención de quedarme dormido en el proceso, pero no se pudo, volví a enganchar y me la mandé entera, hasta el final. El tercer acto de Ratatouille debería ser material de cátedra en las escuelas de cine de todo el mundo. Desde que las ratas se unen para ayudar al pequeño chef Remy, hasta que él y sus nuevos amigos montan su pequeño restaurante en París. En el medio de todo eso está el monólogo del crítico culinario Anton Ego (en la voz de Peter O’toole), absolutamente magistral. Ego ataca su oficio diciendo cosas como “los críticos arriesgamos muy poco y aun así disfrutamos de un inmenso poder... las críticas destructivas son divertidas al leer y divertidas al escribir” Y al final reconoce que la parte más importante de su oficio es defender y pelear por eso en lo que cree.


Esto es exactamente lo que hizo Nick Hornby en su columna de la Believer. Luchar por sus derechos y por los de sus lectores. No sé cuántos libros se publiquen en el mundo cada día, pero seguro son muchos y pensar que uno leerá todo o la mitad o un cuarto de lo que quiere leer, es mentira. Aún así, seguimos comprando libros. En mi casa están por todas partes, en la sala, en el cuarto, debajo de la cama, sobre la mesa del comedor, sobre la cama, apilados en alguna esquina. Los libros me acompañan y me gustan como objetos, se ven y se sienten y huelen bien. Además, cual junkie, el no tener un libro que quiero me produce ataques de ansiedad e insomnio. No los leo inmediatamente ni mucho menos, pero me siento tranquilo sabiendo que vivo en un hogar donde me esperan, por ejemplo, las Memorias de un amante sarnoso, de Groucho Marx, y The Best of American Splendor, de Harvey Pekar.


Leer no es fácil. Toma tiempo y en este siglo el tiempo no solo vuela, se desvanece, se esfuma. Leer es un placer y conlleva esfuerzo. Soy más feliz leyendo que escribiendo, dijo Roberto Bolaño con la boca repleta de razón. Afortunadamente, hombres buenos como Nick Hornby hacen columnas-guías y nos ahorran algo de ese escurridizo tiempo. Un crítico de libros es al lector lo mismo que un médico de cabecera. Un tipo en el que se confía, una persona en la que se deposita no sólo dinero sino esperanza. Un crítico que te engaña, que te hace leer cosas sólo porque están de moda o porque fueron lo más vendido en las ferias de Guadalajara y Bogotá, es el enemigo, un ser ruin que no tiene perdón de Dios. El crítico debe ser tu amigo y yo a Hornby lo considero mi pana, mi bro. Me cae bien porque es intelectual mas no intelectualoide, porque está interesado en compartir y no en la pose del genio erudito, y porque se fija más en la cultura pop que en el renacimiento. Cuando escribe sobre lo que está leyendo, lo hace con alegría, tratando de comunicar porqué su vida es mejor tras haber leído Lush Life de Richard Price, o The Nashville Chronicles: The Making of Robert Altman’s Masterpiece de Jan Stuart. Nick Hornby lo logra, gana, hace lo mejor que puede hacer un crítico: darte ganas de dejar lo que sea que estés haciendo/leyendo y empezar ese libro del que acabas de conocer.


Cosas que he estado subrayando en las páginas de las cosas que Nick Hornby ha estado leyendo, y viendo.

How can you understand a novel if you don’t understand pain?

If we are going to judge things on their ability to power the great machines of the world, then we will have to agree that agree that music, charity, tolerance, and bacon-flavored potato chips, to name only four things that we prize here at the Believer, are worse than useless.

A good novel is one that sends you scurrying to the computer to look at pictures of prostitutes on the Internet. And as Michael Ondaatje’s Coming Through Slaughter is the only novel I have ever read that made me do this, I can confidently assert that Coming Through Slaughter is, ipso facto, the best novel I have ever read.

Anyway, hurrah for fiction! Down with facts! Facts are for the dull, and the straight, and the old! You’ll never find out anything about the world trough facts! I might, however, have a look at this Brian Clough
(1934-2004, famoso jugador y entrenador en Inglaterra) biography I’ve just been sent. Football doesn’t count, does it?

Yes, it’s the job of artists to force us to stare at the horror until we’re on the verge of passing out. But it’s also the job of artists to offer warmth and hope and maybe even an escape from lives that can occasionally seem unendurably drab.

Refiriéndose a USA e Inglaterra.

…if our two countries were full of fat readers, rather than millions of Victoria Beckhams, then we would all be better off.


It's the best film about an artist I'vre ever seen: it's meltingly beautiful and it has taken the trouble to engage its subject with love, care, and intelligence. What more do you want? Even if you hate every decision that Haynes has made, you can enjoy it as the best feature-length pop video ever made. Who wouldn't want to wacht Heath Ledger and Charlotte Gainsbourg making love while "I Want You" plays on the soundtrack?

I can telll you little about The Simpsoms Movie because -and I'm not big enough to resist naming names- Mila Douglas, five-year-old best friend of my middle son, was scared of it, and as her parents weren't with her, it was me that had to keep taking her out into the foyer, where she made a miraculous and immediate recovery every time. Scared! Of the Simpsons! I will cheerfully admit that I have failed as a father in pretty much every way bar one: my boys have been trained ruthlessly to wacth whatever I make them wacht. They won't flinch for a second, no matter who is being disemboweled on the screen in front of them. Mila (who is, perhaps not coincidentally, a girl) has, by contrast, clearly been "well brought up," by parents who "care", and who probably "think" about what is "age-appropiate." Yeah, well. What good did that to her on an afternoon excrusion with the Hornby family? From what I saw, the movie was as good as, but not better than, three average Simpsons episodes boled togheter-an average Simpsons episode being, of course, smarter than an average Flaubert novel. It could well be, though, that I was sitting in the foyer listening to Mila Douglas's views on birthday-party fashion etiquette during the best jokes.

La fiesta del libro en Quito.



La última semana de noviembre, Quito se llenará de escritores. El Ministerio de Cultura organiza la Fiesta Internacional de la Cultura: El libro 2008. Se trata, sobre todo, de un encuentro, una oportunidad para escuchar y conocer a grandes de la ficción y la crónica. Justo acá, donde siempre nos quejamos de que no viene nadie ni a saludar, estarán, entre otros: Pedro Lemebel (cronista y escritor, Chile), Alejandro Zambra (escritor, Chile), Gonzalo Garcés (escritor, Argentina), Mempo Giardinelli (escritor y cronista, Argentina), Leila Guerriero (editora de la revista Gatopardo para el cono sur, Argentina), William Ospina (escritor, Colombia), Julio César Londoño (escritor y ensayista, Colombia), Daniel Samper Pizano (escritor y periodista, Colombia) Fabricio Mejía Madrid (cronista, México) y Julio Villanueva Chang (cronista, fundador de la revista Etiqueta Negra, Perú).



Entiendo que las actividades serán, principalmente, conversatorios y foros, donde escritores nacionales e internacionales hablarán del oficio y, lo más importante, donde el público tendrá la oportunidad de participar, de preguntar, de cuestionar a las plumas que están escribiendo nuestra historia actual. Por el Ecuador estaremos, de lo que sé, Gabriela Alemán, Juan Carlos Cucalón, Carlos Andrés Vera, César Ricaurte, Raúl Pérez Torres y yo, eso en lo que a crónica tiene que ver, porque en lo que es ficción se sumarán más nombres. Y sí, con tanta gente, sólo puede ser una fiesta, o una guerra, pero prefiero apostar por lo primero.

Este miércoles 29, a las 19h00 en el Centro de Convenciones Eugenio Espejo (Av. Colombia, por la entrada al Hospital Eugenio Espejo), se presentarán la programación y lista de invitados definitiva. Entonces sabremos, a ciencia cierta, de qué se trata esto. Mientras tanto, toca volver a las obras de los escritores mencionados, hacer memoria, refrescar el recuerdo, googlear en el disco duro hasta encontrar eso que nos hizo conectar con ciertas páginas vitales.



Por cierto, dentro del evento, habrá también una sección cine, todavía nada es seguro, pero dicen los rumores que vendrán Bertha Navarro y Eugenio Caballero, ambos mexicanos, productora y director de arte de El laberinto del fauno, o sea que ambos vienen con el Oscar en las manos. También, dicen, y ojalá suceda, vendría Guillermo Arriaga, guionista de Amores Perros, 21 gramos y Babel, aquella famosa y multipremiada trilogía (aunque, dicho sea de paso, la mejor película de Arriaga no fue dirigida por González Iñárritu sino por Tommy Lee Jones, y se llama Los tres entierros de Melquíades Estrada). Se me hace que Arriaga debería estar, también, en la sección escritores de ficción, sólo hablando de su novela El búfalo en la noche, tiene como para dar una clase magistral de narrativa contemporánea.



Parece que el año terminará bien. En este país, que ha permanecido inmóvil durante tanto tiempo, están pasando cosas.

10.23.2008

Priceless.


Tengo un amigo (personal y amigo de este blog) que en este preciso instante atraviesa una Maestría en Fotografía y Dirección de Cine, en la Florida State University. Eso queda en Tallahassee, capital del estado, donde, mi amigo cumple con recordármelo, el famoso “recount” de votos le dio el triunfo a Bush frente a Al Gore en 2000. Dice mi amigo que Tallahassee es “una ciudad en lo profundo del sur de los Estados Unidos, con todas las connotaciones que eso implica… me gusta pensar que es el Lago Agrio de USA”. No sé si sea como para compararla con L. A., en donde he estado varias veces, pero como no conozco Tallahassee, por lo pronto me apego a su criterio.

Hace dos días, en el cine de la Florida State University, el novelista y guionista Richard Price dio una clase magistral para los alumnos de cine y escritura creativa. Price, un genio. Escribió Life Lessons, ese mediometraje nada menos que perfecto, que Scorsese dirigió a finales de los 80’s. Escribió, también para Scorsese, el guión de Bad, inolvidable video de Michael Jackson y la película The Color of Money, con Paul Newman y Tom Cruise, un neo clásico atemporal. No contento con eso, escribió la novela Clockers que luego fue un guión suyo para una película de Spike Lee. Aunque Price diga que el cine le sirve para comprar el tiempo que le toma escribir sus novelas, es un gran guionista. Tal vez sea mejor novelista, o tal vez, justo porque el cine le importa poco, pero no tan poco como para escribir mal, es que sus películas funcionan.

Acá unas “perlas” que mi generoso amigo fotógrafo tuvo a bien compartir conmigo. La traducción es de un seguro servidor. Sepan perdonar los abusos y atropellos contra ambas lenguas.

- "Being a screenwriter is like running for vicepresident"
“Ser guionista es como lanzarse para vicepresidente”

- "Writers are horses in a pony express, if you die in a middle of the race between LA and New York, they pick up another horse".
“Los escritores son caballos que llevan el correo, si te mueres en medio de una carrera entre Los Angeles y Nueva York, agarran otro caballo y listo”

-"You don't go to a movie theatre to talk about the writing"
“Nadie va al cine a hablar sobre la escritura de una película”

-"My job isn't to show up in the movie by being better than the director"
“Mi trabajo no es lucirme en la película siendo mejor que el director”

-"If you are a real artist there is no choice but to do it"
“Si eres un artista de verdad, no otra opción más que hacerlo”

-"Writers can only write about what they are drawn to. That's when you do your best work. Write as close to your heart".
“Los escritores solo pueden escribir sobre lo que los mueve. Ahí haces tu mejor trabajo. Escribe todo lo cerca de tu corazón que puedas”
- (refiriendose a escribir sobre New York o Baltimore)"A place is just a setting, it is all about the characters"
“Un lugar es solo un set, se trata de los personajes”

-"Writing only about your personal experiences could become a prison. Research. I do a lot of hanging out".
"Escribir unicamente sobre tu vida personal puede transformarse en una prisión. Investiga. Yo paso un montón de tiempo con otra gente”

-"If something gets under your skin, just go and park yourself in the middle of it".
“Si algo se mete bajo tu piel, sólo párate en la mitad”

-“Screenwriting is like a speed chase. Writing a novel is like chess".
“Escribir guiones es como una rápida persecución. Escribir una novela es como jugar ajedrez”


10.21.2008

Charly García: libre a las puertas de los 57.


Este jueves 23 de octubre, mientras su compatriota Andrés Calamaro esté tocando por vez primera en Quito, Charly García cumplirá los 57 años de edad. Por suerte, no los cumplirá en la clínica neuropsiquiátrica Avril, donde ha estado internado una buena temporada. Los cumplirá en casa de su amigo Palito Ortega, entre gente que lo quiere, lo cuida, lo soporta y, sobre todo, lo conserva. Charly no está libre del todo, debe seguir su tratamiento y dos enfermeros, un hombre y una mujer escogidos por él, lo acompañarán en la estancia de Ortega, en Luján, 70 kilómetros al oeste de Buenos Aires.

La primera vez que vi a Charly en vivo y en su tierra natal, fue justo a las afueras de la ciudad de Luján, en un pueblo llamado Carlos Keen, como parte del festival musical Campo Konex. Aquella vez, Charly nos hizo esperar toda la tarde por él, pero valió la pena, el concierto estuvo increíble y aunque perdí mi cámara de fotos y algo más (atreverse a estar en primera fila, en medio de argentinos, es cosa seria), gané varios amigos en una solo mano, todos ellos, gente Say No More. Luego quise hacerles una nota, para SoHo-Ecuador, pero al editor se le ocurrió algo mejor. “Conviértete en un fan de Charly, búscalo, y no pares hasta conocerlo”, me dijo el broder Carlos Andrés Vera. Durante días, noches y madrugadas, así lo hice. Una vez, tratamos de colarnos a un concierto de Fito Páez en el teatro Ateneo, se suponía que tocaría Charly. Nosotros, fans quebrados, no pudimos entrar, pero Charly sí que entró y cantó con Fito y, al final, tuvimos que pararnos en la puerta del estacionamiento para saber en qué carro andaba. Yo me habría ido a la casa tranquilamente, pero como estaba de fan-fan, me quedé hasta las últimas consecuencias, y fue como estar en una película de los Beatles.



El fan más fan se llamaba Tato y si la memoria no me engaña, estaba en su último año de secundaria, aunque tal vez era más joven. Él y yo vimos salir a Charly y a Fito del estacionamiento del Ateneo, dentro de un pequeño auto gris con los vidrios oscuros. Tato le hizo una señal con el brazo a su madre, que aguardaba al volante de un noventero y algo destartalado Fiat rojo de tres puertas. La persecución empezó de inmediato. La mamá de Tato maniobraba por las avenidas porteñas como Han Solo en el Halcón Milenario a través de un campo de asteroides. En un momento, lo conseguimos, el chofer de los rockeros tuvo que parar en un semáforo y nosotros paramos a su lado. Tato sacó el cuerpo por la ventana. Charly sacó su mano y saludó. Tato dijo “Charly, te amo más que a mi vida”. Charly no dijo nada o lo dijo muy bajo y no lo escuchamos. Pensé que eso era todo, pero no, para un fan, siempre hay más. Charly y Fito entraron a un restaurante, cerca de Corrientes, no recuerdo a qué altura pero no muy lejos del obelisco. Tato, la mamá y yo, nos quedamos afuera, esperando que volviera a salir para verlo así fuera unos segundos.



Mientras Charly comía y bebía a cuerpo de rey, nosotros pasábamos calor y conversábamos, igual contentos. Tato estaba absorto, en otro lado, tratando de ver algo, cualquier cosa, a través de la ventana. Su madre me contó que el verano pasado habían seguido a Charly por la costa, Villa Gesell, Mar del Plata, Pinamar y aledaños. Eran cuatro en el noventero Fiat rojo. Para ahorrar dinero y seguir la gira playera, la mamá y la novia de Tato dormían en los asientos del piloto y el acompañante, ligeramente inclinados, no podían reclinarlos del todo pues Tato, y su mejor amigo, dormían como mejor podían en el asiento trasero. Ese tipo de cosas provoca Charly en la gente, en su gente. Como dos horas después Charly y Fito salieron del restaurante. Tato se congeló, como un zombi. Yo pensaba que había aguardado mucho por ese momento, que le diría algo importante, trascendental, inolvidable. No dijo nada, sólo sonrío como un niño y se puso a llorar. Charly y Fito volvieron al pequeño auto gris de vidrios oscuros, y se perdieron en medio de la noche. Eran las dos de la mañana, entre semana, día de clases. Tato tardó en salir del trance. Su madre lo miraba, tranquila, diría que hasta feliz de que su hijo tuviera ese momento para siempre consigo. Ella tenía el símbolo Say No More tatuado en la espalda, del lado derecho, cerca del hombro.

10.20.2008

600 hombres.

Duches: Diamonds are most value,
They say, that have pass’d through
Most jewellers’ hands.

Ferdinand: Whores, by that rule, are precious.

- John Webster, The Duches of Malfi (I.ii)




Chuck Palahniuk tiene libro nuevo, se llama “Snuff”. El personaje principal, el motor de la historia, la razón para que los eventos se desenvuelvan, es omnipresente y casi no habla. Conozcan a Cassie Wright, una estrella de películas para adultos que, para cerrar con broche de oro una carrera llena de éxitos, decide tratar de romper todos los records conocidos por la raza humana, y disfrutar de 600 hombres en una sola película, llamada World Whore III: the whore to end all whores. Para esto, Cassie ha convocado a un casting al que han llegado sus emocionados fans a cumplir un sueño, tener sexo con ella, estar dentro de ella aunque sea un minuto, ser ese tipo al que vieron mil veces en la pantalla, penetrando en su vagina favorita. Al casting también han llegado actores, antiguos amigos y colegas de Cassie, que vienen a darle una mano, a ser parte de esta hazaña que cambiará la historia del cine porno para siempre.

600 hombres en un cuarto, cada uno con el número correspondiente marcado de alguna forma. Algunos han traído regalos para Cassie y otros, con el corazón en la mano y un nudo en la garganta, vienen a decirle hola, mamá, soy yo, tu hijo perdido. Una de las historias más conocidas en la industria del cine para adultos, es la del embarazo de Cassie Wright durante su primera película, World Whore I. Dicen que cuando supo que estaba embarazada, Cassie volvió a casa de sus padres buscando ayuda, apoyo, pero ellos, que ya sabían en las que andaba su hija, la despreciaron miserablemente. Aún así, la joven Cassie decidió no interrumpir el embarazo y cuando nació la criatura, la dio en adopción. Al parecer, por lo menos entre sus fans, ser el hijo de Cassie es como ser el elegido, the one, una especie de príncipe cuyo linaje lo coloca inmediatamente por encima de los demás. La novela está narrada desde cuatro voces, Mr. 72, Mr. 137, Mr. 600, y Shelia, que vendría a ser la productora y anda coordinando el asunto cronómetro en mano. Los tres hombres son un joven convencido de ser el príncipe Wright, un verdadero fan y un actor que en su momento brilló en lo más alto del porno. Una novela coral en la que de a poco vamos descubriendo las verdaderas razones por las cuales los personajes están allí, por qué sienten que deben tener sexo con Cassie para que, por así decirlo, sus vidas estén completas.

Estas circunstancias, en manos de Palahniuk, se prestan para cualquier cosa, sobre todo para lo repulsivo. Pero la cosa es más bien al revés. Snuff es, sin duda, la novela más divertida y hasta relajada de Palahniuk. De hecho, ha desatado una controversia entre sus lectores, pues para muchos se trata simplemente de la peor novela del autor de Fight Club, un trabajo, dicen, poco serio. Estoy con los que creen en Snuff, que sí, tiene su parte de broma, de juego, pero uno muy bueno, acaso el mejor que el escritor nos podía dar en este momento. Palahniuk se ha dado la vuelta a sí mismo, se ha reinventado burlándose del personaje que es o creemos que es o queremos que sea, se ha burlado de su fama ahora que es muy famoso. Snuff es, sobre todo, la historia de las cosas que somos capaces de hacer por la fama, por llegar más alto que los demás porque sólo así, creemos, seremos recordados y tendremos una existencia prolongada en el inconsciente colectivo. Los capítulos están plagados de trivia, de cosas que famosos han hecho por la fama, como Marylin Monroe, de quien se dice pasaba horas metida en una tina de agua helada antes de cualquier aparición pública, de esa forma su piel lucía tersa y sus senos firmes. Palanihiuk fabricó a Cassie Wright para hablar sobre la celebridad en los tiempos de las celebridades descartables, a eso le sumó un peligrosísimo melodrama, que a ratos parece estar a punto de convertirse en argumento de telenovela mexicana, pero no, termina ganando.



Cosas que subrayé. Solo unas cuantas, porque subrayé harto de este librito.

According to the British Aanthropologist Catherine Blackledge, the human fetus begins to masturbate in the womb a month before birth. At thirty-two weeks, the ripple, that twitching within the uterus, isn’t the baby kicking. The nasty little thing starts jerking off in the third trimester and never, ever stops.

Kid 72, his eyes twitch and shift around on that video screen. His hands holds those roses close in and high against his chest, as if the flowers arent’ already garbage.

If Cassie Wright fucks six hundreds dudes, she’s a world-beater… but if Cassie fucks 599 guys, she’s just a big slut.

Number 137 shrugs. He says, “So you’re adopted ?” And I tell him, “Only since I was born”.

The religious school she went to, growing up, Ms. Wright said how all the girls had to wear a scarf tied to cover their ears at all times. Based on the biblical idea that the Virgin Mary became pregnant when the Holy Spirit whispered in her ear. The idea that ears were vaginas. That, hearing just one wrong idea, you lost your innocence. One detail too many and you’d be ruined. Overdosed on information.

Fathers. Mothers. With all their caring and attention. They will fuck you up, every time.

Lon Chaney… before shooting, he’d peel an egg and carefully pull the rubbery white membrane off the egg white. To look blind, Chaney would spread this egg membrane over his iris. A fake cataract. Bacteria collected under the membrane, and Chaney lost sight in that eye.

In adult movies, she says, the close-up of the erection inserted in the orifice is called the “meat shot”.

Best advice my old man ever gave me was: if you shaved the hair back from around the base of your dick, hard or soft, you’ll look two inches longer.

Ms. Wright says how, when Marilyn Monroe offed herself, Hugh Hefner bought the mausoleum niche next to hers, because he wanted to spend eternity lying next to the most beautiful who had ever lived.

Creo que lo que más he disfrutado de Snuff, ha sido enterarme de que Palahniuk le dio tres dimensiones. La literatura, que está siempre cambiando o por lo menos debería estarlo, encuentra en la “promo” de Snuff una nueva manera de darse maneras. Acá una entrevista en que el escritor conversa con la falsa diva del porno.







Un tráiler de The Wizard of Ass, uno de los “clásicos” de Cassie.



Y POR FAVOR entren al mysapce de Cassie Wright, y pártanse de la risa leyendo los títulos de su filmografía.


http://www.myspace.com/cassiewrightlives

10.14.2008

Apuntes para el camino.


Cuando me acuerdo de un libro mío, no sólo me acuerdo de la trama, de los personajes, sino de cómo estaba, qué estaba haciendo, cuál era mi ánimo o mi fortaleza cuando estuve sumergido en ese libro. Escribe Fuguet en la nota que abre, a manera de prólogo, letras sobre fondo negro, “Apuntes Autistas”, que mañana jueves se presenta Live in Ecuador. Si bien todos los libros de Fuguet saben a autobiografía (sobre todo, y con razón, Tinta roja y Las películas de mi vida), “AA” llega donde ningún otro ha llegado antes, como un Enterprise miniatura que viaja por los glóbulos rojos y blancos del autor, en busca de la verdad.

En rigor, “AA” es no-ficción, un libro recopilatorio y nuevo, como un B-Sides con tracks jamás antes publicados. Está dividido en cuatro partes: viajar, mirar, leer y narrar. O sea: países, cine, literatura y producción. Algunos de los textos incluidos en el libro, han aparecido, en versiones anteriores, en revistas y diarios de varias patrias. Así que además de B-Sides, la cosa es remix y redux y director’s cut y writer’s cut, como corresponde. Hay una frase, casi a mitad del libro, que reza: Yo creo que un hombre se hace yendo al cine y leyendo. Esa es la frase para definir “AA”. ¿Qué es uno, sino lo que consume? Así como las vitaminas dan fuerzas y los carbohidratos masa, las pelis, los libros, los discos y los pasos que uno va dejando en el camino son, a la larga, el pasado, es decir, todo lo que nos queda y nos define.



Cosas que subrayé:

Quizás uno escribe las novelas para otros; o, lo que puede ser más exacto, para que el personaje que inventaste tenga una casa y deje de estar dentro tuyo.

El mundo es de
(Rodrigo) Fresán, nosotros sólo vivimos en él.

Ya se sabe: sólo a un chileno se le ocurre comparar Times Square con la Plaza Italia.

Casi todos creen que bailar tango en Argentina es algo clave; yo creo que ir a bailar tango en Argentina, sobre todo en Buenos Aires, es algo que no hay que hacer, que hay que evitar a toda costa. En cambio, estar justo un viernes en Buenos Aires en que estrenan un filme de Woody Allen es –creo- una de las cosas buenas que te pueden suceder en la vida.

Conozco a alguien que asegura haber tomado cuatro buses para ir al valle de San Fernando, en Los Angeles, para ver Magnolia cerca de la calle Magnolia. Yo la vi al norte de Miami, en un cine cerca del Aventura Mall, y justo cuando salí, en la radio empezó a sonar Aimee Mann. Si esa bi es razón para viajar, no se me ocurren muchas otras.

El montar una obra puede ser devastador en el sentido que, al estar rodeado de tanta gente, de estar tan expuesto, de no tener tiempo para aquellos placeres autistas que te alimentan, uno termina por echarse de menos.

Rechazo el mito que los críticos de cine no son más que unos directores de cine frustrados. Para nada. Lo que sí es irrefutable es que muchos de ellos acarrean una gran frustración.
La historia de la
(Harry) pottermanía es la del grupo guerrillero que ahora tiene la mayoría del electorado y, aún así, no presenta candidato a la elección. Lo de ellos es individualismo colectivo.

Yo antes no hablaba español. Tampoco lo entendía, jamás hubiera imaginado que algún día lo iba a terminar escribiendo. Pero las cosas suceden por algo y lo que me sucedió fue esto: terminé mirando el mundo, y a mí mismo, en español. Thank, God.




Como en los cines que nos acogieron de niños, en los que vimos, varias veces, a Stallone y Schwarzenegger en una misma tarde, lo de este jueves 16 por la noche será una doble función. “Apuntes Autistas” y la novela gráfica “Road Story”, jam session. “RS” apareció por primera vez hace doce años, se llamaba “La verdad o las consecuencias” y era el track de Fuguet en esa antología llamada McOndo. “RS” apareció por segunda vez hace cuatro años, con el mismo nombre, en el libro Cortos. “RS” apareció por tercera vez el año pasado, como una novela gráfica del dibujante Gonzalo Martínez.




Es la historia de Simón y tiene uno de los mejores comienzos que he leído: Simón siente que todo esto es un paréntesis. Los paréntesis son como boomerangs, cree. Incluso se parecen. Entran a tu vida de improviso y seccionan tu pasado de tu presente con un golpe seco y certero. Simón es un chileno vagando por USA, un Jack Kerouac post-grunge con carro y algo de plata. Simón quiere borrarse, desaparecer, dejar de ser Simón, al menos por un tiempo. Simón se dio cuenta de que su vida, tal como la conocía, no le gustaba, es más, la detestaba, tanto, que en USA ni siquiera se llama Simón. “RS”, la novela gráfica, es según Fuguet, muchas cosas, pero sobre todo dos: un story board publicado y una adaptación de Fuguet a Fuguet. Aunque, según él, insistió en que “RS” tuviera “la menor cantidad de texto posible”, estuvo cerca durante todo el proceso, como un director. Tal vez la mejor manera de pensar en “RS” es: una película de Alberto Fuguet, fotografiada por Gonzalo Martínez. Let me introduce you to Simón.


10.11.2008

Fuguet y Cordero.


Siguen las buenas nuevas. Confirmada la presencia de Sebastián Cordero, cineasta y aliado, este jueves 16 en Librimundi de la Juan Leon Mera, a las 19h00, para la presentación de “Apuntes Autistas” y la novela gráfica “Road Story”, de Alberto Fuguet. Un encuentro que, personalmente, he esperado desde hace mucho. Creo que Fuguet y Cordero tienen harto en común, más de lo que sospechan. Ambos han sido, por así decirlo, símbolos patrios, para bien y para mal, han tenido que hacer el trabajo sucio de estar en vitrina, han tenido que representarnos y se la han bancado y, al final del día, han vencido, o por lo menos en eso están, en la pelea.

Lo primero que me preguntó Sebastián cuando empezamos a trabajar juntos, hace ya algún tiempo, fue ¿qué andas leyendo? Entonces supe que estaba con la persona indicada. Como dice John Cusack en esa gran gran película llamada High Fidelity (salida de esa gran gran novela del mismo nombre), “Books, films, records, these things matter. Call me shallow, it’s the fucking truth”. Lo que en ecuatoriano vendría a ser “Libros, pelis, discos, estas cosas importan. Díganme superficial, pero es la puta verdad” Recuerdo haberle dado un par de títulos a Cordero esa tarde, él sacó una libretita y empezó a apuntar. Yo pensé bacán, bien, este man va en serio y sabe qué cosas importan. Luego nos hicimos amigos y al final de ese año, le regalé “Las películas de mi vida”, de Alberto Fuguet, una novela que, según yo, no puede faltar en la biblioteca de ningún cinéfilo, así como no debería faltar en ninguna biblioteca, en ningún hogar que se precie de tal. En fin, pocos días después, me llegó un mail de Cordero, feliz con la novela, movido, conmovido, sobre todo con ese capítulo en que el protagonista cuenta de la vez que vio "Dumbo" con su madre, y en un par de líneas, convierte ese recuerdo en un doloroso puente entre la niñez y la adolescencia. Por su parte, en “Apuntes Autistas”, Alberto escribe sobre “Ratas, ratones, rateros” y la define como “…prima hermana de cintas como Calles Peligrosas, de Scorsese, y La Ley de la Calle, de Coppola”. Curioso. Han pasado el tiempo, los borradores, los libros, los mails, y finalmente, entre tanto rigor, Fuguet y Cordero se encuentran por primera vez, aunque se conozcan bien y desde hace rato.



Mientras tanto mañana, domingo 12, a las 10h00 en el Ocho y Medio de La Floresta, lección de cine con Alberto Fuguet, entrada libre, caigan. Entiendo que vamos a pasar “Las Hormigas Asesinas” y “Dos Horas”, los cortos de Alberto, y algunos video clips de bandas chilenas que él ha dirigido. El resto será, espero, diálogo con el público.

Nos vemos mañana.