9.30.2013

Not Fade Away: puro corazón


Hay películas que no tienen que ser buenas para ser buenas. Mejor dicho, hay películas que siendo más o menos o hasta malas pueden caerte y hacerte bien, reafirmar tus principios y ganarse un espacio en tu vida. A veces, un buen momento, un gran momento, uno de esos momentos en los que un diálogo y un rostro y un director te hablan con la verdad, pesa más que la lógica o la supuesta redondez que debe perseguir una historia. Fuck that. Uno quiere emocionarse y sentir cosas.

Cuando David Chase creó Los Soprano, allá en 1999, creó también un manual en el que mostraba al hombre de comienzos del siglo XXI –un hombre trabajador y honrado dentro de lo que cabe en los negocios ilícitos– cómo ser un adulto resumiendo su existencia en una sola ocupación: resolver problemas. Los adultos, los grandes, se dedican a resolver problemas y su vida depende de las formas que se den para resolverlos. Pues bien, el año pasado, el mismo Chase, ahora con una reputación a cuestas y un pasado reciente que a sus 68 años resulta poco menos que glorioso, estrenó una cinta sobre cómo ser joven. Not Fade Away, la historia de un adolescente de clase media en Nueva Jersey que encuentra una posibilidad para su destino en el rock and roll de los 60’s, es una lección de valor y sinsentido. Hay un chico que no sabe quién es ni quién quiere ser, un chico sin chica y sin razones hasta que una noche, en la pantalla de su televisor blanco y negro, ve a los Rolling Stones tocando un blues embalado y como si se tratase de una aparición divina, como si en el set del show de Dean Martin estuviera cantando el mismo Dios que le habló a Moisés y a Job y a Abraham, ve la luz y decide seguirla. En ese momento, cuando una canción empuja un destino hacia la gloria o hacia un daño irreparable, cuando le pide a un joven perdido que deje ser nadie y se convierta en alguien o muera en el intento, David Chase mete todo lo que es la juventud en una escena y a uno le dan ganas de empacar la guitarra y hacer dedo en la carretera, como hace el protagonista hacia el final. Pienso en el poeta Mario Santiago Papasquiaro: si he de vivir, que sea sin timón y en el delirio.  

Si ser adulto es resolver problemas, ser joven es conseguirlos: cometer errores, ser malcriado con tus viejos, sangrar un poco y aprender a hacer el amor con una chica linda. Not Fade Away no se sostiene como un todo, divaga, habla por hablar y se deja confundir por su propio encanto, pero su moral rockera de filosofía imposible y viaje sin retorno nunca estará equivocada. 

(El Diario) 

Pueden ver la peli aquí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

In the torpor.

Sweet
serenades
and the light
of a luminous
darkness when
a fine bird
is singing.....

Francesco Sinibaldi